jueves, 15 de agosto de 2024

Compañeros

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1- Transcomunicación ( 3- Final)

2- Sinceridad

3.- Fanatismo e idolatría

4.- Compañeros

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            TRANSCOMUNICACIÓN-3( final)


       Hay toda una serie de investigaciones científicas con bastantes controles que se llevaron a cabo en la casa de Bacci, él nunca tuvo problema que los investigadores entraran en su casa y llevasen a cabo todas las investigaciones que considerasen oportunas. La primera de ellas tuvo como protagonista a Carlo Tragna, que es un ingeniero de sonido, él lo que hizo fue conectar en el enchufe de la radio de Bacci otra radio con una antena independiente pero sintonizada en la misma frecuencia de onda corta de la radio de Bacci, en la radio de Bacci salían las voces y en la del ingeniero no. Una segunda investigación en la que participaron Mario Salvatore Festa, catedrático de física nuclear de la universidad de Nápoles, y Franco Santi, que es técnico de sonido, además de toda una serie de controles llegaron a quitar todas las válvulas a la radio. Hemos empezado a quitar todas las válvulas de la radio,-decía el físico- y se dio la comunicación, entonces yo tomé posesión de la radio y con el sintonizador empecé a ir por todas las estaciones y no había señal, entonces en ese momento no había posibilidad de tener un contacto con el mundo exterior, nadie podía hacer funcionar una radio sin válvulas y con ese estupor de las voces del más allá, Marcelo Bacci tuvo una intuición genial, apagar la radio, y durante dos minutos y algo hemos seguido teniendo la conexión con la radio. Eso es algo técnica y físicamente imposible, una radio no puede funcionar sin válvulas y mucho menos apagada. Pero técnicamente desde el plano espiritual si pueden producir directamente a través del altavoz de la radio, de igual forma que han podido provocar fenómenos de voz directa.
        Año 2004, otra investigación con Mario Salvatore Festa y otros científicos, los controles fueron más duros, con la radio apagada y sin válvulas, había investigadores de diferentes países, y las voces se comunicaron en inglés, italiano, portugués, y español, e incluso había frases en otros idiomas, y les decía cosas como: alégrate David, aquí está Johan, Johan era el abuelo de aquel científico, Manu os protege, incluso llega a decir el Sabio: sabemos todo de vosotros, la energía que interviene en esta comunicación no comporta cambios en vuestra física, no estáis aún preparados para recibir esta realidad. El sabio siempre le da muchos ánimos a Bacci.
         Son cientos de miles las psicofonías que se han grabado por investigadores serios y millones las que han recogido muchas personas desde el anonimato y desde hace ya varias décadas. Hay muchísimas asociaciones en todo el mundo y podemos afirmar que es relativamente sencillo recoger una psicofonía, como es igualmente sencillo obtener una comunicación mediúmnica, siempre y cuando eso sí, exista un médium. Los fenómenos de EVP, las psicoimágenes, las comunicaciones a través del ordenador y del teléfono siempre van a necesitar de un médium, una persona o varias que estén aportando fluidos que son los que permiten a los espíritus afectar a la materia.
        Charles Richet, premio nobel de fisiología, estudiando a los médiums y a este tipo de fluido, lo denominó ectoplasma. Y es gracias a él que los espíritus pueden hoy interferir en una radio como pudieron y pueden hoy provocar un fenómeno de voz directa. Es gracias a este fluido que un espíritu puede crear una imagen en un circuito de televisión como igualmente puede dar golpes o hacer girar mesas. Esta facultad de donar ese fluido en el espiritismo lo denominamos mediumnidad de efectos físicos y si bien a una pequeña escala es común que haya personas que puedan aportar mínimamente este fluido, por otra parte es muy poco común encontrar personas que lo produzcan en gran cantidad y llevar a cabo fenómenos de una forma más evidente, como los de Daniel Douglas Home y que fuese investigado por Sir William Crookes. O los de Marcelo Bacci.
        Veíamos que algunos espíritus investigan y buscan la forma de encontrar el medio directo de comunicación, el tan ansiado instrumento, e igualmente hombres desde hace más de 100 años están detrás de encontrar el gran invento de todos los tiempos. Hace falta seguir investigando pero la solución final va a llegar cuando la humanidad no sólo lo merezca sino esté preparada para algo así.            Los espíritus, ya trajeron la guía práctica para el intercambio mediúmnico que encontramos en el libro de los médiums. Es ahí que tenemos la base y mientras no apliquemos esas recomendaciones especialmente en el campo de lo moral, difícilmente podremos alcanzar mayores conquistas.
         La pregunta 934 de El libro de los Espíritus dice así:

