-
EL ABUELO ESPIRITA
Soy, simplemente, un estudioso,
seguidor y adepto de la Doctrina Espírita, desde el año 1984, en
que las circunstancias de mi salud, y otros " sucesos
convergentes", se dieron la mano para que mi vida diese un
cambio en lo interior, significando una gran oportunidad de dar un
trascendente salto evolutivo en mi personalidad, mis enfoques y
mis por qués de la vida.
Anteriormente, siempre tuve cierta
inquietud religiosa, tal vez influido por mi familia, de rancio
abolengo católico. Pero cuando esa inquietud despertó en todo su
vigor, fue cuando las citadas circunstancias y "sucesos
convergentes", me hicieron plantearme y replantarme tantas cosas
que en mi alma se escondían, como esperando su momento para aparecer
( o reaparecer).
No voy a detallar aquí, qué sucesos
fueron concretamente los señalados, solo diré que tuvieron que ver
con los llamados fenómenos "paranormales", de los que fuí
testigo y alguna vez protagonista en algunos de ellos, y que
coincidieron en el tiempo con el conocimiento y la toma de contacto
con cierto grupo espírita y con mis inicios en los estudios y
conocimientos , primero parapsicológicos, y después, espíritas
En este tiempo me relacioné con muy
diversos movimientos espiritualistas con los que tuve ocasión de
contactar y estudiar con mas o menos intensidad. Entre ellos, están
los Teósofos, los Brahma Kumaris, los Rosacruces, y por supuesto,
los Espíritas estudiosos de Allán Kardec, cuya doctrina fué
satisfaciendo mis inquietudes espirituales.
Ha pasado el
tiempo; un tiempo lejano y largo, pero que desde aquí hago una retrospección de mi pasado, y al tiempo que largo, otras veces lo veo consumido en un instante, y es que, la vida, en su conjunto, es muy fugáz. No he logrado,(al menos aún), formar parte de ningún
"Centro Espírita", ni crearlo o promocionarlo yo
mismo en la localidad en donde vivo junto a mi esposa. Pero para ser
espírita no es imprescindible formar parte de ningún Centro
Espírita, aunque sea aconsejable estar integrado junto a otros compañeros como amigos y hermanos con los mismos ideales e inquietudes siempre que se pueda. Pero aun como un lobo solitario, aprendí a sobrevivir en mis inquietudes espíritas, por eso yo
nunca he dejado de sentirme espírita,o al menos un estudioso del Espíritismo, cada vez más afianzado y
convencido de los principios de esta filosofía que se respalda en la
ciencia de los hechos y que da cobertura a una moral cristiana, pura
y elevada, fuera de dogmas religiosos, ni de misterios inexistentes.
Hace ya cinco meses que tuve la dicha de ser abuelo de
un precioso nieto, y ante mis inconmensurables sentimietos, esto me
hace preguntarme, si yo no seré un caso único de amor de un abuelo por
su nieto, o bien esta ternura e infinito cariño que siento por esa
criatura que me alegra el alma, entrará dentro de lo que es normal.
Esto me hace a veces preguntarme también, si no
seré yo una persona "atípica" o "rara", por
esta "locura de amor y ternura" ante un ser, en el fondo desconocido, que es la primera vez que veo en mi vida, o por el contrario, esta
intensidad de amor, es algo normal y común a todos los
abuelos con respecto a sus nietos.
Y si es así, yo me he planteado: ¿Cual es la diferencia
entre un abuelo espírita y otro que no lo es?. Me parece un
planteamiento muy atrevido o difícil de contestar, porque además tengo la impresión
que siempre se me van a quedar fuera de mención muchos detalles, que
serían merecedores de señalarse aquí.
La primera cuestión es el que yo se
que en ese pequeñín que hoy es mi nieto, se oculta un ser
espiritual que en otra existencia también se relacionó conmigo y
aquellos lazos de amor nacidos entonces, aún perduran y se sienten,
aunque este ser quede oculto tras otra nueva personalidad humana, al
igual que yo también lo estoy para los demás en esta existencia.
El cariño, no es un sentimiento que
nace espontáneo, de un momento para otro, sino que se forja y se
fragua con el tiempo, con la entrega, la convivencia, los lazos de
familia, etc. Por eso, yo tengo la absoluta seguridad de que este
bebé con aspecto de angelito, por el que mi alma vibra de amor y
ternura, el motivo de estos maravillosos sentimientos que me
desbordan, no es otro, que mi reencuentro con este nuevo ser
reencarnado en mi familia , con el que desde antíguo mantengo unos
fuertes lazos afectivos que se remontan a vidas anteriores en las que se forjó este amor que ahora renace. Los seres cuyo amor viene del pasado, se
sienten y reconocen, siendo motivo de regocijo el volver a
encontrarse, aunque ambos asuman papeles de relación humana entre ellos, diferentes a
los anteriores.
Para otro abuelo, no espírita, su nieto es un
extraño que llegó a la familia y es acogido con alegría solamente
por los "lazos de sangre"; el amor que siente, cree que se
debe al común genético con su nieto, (lo que se llaman los lazos de sangre. El horizonte de la muerte, se hace cada día más presente, con el temor, entre otros, de que va a perder todo para siempre, incluído a su nieto)
Para el abuelo espírita, no existe la
muerte plena y total del ser;- no teme su llegada- porque sabe que eso solo afecta al organismo
físico, pero "el Ser" que nos anima , piensa y siente en
nosotros, tenemos la seguridad de que sigue viviendo eternamente, alternando periodos de existencia en los planos material y espiritual, alternativamentte..
