Es oportuno y esclarecedor el reportaje: Alzheimer: dolencia silenciosa de Jacqueline Falcâo (para el Periódico Diario de S. Pablo) difundida por el Periódico de los Espíritus. Queremos dividir con los lectores un poco de algunas de las observaciones personales al respecto de esa molestia, fundamentadas en casos de consultorio y en la vida familiar – tenemos dos casos en nuestra familia. Creemos importante también analizar el problema de los “cuidadores” del enfermo (familia). Más allá de llevar a la discusión el problema de la precocidad con que las cosas ocurren en el momento actual. ¿Será que las proyecciones estadísticas de algunos años atrás valen para hoy? ¿Serán confiables como siempre lo fueron? Si todo es más precoz, ¿qué impide que dolencias con posibilidad de surgir sobre los 65 años de edad aparezcan en torno a los 50 o hasta menos? De ahí, ¿con qué edad debemos comenzar a preocuparnos con la posibilidad de que un día se manifieste la dolencia?
Alerta .-– Es incalculable el número de personas de todas las edades (hasta niños) que ya presentan alteraciones de memoria reciente y de déficit de atención (primera fase de la dolencia de Alzheimer) son el estilo de vida actual, estrés crónico, disturbios del sueño, medicamentos, estimulantes como la cafeína y otros, etc. Pero, ¿quién garantiza que nuestro estilo de vida vaya a cambiar? Entonces, ¿cuánto tiempo el organismo soportará antes de comenzar a degenerar? ¿Es posible que pronto tengamos jóvenes con Alzheimer?
Algunos trazos de personalidad de las personas portadoras de Alzheimer. – En nuestra experiencia, hemos observado algunas características que se repiten: acostumbran a ser muy enfocadas en sí mismas. Viven en función de sus necesidades y de las personas con las cuales crean un proceso de co-dependencia y hasta simbiosis. Sus objetivos de vida son limitados (tratándose de evolución). Son de pocos amigos. Gustan de vivir aisladas. No osan cambiar. Conservadoras hasta el límite. Su dieta es siempre la misma. Crean para sí una rutina de “ratoncitos de laboratorio”. Son muy metódicas. Acostumbran a presentar pensamientos circulares e ideas repetitivas bien antes de la dolencia se caracteriza. Cultivan manías y desarrollan el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) con frecuencia. Obstinadas, desconfiadas, no les gusta pensar. Lecturas o fantasías. No son dadas a ayudar al prójimo. Reticentes a la práctica de actividades físicas. Fácilmente entran en depresión. Agresivas contenidas. Luchan mal con las frustraciones que siempre intentan camuflar. No se dejan seducir. Presentan disturbios de la sexualidad como impotencia precoz y frigidez. Bloqueadas en la afectividad y en la sexualidad. Algunas tienen dificultad en manifestar cariño, para ellas un abrazo, un beso, una caricia requiere un esfuerzo sobre-humano.
Siempre queriendo hacer cualquier cosa que acostumbran a desencadenar el proceso – En la actualidad la parcela de la población que corre más riesgo, son los que se jubilan – especialmente los que se jubilan pronto y no crean objetivos de vida, de cambio interactivo en secuencia. Se aíslan. Adoran la TV porque no los obliga a razonar, pues no les gusta pensar para no necesitar hacer elecciones o cambios. Avarientos de afecto y necesitados de cambios afectivos cuando no pueden vampirizar a los parientes, se deprimen abriendo las puertas para la degeneración fisiológica y principalmente para los procesos obsesivos. En esa situación degeneran con increíble rapidez, de un momento para otro.
Alzheimer y mediumnidad – En el transcurrir del proceso los lazos fluídicos quedan tan flexibles que ellos hablan con personas que no vemos ni sentimos. Y unos más y otros menos, nos transmiten lo que dicen los desencarnados o son usados de forma directa para comunicaciones. Su condición fluídica permite que accedan con facilidad la película de las vidas pasadas (mejor la última) – muchas veces en esos momentos, nos nombra y nos tratan como si fuésemos otras personas que vivieran con ellos en la última existencia. Vale aquí resaltar, ese hecho ocurre en muchos enfermos terminales y en algunas personas durante procesos febriles – eso no quiere decir que la “mediumnidad como tarea” sea responsable por la dolencia ni al contrario. Hasta por seña nunca conocí alguna persona portadora de Alzheimer que haya sido trabajadora usando su mediumnidad al servicio de Jesús; claro que puede haber, pero yo nunca la vi.
