jueves, 26 de diciembre de 2013

La carne es débil


Hay inclinaciones viciosas que son evidentemente inherentes al espíritu, porque tienen más relación con la gran parte moral que con la física. Otras más bien parecen consecuencia del organismo, y por este motivo, uno se cree menos responsable, por ejemplo: las predisposiciones a la cólera, a la indolencia, a la sensualidad, etc.

Se reconoce hoy perfectamente por los filósofos espiritualistas que los órganos cerebrales,correspondiendo a las diversas aptitudes, deben su desarrollo a la actividad de su espíritu, y que así este desarrollado es un efecto y no una causa. Un hombre no es músico porque tenga la
protuberancia de la música, sino que tiene esta protuberancia porque su espíritu es músico.

Si la actividad del espíritu obra sobre el cerebro, debe obrar igualmente sobre las otras partes del organismo. De este modo, el espíritu es el artífice que arregla su propio cuerpo, por decirlo así, a fin de amoldarlo a sus necesidades y a la manifestación de sus tendencias. Sentado esto, la perfección del cuerpo de las razas adelantadas no será producto de creaciones distintas, sino resultado del trabajo del espíritu, que perfecciona su instrumento a medida que aumenta sus facultades.

Por una consecuencia natural de este principio, las disposiciones morales del espíritu deben
modificar las cualidades de la sangre, darle más o menos actividad, provocar secreciones más o menos abundantes de bilis u otros fluidos. Así es, por ejemplo, que al glotón se le hace la boca agua a la vista de un bocado apetitoso. En este caso, no es el bocado el que puede sobreexcitar el órgano del gusto, puesto que no hay contacto, sino el espíritu, que obra en virtud de la sensibilidad que se le ha despertado, con la acción del pensamiento, sobre este órgano, mientras que en otro, la vista de aquel bocado no produce ningún efecto. Por la misma razón una persona sensible derrama lágrimas fácilmente. La abundancia de las lágrimas no da la sensibilidad al espíritu, sino que la sensibilidad del espíritu provoca la secreción abundante de las lágrimas. El organismo, bajo el impulso de la sensualidad, se ha apropiado esta disposición normal del espíritu, como se ha apropiado la del espíritu del glotón.
Siguiendo este orden de ideas, se comprende que un espíritu iracundo debe propender al
temperamento bilioso. De esto se deduce que un hombre no es colérico porque sea bilioso, sino que es bilioso porque es colérico. Lo mismo sucede en cuanto a las otras disposiciones instintivas. Un espíritu perezoso e indolente dejará su organismo en un estado de atonía en relación con su carácter,mientras que si es activo y enérgico, dará a su sangre y a sus nervios cualidades muy diferentes. Es tan evidente la acción del espíritu sobre la parte física que se ven a menudo producirse graves desórdenes por efecto de violentas conmociones morales. La expresión común: La emoción le ha cambiado la sangre, no está tan carente de sentido como podría creerse. ¿Pero qué ha podido cambiar la sangre, sino las disposiciones morales del espíritu?
Se puede, pues, admitir que el temperamento es, al menos en parte, determinado por la
naturaleza del espíritu, que es la causa y no el efecto. Decimos en parte, porque hay casos en que lo físico influye ciertamente sobre lo moral. Esto sucede cuando un estado mórbido o anormal se determina por una causa externa accidental, independiente del espíritu, como la temperatura, el clima, los vicios hereditarios de constitución, un malestar pasajero, etc. Entonces, puede estar afectada la moral del espíritu en sus manifestaciones por el estado patológico, sin que su naturaleza intrínseca se modifique.

