¿
Cómo es la ley natural de Conservación ?.-
La
ley de Conservación se manifiesta en una fuerza psíquica
inconsciente que nos empuja siempre a atender las necesidades físicas
para que podamos conservar las fuerzas, la salud y la vida, de modo
que físicamente podamos cumplir las demandas de las demás leyes
naturales.
Esta ley de la Naturaleza se manifiesta como un
poderoso instinto que tenemos en común con todas las especies
animales siendo este independiente de la inteligencia o de la
voluntad, o sea que aun en el Ser humano es algo totalmente
irracional y funciona automáticamente con el fin de preservar la
vida ante cualquier peligro o amenaza..
El
Ser humano cuenta con dos herramientas importantes para la
supervivencia y la conservación, cual son su inteligencia y sus
manos. Su inteligencia, propia del Ser espiritual que es él mismo en
esencia, le lleva a discernir de modo racional, sobre donde está el
peligro, o sobre como protegerse o como conseguir alimentación, pero
para ello es indispensable el uso de esa poderosa herramienta casi
perfecta que llega a ser la mano humana. Las manos del Ser humano
son un delicado instrumento al servicio de su inteligencia, y
mediante la evolución, estas se adaptaron para trabajar, dándoles
un uso particular muy variado y complejo, llegando a desarrollar
con ellas una gran habilidad y a plasmar mediante ellas el arte en
sus diferentes variantes. En los animales, incluido el mono , que
también posee manos parecidas, al no ser humano, un espíritu
inteligente y creador, sus manos no evolucionaron como en el hombre,
quedando su uso restringido casi exclusivamente para coger comida, o
para agarrarse con ellas en el medio donde habita , pero no se han
desarrollado evolucionando hacia un uso inteligente tal como sucede
en el Ser humano. Sin embargo en la época actual podemos ver alguna
especie de simios usando las manos para trabajar de modo hasta cierto
grado inteligente, tal como es el caso de los chimpancés, que ya
han adquirido un grado de inteligencia que se plasma en el desarrollo
de habilidades manuales, tal como se aprecia cuando se les ve emplear
y manipular herramientas con sus manos a fin de obtener comida, que
de otra forma les sería muy difícil lograr.
- José Luis Martín-
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“Cuando
bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta
las riendas y se entrega al instinto del caballo”.
Armando Palacio Valdés
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PERDIDA DE ENTES QUERIDOS
De
vez en cuando tomamos conocimiento de una tragedia, involucrando a
padres, hijos y otras personas de nuestra relación o incluso
desconocidas. Siempre acontecen en estas ocasiones de las muertes
prematuras de niños y jóvenes en plena flor de la edad, en cuanto
otros mas viejos y enfermos quedan hasta el final de la existencia en
una cama,necesitando la ayuda de personas que les presten
asistencia,hasta que un buen día desencarnan, o sea, salen de la
carne o mas popularmente , la muerte de su cuerpo.
La
muerte hasta hoy, es temida y detestada, principalmente cuando es a
causa de un acto de violencia, una enfermedad aguda o por accidentes
de tránsito, que tienen una gran incidencia, matando mas que el
sida, las enfermedades cardíacas o mas recientemente, el maremoto de
Asia que segó muchas vidas con mucho sufrimiento.
Solo podemos entender
este fenómeno se recurrimos al conocimiento de la vida espiritual,
esto es, las Leyes que rigen nuestras vidas, como: La Ley de la
reencarnación; la de Causa y Efecto, o la de Justicia Divina, que
estructuran e impulsan nuestra evolución, ya que el Espíritu, esta
realidad eterna del ser inteligente de la creación, existe de toda
la eternidad,no nace ni tampoco muere. Muere solo el cuerpo que se
estructura en trillones de células, cuyos elementos químicos que
las componen, se van a descomponer y a retornar a la naturaleza,, que
por cierto, dará origen a un nuevo cuerpo.