       1. La pérdida de las personas que amamos, ¿no es uno de los sucesos que nos causan una pena legítima, dado que dicha pérdida resulta irreparable y es independiente de nuestra voluntad? 
        - Ese motivo de congoja alcanza así al rico como al pobre. Se trata de una prueba o de una expiación y constituye una ley común. Pero representa un consuelo para vosotros el que podáis comunicaros con vuestros amigos por los medios de que disponéis, hasta tanto no tengáis otros más directos y más accesibles a vuestros sentidos.
           Tras esas voces hay mensajes de esperanza, una evidencia más de la inmortalidad, es su papel y por el cual los espíritus no escatiman esfuerzos, tratando de demostrar al hombre por todos los medios posibles que sí pueden volver para contarnos lo que hay en el otro lado.
           Al espiritismo como ciencia de observación que es le cabe también el papel de la investigación, no obviando estos nuevos sistemas, contribuyendo y colaborando en esta tarea. Esta afirmación quizá pueda sorprender a algunos o no ser compartida por otros. Pero Allan Kardec nos recuerda esto repetidas veces.
         Así por ejemplo en el libro de los médiums dice: La instrucción espiritista, no comprende sólo la enseñanza moral dada por los Espíritus, sino también el estudio de los hechos; a ella incumbe la teoría de todos los fenómenos, la investigación de las causas, y como consecuencia, la confirmación de lo que es posible y de lo que no lo es; en una palabra, la observación de todo aquello que puede hacer adelantar la ciencia. 
       En el campo de la transcomunicación instrumental vemos que los investigadores están provistos de profundos conocimientos de electrónica, de física, de cuestiones de la materia sin más pero no hemos encontrado ninguno que por ejemplo lleve a cabo sus experimentos bajo todas las recomendaciones que ya nos han dado los espíritus como por ejemplo la armonía, la sintonía, la elevación moral, grupos homogéneos, estudio permamente y regulado de la doctrina espírita.
       Muchos de estos experimentadores a través de sus investigaciones se van dando cuenta por sí mismos de algunos detalles, como por ejemplo que los fenómenos se dan cuando hay una persona especialmente dotada, sin la cual no se producen. Algo que ya el libro de los médiums nos explicaba muy bien hace 150 años.
        Pero entonces, ¿tendrán los espíritas que hacerse parapsicólogos, o los parapsicólogos espíritas? Ni lo uno ni lo otro, pero posiblemente en un futuro cuando el espiritismo esté más divulgado no ya la parapsicología sino la propia ciencia investigará sin tapujos la vida después de la muerte y utilizará la metodología que los propios espíritus ya han revelado y se encuentra en la doctrina espírita, y más particularmente en el libro de los médiums.
        Y hasta que eso llegue los espíritas podemos y debemos estudiar los hechos, y dar espacio a eso en primer lugar en nuestras mentes quizá un poco ancladas a este respecto. Recordemos algunos de los grandes espíritas españoles el Vizconde Torres Solanot José María Fernández Colávida. Ambos se dedicaron con todas sus fuerzas y empeño en divulgar la doctrina espírita, en formar núcleos de estudio, en organizar congresos, pero también reservaban espacio para la investigación y la experimentación. Torres Solanot llevando a cabo sesiones diarias en el campo de las materializaciones con la médium de las flores, haciendo correspondencias cruzadas con el grupo de Colávida. Manuel Ausó y Monzó de la Sociedad Espiritista Alicantina del siglo XIX que al enterarse de las nuevas investigaciones de la fotografía espiritista en Bostón empezaron a experimentarla en el centro, con la ayuda de los propios espíritus que les indicaban a través de los médiums cómo obtener mejores resultados. Fernández Colávida sería por ejemplo el iniciador de las regresiones a otras existencias ahora tan divulgadas.
         Entonces llevaba razón Allan Kardec cuando decía que también tenemos que estudiar los hechos y que esto ayudaría a hacer adelantar la ciencia.
       Sin embargo los hechos, los fenómenos, siendo importantes no deben ser nunca lo más importante. Son los mensajes que hay detrás de las comunicaciones, que buscan la regeneración moral de esta humanidad y que han venido de una forma organizada a través de la revelación espírita. Hoy ninguno de nosotros hace pruebas sorprendido de lo interesante y maravilloso que es la comunicación telefónica, sencillamente utilizamos la telefonía para comunicarnos y lo importante es la información que intercambiamos, no el hilo telefónico o las ondas electromagnéticas por donde circula.
         El mejor sistema de comunicación será aquel que permita una mejor y más cómoda forma de transmisión de la información y desde luego las psicofonías o los EVP están lejos de equipararse a la psicografía o la psicofonía a través de un médium, que permiten mensajes más amplios. Pero no por ello nos conformemos y sigamos de cerca esta búsqueda del santo grial de la comunicación directa con los espíritus.
         Vivimos en la era de la tecnología y tenemos una idea muy lineal y lenta de lo que está por venir, pero los descubrimientos se están dando de forma exponencial. La tecnología formará parte de nuestros cuerpos y de nuestra salud como ya de hecho está ocurriendo con ciertos implantes. Por ejemplo la Universidad de Navarra realizó una cirugía que consistía en colocar un implante auditivo de unos electrodos en el tronco cerebral de una niña de 13 meses.
          Aún la Humanidad no tiene oídos para oír, ni ojos para ver.
          Pero no temamos mirar por el telescopio espiritual y estudiar este firmamento que nos muestra el verdadero Universo, y digamos con Galileo…y sin embargo se mueve. Nuestras lentes hoy por hoy son los médiums, nuestra Astronomía es el Espiritismo y los soles que más nos iluminan la verdad y el amor.


