Este
concepto resulta muy difícil definir en su aspecto trascendente.
Se
podría definir como una energía dinámica
que se manifiesta en todos los seres del Universo, y permanece en
continuo movimiento y transformación, tal como podemos apreciar por
la gran cantidad de mutaciones genéticas que se dan espontáneamente
en todos los seres de la Naturaleza, y que son seleccionadas
sabiamente dentro de la misma, por sus propios engranajes de
dependencia de unos seres con respecto a otros. Esta
energía es indestructible en sí misma, aunque lo sean las formas
materiales en las que se manifiesta.
Las
formas físicas son solamente un medio fundamental y pasajero en la
evolución del Ser, por lo que su perfección o desarrollo evolutivo,
suele reflejar el grado de evolución del Ser o Energía que las
anima.
Con
respecto al Ser humano, la vida se manifiesta tanto en su parte
física como en el psiquismo o alma que lo anima, y no muere con el
cuerpo carnal , porque como digo, la vida del Ser espiritual en sí
misma es pura energía que no se destruye sino que se transforma y
continúa existiendo como individualidad manifestándose en la
materia a través de su propio cuerpo energético que se
desenvuelve en esa otra dimensión que llamamos “Mas Allá”.
Cada
existencia del Ser espiritual en la Tierra, es el resultado
inevitable de las existencias pasadas, del mismo modo que la vida
futura será consecuencia de nuestras acciones presentes.
La
energía de la vida en su natural dinámica empuja a la personalidad
de cada uno hacia una constante acción o actividad para poder
desarrollar todas las facultades humanas y espirituales,
evolucionando y perfeccionándose continuamente. De esto se puede
deducir que nunca nos debemos rebelar contra las circunstancias y
problemas que se nos plantean en la vida humana, sino aceptarlos como
un reto cotidiano,o como una nueva prueba que debemos tratar de
superar adecuadamente y aprender de ellas, porque siempre estas
circunstancias problemáticas, son oportunidades que se nos brindan
en la vida para que ejercitemos y desarrollemos nuestras facultades
de inteligencia y voluntad. Las dificultades y pruebas de la vida
son al Espíritu lo que el entrenamiento al gimnasta: actividades
indispensables para el desarrollo y el buen estado de forma
espiritual que le capacite para ir alcanzando cada vez mayores
marcas. .
Aunque
a veces pueda no parecerlo,
cada vida humana es siempre una maravillosa oportunidad para hacer
crecer nuestro Ser o Yo interno o Yo superior,
por
lo que se debe aprovechar al máximo, procurando aprender siempre de
las situaciones que se presenten y de las experiencias que nos brinde
el día a día,
aplicando el conocimiento de esas leyes que rigen la vida y el
destino de los Seres humanos.
Los
términos que en general componen incesantemente la contínua
acción de la Vida en una rotación permanente, son nacer en el
mundo físico, vivir luchando y aprendiendo , morir finalmente, y
renacer después como vuelta a comenzar de nuevo.
Con
respecto al conjunto de la Humanidad en general, debemos considerar
que este mundo es una Unidad de Vida y de existencia, por lo que
todos
los humanos somos como Uno,
por lo que nuestra unión y fraternidad debe de ser total.
Tal vez Buda se refería a eso cuando afirmó que el dolor de un Ser
humano era dolor para todos.
- Jose Luis Martín -
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“ La
vida es un poema de amor y belleza esperando por nosotros”
- Divaldo Pereira Franco-
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Y viendo Jesús a la gran multitud, subió el monte y después de sentarse llegaron hasta Él sus discípulos y Él les enseñaba diciendo:
1. "Bienaventurados los pobres de Espíritu; porque de ellos es el Reino de los Cielos". El Reino de los Cielos es de los pobres de Espíritus, porque Dios no quiere a los orgullosos. El serorgullosos implica arrogancia, vanidad y exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas; tal proceder nos dificulta llegar al Padre. Por tal motivo, Jesús llama pobres de Espíritus a todos los que no tienen orgullo.
2. "Bienaventurados los mansos; porque ellosposeerán la Tierra". El ser manso equivale a ser afable, benévolo,piadoso, dócil y apacible; en contraposició n, el ser violento implica tener un genio arrebatado o impetuoso, dejándose llevar fácilmente por la ira. Sabemos que los violentos tendrán que encarnar enmundos inferiores hasta que se vuelvan mansos; por eso, desechemos cualquier rasgo violento. No olvidemos que poco a poco los malos serán expulsados de la Tierra y aquí solo encarnarán los buenos.
3. "Bienaventurados los que lloran;porque ellos serán consolados". La Tierra es un mundo de expiaciones y pruebas, por eso hay tanto sufrimiento. En este sentido, los que sufren, aguantan, toleran o soportan sus pruebas; corrigen con su dolor, su pena, congoja o aflicción, los errores del pasado. Los que enmiendan sus errores satisfacen a la justicia divina. Por tanto no perdamos de vista que cuando nos libremos de nuestros errores, dejaremos de sufrir y recibiremos suaves consolaciones en el mundo espiritual. No en vano Jesús dijo que los que lloran serán consolados.