Obsesión – Es muy común que la dolencia insidiosamente se instale a través de un proceso diseñado por obsesores, pues los que acostumbran presentar esa dolencia no son muy adeptos de la ayuda al prójimo y del amor incondicional; de ahí quedan vulnerables a las venganzas y represalias. Es raro que buenos trabajadores al servicio del Cristo se transformen en Alzheimer. Pero, ¿quién es o cuales son los blancos de proceso obsesivo? ¿El enfermo o la familia?
Alzheimer – el umbral para los aun encarnados – El miedo de dormir refleja, entre otras cosas, las compañías espirituales nada agradables. Los “cuidadores” de esos pacientes tienen mil historias que contar y muchos informes que hacer. Ese asunto merece muchos comentarios.
El espíritu vuelve para el escaparate – Tal como el espíritu que reencarna; pues en la infancia nuestro espíritu esta en el escaparate, ya que aun no sufrió la acción de la educación formal. Ese tipo de dolencias libera toda nuestra condición real que, pierde paso a paso las contenciones de la personalidad formal y muestra su verdadera condición: en una calle. ¿Para qué? ¿Quién puede beneficiarse con eso? ¿Serán los familiares más atentos? ¿Los profesionales de la salud? En nuestra familia tuvimos un caso curioso, nuestro paciente se beneficiaba en la parte cognitiva con la medicación especifica pero, tuvimos que suspenderla, pues, él que antes parecía un “dulce de coco”, con la evolución de la enfermedad su personalidad agresiva antes contenida, se manifestaba de tal forma que, volvía inviable el uso de la medicación, porque nadie podía con él ni lo soportaba ( llegó a ser expulsado de una clínica especializada pues por nada agredía a los otros internos) – en la decisión de consenso se optó por mantener las tradicionales “camisas de fuerza” (remedio que todos conocen.
Los cuidadores – Incluso que todos morimos de miedo de tener que “cuidar de un antiguo niño mal educado” como se vuelven los potadores de esa enfermedad; ella no deja de ser una oportunidad impar de desarrollo de cualidades espirituales a “toque de caja” (es una expresión brasileña), rapidito, rapidito. Feliz de quien encara esa tarea sin día sin noche, sin descanso. Es una pena que algunas personas no sean capaces de soportal tal tarea con calma - ¿Quién se arriesga a encarar con buen humor y realizar lo que fuera posible ayudando a ese hermano? ¿Serán los cuidadores víctimas o verdugos? ¿Qué tiene eso que ver con el pasado? Cada cual que decida…
¿Cuántos cuidadores se volvieron enfermos? – Alerta “Cuidadores” acostumbran no aprender nada y, repiten la lección para los otros, se vuelven herramientas de aprendizaje.
¿Qué es posible aprender cómo cuidador? Paciencia, tolerancia, aceptación, dedicación incondicional al prójimo, desprendimiento, humildad, inteligencia, capacidad de decidir por sí y por el otro. Amor.
¿Para el “cuidador” es diferente el Alzheimer del rico o del pobre? – lo que más se ve es el pobre siendo cuidado por la familia y el rico cuidado por terceros. ¿Quién gana qué y cuánto? ¿Ser terceros tiene algún mérito? Se vuelve enfermo de Alzheimer en la clase media es una lotería; ¿por quién o donde seremos “cuidados”?
– Tal y como en la infancia tenemos padres o responsables, en este caso vale la misma analogía.
¿Qué gana o pierde el cuidador? – ¿Vale la pena abdicar de una tarea de vida para cuidar de una persona que todo hizo para quedar en esa condición de necesitado? - ¿Quién o qué dictan los valores? ¿Quién gana o pierde el qué? ¿En cuales condiciones? – En la duda llame a Jesús, Él lo explica todo muy bien...
El problema de la obsesión -¿Quién obsesa a quién? Cuidador y enfermo son antiguos obsesores uno del otro – no es preciso retroceder mucho en el tiempo, pues incluso en esta existencia, con un poco de honestidad da para analizar el proceso en curso; en la duda basta analizar las relaciones familiares, como las cosas ocurrieron. ¿No fue posible? – no importa; basta que hoy, en el transcurso del proceso de la dolencia, evaluemos lo que nos dice el enfermo en sus “crisis de mediumnidad”: usted hace eso o aquello, ¡ahora vas a ver! – preste mucha atención en todo lo que el enfermo dice, pues ahí puede estar la clave para que entendamos la relación entre el pasado y el presente. ¿Quien gana y quién pierde la pelea? El enfermo parece estar en situación desfavorable, pues aparentemente perdió la capacidad de diseñar, decidir – pero, ¿quien sabe él si dio ocasión, para volverse simple instrumento de otros desencarnados que están en mejores condiciones de afligir la vida del enemigo (alianzas y acuerdos) - ¿Quién sabe?
