INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El doble etérico ( 2)
2.- El doble etérico ( 3 )
3.- Dios, Espíritus, Luz y algo más...
4.- ¿De dónde proviene el sentimiento instintivo de la vida futura?
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EL
DOBLE ETERICO
( 2 )
Mercedes Cruz Reyes
( Continuación del anterior)
Las sustancias alopáticas, toxicas, y agresivas, que dejan residuos en el éter físico que fluye por el sistema nervioso de los médiums, como también presiona al periespiritu y al doble etérico, aumentan la “abertura” o “ventana viva” que se entre abre hacia el otro lado.
Por todo esto el médium debe vigilar constantemente sus emociones y actos, huir de las pasiones y de los vicios lascivos, antes que resistir a la voluntad subvertida y a las desmedidas ambiciones, como a los proyectos siniestros de los espíritus malévolos y mistificadores.
Los mentores siderales solo conceden la facultad mediúmnica a los espíritus que seriamente desean cumplir, leal y correctamente en la tierra, los preceptos y las normas necesarias para su aprovechamiento espiritual a su favor y de la humanidad. Mientras tanto, no pueden prever la falsedad, la vanidad, la subversión, deshonestidad de sus pupilos, cuando están encarnados, dado que se dejan fascinar por las tentaciones, vicios, y convites pecaminosos que los hacen fracasar en la prueba de la mediúmnidad.
Los espíritus endeudados ruegan a los técnicos Siderales por la hipersensibilización periespiritual, para desempeñar los servicios mediúmnicos que les permita resarcirse de sus débitos del pasado; En general, después de encarnados, se dejan influir por las voces maléficas de las tinieblas, pasando a comerciar su mediúmnidad.
Cuando perciben su situación caótica, les falta la condición moral y el potencial de voluntad para rehacerse ante la desdicha infranqueable. Las drogas hipnóticas y anestesias utilizadas en las operaciones, los anti espasmódicos, los gases volátiles, los sedativos hipnóticos, los barbitúricos, el oxido de carbono, el fumar y ciertos alcaloides, como la mezcalina, y el acido lisérgico y otros más, son sustancias que actúan violentamente en los intersticios del doble etérico, pues la catalepsia, el trance mediúmnico, la anestesia total, la hipnosis y el ataque epiléptico, son el resultado de la retirada súbita de ese cuerpo delicado y responsable por la absorción vital del medio.
Aunque la necesidad obligue al médium a utilizar las citadas sustancias, en momentos imprescindibles, resulta imprudente abusar de las mismas, bajo cualquier pretexto o motivo.
Las drogas y los gases anestesiantes, en general, apartan al doble etérico por el lado izquierdo, a la altura del bazo físico y sobre el cual funciona el “Chacra” esplénico; eso provoca trances, hipersensibilidad e inconvenientes bajando la temperatura del cuerpo y reduciendo la vitalidad orgánica.
El médium que abusa de las drogas, desconoce la causa, actúa frecuentemente sobre su doble etérico y en su sistema nervioso, pudiendo volverse un atrofiado psíquico, dado que se transforma en un blanco accesible al asedio del mundo inferior.
En los trabajos de efectos físicos, el doble eterico al apartarse por la izquierda del médium, a la altura del bazo, se vuelve un punto de apoyo para los espíritus desencarnados, que actúan con más eficiencia entre los dos mundos. El es el responsable por la exudación del ectoplasma del médium y por el intercambio de los fluidos nerviosos, que sirve para la materialización, voz directa, levitaciones y transportes. Es el mediador plástico y el catalizador de las energías mediúmnicas, aglutinándose de tal forma, que sirve al mismo tiempo, entre el plano espiritual y el mundo físico.
Los espíritus desencarnados no pueden materializarse, si pretenden utilizar únicamente su periespiritu. Para lograrlo deben de revestirlo e ínter penetrarlo con la sustancia plástica ectoplásmico, que se exuda del doble etérico proyectado por el médium o de las personas presentes. Algunas veces se producen materializaciones algo deformadas, una especie de nubes blanquecinas y vaporosas, recordándonos a la figura humana, como si estuviera recortada sobre el fondo de una cerrazón lechosa y pastosa.
Eso sucede, porque los espíritus solo pueden impresionar a los sentidos de los “vivos” por el empleo y uso de esa masa lechosa, etéreo físico, movedizo e inestable, formado por el ectoplasma del médium y ofrecido a través de su doble etérico.
Cuando se trata de buenos espíritus, los llamados muertos, tienen buena apariencia, son más bellos que los guapos de la tierra, pues su periespiritu es un organismo de contextura anatómica- fisiológica muy superior a la configuración letárgica del cuerpo físico, que está sujeto a las transmutaciones celulares y al envejecimiento precoz.
