martes, 18 de febrero de 2014

¿ Existe alguna ley natural que rija sobre el conjunto humano?


¿ Hay alguna Ley natural que afecte a la Sociedad humana ?.-

Si no la hubiese, la sociedad humana, como tal, no existiría, y probablemente el ser humano, de naturaleza corporal tan débil frente a los elementos de la Naturaleza, tampoco hubiese sobrevivido.
En efecto, existe una ley reguladora de las relaciones entre los miembros de la sociedad humana en general; esta es la Ley de Sociedad.
Por esta ley, los humanos sentimos la inclinación y la necesidad natural de vivir asociados y relacionados con los demás, lo que es una ventaja para la mas fácil supervivencia de la especie humana, y supone un apoyo mutuo con los diferentes papeles y cometidos individuales de cada uno, en medio de una sociedad que les sirve para poder progresar humana , social y espiritualmente, lo cual sería imposible lograr viviendo aislados, porque no hay nadie que reúna absolutamente todas las capacidades y aptitudes necesarias para la vida y el progreso. Esta Ley determina que el hombre pueda ser considerado como un ser social por naturaleza.
La civilización ha conforme ha ido evolucionando, ha ido desarrollando y desarrolla el sentido moral y a su vez el sentido de la Caridad y de la compasión, que lleva a los seres humanos a apoyarse mutuamente.
En el mundo, nadie es imprescindible para nada, pues nuestra labor siempre nos encuentra un sustituto, pero sin embargo todos somos necesarios y todos dependemos de todos. Por eso, en la Unidad que formamos toda la Humanidad, cuando un Ser humano fracasa o se cae, en cierto modo todos fracasamos y nos caemos con él y a su vez, cuando se levanta y triunfa, también todos triunfamos y sentimos la alegría de su triunfo.
Como consecuencia de esta ley natural, el ser humano siempre buscó la compañía o vecindad de sus semejantes. Así se fueron formando los primeros pueblos, hasta llegar a formar esas grandes “colmenas humanas” que son tantas urbes en la actualidad. Por tanto, si imaginamos a todos los seres humanos con un comportamiento de aislamiento social, como “lobos solitarios”, enseguida comprendemos que sin esta tendencia natural a la socialización, aun en caso de haber sobrevivido como especie, nuestra evolución habría sido improbable.

- José Luis Martín -
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El mejor gobierno no es aquel que hace mas felices a los hombres, sino aquel que hace felices al mayor número de personas”.

-Jacques Duclos -
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  MANIFESTACIONES DE LOS ESPÍRITUS

Las almas o Espíritus de los que han vivido constituyen el mundo invisible que puebla el espacio y en medio del cual vivimos. De aquí resulta que desde que existen hombres, existen Espíritus, y que si éstos tienen el poder de manifestarse, han debido hacerlo en todas las épocas.
Así lo patentizan la historia y las religiones de todos los pueblos. En estos últimos tiempos, empero, las manifestaciones de los Espíritus han adquirido un gran desenvolvimiento y un carácter de mayor autenticidad, porque estaba en las miras de la Providencia poner término a la plaga de la incredulidad y del materialismo con pruebas evidentes, permitiendo a los que han dejado la tierra, venir a atestiguar su existencia y revelar su situación feliz o desgraciada.

2. Viviendo el mundo visible en medio del invisible, con el que esta en perpetuo contacto, resulta que incesantemente reaccionan el uno con el otro.
Esta reacción es origen de una multitud de fenómenos, que se han considerado como sobrenaturales, por ignorarse su causa.
La acción del mundo invisible sobre el visible y viceversa, es una de las leyes, una de las fuerzas de la naturaleza, necesaria a la armonía universal como la ley de atracción; si cesara de funcionar se perturbaría la armonía, como si se separase una rueda de las de un mecanismo.
Estando semejante acción fundada en una ley de la naturaleza, se deduce que todos los fenómenos por ella producidos, nada tienen de sobrenaturales. Sólo han parecido tales, porque no se conocía su causa, como así ha sucedido con ciertos efectos de la electricidad, de la luz, etc.
3. Todas las religiones tienen por base la existencia de Dios y por objeto el porvenir del hombre después de la muerte.
Este porvenir, que es para el hombre de capital interés, está necesariamente enlazado con la existencia del mundo invisible. Por esta razón, el conocimiento de semejante mundo ha sido en todo tiempo objeto de las investigaciones y preocupaciones de aquél.
Su atención ha sido naturalmente atraída hacia los fenómenos que tienden a probar la existencia del mundo invisible, y no los había más concluyentes que los de la manifestación de los Espíritus, por cuyo medio sus mismos habitantes revelaban su existencia.
He aquí por que, los tales fenómenos han constituido la base de la mayor parte de los dogmas de todas las religiones.

