jueves, 13 de febrero de 2014

Ley de Conservación


¿ Cómo es la ley natural de Conservación ?.-

La ley de Conservación se manifiesta en una fuerza psíquica inconsciente que nos empuja siempre a atender las necesidades físicas para que podamos conservar las fuerzas, la salud y la vida, de modo que físicamente podamos cumplir las demandas de las demás leyes naturales.
Esta ley de la Naturaleza se manifiesta como un poderoso instinto que tenemos en común con todas las especies animales siendo este independiente de la inteligencia o de la voluntad, o sea que aun en el Ser humano es algo totalmente irracional y funciona automáticamente con el fin de preservar la vida ante cualquier peligro o amenaza..
El Ser humano cuenta con dos herramientas importantes para la supervivencia y la conservación, cual son su inteligencia y sus manos. Su inteligencia, propia del Ser espiritual que es él mismo en esencia, le lleva a discernir de modo racional, sobre donde está el peligro, o sobre como protegerse o como conseguir alimentación, pero para ello es indispensable el uso de esa poderosa herramienta casi perfecta que llega a ser la mano humana. Las manos del Ser humano son un delicado instrumento al servicio de su inteligencia, y mediante la evolución, estas se adaptaron para trabajar, dándoles un uso particular muy variado y complejo, llegando a desarrollar con ellas una gran habilidad y a plasmar mediante ellas el arte en sus diferentes variantes. En los animales, incluido el mono , que también posee manos parecidas, al no ser humano, un espíritu inteligente y creador, sus manos no evolucionaron como en el hombre, quedando su uso restringido casi exclusivamente para coger comida, o para agarrarse con ellas en el medio donde habita , pero no se han desarrollado evolucionando hacia un uso inteligente tal como sucede en el Ser humano. Sin embargo en la época actual podemos ver alguna especie de simios usando las manos para trabajar de modo hasta cierto grado inteligente, tal como es el caso de los chimpancés, que ya han adquirido un grado de inteligencia que se plasma en el desarrollo de habilidades manuales, tal como se aprecia cuando se les ve emplear y manipular herramientas con sus manos a fin de obtener comida, que de otra forma les sería muy difícil lograr.

- José Luis Martín-
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Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo”.

            Armando Palacio Valdés       

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       PERDIDA DE ENTES QUERIDOS

De vez en cuando tomamos conocimiento de una tragedia, involucrando a padres, hijos y otras personas de nuestra relación o incluso desconocidas. Siempre acontecen en estas ocasiones de las muertes prematuras de niños y jóvenes en plena flor de la edad, en cuanto otros mas viejos y enfermos quedan hasta el final de la existencia en una cama,necesitando la ayuda de personas que les presten asistencia,hasta que un buen día desencarnan, o sea, salen de la carne o mas popularmente , la muerte de su cuerpo.