En las materializaciones los espíritus al servirse del doble etérico de los médiums, tienen que adaptarlos a su plástica espiritual, como cuando se infla un globo de gas, donde la menos deficiencia del aire a presión exterior, lo deforma.
En virtud de la indocilidad del éter físico, que es difícil de someterse completamente al dominio de los entendidos de “el otro lado” a veces, se ven obligados a mostrarse a los encarnados en forma grotesca; unas veces, recordando nítidamente su cabeza, pero deformando el resto de su figura periespiritual; otras completando perfectamente las manos, más sacrificando la delicadeza de la fisonomía.
A pesar de su deformación ectoplásmica a la vista de los encarnados, los espíritus, cuando son evolucionados, se presentan como focos de irradiaciones de donde emanan y bellos colores. Pero cuando se trata de seres primitivos o diabólicos, surge una espesa niebla o aura sombría.
Ningún espíritu se encarna en la tierra con la tarea obligatoria de ser médiums, sino que cada uno lo hace por su libre y espontánea voluntad, dado que solicitó a lo Alto la oportunidad para redimirse espiritualmente, en un servicio de beneficio al prójimo, pues en el pasado tan bien uso y abuso de sus poderes intelectuales o aptitudes psíquicas en detrimento ajeno. Aun en la tierra, las tareas más peligrosas deben aceptarse en forma espontánea, para que el responsable no huya posteriormente.
Es lógico, que al elegir el servicio peligroso, siempre recae sobre el hombre más apto y capacitado, con el fin de alcanzar un buen éxito. La mediúmnidad de efectos físicos, es un servicio poco común, difícil y peligroso, cuyos resultados y sorpresas exigen el máximo de prudencia, humildad, heroísmo y seguridad moral.
El médium antes de encarnar, sabe todo perfectamente, si después comercia con los bienes espirituales y fracasa en el desempeño de su función elevada, no debe culparse a los mentores, puesto que solo le ofrecieron la oportunidad tan reclamada. La culpa, no hay dudas, es del fracasado ante la imprudencia de aceptar tareas mediúmnicas que están más allá de su capacidad normal de resistencia espiritual. Las oportunidades mediúmnicas redentoras, se conceden a los espíritus que deben rescatar deudas. Pero la responsabilidad del éxito o fracaso, solo a ellos les debe ser atribuida. El médium es quien produce las condiciones gravosas o favorables en el desempeño de su tarea asignada.
El uso indiscriminado de anestésicos, el fumar, el beber alcohol y comer carne sustancias toxicas, que expulsan violentamente al doble eterico del cuerpo físico y si se entregan a las pasiones violentas, a los vicios y placeres condenables, se aíslan imprudentemente de los guías responsables de su seguridad mediúmnica.
La verdad es que, Jesús, Buda, Francisco de Asís, Teresa de Jesús, Antonio de Papua, Vicente de Paul y otras almas de elevada estructura espiritual, fueron médiums poderosos y se colocaban en contacto frecuentemente con las entidades desencarnadas, durante su existencia terrena, sin correr riesgos de ser víctimas del poder y la fascinación de la tinieblas.
Los médiums de prueba, desgraciadamente, son personas que viven su existencia humana, gravadas con grandes responsabilidades o deudas del pasado; por eso, en base a cualquier descuido o vigilancia espiritual, se vuelven vulnerables a las embestidas perniciosas del mundo invisible, pues los médiums de efectos físicos, salvo raras excepciones, entran en trance a semejanza de los ataques epilépticos o los viciados con drogas. Los médiums de vida regular, serviciales y magnánimos, alcanzan el trance mediúmnico bajo la asistencia de los espíritus técnicos, que desde el “otro lado” los protegen y liberan de las interferencias nocivas y consecuencias perjudiciales.
Bajo ese control
espiritual y amigo, el médium se aparta o retoma su doble etérico sin
desperdicios inútiles de energías, puesto que está amparado contra el acecho
del astral inferior. De esa forma se protege de la infiltración de los
microorganismos peligrosísimos para su contextura etérea física, y de una
debilitación que le desequilibre la salud corporal.
( Continúa y finaliza en el siguiente)
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EL DOBLE ETÉRICO
( 3 )
Mercedes Cruz Reyes
( Continuación del anterior)
El accidente, la practica mesmérica, el pase magnético, el pase espirita, la hipnosis y el trance mediúmnico, apartan parcialmente el doble eterico, mientras que la muerte, lo separa definitivamente.