Salvador Martín
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               SINCERIDAD

     Sinceridad es sinónimo de veracidad. Ser sincero es pues ser fiel a la verdad, estar libre de fingir, de actuar con hipocresía, de vestir la mentira con ropaje de verdad, libre de aparentar, de engañar, de confundir, de mentir, y de toda causa que sea faltar a la verdad simple y pura. Como todos los valores, la sinceridad se lleva dentro. A las personas se nos llega a conocer por nuestra forma de ser en general, hasta por la forma de respirar, y llega un momento en que cuando una persona demuestra que no es fiel a la verdad, que no es sincero en sus obras, que dice una cosa y hace otra, o viceversa; sus palabras ya no le avalan, se deja de creer en él, hasta que con el tiempo corrija esta actitud al comprender que no le trae a la larga más que perjuicios.

La sinceridad no consiste sólo en hablar. Hablar, decir la verdad es un componente importante dentro de la sinceridad, pero es sólo una parte en la integridad del ser humano. Ser sincero es en primer lugar ser fiel a los principios que se tienen. Actuar en consecuencia con los dictados de nuestra conciencia. A esto se le llama ser sincero con uno mismo. Cuando una persona obra consecuentemente, cuando es leal a sus pensamientos y sentimientos positivos, está dispuesta y preparada para ser sincera con los demás.

Por nuestros defectos, acostumbramos a pensar y sentir de una forma determinada, y a obrar de otra muy distinta, entonces sólo nos cabe encubrirnos, disfrazar la verdad y es difícil ser sinceros.

Hay muchas personas que dan una imagen de sí mismos de cara a los demás, pero en realidad no podemos fiamos de lo que están pensando por dentro. Cuando no podemos confiar en una persona quiere decir que esta no es sincera, de poco valen entonces las palabras que pueda decimos, porque no sabemos con qué intereses nos está llegando.

Cuando una persona es sincera puedes llegar a conocerla bien, porque sabes con bastante certeza cómo va a actuar en una situación concreta, sabes que no te va a fallar porque confías en ella por la trayectoria que lleva. Cuando hablas con ella sabes que te dice la verdad, porque no tiene nada que esconder, sus obras le avalan. En general las personas sinceras no son egoístas, ni orgullosas, por lo tanto están en capacidad de cumplir el requisito más primordial de la sinceridad que como hemos dicho era ser veraces, no fingir de ninguna manera.

En términos de amistad, y más en general en el aspecto espiritual, que es lo que más nos interesa a la hora de redactar estos artículos, ser sinceros es confiarle a las personas con quienes nos relacionamos lo que vivimos por dentro, lo que estamos sintiendo de veras.