La muerte hasta hoy, es temida y detestada, principalmente cuando es a causa de un acto de violencia, una enfermedad aguda o por accidentes de tránsito, que tienen una gran incidencia, matando mas que el sida, las enfermedades cardíacas o mas recientemente, el maremoto de Asia que segó muchas vidas con mucho sufrimiento.
Solo podemos entender este fenómeno se recurrimos al conocimiento de la vida espiritual, esto es, las Leyes que rigen nuestras vidas, como: La Ley de la reencarnación; la de Causa y Efecto, o la de Justicia Divina, que estructuran e impulsan nuestra evolución, ya que el Espíritu, esta realidad eterna del ser inteligente de la creación, existe de toda la eternidad,no nace ni tampoco muere. Muere solo el cuerpo que se estructura en trillones de células, cuyos elementos químicos que las componen, se van a descomponer y a retornar a la naturaleza,, que por cierto, dará origen a un nuevo cuerpo.
Pero, ¿finalmente por qué suceden estas tragedias?. Tenemos que explicar por dos razones que fueron estudiadas por el eminente educador y Codificador de la Doctrina Espírita, el maestro Allan Kardec: La primera es el mal uso del libre albedrío, asentado en la Ley de Libertad, que nos proporcionala oportunidad de sembrar, pero también de cosechar. Si fuimos invigilantes o tratamos de perjudicar a alguien, tendremos resultados normalmente desastrosos, para nuestra vida y la de otras personas. La segunda, ¿Cómo entender los casos que acontecen sin poderlos evitar, cuando no fueron intencionadamente planeados, fuera del alcance de nuestra voluntad?, - ahí la Ley de la Reencarnación o de las Vidas sucesivas, nos permite volver a la Tierra muchas veces para evolucionar, sino también, para rescatar las faltas graves cometidas en el pasado, de otras vidas, favoreciendo su comprensión.
La Doctrina Espíirita nos enseña que en la mayoría de las veces, antes de llegar a la Tierra, por la Ley de Causa y Efecto, el Espíritu, comprometido con el pasado,lleno de remordimientos, viviendo en el mundo espiritual la verdadera morada, pide renacer en la escena terestre, sujeto a los sufrimientos, incluso la muerte prematura. No quedan dudas de que muchos solo consideran una vida única, nacer y morir una vez, todo en el estrecho espacio de una existencia: la cuna y la tumba, después del juicio. La vida en la Tierra es todo. La vida material que conocemos es la única razón de existir. En este caso, el cielo, el infierno y el purgatorio, son los lugares escogidos de acuerdo a la creencia religiosa de la familia y de las tradiciones que, lamentablementeson aún enseñadas por los líderes religiosos.
Normalmente, en otras vidas pasadas, usando mal el libre albedrío, llevamos a personas a las muertes prematuras, al suicidio, a los crímenes más diversos, que por cierto, no fueron debidamente rescatados, pidiendo así, retornar en un nuevo cuerpo, pero con la deúda debidamente anotada en los libros de la vida espiritual y, también, en nuestra conciencia para un rescate, muchas veces colectivo. Todo aquello que hagamos a los semejantes tendremos antes o después que rescatar por el amor o por el dolor rectificador, ya que nuestro planeta es de pruebas y expiaciones.
Finalmente, cuando pasamos por estas pruebas, debemos entender que el Espíritu no muere. Que después del pago de la deuda, volveremos por la Ley de la Reencarnación al escenario terrestre para aprender y recomenzar en los planos material y espiritual, educándose en el Amor, para una nueva existencia llena de nuevas oportunidades de redención a fin de que lleguemos un día a la Plenitud del Reino de Dios.
João Batista Cabral
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 EXISTENCIA DEL ESPÍRITU


Existencia y comunicación de los espíritus.

Hay millones de personas en el mundo, religiosas o no, que a diferencia de los espiritas, abrigan serias dudas sobre la realidad de ese fenómeno. Y eso por varias razones: o porque sus respectivas religiones niegan prematuramente esa posibilidad, o porque a priori asumen una posición filosófica materialista, o simplemente (y aquí está el mayor número de ellas) porque jamás se interesaron en ese asunto. No es tema de sus pensamientos habituales.

A pesar de ese grupo de personas, podemos afirmar, en este inicio de milenio, que esta cuestión sufre mucho menos oposición que aquella experimentada en el siglo XIX, época en la que surgió el Espiritismo. Hoy se puede observar, en cualquier encuesta realizada en todos los países del mundo, que la gran mayoría de las personas no tiene dudas sobre la existencia de los espíritus y de la posibilidad de su manifestación. No es, pues, un tema primordial del Espiritismo comprobar la existencia de los espíritus. Esa temática, de cierta forma, disminuyó su importancia a medida que pasó a ser generalmente aceptada. Es el proceso evolutivo del hombre aceptando una tesis que, hace 150 años, cuando Allan Kardec se interesó por los fenómenos de las mesas giratorias y parlantes, era entonces muy polémica y envuelta en misterio. El misterio creado en torno de ellas por la religión.