El doble etérico al estar compuesto del éter físico, sustancia emanada de la superficie terrestre, ejerce su acción, exactamente entre los dos mundos, el material y el espiritual, es decir, donde termina el primero y comienza el segundo.
Durante la desencarnación funciona como una especie de “amortiguador” pues una vez que se aparta del cuerpo físico cadáver suaviza el paisaje del periespiritu hacia el Más Allá. En esas circunstancias, el doble etérico se desliga del periespiritu, como si fuera una entrega suave y gradual hacia el verdadero “hábitat” sin provocar conmoción o choque al abandonar el sustento de la vida material.
Mientras el cuerpo del fallecido reposa en el ataúd, los espíritus técnicos todavía pueden utilizar el doble eterico e intercambiar energías de amparo hacia el periespiritu del desencarnado, en concomitancia, para eliminar hacia el cadáver, los residuos psico-físicos que hayan quedado ligados al periespiritu. Algunas personas, que han sufrido la mutilación de un miembro de su cuerpo se quejan de dolores en esos órganos que le fueron extraídos. Esta sensibilidad, se debe, a que la operación quirúrgica no fue efectuada sobre el doble etérico, dado que este es inaccesible a las herramientas del mundo material. Los clarividentes desarrollados, consiguen ver los brazos o piernas en sus moldes eterices, invisibles, pero que producen las debidas reacciones en su medio.
Todas las cosas y seres tienen su doble etérico, estructurado del éter físico, exhalado por la tierra, que los relaciona con el mundo invisible y con las fuerzas del atavismo animal. Pero no todos los animales tienen periespiritu, dado que es un vehículo evolucionado, porque incorpora en si el cuerpo astral de los “deseos” y el cuerpo mental del “pensamiento rudimentario”. El doble etérico por ser el vehículo responsable de todos los fenómenos del mundo invisible manifestados en la materia, abarca diversas categorías de “materia etérica” como son, la electricidad, el sonido, el olor, la luz, la temperatura, la densidad, la presión y otras más, propias de la vida del orbe.
Los animales primitivos, sin capacidad cerebral para distinguir las reacciones emocionales, cuando mueren, les sobrevive el doble etérico compacto, pues su “actuación” está subordinada al instinto o acción del espíritu grupo, sin tener posibilidades de una conciencia individualizada. En este caso se encuentra el pescado, cuya vida se circunscribe a los movimientos instintivos del cardume, pues un pez cuando siente es semejante, exactamente igual a la reacción que posee otro pez. Las especies más evolucionadas como el perro, el gato, el mono, el elefante y el mismo buey, tienen un periespiritu rudimentario además de doble eterico poseen un cuerpo astral, aunque tosco, pero en condiciones que les permite manifestar ciertos deseos y emociones, que demuestran vislumbres de sentimientos.
El perro, por ejemplo, revela algunas nociones de sentimiento humano, ya sea amando a su dueño hasta el sacrifico, u odiando a su verdugo, sin olvidarlo jamás. Ya denuncia un periespiritu en estado de “embrión” y con el correr del tiempo, incorporará el atributo mental, que se va formando, lo que permitirá una mayor y perfecta comprensión, aunque inherente a su especie animal.
Los animales poseen cierta sensibilidad mental de discernimiento, y después de su muerte, su “espíritu” embrionario será encaminado hacia otros planetas donde existen otros ambientes de vida, que es compatible con su conciencia en formación. Así, poco a poco, irá alcanzando su independencia individual, para desprenderse definitivamente del espíritu del espíritu grupo de su especie.
Cualquier hostilidad al cuerpo físico y al periespiritu, el doble etérico lo acusa por medio de centros sensoriales correspondientes a la conciencia periespiritual y a la física. Por eso en los trabajos mediúmnicos de buena asistencia espiritual, las entidades materializadas advierten a los presentes, que no les apresten las manos con violencia, pues el médium, en trance cataléptico, es muy hipersensible y vulnerable a cualquier presión que le fuera hecha en su doble etérico, proyectado a distancia.
El médium es quien entrega el material o sustancia que los desencarnados se hagan perceptibles al tacto y a la vista carnal de los humanos. Todo es posible porque el médium consiente que le utilicen el doble eterico durante la manifestación de los fenómenos de materialización. Si alguien castiga al espíritu materializado, el médium acusa la ofensa porque lo hieren en su doble eterico, exteriorizado e impregnado de sus fluidos nerviosos. En ciertos casos, al volver a la vigilia física, llega a exhibir en su epidermis como si fueran manchas, algo parecidas a la sangre negruzca, correspondiendo en el cuerpo físico, exactamente a la zona ofendida entéricamente.