Pero, ¿finalmente por qué suceden estas
tragedias?. Tenemos que explicar por dos razones que fueron
estudiadas por el eminente educador y Codificador de la Doctrina
Espírita, el maestro Allan Kardec: La primera es el mal uso del
libre albedrío, asentado en la Ley de Libertad, que nos
proporcionala oportunidad de sembrar, pero también de cosechar. Si
fuimos invigilantes o tratamos de perjudicar a alguien, tendremos
resultados normalmente desastrosos, para nuestra vida y la de otras
personas. La segunda, ¿Cómo entender los casos que acontecen sin
poderlos evitar, cuando no fueron intencionadamente planeados, fuera
del alcance de nuestra voluntad?, - ahí la Ley de la Reencarnación
o de las Vidas sucesivas, nos permite volver a la Tierra muchas veces
para evolucionar, sino también, para rescatar las faltas graves
cometidas en el pasado, de otras vidas, favoreciendo su comprensión.
La Doctrina Espíirita nos enseña que en la mayoría
de las veces, antes de llegar a la Tierra, por la Ley de Causa y
Efecto, el Espíritu, comprometido con el pasado,lleno de
remordimientos, viviendo en el mundo espiritual la verdadera morada,
pide renacer en la escena terestre, sujeto a los sufrimientos,
incluso la muerte prematura. No quedan dudas de que muchos solo
consideran una vida única, nacer y morir una vez, todo en el
estrecho espacio de una existencia: la cuna y la tumba, después del
juicio. La vida en la Tierra es todo. La vida material que conocemos
es la única razón de existir. En este caso, el cielo, el infierno y
el purgatorio, son los lugares escogidos de acuerdo a la creencia
religiosa de la familia y de las tradiciones que, lamentablementeson
aún enseñadas por los líderes religiosos.
Normalmente, en otras vidas pasadas, usando mal el
libre albedrío, llevamos a personas a las muertes prematuras, al
suicidio, a los crímenes más diversos, que por cierto, no fueron
debidamente rescatados, pidiendo así, retornar en un nuevo cuerpo,
pero con la deúda debidamente anotada en los libros de la vida
espiritual y, también, en nuestra conciencia para un rescate, muchas
veces colectivo. Todo aquello que hagamos a los semejantes tendremos
antes o después que rescatar por el amor o por el dolor
rectificador, ya que nuestro planeta es de pruebas y expiaciones.
Finalmente, cuando pasamos por estas pruebas, debemos
entender que el Espíritu no muere. Que después del pago de la
deuda, volveremos por la Ley de la Reencarnación al escenario
terrestre para aprender y recomenzar en los planos material y
espiritual, educándose en el Amor, para una nueva existencia llena
de nuevas oportunidades de redención a fin de que lleguemos un día
a la Plenitud del Reino de Dios.
João
Batista Cabral
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EXISTENCIA
DEL ESPÍRITU
Existencia
y comunicación de los espíritus.
Hay
millones de personas en el mundo, religiosas o no, que a diferencia
de los espiritas, abrigan serias dudas sobre la realidad de ese
fenómeno. Y eso por varias razones: o porque sus respectivas
religiones niegan prematuramente esa posibilidad, o porque a priori
asumen una posición filosófica materialista, o simplemente (y aquí
está el mayor número de ellas) porque jamás se interesaron en ese
asunto. No es tema de sus pensamientos habituales.
A
pesar de ese grupo de personas, podemos afirmar, en este inicio de
milenio, que esta cuestión sufre mucho menos oposición que aquella
experimentada en el siglo XIX, época en la que surgió el
Espiritismo. Hoy se puede observar, en cualquier encuesta realizada
en todos los países del mundo, que la gran mayoría de las personas
no tiene dudas sobre la existencia de los espíritus y de la
posibilidad de su manifestación. No es, pues, un tema primordial del
Espiritismo comprobar la existencia de los espíritus. Esa temática,
de cierta forma, disminuyó su importancia a medida que pasó a ser
generalmente aceptada. Es el proceso evolutivo del hombre aceptando
una tesis que, hace 150 años, cuando Allan Kardec se interesó por
los fenómenos de las mesas giratorias y parlantes, era entonces muy
polémica y envuelta en misterio. El misterio creado en torno de
ellas por la religión.