Excusarse de sus defectos por la debilidad de la carne no es más que un subterfugio para
eludir la responsabilidad. La carne sólo es débil porque el espíritu es débil, lo cual destruye la
excusa y deja al espíritu la responsabilidad de sus actos. La carne no tiene pensamiento ni voluntad.
No prevalece jamás sobre el espíritu, que es el ser pensante y voluntario. El espíritu es quien da a la carne las cualidades correspondientes a sus instintos, como un artista imprime a su obra material el sello de su genio. El espíritu, emancipado de los instintos de la bestialidad, se compone un cuerpo que no es un tirano para sus aspiraciones hacia la espiritualidad de su ser. Entonces es cuando el hombre come para vivir, porque vivir es una necesidad, pero no vive para comer.
Así pues, sobre el espíritu recae la responsabilidad moral de sus propios actos. Pero la razón
manifiesta que las consecuencias de esta responsabilidad deben estar en relación con el desarrollo intelectual del espíritu. Cuanto más ilustrado es, menos excusa tiene, porque con la inteligencia y el sentido moral nacen las nociones del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto.

Esta ley explica el mal resultado de la medicina en ciertos casos. Desde luego que el
temperamento es un efecto y no una causa, y los esfuerzos hechos para modificarlo se hallan
necesariamente paralizados por las disposiciones morales del espíritu, que opone una resistencia inconsciente y neutraliza la acción terapéutica. Dad, si es posible, ánimo al medroso, y veréis cesar los efectos fisiológicos del miedo.

Es prueba, repito, la necesidad que tiene la medicina convencional de tener en cuenta la
acción del elemento espiritual sobre el organismo (Revue Spirite, marzo 1866, p. 65).

Tomado del libro,"El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo" - Allan Kardec

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                                          LAS SUPERSTICIONES




Las supersticiones de toda índole han acompañado siempre y aún acompañan al Ser humano, que se acoge a ellas por un sentido natural de atracción hacia lo misterioso, sustituyendo así la Verdad de las cosas que intuye y cree inalcanzable.

Pero, ¿ Qué son las Supersticiones?

Como tal se entiende lo que se refiere a cualquier idea mas o menos popular, en la que se cree y se acepta de modo irracional, por absurda que aparente ser, y siempre viene a ser una creencia positiva o negativa generalmente de carácter religioso, o envuelta en misterios o magias que se admiten sin ninguna clase de comprobación ni de razonamiento lógico y que suele llevar hasta el fanatismo. La superstición viene a ser una creencia sin fundamento lógico, científico ni religioso, a la que se llega por la necesidad instintiva de creer en algo, desconocido, misterioso, maravilloso o irracional, y solamente justificando esta credulidad que huye de la razón, con un “por si acaso”. Se podría decir que las supersticiones en general, son un culto a lo mágico o a una maravillosa realidad que se intuye que rodea al ser humano, cayendo en el absurdo por el motivo de constituir una expresión de la necesidad natural del ser humano de creer en algo aunque no resista el menor análisis de la razón.
Las supersticiones son ideas falsas y muchas veces absurdas, que se han ido creando alrededor de ideas y hechos incomprendidos, a los que se les ha querido atribuir una simbología o un aire sobrenatural , siendo reminiscencias de culturas inferiores o atrasadas que tienen el efecto de ser admitidas por personas hasta de un cierto nivel de ilustración, pues suelen ir acompañadas por elucubraciones de falsa ciencia, fuera de todo razonamiento lógico y hasta en muchas ocasiones amalgamadas con prácticas devotas.
La superstición suele sustituir a los conceptos de la Ciencia y a la fe religiosa del signo que sea, motivado muchas veces por la falta de comprensión que esa clase de fe dogmática aporta en sus postulados. A veces de la propia religión o de sus dogmas se hacen supersticiones cuando sus postulados se rodean de cierto misticismo mágico y se admiten con una fe rayana en un fanatismo irracional.
Sus consecuencias son de los más diverso: desde los resultados inofensivos de la simpleza que supone el creer por ejemplo en cosas o actos que atraen la buena o mala suerte , hasta la conducción para llegar consumar los crímenes más abyectos en función de imperativos mágicos o misteriosos.
La gente debería estudiar y analizar las cosas de modo objetivo y racional, para destruir la superstición desde su base, pues esta siempre aparece dispuesta para ocupar los huecos descuidados por la Ciencia o por la Religión, y los disfraza con un aire sobrenatural, misterioso , mágico o milagroso, totalmente falso , ilógico e irracional.
Es importante la desmitificación y racionalidad de tantas ideas raras, falsas e irracionales que se han ido creando alrededor del conocimiento espiritual verdadero, como por ejemplo, sobre la muerte, el más allá, Dios, la reencarnación, la suerte, etc.
En el extremo opuesto a la admisión de supersticiones, están ciertos materialistas que han caído en el fanatismo negando sistemáticamente todo aquello que sale fuera de sus postulados basados en la sola realidad de la materia, ignorando voluntariamente la verdad que pueda haber más allá de la misma, y negando todo lo que se salga fuera de los efectos conocidos de la materia, siendo así que cualquier noción de alma, Dios, Más Allá, reencarnación, etc. lo califican como supersticioso o se escudan en que todo lo que no sea materia entra en el campo de la fe religiosa. Por eso mismo según el materialismo, las religiones solo están formadas por ideas supersticiosas.
Entre las supersticiones tan abundantes y variadas, se podría hacer una clasificación: la de las creencias en los efectos e influencias de los números cabalísticos y de los signos ; los días y horas buenos y malos; los diversos métodos de adivinación; la influencia de objetos materiales sobre sucesos, la quimera de la astrología, etc,etc. Y es de señalar la evidencia de que desde unos años a esta parte, lo esotérico y lo misterioso está de moda.
Existen también creencias supersticiosas en talismanes y en objetos para preservar de dolencias y de accidentes causados por malos espíritus o por energías negativas a las personas. Ante esta clase de creencias es de recordar que sobre los espíritus solamente influyen los pensamientos que los atraen por afinidad o que los repelen, pero desde luego ningún ritual ni objeto material alguno influye sobre ellos. En esta clase de supersticiones que mucha gente confunde con el Espiritismo, con el que no tienen nada que ver, los espíritus inferiores que se divierten con malevolencia a base de la ignorancia humana en personas crédulas e inclinadas a la fantasía y a la superstición,llegan muchas veces a generar casos reales de obsesión espiritual.