Pellizcando, o hiriendo al médium, durante el trance cataléptico, indefectiblemente acusará la ofensa a través de un fuerte choque vibratorio, que ha de llegar a su conciencia, como si estuviera en vigilia.
El médium sin entrar en trance cataléptico puede ofrecer su ectoplasma para las materializaciones, o voz directa, pues se trataría de un médium sumamente experimentado, no solo en esta existencia, sino en las anteriores, o también puede haber efectuado cursos especiales en el espacio para dominar el fenómeno obviamente, después de encarnado. En vez de tomar los espíritus el doble eterico, para elaborarlo a gusto, según el fenómeno a presentar, el médium lo entrega en las cuotas necesarias y listas para su uso inmediato. De esa forma, el pude hablar. De esa forma, el puede hablar con las entidades que trabajan a su alrededor y atender a las solicitudes de los presentes, sin presentar anomalías o cesión del fenómeno que se procesa.
Otras veces, cuando los espíritus disponen de ectoplasma suficiente y preparado en la formula química prevista, acostumbran a despertar al médium del trance cataléptico, para conversar con el también y darle instrucciones o hacerle advertencias sobre su conducta moral.
Existen casos, donde los espíritus, por la noche, dejan su cuerpo físico en el lecho durante el sueño, penetran imprudentemente en las regiones inhóspitas del astral inferior, terminando por sufrir agresiones de los espíritus ignorantes y vengativos que se aprovechan de todas las circunstancias y ocasiones propicias para vengarse de los encarnados. Esos prejuicios son muy graves, porque las personas que viven censurablemente, se muestran indiferentes a las enseñanzas de Jesús.
La mala conducta practicada en el día, deja al espíritu desamparado en sus salidas hacia el astral por la noche, pues cuando se desprende del cuerpo carnal queda aislado de sus protectores, dado a la masa de fluidos adversos que se les adhiere en los momentos de prácticas anti evangelistas.
Por eso, sus guías nada
pueden hacer en los momentos de peligro, ni siquiera librarlos de ciertos traumas psíquicos, que
al día siguiente se tornan como una pesadilla. Ciertos sueños tenebrosos, no
dejan de ser escenas reales, vividas por la noche, fuera del cuerpo y bajo el
dominio de sus perseguidores del astral. En tal condición, el espíritu del
“vivo” retorna veloz y afligido del lugar donde se encuentra en peligro, para
sumergirse aceleradamente en su escafandra de carne y protegerse contra los peligros del más
allá.
Muchas personas que se dedican durante el día a las pasiones detractoras, a los vicios deprimentes, a la maledicencia y a llevar las estadísticas de los pecados del prójimo; después se arrojan a la cama para reposar, sin recurrir a los beneficios saludables de la oración, que traza una frontera fluídica protectora alrededor del espíritu encarnado.
De acuerdo con la concepción oriental, el Éter Cósmico es la esencia virgen que ínter-penetra y sustenta el Universo. Es la sustancia “Virgen” de la escolástica hindú. El éter físico es una especie de exudación cuyo éter o radiación del citado Éter Cósmico, fluye a través de los poros de la Tierra, la que funciona a manera de condensador del éter. Bajo tal aspecto, el Éter Cósmico pierde su característica de esencia “virgen” para volverse una sustancia impregnada de impurezas del planeta. Si consideramos el Éter Cósmico semejante al agua pura, en su estado natural, el éter físico entonces ha de ser el agua, con las impurezas adheridas después que las utiliza el hombre.
Mercedes Cruz
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Cuando el hombre, proceda del campo que proceda, sea religioso, ateo, filósofo, etc. entra en el Espiritismo, se le desarrolla un campo tan grande de investigaciones que, de momento, no se da cuenta de tanta grandeza. A medida que va ensanchando sus estudios y sus experimentos, más grande es la perspectiva de lo que antes desconocía, y en todo ve la grandeza de Dios. Tanto es así, que se queda el ser maravillado ante tanta justicia, amor, belleza y poder.. Entonces ve lo que significa su individualidad en esta creación; comprende su vida eterna, a lo menos en un principio; sabe que no se halla por casualidad, que no es un ser venido a la Tierra sin plan ni concierto, sino que su existencia está unida al concierto universal de la creación y que nunca será abandonado, sino que está sujeto a una ley que alcanza a todos y que, como los demás seres de la humanidad, alcanzará con sus esfuerzos, más o menos tarde, su felicidad, su belleza, su sabiduría; sabe que puede retardar su progreso más o menos, pero que al fin tendrá que verse atraído por el amor universal, y tanto si quiere como no, se verá un día impregnado de todo cuanto encierra de bello y grande el amor divino y que formará parte de la gran familia de espíritus felices que gozan y trabajan dentro del amor divino..
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