La dieta influye – Los portadores de la dolencia acostumbran a tener hábitos de alimentación sin mucha variación centrada en carbohidratos y alimentos industrializados. Se descuidan en el uso de frutas, verduras y legumbres frescas, además de alimentos ricos en omega3 y omega6, deben consumir más pescado y grasa de origen vegetal) castaña del Pará, nueces, coco, aceite de oliva virgen, aceite de simiente de jengibre. Estudios recientes muestran que hasta los procesos depresivos pueden ser atenuados o evitados por el cambio de dieta.
¿Dolencia silenciosa? – no tanto, pues los avisos no faltan, desde la infancia analizando y estudiando las características del niño, es posible diagnosticar buena parte de los problemas de la dolencia de Alzheimer. Día a día, fase después de fases el cuadro de lo que nos espera en el futuro va quedando claro. Basta analizar, pues ella como todas las otras no es silenciosa es gritona – pero, cuidado con los que callan la boca que no te pregunte nada: medicamentos y similares. Sea experto: Evangelícese (en el sentido de practicar no sólo conocer) para no necesitar volver a usar falda ni pasar caca en las paredes y ser tratado por la familia como un “retrasado”.
¿El mal de Alzheimer es hereditario? ¿Puede ser transmitido? – Sí puede, pero no de forma pasiva inscrita en el ADN, y sí, por el aprendizaje y por la copia de modelos de comportamiento. Lógico que puede ser contagioso; pero por la convivencia descuidada fruto de una educación sin Evangelización.
¿Los medicamentos la resuelven? – Ayudan hasta que ayudan; pero solucionar es imposible, ilógico y cruel si fuese posible – pues, no todos tienen acceso a todos los recursos al mismo tiempo. Los medicamentos usados sin la contrapartida de la reforma en el pensar, sentir y obrar pueden causar terribles problemas de retraso evolutivo individual y colectivo; pues apenas ablandan los efectos sin revolver en las causas. Tapan el sol con la panera.
¿Medicamentos que previenen? – Claro que no – apenas adelantan lo inexorable. En cuanto a eso, hasta los científicos más agnósticos concuerdan. Uno de los más eficaces remedios ya inventados fueron los grupos de apoyo a la tercera edad. La convivencia saludable y las actividades que puedan ser hechas en grupo generan un flujo de energía curativa. La dolencia de Alzheimer por encima de todo es una molestia que refleja el aislamiento del espíritu que se vuelve solitario por opción. El interés por los amigos es un buen remedio.
¿Hay vacunas? – Lógico que sí. Desde que sepamos separar la vacuna activa de la pasiva. El acto de vacunarnos contra la enfermedad de Alzheimer es el de estudiar las características de personalidad, carácter y comportamiento de los que viven, para que no las repitamos. La mejor y más eficaz de ellas es el estudio, el desenvolvimiento de la inteligencia, de la creatividad y la mejor y más eficaz de ellas es el estudio, el desarrollo de la inteligencia, de la creatividad y la práctica de la caridad. Seguir al pie de la letra el recado que nos dejó el Espíritu de Verdad: “Amaos e instruiros”. ¿Quiere evitar volverse un Alzheimer? Haga su vida productiva, practique sin cesar el perdón y la caridad con mucho esfuerzo e inteligencia.
Dr. Américo Canhoto
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REENCARNACIÓN: ELECCIÓN DEL MUNDO
¿Puede el Espíritu escoger el nuevo mundo en que ha de residir?
- No siempre, pero le cabe solicitarlo, y podrá obtenerlo si lo ha merecido.- Porque los mundos sólo son accesibles a los Espíritus de acuerdo con su grado de elevación.
Si el Espíritu no pide nada, ¿ qué es lo que determina el mundo en que habrá de reencarnar?
- Su grado de elevación.
. El estado físico y moral de los seres vivos ¿es perpetuamente el mismo en cada globo?