- Jose Luis Martín-
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Quien desee hollar el Sendero deberá aprender a pensar por sí mismo, pues la superstición es uno de los mayores males del mundo, uno de los grilletes de los cuales deberás librarte por completo”
- Krishnamurti-
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              Pensar

El pensamiento es nuestra capacidad creativa en acción. En cualquier tiempo, es muy importante no olvidamos de eso. La idea forma la condición; la condición produce el efecto; el efecto crea el destino.

Su vida será siempre lo que usted esté pensando constantemente. En razón de eso, cualquier cambio real en sus caminos, vendrá únicamente del cambio de sus pensamientos.

Imagine su existencia como desea que deba ser y, trabajando en esa línea de ideas, observará que el tiempo le traerá las realizaciones esperadas.

Las leyes del destino le traerán de vuelta todo aquello que usted piense. En esta verdad, encontramos todo lo que se relacione con nosotros, tanto en lo que se refiere al bien como al mal.

Observe y verificará que usted mismo atrajo hacia su campo de influencia todo lo que usted posee y todo aquello que hace parte de su cotidiano.

Dios es Amor y no castiga criatura alguna. La misma criatura es que se culpa y se corrige, ante los falsos conceptos que alimente con relación a Dios.

En nuestro íntimo, la libertad de escoger es absoluta; después de la creación mental que nos pertenece, es que nos reconocemos sujetos a ella.

El Bien Eterno es la Ley Suprema; manténgase en el bien a todo y a todos y la vida se le convertirá en fuente de bendiciones. A través de los principios mentales que nos rigen, de todo aquello que damos de nosotros a los demás recibimos de los demás el céntuplo.

RESPUESTAS DE LA VIDA
Por el espíritu de: Andre Luiz
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“El desespero es una dolencia y, un pueblo desesperado, cargado por dificultades enormes,puede enloquecer, como cualquier indivíduo.
Él puede perder  su  própio discernimiento.
Eso es lamentable, pero se puede decir que todo sucede por la ausencia de la educación, principalmente de formación religiosa.”
- Chico Xavier -

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