4. Teniendo naturalmente el hombre intuición de un poder superior, ha sido inducido, en todos los tiempos, a atribuir a su acción directa, los fenómenos cuya causa le era desconocida, y que eran para él prodigios y efectos sobrenaturales.
Esta tendencia es considerada por los incrédulos como consecuencia del apego del hombre a lo maravilloso, pero no inquieren la causa de tal apego, que reside sencillamente en la intuición mal definida, de un orden de cosas extra corporal.
Con el progreso de la ciencia y el conocimiento de las leyes de la naturaleza, esos fenómenos han pasado poco a poco del dominio de lo maravilloso, al de los efectos naturales, de tal modo, que lo que en otro tiempo parecía sobrenatural, no lo es en la actualidad, y lo que hoy lo es, no lo será mañana.
Los fenómenos que dependen de la manifestación de los Espíritus, han debido proporcionar, por su misma naturaleza, un abundante contingente a los hechos tenidos por maravillosos; pero había de llegar un tiempo en que, siendo conocida la ley que los rige, entrarían, como los otros, en el orden de los hechos naturales.
Ha llegado el tiempo y, dando a conocer semejante ley, el Espiritismo ofrece la clave de la mayor parte de los pasajes incomprensibles de las sagradas
Escrituras que a él hacen alusión y de los hechos considerados como milagrosos.

5. El carácter del hecho milagroso, es el de ser insólito y excepcional, es una derogación de las leyes de la naturaleza. Desde el momento en que un fenómeno se produce en condiciones idénticas, es porque está sometido a una ley y no es milagroso. Esta ley puede ser desconocida, pero no deja por ello de existir; el tiempo se encarga de darla a conocer.
El movimiento del sol, o mejor de la tierra, detenido por Josué, sería un verdadero milagro, porque fuera una derogación manifiesta a la ley que rige el movimiento de los astros; pero si el hecho pudiera reproducirse en condiciones dadas, sería porque estaba sometido a una ley y dejaría, por consiguiente, de ser milagroso.

6. Sin razón, se sobrecoge la Iglesia al ver que se estrecha el circulo de los hechos milagrosos, puesto que Dios prueba mejor su grandeza y poderío por el admirable conjunto de sus leyes, que por algunas infracciones de las mismas, tanto mas cuanto que ella atribuye al demonio el poder de hacer prodigios, lo que implicaría que, pudiendo el demonio interrumpir el curso de las leyes divinas, seria tan poderoso como Dios.
Atreverse a decir que el Espíritu del mal, puede suspender la acción de las leyes de Dios, es una blasfemia y un sacrilegio.
La religión, lejos de perder su autoridad, porque hechos tenidos por milagrosos pasen al orden de los hechos naturales, no puede menos que ganar.
Ante todo, porque si un hecho es tenido sin razón por milagroso, es un error y la religión no puede dejar de perder, apoyándose en un error, sobre todo si se obstina en mirar como un milagro lo que no lo es.
En segundo lugar, no admitiendo muchas personas la posibilidad de los milagros, niegan los hechos reputados milagrosos, y por consiguiente, la religión que en ellos se apoya.
Si, por el contrario, la posibilidad de tales hechos es demostrada como consecuencia de las leyes naturales, no hay lugar a rechazarlos, como tampoco a la religión que los proclama.