- No. También los mundos se encuentran sometidos a la ley del progreso. Todos han comenzado como el vuestro, en un estado inferior, y la misma Tierra experimentará una transformación similar. Se convertirá en un paraíso terrenal cuando los hombres se hayan hecho buenos.
De modo que las razas que en la hora actual pueblan la Tierra desaparecerán un día, siendo sustituidas por seres cada vez más perfectos.. Esas razas transformadas sucederán a la de hoy, así como ésta ha reemplazado a otras más groseras todavía.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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AGRESIVIDAD Y REBELDÍA
La violencia y la agresividad están generalizadas, hoy en día, por todas partes, en las más sencillas familias, en los grupos más serios y formales, en todas partes, surge el violento que rompe con las reglas del buen vivir.
Todos pensamos que son seres rebeldes y que como fieras, hemos de apartarles de la sociedad, nos gusta dar una buena imagen, ser precavidos, y vamos a la procura de un mundo mejor, pero para ello, todos tenemos que poner de nuestra parte.
El violento lo es porque hay algo que lo incomoda, que lo altera y que lo saca de quicio, y cabe al humilde procurar no violentarle, por el contrario adivinar y esmerarse en la forma de cómo tratarle para que lejos de alterarse, se calme encuentre el lenitivo para que no sufra su espíritu, que la mayoría de las veces, es portador de enfermedades adquiridas en el pasado, donde sufrió el asedio de otros espíritus, y la forma de defenderse es la agresividad, es un escape para su alma que no puede soportar con normalidad lo que le revela, le altera.
La gente está llena de frustraciones, miedos, rencores, envidias, celos… y todo ello les produce un carácter violento, a veces poco distinguible, a veces confundido entre una maraña de contenciones sociales o morales, que explotan cuando menos espera. Violencia y ceguera, la de la ignorancia, pero no la ignorancia del simple, del que es campechano y tiene poca ciencia, sino la ignorancia del que se cree valedor, inteligente, con razón. Esta ignorancia del orgulloso es terrible, carga de odio y violencia todo aquello contra todo aquello que es diferente o que le discute o que no se doblega a su ego.
El hombre es violento en todas partes, en casa, en el trabajo, en el instituto, en los centros comerciales, en la calle, en los medios de transportes, en sus iglesias, en su creencias, en la política, todos sus actos están cargados sino siempre en dados momentos de violencia. Generalmente la violencia se muestra en arrebato, violencia en ataques, y violencia enquistada, como una peste y contagiosa habitualmente.
La violencia puede ser combatida, todos podemos hacer a nuestro alrededor un mundo mejor, y es aprendiendo a amar a nuestros semejantes, sobre todo aquellos que nos alteran, que nos sacan de quicio con su forma de actuar, si aprendemos a ser tolerantes con ellos, la violencia para con ellos desaparece, recordando las palabras de Cristo “Si ninguna piedra que te lancen llega hacerte herida” .
Las semillas de la violencia se siembran y cultivan en la infancia, se desarrollan durante la adolescencia y empiezan a dar sus frutos malignos pronto en la edad adulta. La experiencia que más nos predispone a recurrir a la agresión despiadada es haber sido repetidamente objeto o testigo de crueldades durante los primeros quince años de la vida.
En nuestros días, la violencia es uno de los problemas más preocupantes, aunque en realidad bien es verdad que, que la búsqueda de la convivencia pacífica es una característica natural que abunda en los seres humanos y que nos ayuda a sobrevivir, a evolucionar y a mejorar nuestra esperanza y calidad de vida. Ninguna sociedad puede perdurar sin que sus miembros estén continuamente ayudándose unos a otros.
Esta grave dolencia humana, en general, está disminuyendo. Nadie que se tome la molestia de examinar los índices de violencia en los últimos 70 años podrá evadir el hecho cuantificable de que en la actualidad está menos extendida que nunca. Este dato reconfortante se debe a que la posición de los niños en la sociedad ha mejorado radicalmente, la mujer en un gran número de naciones ha dejado de ser una propiedad del hombre, y las democracias han proliferado. Un aviso: es importante no confundir las noticias de sucesos aberrantes que plagan los medios de comunicación –conscientes de nuestra proverbial atracción por las historias de tragedias– con la vida cotidiana.
Procuremos en la parte que nos corresponde ser bondadosos, hagamos de nuestro mundo, un mundo mejor, ya con eso contribuiremos al bien general, pues estemos convencidos que el mejor emprendimiento al que podemos contribuir es a la procura del bien común.
- Merchita -
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