jueves, 6 de febrero de 2014

EL ABUELO ESPIRITA

  • EL ABUELO ESPIRITA

Soy, simplemente, un estudioso, seguidor y adepto de la Doctrina Espírita, desde el año 1984, en que las circunstancias de mi salud, y otros " sucesos convergentes", se dieron la mano para que mi vida diese un cambio en lo interior, significando una gran oportunidad de dar un trascendente salto evolutivo en mi personalidad, mis enfoques y mis por qués de la vida.

Anteriormente, siempre tuve cierta inquietud religiosa, tal vez influido por mi familia, de rancio abolengo católico. Pero cuando esa inquietud despertó en todo su vigor, fue cuando las citadas circunstancias y "sucesos convergentes", me hicieron plantearme y replantarme tantas cosas que en mi alma se escondían, como esperando su momento para aparecer ( o reaparecer).

No voy a detallar aquí, qué sucesos fueron concretamente los señalados, solo diré que tuvieron que ver con los llamados fenómenos "paranormales", de los que fuí testigo y alguna vez protagonista en algunos de ellos, y que coincidieron en el tiempo con el conocimiento y la toma de contacto con cierto grupo espírita y con mis inicios en los estudios y conocimientos , primero parapsicológicos, y después, espíritas

En este tiempo me relacioné con muy diversos movimientos espiritualistas con los que tuve ocasión de contactar y estudiar con mas o menos intensidad. Entre ellos, están los Teósofos, los Brahma Kumaris, los Rosacruces, y por supuesto, los Espíritas estudiosos de Allán Kardec, cuya doctrina fué satisfaciendo mis inquietudes espirituales.

Ha pasado el tiempo; un tiempo lejano y largo, pero que desde aquí hago una retrospección de mi pasado, y al tiempo que largo, otras veces lo veo consumido en un instante, y es que, la vida, en su conjunto, es muy fugáz. No he logrado,(al menos aún), formar parte de ningún "Centro Espírita", ni crearlo o promocionarlo yo mismo en la localidad en donde vivo junto a mi esposa. Pero para ser espírita no es imprescindible formar parte de ningún Centro Espírita, aunque sea aconsejable estar integrado junto a otros compañeros como amigos y hermanos con los mismos ideales e inquietudes siempre que se pueda. Pero aun como un lobo solitario, aprendí a sobrevivir en mis inquietudes espíritas, por eso yo nunca he dejado de sentirme espírita,o al menos un estudioso del Espíritismo, cada vez más afianzado y convencido de los principios de esta filosofía que se respalda en la ciencia de los hechos y que da cobertura a una moral cristiana, pura y elevada, fuera de dogmas religiosos, ni de misterios inexistentes.

Hace ya cinco meses que tuve la dicha de ser abuelo de un precioso nieto, y ante mis inconmensurables sentimietos, esto me hace preguntarme, si yo no seré un caso único de amor de un abuelo por su nieto, o bien esta ternura e infinito cariño que siento por esa criatura que me alegra el alma, entrará dentro de lo que es  normal.

Esto me hace a veces preguntarme también, si no seré yo una persona "atípica" o "rara", por esta "locura de amor y ternura" ante un ser, en el fondo desconocido, que es la primera vez que veo en mi vida, o por el contrario, esta intensidad de amor, es algo normal y  común a todos los abuelos con respecto a sus nietos.

Y si es así, yo me he planteado: ¿Cual es la diferencia entre un abuelo espírita y otro que no lo es?. Me parece un planteamiento muy  atrevido o difícil de contestar, porque además tengo la impresión que siempre se me van a quedar fuera de mención muchos detalles, que serían merecedores de señalarse aquí.

La primera cuestión es el que yo se que en ese pequeñín que hoy es mi nieto, se oculta un ser espiritual que en otra existencia también se relacionó conmigo y aquellos lazos de amor nacidos entonces, aún perduran y se sienten, aunque este ser quede oculto tras otra nueva personalidad humana, al igual que yo también lo estoy para los demás en esta existencia.

El cariño, no es un sentimiento que nace espontáneo, de un momento para otro, sino que se forja y se fragua con el tiempo, con la entrega, la convivencia, los lazos de familia, etc. Por eso, yo tengo la absoluta seguridad de que este bebé con aspecto de angelito, por el que mi alma vibra de amor y ternura, el motivo de estos maravillosos sentimientos que me desbordan, no es otro, que mi reencuentro con este nuevo ser reencarnado en mi familia , con el que desde antíguo mantengo unos fuertes lazos afectivos que se remontan a vidas anteriores en las que se forjó este amor que ahora renace. Los seres cuyo amor viene del pasado, se sienten y reconocen, siendo motivo de regocijo el volver a encontrarse, aunque ambos asuman papeles de relación  humana entre ellos, diferentes a los anteriores.

Para otro abuelo, no espírita, su nieto es un extraño que llegó a la familia y es acogido con alegría solamente por los "lazos de sangre"; el amor que siente, cree que se debe al común genético con su nieto, (lo que se llaman los lazos de sangre. El horizonte de la muerte, se hace cada día más presente, con el temor, entre otros, de que va a perder todo para siempre, incluído a su nieto)

Para el abuelo espírita, no existe la muerte plena y total del ser;- no teme su llegada- porque sabe que eso solo afecta al organismo físico, pero "el Ser" que nos anima , piensa y siente en nosotros, tenemos la seguridad de que sigue viviendo eternamente, alternando periodos de existencia en los planos material y espiritual, alternativamentte..