Al mismo tiempo que se convirtió en un asunto de aceptación generalizada, como está ocurriendo también con la reencarnación, que es, actualmente, aceptada por más del 50% de los occidentales, independientemente de sus religiones, la cuestión de la comunicación con los espíritus sigue siendo la referencia a partir de la cual se construye todo el raciocinio espirita, base, pues, de su filosofía.

Así, podemos decir que el tema disminuyó su importancia práctica, dejó de ser polémico para la mayoría de las personas, pero se afirma cada vez más su importancia como base de una reflexión filosófica, ya que, el principio de la inmortalidad del espíritu, una vez comprobado, conlleva innumerables consecuencias de cuño ético y moral. Y así estamos introduciéndonos, entonces, en el objetivo central buscado por el Espiritismo: la adopción por el hombre de una filosofía ética y moral compatible con su naturaleza espiritual.

En verdad, nadie se convierte en espirita sin, antes, afirmarse en la convicción del siguiente postulado básico, presupuesto para cualquier reflexión filosófica espirita, a saber: existen los espíritus y ellos pueden comunicarse con nosotros. Ella es la base fáctica del Espiritismo.

El propio Allan Kardec, partió de esa cuestión elemental para construir toda la edificación doctrinaria espirita. Espíritu positivista, cartesiano, práctico y objetivo, fue, de cierta forma, hasta determinado momento, un escéptico con relación a la existencia de los espíritus y de su comunicabilidad. Alrededor del año 1854/55, cuando, por invitación de un amigo, participó por primera vez de una sesión donde ocurrían los fenómenos con las mesas que "transmitían" mensajes, intentó, inicialmente, dar a esos fenómenos la interpretación del magnetismo del cual era estudioso. Serían, simplemente, las vibraciones magnéticas de los participantes de las reuniones, las que provocaban los fenómenos en las mesas. Pero continuó, con todos los recaudos y sin ningún preconcepto, sus observaciones. Luego, constató que los mensajes inteligentes que allí eran transmitidos tenían contenidos que escapaban enteramente al conocimiento previo de los participantes de esas reuniones. Encerraban ideas y contenidos que no formaban parte del caudal de conocimiento de los asistentes. Las mesas no podían, por sí mismas, transmitir mensajes. Formuló, de inmediato, un principio filosófico que se tornó base de todos sus estudios: no hay efecto sin causa. Y, en ese caso, se estaba, claramente, frente a fenómenos inteligentes. Ahora, a un fenómeno inteligente debe corresponderle, naturalmente, también una causa inteligente. Había, pues, según sus observaciones prácticas, y su raciocinio en torno a los hechos, inteligencias produciendo aquellos fenómenos. Las mesas eran meros instrumentos. Y los médiums apenas proporcionaban su cooperación energética para la transmisión de los mensajes.

Las grandes comprobaciones históricas.

Podemos decir que el fruto del razonamiento propiciado por los resultados observados por Kardec y sus colaboradores, en ese trabajo inicial que tuvo como laboratorio la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas, ya sería suficiente para rubricar la convicción acerca de la existencia de los espíritus y de su real comunicabilidad. Pero, el momento histórico vivido por Kardec y sus sucesores tendrían un significado especial, determinante y de mucha mayor amplitud. La segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX fueron escenario de un extraordinario esfuerzo conjunto de inteligencias encarnadas y desencarnadas para evidenciar el fenómeno mediúmnico, de forma de no dejar dudas a quien tuviese algún interés en ver comprobada la cuestión de la supervivencia del espíritu y su posibilidad de intervenir en el mundo material.