Normalmente nos cuesta contar las experiencias que estamos viviendo, acostumbramos a decir que todo va bien, cuando en realidad muchas veces no es así, incluso muchas veces rehusamos a ser vistos para no dejar a la luz el momento que estamos pasando. Sea por miedo, recelos, o por lo que sea faltamos a la confianza de nuestros amigos cuando les hacemos ignorar lo que nos pasa.

Esta actitud a nivel espiritual debemos controlarla y superarla, anteponiendo la humildad y confiándonos a nuestros amigos, para que puedan conocernos mejor y entonces puedan ayudarnos a pasar los problemas, que, por nosotros mismos sería muy difícil y más lento de superar.

Ser sincero es ser franco, y nada hay de malo, sino al contrario, el compartir nuestros problemas y vicisitudes con los compañeros de nuestra vida es necesario y justo, pues los amigos no sólo están para los ratos buenos, sino para comprendernos y ser un poco nosotros, dándoles así la oportunidad de demostrarnos el cariño y el aprecio que sienten hacia nuestra persona.

Para llegar a ser sincero es también necesario ser humilde. No avergonzarse ni ofenderse por tener que rectificar una cosa, por tener que reconocer un error. Esto, en nuestra humanidad, con sus imperfecciones es motivo de humillación muchas de las veces, pero para la vida espiritual, es una grandeza del alma, es un paso que se da en pro de la propia evolución, es una manchita que se quita a nuestro espíritu. Mientras que no reconocer un error supone reincidir en él y por lo tanto hacer la manchita más sucia y más grande, es decir estancarnos en nuestro progreso y darle fuerza a nuestra parte negativa.

Una persona llega a ser sincera cuando está dispuesta a progresar moralmente, cuando no se siente más que nadie, cuando no le importa que sus amigos y compañeros le conozcan tal como es de verdad, cuando no se humilla por tener que darle la razón a otro, cuando en fin se sabe imperfecto y con multitud de cosas que perfeccionar en su carácter.

Cuando por contra, una persona se siente superior a los demás todo lo dicho anteriormente le cuesta de llevarlo a la práctica, esconderá sus faltas, le achacará sus errores a otros, dará una falsa imagen de sí y él mismo se convertirá en un obstáculo para alcanzar sus objetivos, tanto espirituales como materiales.

Fermín Hernández Hernández

 Amor, paz y caridad

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                         FANATISMO E IDOLATRÍA

Fanáticos e idólatras de cualquier procedencia, son miembros carcomidos del organismo enfermo de la ignorancia.

Sumergidos en densa tiniebla mental, se niegan las bendiciones de la luz del discernimiento, cerrados en los corredores estrechos de la intolerancia renitente o del pavor inexplicable. Siempre los hubo en todos los tiempos.

Adorando los fenómenos de la naturaleza, por temerlos, o irguiendo tótems y a ellos ofreciendo sacrificios para apaciguarlos, el fanatismo y la idolatría alcanzaron el clímax cuando, en holocausto, fue derramada sangre en sus altares macabros…

Con el avance del pensamiento y las abundantes conquistas de la ciencia, era de esperarse que no existiese más clima para la floración de esa fauna de enfermos del espíritu.

Empero, en los diversos lugares del conocimiento, ellos aparecen y proliferan.

No tan solo en las aldeas religiosas, sino también en las amplias avenidas de las ciudades del saber, surgen y se desarrollan, en cultos de macabra animalidad, esos dos famélicos verdugos, reviviendo los fastos del pasado, casi olvidado…

El culto del personalismo a la adoración del “yo”, a la secta del placer, son modernos medios de veneración a las vacuidades en señalado desinterés por la evolución y la civilización.

***

Están los que idolatran la juventud que se esfuma rápidamente.

Están los fanáticos por estrechez de visión en materia de fe o en las directrices del conocimiento.

Idolatría en torno de objetos, animales, personas, ideas que se consumen.

Objetos que pertenecieron al pasado y que escasean, disputados por coleccionistas dominados por la codicia, en fanática idolatría.

Aquí, las riendas que pesaron sobre el lomo aristocrático de Incitatus, el caballo que Calígula elevó a cónsul.

Allí, el puñal con que el esclavo asesinó a Domiciano.

Allá, la espada de Napoleón, erguida en las batallas de Tolón o en las campañas en Italia.