Al
mismo tiempo que se convirtió en un asunto de aceptación
generalizada, como está ocurriendo también con la reencarnación,
que es, actualmente, aceptada por más del 50% de los occidentales,
independientemente de sus religiones, la cuestión de la comunicación
con los espíritus sigue siendo la referencia a partir de la cual se
construye todo el raciocinio espirita, base, pues, de su filosofía.
Así,
podemos decir que el tema disminuyó su importancia práctica, dejó
de ser polémico para la mayoría de las personas, pero se afirma
cada vez más su importancia como base de una reflexión filosófica,
ya que, el principio de la inmortalidad del espíritu, una vez
comprobado, conlleva innumerables consecuencias de cuño ético y
moral. Y así estamos introduciéndonos, entonces, en el objetivo
central buscado por el Espiritismo: la adopción por el hombre de una
filosofía ética y moral compatible con su naturaleza espiritual.
En
verdad, nadie se convierte en espirita sin, antes, afirmarse en la
convicción del siguiente postulado básico, presupuesto para
cualquier reflexión filosófica espirita, a saber: existen los
espíritus y ellos pueden comunicarse con nosotros. Ella es la base
fáctica del Espiritismo.
El
propio Allan Kardec, partió de esa cuestión elemental para
construir toda la edificación doctrinaria espirita. Espíritu
positivista, cartesiano, práctico y objetivo, fue, de cierta forma,
hasta determinado momento, un escéptico con relación a la
existencia de los espíritus y de su comunicabilidad. Alrededor del
año 1854/55, cuando, por invitación de un amigo, participó por
primera vez de una sesión donde ocurrían los fenómenos con las
mesas que "transmitían" mensajes, intentó, inicialmente,
dar a esos fenómenos la interpretación del magnetismo del cual era
estudioso. Serían, simplemente, las vibraciones magnéticas de los
participantes de las reuniones, las que provocaban los fenómenos en
las mesas. Pero continuó, con todos los recaudos y sin ningún
preconcepto, sus observaciones. Luego, constató que los mensajes
inteligentes que allí eran transmitidos tenían contenidos que
escapaban enteramente al conocimiento previo de los participantes de
esas reuniones. Encerraban ideas y contenidos que no formaban parte
del caudal de conocimiento de los asistentes. Las mesas no podían,
por sí mismas, transmitir mensajes. Formuló, de inmediato, un
principio filosófico que se tornó base de todos sus estudios: no
hay efecto sin causa. Y, en ese caso, se estaba, claramente, frente a
fenómenos inteligentes. Ahora, a un fenómeno inteligente debe
corresponderle, naturalmente, también una causa inteligente. Había,
pues, según sus observaciones prácticas, y su raciocinio en torno a
los hechos, inteligencias produciendo aquellos fenómenos. Las mesas
eran meros instrumentos. Y los médiums apenas proporcionaban su
cooperación energética para la transmisión de los mensajes.
Las
grandes comprobaciones históricas.
Podemos
decir que el fruto del razonamiento propiciado por los resultados
observados por Kardec y sus colaboradores, en ese trabajo inicial que
tuvo como laboratorio la Sociedad Parisiense de Estudios Espiritas,
ya sería suficiente para rubricar la convicción acerca de la
existencia de los espíritus y de su real comunicabilidad. Pero, el
momento histórico vivido por Kardec y sus sucesores tendrían un
significado especial, determinante y de mucha mayor amplitud. La
segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX
fueron escenario de un extraordinario esfuerzo conjunto de
inteligencias encarnadas y desencarnadas para evidenciar el fenómeno
mediúmnico, de forma de no dejar dudas a quien tuviese algún
interés en ver comprobada la cuestión de la supervivencia del
espíritu y su posibilidad de intervenir en el mundo material.
Cítense,
apenas como ejemplo, las famosas experiencias de materialización de
espíritus producidas por el eminente científico británico Sir
William Crookes, de la Royal Society, de Londres, hacia el año 1870,
y que se repitieron, sobre los más rigurosos criterios de control,
en presencia de otros miembros de esa misma institución, en la casa
de ese científico, durante varios años, donde el espíritu de Katie
King se hacía visible, se dejaba tocar, cortar partes del cabello y
de los trajes, tomar fotografías, conversar con los participantes,
etc. Las materializaciones, que eran frecuentes en esa época, con
varios médiums, en Europa y en América, son pruebas cabales de la
supervivencia del espíritu.