Sin embargo, para el abuelo no espírita, la muerte es el final de todo y este abuelo suele ser de los que de buena fe, dicen que "el muerto al hoyo y el vivo al bollo", en un intento de justificar el egoísmo que llevan en el alma, alegando que tras la muerte ya no hay nada, pasamos a un no existir y ya está.  Aún entre los "religiosos", persiste en el fondo cierta duda, de si llegado el momento, ¿ será o no será?, ¿ la vida nos acompaña de alguna forma, o solo nos espera  la nada y el vacío absolutos?

La muerte, para un abuelo espírita como yo, sabemos que no supondrá la separación para siempre de mi nieto y demás seres queridos, sino que desde el plano espiritual,  voy a poder seguir más intensamente cerca de ellos, aunque no todos capten mi presencia.

Para un abuelo no espírita, la muerte es una incógnita terrible, triste, porque supone que tanto si él existe como si no existe después de la muerte, sus afectos, posiblemente los habrá perdido para siempre y ya no los va a encontrar más. Entre estos, "los religiosos" que creen en el Cielo, ( aunque no lo tengan muy claro ), tienen la esperanza de que allá ( donde este se encuentre), un día se va a rencontrar con los seres queridos que allí estén.    ( dando por supuesto que todos ellos y que él mismo lo merecerán).

De lo dicho, y como consecuencia de ello, yo tengo claro que si el día que yo haya muerto , mi nieto sigue en este mundo, es posible que durante su vida yo vuelva a reencarnar aquí, por lo que podré, tal vez, ser para él, un nuevo familiar durante esa nueva vida, de nuevo juntos pero con diferente rol, volviendo a relacionarnos como padre-hijo/a o viceversa; abuelo- nieto/a, etc. Por lo tanto, estos lazos de amor que ahora nos unen, yo estoy seguro de que alguna vez se forjaron y también que seguirán creciendo y fortaleciéndose a través de los caminos del tiempo y de las vidas sucesivas.

Es muy importante que se divulgue la realidad de la reencarnación, porque al admitir la existencia e inmortalidad del alma o espíritu, estaremos admitiendo la lógica de la reencarnación de la misma y los lazos intensos de amor familiar que se entretejen y siguen creciendo sin límites desde una vida a la siguiente.

- Jose Luis Martín-         

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¿Es permitido reprender a los otros?

19. ¿ Nadie, aun siendo perfecto, tiene el derecho de reprender a su prójimo.?
R. Ciertamente que no es esa la conclusión a deducir, por cuanto cada uno de vosotros debe trabajar por el progreso de todos y, sobre todo, de aquellos cuya tutela os fue confiada. Pero por eso mismo, debéis hacerlo con moderación, para un fin útil, y no como la mayoría de las veces por el placer de denigrar. En este último caso, la reprensión es una maldad; en el primeo, es un deber que la caridad manda sea cumplido con todo cuidado posible. Además la censura que alguien haga a otro, debe al mismo tiempo dirigirla a sí mismo, procurando saber si no lo tiene merecido.-S.Luis (París, 1860)
   
(O Evangelho Segundo o Espiritismo, Cap.10, item 19 – São Luis, 1860)

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DIOS DE LO IMPOSIBLE.


Después de un naufragio, el único sobreviviente
Agradeció a Dios por estar vivo y
Haber conseguido agarrarse a una parte de los
Destrozos para poder quedar flotando.

Este único sobreviviente fue a parar a
Una pequeña isla deshabitada,
Fuera de cualquier ruta de navegación,
Y él lo agradeció nuevamente.

Con mucha dificultad y restos de los destrozos,
Él consiguió montar un pequeño refugio
Para que pudiese protegerse del sol, de la lluvia,
Y animales y, también para guardar sus
Pocas pertenencias, y como siempre lo agradeció.

En los días siguientes, cada alimento que conseguía
Cazar o coger, él lo agradecía.

No obstante un día cuando volvía de buscar
Alimentos, él encontró su refugio en llamas,
Envuelto en altas nubes de humo.

Terriblemente desesperado él se enfadó,
Gritaba llorando:

Lo peor ocurrió, ¡perdí todo!
¿Dios por qué hiciste eso conmigo, dime?”

Lloro tanto, que se adormeció profundamente cansado.

Al día siguiente bien pronto, fue despertado
Por el sonido de un navío que se aproximaba.

Vinimos a rescatarlo”, dijeron.
¿Cómo supieron que yo estaba aquí?

Preguntó él.
Nosotros vimos la señal del humo”


PIENSE EN ESO.

Es común sentirnos sin coraje y
Hasta incluso desesperado, cuando las cosas van mal.
Pero Dios obra en nuestro beneficio incluso en los
Momentos de dolor y sufrimiento.

Recuerde.

Si algún día su único refugio
Estuviera en llamas, esa puede ser la
Señal de humo que hará llegar hasta usted
la gracia DIVINA.

 COMUNIDAD  ESPÍRITA  CRISTIANA  DE  ATLANTA

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