Sin embargo, para el abuelo no
espírita, la muerte es el final de todo y este abuelo suele ser de
los que de buena fe, dicen que "el muerto al hoyo y el vivo al
bollo", en un intento de justificar el egoísmo que llevan en
el alma, alegando que tras la muerte ya no hay nada, pasamos a un no existir y ya está. Aún entre los "religiosos", persiste en el
fondo cierta duda, de si llegado el momento, ¿ será o no será?, ¿
la vida nos acompaña de alguna forma, o solo nos espera la nada y el vacío absolutos?
La muerte, para un abuelo espírita
como yo, sabemos que no supondrá la separación para siempre de mi nieto y
demás seres queridos, sino que desde el plano espiritual, voy a poder seguir más intensamente
cerca de ellos, aunque no todos capten mi presencia.
Para un abuelo no espírita, la muerte
es una incógnita terrible, triste, porque supone que tanto si él
existe como si no existe después de la muerte, sus afectos,
posiblemente los habrá perdido para siempre y ya no los va a
encontrar más. Entre estos, "los religiosos" que creen en
el Cielo, ( aunque no lo tengan muy claro ), tienen la esperanza de
que allá ( donde este se encuentre), un día se va a rencontrar con
los seres queridos que allí estén. ( dando por supuesto que todos ellos y que él
mismo lo merecerán).
De lo dicho, y como consecuencia de
ello, yo tengo claro que si el día que yo haya muerto , mi nieto
sigue en este mundo, es posible que durante su vida yo vuelva a
reencarnar aquí, por lo que podré, tal vez, ser para él, un nuevo
familiar durante esa nueva vida, de nuevo juntos pero con diferente
rol, volviendo a relacionarnos como padre-hijo/a o viceversa;
abuelo- nieto/a, etc. Por lo tanto, estos lazos de amor que ahora
nos unen, yo estoy seguro de que alguna vez se forjaron y también
que seguirán creciendo y fortaleciéndose a través de los caminos
del tiempo y de las vidas sucesivas.
Es muy importante que se divulgue la
realidad de la reencarnación, porque al admitir la existencia e
inmortalidad del alma o espíritu, estaremos admitiendo la lógica de
la reencarnación de la misma y los lazos intensos de amor familiar
que se entretejen y siguen creciendo sin límites desde una vida a
la siguiente.
- Jose Luis Martín-
***************************
¿Es permitido reprender a los otros?
19. ¿ Nadie, aun siendo perfecto, tiene el derecho de reprender a su prójimo.?
R. Ciertamente que no es esa la conclusión a deducir, por cuanto cada uno de vosotros debe trabajar por el progreso de todos y, sobre todo, de aquellos cuya tutela os fue confiada. Pero por eso mismo, debéis hacerlo con moderación, para un fin útil, y no como la mayoría de las veces por el placer de denigrar. En este último caso, la reprensión es una maldad; en el primeo, es un deber que la caridad manda sea cumplido con todo cuidado posible. Además la censura que alguien haga a otro, debe al mismo tiempo dirigirla a sí mismo, procurando saber si no lo tiene merecido.-S.Luis (París, 1860)
(O Evangelho Segundo o Espiritismo, Cap.10, item 19 – São Luis, 1860)
***********************
DIOS
DE LO IMPOSIBLE.
“Después
de un naufragio, el único sobreviviente
Agradeció
a Dios por estar vivo y
Haber
conseguido agarrarse a una parte de los
Destrozos
para poder quedar flotando.
Este
único sobreviviente fue a parar a
Una
pequeña isla deshabitada,
Fuera
de cualquier ruta de navegación,
Y
él lo agradeció nuevamente.
Con
mucha dificultad y restos de los destrozos,
Él
consiguió montar un pequeño refugio
Para
que pudiese protegerse del sol, de la lluvia,
Y
animales y, también para guardar sus
Pocas
pertenencias, y como siempre lo agradeció.
En
los días siguientes, cada alimento que conseguía
Cazar
o coger, él lo agradecía.
No
obstante un día cuando volvía de buscar
Alimentos,
él encontró su refugio en llamas,
Envuelto
en altas nubes de humo.
Terriblemente
desesperado él se enfadó,
Gritaba
llorando:
“Lo
peor ocurrió, ¡perdí todo!
¿Dios
por qué hiciste eso conmigo, dime?”
Lloro
tanto, que se adormeció profundamente cansado.
Al
día siguiente bien pronto, fue despertado
Por
el sonido de un navío que se aproximaba.
“Vinimos
a rescatarlo”, dijeron.
“¿Cómo
supieron que yo estaba aquí?
Preguntó
él.
“Nosotros
vimos la señal del humo”
PIENSE
EN ESO.
Es
común sentirnos sin coraje y
Hasta
incluso desesperado, cuando las cosas van mal.
Pero
Dios obra en nuestro beneficio incluso en los
Momentos
de dolor y sufrimiento.
Recuerde.
Si
algún día su único refugio
Estuviera
en llamas, esa puede ser la
Señal
de humo que hará llegar hasta usted
la
gracia DIVINA.
COMUNIDAD ESPÍRITA CRISTIANA DE ATLANTA
No hay comentarios:
Publicar un comentario