Alguien,
como Cesare Lombroso, que, en Milán, presenció varias sesiones de
materialización de espíritus producidas por la médium Eusapia
Paladino, que permitió la aparición, inclusive, de la genitoria del
famoso criminalista italiano hablándole al oído, con palabras
tiernas y familiares, deja de alimentar dudas y pasa a tener la
prueba material e irrecusable de la supervivencia del espíritu. Esa
cuestión, como lo señaló Allan Kardec, deja de pertenecer al
terreno de la fe, para encuadrarse como hecho positivo. Por eso,
decía él que el Espiritismo no vino para quien tiene su fe, sino
más exactamente para quien duda. Kardec mismo realizó todo su
trabajo a partir de la duda, del escepticismo, de la misma forma que
William Crookes, Alfred Russel Wallace, Charles Richet, Gabriel
Delanne, Alexander Aksakoff, y tantos otros científicos, muchos de
ellos, incluso, habiendo confesado, después, que su objetivo inicial
era el de desenmascarar los fenómenos espiritas. Terminaron,
entretanto, produciendo una inmensa contribución a su comprobación.
Siempre a partir de la duda, así como de una preconcepción
contraria a la tesis espirita.
Transformación
moral del hombre.
Actualmente,
son muy raros los fenómenos de materialización, o de comprobación
física del fenómeno mediúmnico. Creemos que la avalancha de
pruebas ofrecidas por los espíritus acerca de su existencia y de su
comunicabilidad con el plano material fue por ellos mismos
considerada suficiente. Hasta porque fue ampliamente documentada y
está permanentemente disponible para quien tuviera algún interés
en reconstruir esa trayectoria, en la práctica o en la teoría.
Vuelto,
hoy, hacia la mediumnidad intelectual, el Espiritismo sigue su
trabajo de permanente contacto con otros planos de la vida para
traer, de allá, el apoyo para el progreso moral y ético de la
humanidad. Los grandes médiums de hoy, en los medios espiritas, en
su mayoría, se dedican a un productivo trabajo de concientización
del hombre acerca de su naturaleza espiritual, de la importancia de
su trayectoria evolutiva, en la construcción de un mundo más justo
y fraterno. Su campo preferencial de acción es en el sentido de
transformación moral del hombre, como ya lo señalara Kardec, al
escribir que se reconocerá al verdadero espirita por su
transformación moral y por el esfuerzo que hace para vencer sus
imperfecciones.
Esto
no desmerece y no desaconseja la continuidad del estudio del fenómeno
mediúmnico. Es justamente a partir de él, que el hombre ha
despertado a la realidad espiritual, la más fascinante realidad de
la vida, y que, en los tiempos de hoy, ya no suscita grandes
controversias, a pesar de que aun millones de personas vivan
despreocupadas de los aspectos espirituales de su existencia. Viven
encerradas en su mundo material, cuando todo indica que la vida es
infinita y el Universo es una invitación al intercambio con otras
inteligencias que lo pueblan.
Liberar
al hombre de esa prisión, tal cual el mito de las cavernas de
Platón, es el objetivo del Espiritismo.
Milton Medran Moreira
El autor es graduado en Ciencias Jurídicas y Sociales en la
Facultad de Derecho de la Universidad Federal de Río Grande do Sul
(Brasil). Fue fiscal letrado en el estado de Río Grande do Sul de
1975 a 1991. Profesor de Derecho Procesal Civil en la Facultad de
Derecho de Bagé, de 1978 a 1983. Periodista y abogado en Porto
Alegre. Articulista de Zero Hora y Correio do Povo. Actualmente
mantiene una columna en el Diário Gaúcho.
Autor
del libro de crónicas “Si todos fuesen iguales” (Ed. CIMA,
Venezuela, 2000)
Adaptación:
Oswaldo E. Porras Dorta
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