Cítense, apenas como ejemplo, las famosas experiencias de materialización de espíritus producidas por el eminente científico británico Sir William Crookes, de la Royal Society, de Londres, hacia el año 1870, y que se repitieron, sobre los más rigurosos criterios de control, en presencia de otros miembros de esa misma institución, en la casa de ese científico, durante varios años, donde el espíritu de Katie King se hacía visible, se dejaba tocar, cortar partes del cabello y de los trajes, tomar fotografías, conversar con los participantes, etc. Las materializaciones, que eran frecuentes en esa época, con varios médiums, en Europa y en América, son pruebas cabales de la supervivencia del espíritu.

Alguien, como Cesare Lombroso, que, en Milán, presenció varias sesiones de materialización de espíritus producidas por la médium Eusapia Paladino, que permitió la aparición, inclusive, de la genitoria del famoso criminalista italiano hablándole al oído, con palabras tiernas y familiares, deja de alimentar dudas y pasa a tener la prueba material e irrecusable de la supervivencia del espíritu. Esa cuestión, como lo señaló Allan Kardec, deja de pertenecer al terreno de la fe, para encuadrarse como hecho positivo. Por eso, decía él que el Espiritismo no vino para quien tiene su fe, sino más exactamente para quien duda. Kardec mismo realizó todo su trabajo a partir de la duda, del escepticismo, de la misma forma que William Crookes, Alfred Russel Wallace, Charles Richet, Gabriel Delanne, Alexander Aksakoff, y tantos otros científicos, muchos de ellos, incluso, habiendo confesado, después, que su objetivo inicial era el de desenmascarar los fenómenos espiritas. Terminaron, entretanto, produciendo una inmensa contribución a su comprobación. Siempre a partir de la duda, así como de una preconcepción contraria a la tesis espirita.

Transformación moral del hombre.

Actualmente, son muy raros los fenómenos de materialización, o de comprobación física del fenómeno mediúmnico. Creemos que la avalancha de pruebas ofrecidas por los espíritus acerca de su existencia y de su comunicabilidad con el plano material fue por ellos mismos considerada suficiente. Hasta porque fue ampliamente documentada y está permanentemente disponible para quien tuviera algún interés en reconstruir esa trayectoria, en la práctica o en la teoría.

Vuelto, hoy, hacia la mediumnidad intelectual, el Espiritismo sigue su trabajo de permanente contacto con otros planos de la vida para traer, de allá, el apoyo para el progreso moral y ético de la humanidad. Los grandes médiums de hoy, en los medios espiritas, en su mayoría, se dedican a un productivo trabajo de concientización del hombre acerca de su naturaleza espiritual, de la importancia de su trayectoria evolutiva, en la construcción de un mundo más justo y fraterno. Su campo preferencial de acción es en el sentido de transformación moral del hombre, como ya lo señalara Kardec, al escribir que se reconocerá al verdadero espirita por su transformación moral y por el esfuerzo que hace para vencer sus imperfecciones.

Esto no desmerece y no desaconseja la continuidad del estudio del fenómeno mediúmnico. Es justamente a partir de él, que el hombre ha despertado a la realidad espiritual, la más fascinante realidad de la vida, y que, en los tiempos de hoy, ya no suscita grandes controversias, a pesar de que aun millones de personas vivan despreocupadas de los aspectos espirituales de su existencia. Viven encerradas en su mundo material, cuando todo indica que la vida es infinita y el Universo es una invitación al intercambio con otras inteligencias que lo pueblan.

Liberar al hombre de esa prisión, tal cual el mito de las cavernas de Platón, es el objetivo del Espiritismo.
Milton Medran Moreira

El autor es graduado en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Facultad de Derecho de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (Brasil). Fue fiscal letrado en el estado de Río Grande do Sul de 1975 a 1991. Profesor de Derecho Procesal Civil en la Facultad de Derecho de Bagé, de 1978 a 1983. Periodista y abogado en Porto Alegre. Articulista de Zero Hora y Correio do Povo. Actualmente mantiene una columna en el Diário Gaúcho.
Autor del libro de crónicas “Si todos fuesen iguales” (Ed. CIMA, Venezuela, 2000)



Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


                                             

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