Montículos de fragmentos de esta o aquella madera, de monedas, de sedas, de objetos y adornos…

Mientras tanto, el fanatismo religioso y la idolatría pagana que aún perduran en algunas filas del Cristianismo, constituyen, en los días actuales, llaga purulenta aguardando el mercurio de cromo del «buen sentido» y de la «razón».

«No esculpiréis imágenes para adorarlas…» — dice el Señor.

Sin embargo, en nombre de la nostalgia, bajo la excusa de evocaciones sentimentales, en cultos funestos del miedo, se yerguen altares y surgen adoradores, imprudentemente, aumentando el número de inseguros y sufrientes.

Con las enseñanzas espiritas que reproducen las lecciones cristianas, el hombre despierta a la adoración «en espíritu y verdad».

Ya no puede cultivar los transitorios alegatos.

Ni amontonar harapos adornados de celebridad.

Se envuelve en los tejidos de la caridad, calza las sandalias de la acción y se unge de amor al prójimo.

Abre alamedas de luz en los bosques sombríos, encendiendo esperanzas y propaga el mensaje de liberación, viviendo el culto de la renovación íntima, incansablemente.

***

Recibido en Cesarea por Cornelio que lo aguardaba entre familiares y amigos, Simón Pedro fue homenajeado por el anfitrión, que, emocionado, «se postró a sus pies y lo adoró». El viejo pescador, a quien tanto debe la Buena Nueva, recordando, tal vez, al Maestro, en un impulso generoso y viril, levantó al amigo, diciendo: «Levántate, que yo también soy hombre».

Recordando la lección del siervo dedicado a Cornelio, anotada en los Hechos de los Apóstoles, capítulo diez y versículos veinticinco y veintiséis, compenetrémonos del deber de divulgar el Evangelio, en su pureza primitiva, libertando mentes y corazones del fanatismo y de la idolatría, enseñando con firmeza y bondad que el paraíso no tiene límites y la adoración que nos corresponde efectuar, está en la tarea de espiritualizamos a nosotros mismos, ampliando nuestra labor a la familia humana, sin preferencias, sin pasión, sin locura…

Joanna de Ângelis

Médium Divaldo Franco
Extraído del libro “Dimensiones de la verdad”
Traducido por Juan A. Durante-

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COMPAÑEROS
Hay muchos compañeros realmente así...
Se declaran espiritas.
Se proclaman convencidos, en cuanto a la supervivencia.
Relatan casos maravillosos.
Muestran apuntes inatacables.
Se refieren frecuentemente a los sabios que investigaron las fuerzas psíquicas.
Andan de experiencia en experiencia.
Miran fijamente a los médiums como si viesen animales raros.
No albergan dudas en cuanto a los hechos insólitos en el seno de su familia, pero desconfían de las observaciones nacidas en el hogar de otro.
Conversadores primorosos.
Anecdotistas notables.
Pero no muestran cambio alguno.
Son en la convicción lo que eran en la negación.
Nobles exponentes de cultura intelectual, no reparten migaja de conocimiento superior a quien quiera que sea.
Detentando ventajas humanas, no se dignan a ayudar a nadie.
*
Felizmente, empero, tenemos a los compañeros de la lucha incesante.
Se afirman también espiritas.
Pero comprenden que el fenómeno ante la verdad puede ser valorado igual que la cáscara en el fruto.
Consideran a los médiums como personas comunes, necesitadas de entendimiento y de auxilio.
Saben que la existencia en la Tierra es como la práctica en la escuela.
Y por ello no pierden tiempo.
Viven en trabajo constante.
Indulgentes para con todos y severos para consigo mismos.
Aceptan la justicia perfecta a través de la reencarnación, y aceptan en el sufrimiento el curso necesario al perfeccionamiento del alma.
Constatan que el error de los otros podía ser de ellos mismos y en razón de eso no pierden la paciencia.
Reconociéndose imperfectos perdonan sin vacilar las imperfecciones ajenas.
Y viven la caridad como simple deber, aprendiendo y sirviendo siempre.
Son esos que Allan Kardec, en su palabra esclarecida, define como “los espiritas verdaderos o, mejor, los espíritas-cristianos”.
Emmanuel.

Libro: Siembra de los Médiums.
Espíritu: Emmanuel.
Psicografía: Francisco Cândido Xavier.

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