Comenzamos un nuevo año
llenos de proyectos , metas e ilusiones. Pero veremos transcurrir los
días y los meses, y tal vez comprobemos al final del mismo que este
ha sido un año más que transcurre como todos hasta aquí.
Creo que debiéramos
fijarnos metas definidas y concretas de lograr si no del todo, al
menos en parte, unos objetivos claros con respecto a nuestra reforma
interior que es la base fundamental para hacer que el Espiritismo sea
no solamente una bella doctrina y teoría que estudiamos y aceptamos
desde fuera, sino que asumimos desde dentro, trabajando en nosotros
mismos e intentando un progreso personal y espiritual, que no termina
de llegar y concretarse.
Al verdadero
espírita se le conoce por sus obras y estas no pueden manifestarse
de modo positivo si no es mediante unos logros internos reales y
definidos que a su vez nos capaciten para alcanzar nuevas metas.
Humildemente yo propongo a todos los que nos consideramos espíritas, o al menos
queremos serlo, fijarnos sobre otras muchas metas la de luchar contra
el defecto del orgullo en este año. Para esto deberemos cada día
hacernos un profundo análisis de nuestras reacciones, hábitos,
motivos, gestos y reacciones, para identificar este grave defecto
moral y espiritual que es como tierra fértil para el desarrollo y
mantenimiento de otros defectos morales que no podremos erradicar de
nosotros sin antes haber alcanzado la humildad, que es el antídoto
contra este grave mal del alma que de tantas formas se manifiesta en
nosotros y tan solapadamente. Esto que puede parecer tan simple, es
mucho más complejo de lo que parece, pues el propio defecto nos hace
difícil el identificarlo a cada paso.
El campo de trabajo
es amplio, pues comienza en nuestro propio interior cuando nos
relacionamos con el entorno social y propio de cada uno. La
importancia de relacionarnos o agruparnos con personas afines a
nosotros radica en que nos será mas fácil identificar esta grave
tara moral y así , con la humildad que estaremos dispuestos a
ofrecer desde nuestros corazones, ir venciendo y superando este mal.
Deberemos tratar de
que se nos note de verdad que somos espíritas estando en medio de
una sociedad muchas veces materialista y atea, pero sin contaminarnos
por ella. Todavía los espíritas nos dejamos arrastrar muchas
veces por las corrientes mundanas, pero debemos tener conciencia
clara de que tenemos la gran responsabilidad de dar siempre lo mejor
de nosotros, siendo apoyo y luz para tantas personas que se nos
crucen en el camino de la vida buscando sin saberlo, la luz del
conocimiento avalado con nuestro ejemplo.
Con el desarrollo de
la democracia en España, al cabo de los años hemos visto como
multitud de personas que durante años han ocultado , por represión
social, unas inclinaciones homosexuales con las que se
identificaron desde siempre, se han ido desenmascarando sin
importarles más la opinión o calificación del resto de la
sociedad. Y esto lo han podido hacer porque en lo social ya gozamos
de unas libertades y liberaciones que antaño no existieron durante
tantos años.
Si este colectivo, tal
como se dice, “ ha salido del armario” mostrando con libertad lo
que sienten respecto a su identidad sexual, creo que ya es momento de
que el gran colectivo de los espíritas , salga también de “su
armario”, y se identifiquen sus miembros socialmente como tales,
sin vergüenzas ni temores de ser tomados por locos, brujos o
desquiciados. Ya han pasado los años en que por estos temores,
muchos espíritas y grupos espíritas se llamaban “parapsicólogos”.
No se trata de ir luciendo en un cartel o en una camiseta la
identidad de nuestras creencias, ni de ir proclamando nuestras
ideas doctrinarias aunque no vengan a cuento en el entorno en donde
nos estemos ubicando en un momento determinado; esto daría de
nosotros una imagen mas bien negativa de fanatismo religioso o
sectario. Me refiero mas bien a que no debemos ocultarla o
disimularla cuando llegue el caso.
Debemos ser
espiritistas con todas las consecuencias que esto conlleva y con la
gran responsabilidad moral y de imagen ante los demás, que a partir
de conocer nuestra identidad de creencias mirarán “con lupa”
nuestros actos y reacciones para encontrarnos “el fallo”, que
tantas veces encontrarán, pero que deberemos tener siempre la
humildad de reconocer y corregir, haciendo ver que no presumimos de
perfección, pero si que luchamos por ella contra nuestras propias
tendencias.
Mientras tanto,
tenemos también la obligación de formarnos en profundidad en el
auténtico Espiritismo, pues para dar antes hay que poseer y no se
puede dar a los demás la luz de un conocimiento que no se tiene
bien fundamentado. Por eso será importante la formación en grupo o
en familia sobre cada uno de los libros que componen la Codificación
de Kardec, analizando y meditando sobre la mas profunda esencia de
los mismos.
Sabemos que uno de los
principales objetivos del Espiritismo es el de “dar Luz” y encaminar a seres
desencarnados durante las reuniones mediúmnicas que en tantos
Centros Espíritas se practican. Pero para adoctrinar a los demás
antes es necesario que el adoctrinamiento del Espiritismo haya
penetrado en profundidad en uno mismo. De ahí la necesidad del
estudio y de la reforma interior.
También considero tan
necesaria esta formación y esta mejora individual de cada espírita,
precisamente porque soy de la opinión de que está muy bien esa
ayuda que se brinda a los desencarnados, pero no hay por qué esperar
a que lo sean para ayudarles. Por tanto creo que esa ayuda de
iluminar sus conciencias se puede y debe hacer cuando nosotros y
ellos mismos todavía nos encontramos todos encarnados en este mundo.
Dice un sabio refrán que “no dejes para mañana lo que puedas
hacer hoy”; por tanto esa ayuda que se brinda después de la muerte
a quienes ya no vemos, vamos a brindarla ya a los que en este mundo
si vemos cuando nos salen al paso en el día a día, de modo que el
camino que ahora avancen con nuestra ayuda será trabajo adelantado
de cara al gran cambio que supondrá para todos el vernos existiendo
en un “más allá” en donde gracias a la Luz del conocimiento
avalado por nuestro ejemplo de ahora, ya no nos sentiremos tan
perdidos.
Que el Padre y el
Maestro Jesús con sus buenos Espíritus nos acompañen a lo largo de
este año, haciendo que nuestras esperanzas y proyectos de mejora y
evolución, se hagan realidad.
- Jose Luis -
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