7. Los hechos evidenciados por la ciencia de un modo perentorio, no pueden ser impugnados por ninguna creencia religiosa contraria. La religión no puede menos de ganar en autoridad, siguiendo el progreso de los conocimientos científicos, y de perder, quedándose rezagada o protestando contra esos mismos conocimientos en nombre de los dogmas; porque ninguno de estos podrá prevalecer contra las leyes de la naturaleza ni anularlas.
Un dogma, fundado en la negación de una ley de la naturaleza, no puede ser expresión de la verdad.
El Espiritismo, fundado en el conocimiento de las leyes no comprendidas hasta ahora, no viene a destruir los hechos religiosos, sino a sancionarlos, dando de ellos una explicación racional. Solo viene a destruir las falsas consecuencias que han sido deducidas a causa de la ignorancia de aquellas leyes o de su errónea interpretación.

8. Induciendo al hombre la ignorancia de las leyes de la naturaleza a buscar causas fantásticas a los fenómenos que no comprende, es el origen de las ideas supersticiosas, de las que son algunas debidas a los fenómenos espiritistas mal comprendidos. El conocimiento de las leyes que los rigen, destruye las ideas supersticiosas, reduciendo las cosas a su realidad y demostrando el límite de lo posible.


Tomado del libro: Obras Póstumas

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  AMAR EN TIEMPOS REVUELTOS

Queridos amigos, hola buenos días,  la vida continúa, pese a todas las cosas que están pasando. Los desastres se suceden, y la vida en nuestro planeta, pasa por días  muy dolorosos, la situación en muchas ciudades  es alarmante, la tierra ha vuelto de nuevo a  temblar, y el hombre grita  de horror,   de espanto.
Siempre podemos ofrecer el perfume de unas palabras de consuelo, de alivio y esperanza,  intentando consolar  el corazón de aquellos que han quedado, sin sus familiares, sin sus hogares, con las marcas del desastre en su cuerpo, por la magulladuras que la tormenta les dejo en su cuerpo material.
 Los bienes de la Tierra nos prenden y desvirtúan, así como nuestros ideales, incluso los más sagrados.  “Donde este nuestro tesoro allí estará nuestro corazón”
La felicidad, no está en los bienes terrenales, no se compra ni se vende; es una conquista del alma,  paso a paso y día a día. Y si sabemos armonizarnos por dentro, lo que recibimos de fuera viene  por añadidura de misericordia.
Jesús es la personificación del Amor. ¡Él es el Amor! El Amor tiene variada ramificaciones en sus secuencias de luz, pero su misión es la de liberar al hombre  y conducirlo hasta Dios, el despierta todos los sentidos de las criaturas, de manera que todos los seres humanos puedan comprender mejor la vida; conociéndose a sí mismos.  Cristo, en tres años, nos descubrió el Amor, pero la distancia evolutiva entre Él y nosotros es tan grande, que necesitamos de varios siglos para comprenderlo y comenzar a vivirlo.
Si el hombre se desprendiera de todos los bienes de la Tierra y no tuviera Amor en su corazón, nada habría hecho aunque se hubiera resignado, si solamente pensamos en las cosas buenas, sin hacer el mal a nadie, nada habremos realizado, en el transcurso de las exigencias por las que cada uno pasamos; si trabajamos día y noche , y lo que ganásemos, lo donáramos a los que sufren, si no tuviéramos Amor, nada habremos hecho en la conquista de la verdadera paz; si ayunásemos, casi todos los días, a favor de los pobres, a favor de la colectividad, si no tuviésemos Amor, nada habremos hecho por el bien de las criaturas; si andamos por el mundo como verdaderos pobres, despojándonos de zapatos, de vestido, de comodidades a favor de los que nada tienen, y no tuviésemos Amor, no habremos hecho nada; si orásemos día y noche  a favor de los hermanos que sufren pruebas dolorosas , con toda la piedad que el sentimiento pueda expresar, si no tuviésemos Amor, nada habremos hecho para aliviar y confortar a nuestros hermanos, si desarrollamos el don de curar a todos los enfermos y los curamos sin la presencia del Amor, esa cura seria mera vanidad, sería una cura muerta, porque solamente el Amor está vivo y da vida, por provenir de la vida Universal.