4. "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; porque ellos serán hartos". La justicia divina es inconmovible. En el momento oportuno compensa a los justos o inocentes, a los sencillos y a los que no dañan a los demás; sin embargo castiga a los culpables o a los que deliberadamente perjudican a otros. Por eso, Jesús dijo que el Padre tomará en cuenta a todos los que piden justicia y rectitud, y de esa manera serán satisfechos plenamente sus deseos de que reine el bien.
5. "Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán la misericordia" . Los misericordiosos son felices porque usan la misericordia para con su prójimo. Quien trata a su prójimo con misericordia se conmueve de los trabajos, miserias y adversidades que sufren éstos. Por ello, si deseamos alcanzar la misericordia divina, mostremos fraternidad y caridad para con todos.
6. "Bienaventurados los limpios de corazón; porque ellos verán a Dios". Sabemos que Dios es un espíritu puro. Para ver a Dios es necesario ser nosotros también puros, honestos y estar libres y exentos de imperfecciones morales. Estamos conscientes que tal condición la alcanzaremos si seguimos estudiando y practicando las enseñanzas divinas, lo cual implicará con el tiempo nuestro progreso espiritual y moral; sólo de esta forma el Padre nos considerará personas de corazón limpio y puro.
7. "Bienaventurados los pacíficos;porque ellos serán llamados Hijos de Dios". Pacíficos son aquellos que no perjudican a nadie ni con palabras ni con acciones, son serenos y no provocan luchas, ni discordias. Cuando el espirita trabaja por la paz y tranquilidad de su entorno, se convierte en una persona feliz porque convive en total armonía con otros; y en vista de tal proceder, Jesús lo considerará un verdadero hijo de Dios.
Natalia Veronica Garcia-Lista de Internet-Luz_Espiritual-España
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Cada
existencia humana tiene una finalidad evolutiva
para el Espíritu humano,cumpliendo misiones a las cuales se
comprometió el Ser desde antes de nacer en este mundo.
La
vida presente también tiene la finalidad de poder expiar los
errores cometidos en nuestras pasadas vidas anteriores, con el fin
recuperar el equilibrio espiritual necesario para el normal progreso
evolutivo.
La
vida del hombre es breve, como breve e insuficiente resulta un
curso escolar para adquirir en él todos los conocimientos de una
carrera superior
De la respuesta
sobre quienes somos o de donde venimos o a donde vamos, deducimos
facilmente el sentido de la vida, el por qué y el para qué estamos
aquí y hacia dónde caminamos, o cual es nuestro futuro como Seres
espirituales que somos.
Si sabemos que todos
tenemos el mismo punto de partida desde nuestra creación como
humanos, también tenemos todos la misma meta a alcanzar : la
Perfección y la suprema felicidad cerca del Padre. Esta es la meta a
alcanzar por el Espíritu humano, es la que da sentido a cada vida
humana. La vida humana tiene el fin trascendente de alcanzar
finalmente una meta evolutiva de carácter infinito, como infinito
lo es Dios, la Fuente de Origen hacia la que todos aspiramos desde
lo más íntimo del alma y a la que tarde o temprano nos iremos
aproximando en diversos grados, según el esfuerzo que haga cada uno
por conseguirlo.
Resulta
evidente que si venimos perfeccionándonos y evolucionando a través
de las edades, el sentido de nuestra vida
actual debe ser para aprovecharla conscientemente, aprendiendo,
mejorando y progresando siempre, superando
pruebas, ganando virtudes y adquiriendo experiencias, a la vez que
vamos equilibrando la balanza Divina de la Justicia, reajustando los
errores cometidos en cada existencia humana y prosiguiendo así
nuestro caminar evolutivo.
El
sentido de nuestras vidas debe ser para engrandecernos
espiritualmente mediante la entrega y el esfuerzo por los demás,
estudiando y adquiriendo Ciencia y Sabiduría, aprendiendo siempre
las valiosas lecciones que nos aporta la vida en este mundo, aquí y
ahora, y purificándonos tantas veces a través del dolor por
nuestras acciones erróneas del pasado. En una palabra: Luchando por
nuestra autoperfección.
La
principal misión que tenemos es individual, transmutando lo negativo
en positivo, tanto en lo personal siguiendo las enseñanzas de Jesús
y de otros grandes Enviados o Mesías que han visitado nuestra
humanidad en diferentes épocas y lugares, como en lo colectivo que
afecta a todo el planeta Tierra. Así llegará un momento evolutivo
de madurez suficiente para seguir nuevas etapas evolutivas en otros
mundos superiores, hasta que lleguemos a abandonar la etapa humana
en mundos como el nuestro y de superior rango, como lo son los de
Regeneración, para finalmente alcanzar la etapa de la Angelitud.
- Jose Luis Martín-
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“El
Ser se eleva desde el abismo y asciende por etapas sucesivas hasta la
perfección, encarnándose en el seno de las humanidades sobre los
mundos de la materia, que son otras tantas estaciones de su largo
peregrinaje”
-Los
Druidas -
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