El Amor es paz, el Amor es entendimiento, es Caridad en todos sus aspectos de educación y sabiduría.
Hemos de aprender a amar constantemente, sin exigir nada, para así conmover a todos aquellos que nos rodean, tenemos que aprender a vivir con el sufrimiento sin empeorar su radio de acción, procurando siempre aliviar al que sufre, de educarle para que sufre resignadamente, tolerantes, y confiando en Dios. El orgullo en el rico es de esperar, pero en el pobre es falta  grave, porque la pobreza ya es un instrumento para que el pobre  entienda el valor de la verdadera humildad. El egoísmo del rico es de esperar, pero el pobre egoísta comete falta grave, porque la pobreza en el sentido a que nos referimos, es para educarlo en las líneas del desprendimiento.
Hemos de amar la pobreza fielmente, pero no la inercia, amemos la pobreza, pero no la miseria ni la suciedad; amemos la pobreza pero no la ignorancia. Dios en el seno de la abundancia  de todo lo que necesitamos, con todo, en la fase que atravesamos, debemos aprender a renunciar a lo que sobra, repartir lo que tenemos, dar lo que viene a nuestras manos para los que sufren y padecen en todas aprtes, para que Dios, en el mañana, nos coloque en el paraíso, donde nada nos faltará, porque aprendimos la lección del Amor.
 ¿Cómo podremos amar, sin comprender para que sirve el Amor? La masa humana es representada, en su gran mayoría por ignorantes, ¿De quién es la culpa?  Si aceptamos la evolución, y fuimos creados simples e ignorantes, sujetos al progreso, todo está sucediendo según la previsión de Dios y de Jesucristo. Ningún engranaje se salió  fuera de sus límites de acción. Por eso el Espiritismo concita a todas horas el amor, ella trabaja los sentimientos, en el templo del corazón. Nadie es dueño de la Verdad; ella se impone por si misma, por ley inevitable de la evolución. De nada nos valdría señalar los defectos de las otras religiones. Todas las religiones son rayos del mismo Dios, con esquemas variados, a fin de despertar en los hombres la naturaleza divina, programada en su interior, por las manos del creador.
Con la presciencia del plano espiritual, que enviará socorro, desviando las intenciones indignas,  y mostrando la personalidad de Cristo, el Consolador, el planeta será atendido en sus puntos más débiles, para reavivar el espíritu de lucha en aquellos que se dan por vencidos. En aquellos que piensan dejar la lucha, tocados por el desanimo, y la desesperación.
Todos tenemos el derecho de tener un techo, el derecho de alimentarnos,  de beber, distraernos de viajar y de confraternizar entre familias. Pero estos derechos abre  al hombre también un extenso derrotero de deberes que, a veces nos olvidamos cumplir: el trabajo honesto, la educación constante, la disciplina diaria, el perdón incondicional, la amistad, el respeto a las leyes de Dios y de los hombres, de la paciencia con los ignorantes…. Y también los deberes mayores de hablar sin herir, de oír lo que no deseamos sin rebeldía, pensar en nobles  cosas, escribir paginas constructivas, respetar la naturaleza, amar a los animales, silenciar los males ajenos …
De que nos vale orar y orar, dar una buena imagen, si no toleramos un pisotón en el pie, una agresión enemiga, un insulto de los que nos rodean, un marido desequilibrado, una mujer nerviosa, un hijo depravado o un pariente que no nos tolera? Estamos dentro del Espiritismo para buscar fuerzas, razonamientos, para restablecer en nosotros y poder esclarecer a los que sufren  ante los infortunios y ayudarles y ayudarnos  a vencer todos los obstáculos.
Bien sabemos que nuestra naturaleza es animal, que nuestros instintos son inferiores y agresivos, y que esa educación solamente  debe partir de nosotros, pues los valores del alma, después que Dios nos los dio, son conquistas de nuestro propio esfuerzo de cada día.
Si leemos y entendemos el Evangelio en Espíritu y Verdad, encontraremos en él a Dios y el cielo, los Ángeles y el propio paraíso, todo está esperándonos aguardando que hagamos nuestra parte, para recibir el premio de la felicidad.
- Merchita -
Extraído del libro “Francisco de Asís”
Adaptación de Jose Luis Martín

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