domingo, 29 de enero de 2023

Los niños y sus vidas pasadas

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Las vibraciones de los Espíritus

2.- Las vidas cómodas y sin preocupaciones

3- Los niños y sus vidas pasadas

4- El cuerpo espiritual en el mecanismo reencarnatorio

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   LAS VIBRACIONES DE LOS ESPÍRITUS

     Sabemos que todo vibra e irradia en el Universo, porque todo es vida, fuerza, luz.. La Naturaleza, en sus menores átomos, está penetrada de una energía infinita, manantial de todos los fenómenos. Así también, cada espíritu libre o encarnado tiene, según su estado de adelanto y de pureza, una radiación cada vez más intensa, más rápida, más luminosa.
     La ley de las atracciones y de las correspondencias rige todas las cosas; las vibraciones, al atraer vibraciones similares, aproximan y unen los corazones, las almas, los pensamientos.
Nuestras codicias, nuestros malos deseos, crean en torno nuestro una atmósfera fluídica malsana, favorable a la acción de las influencias del mismo orden, mientras que las aspiraciones elevadas atraen las vibraciones poderosas, las radiaciones de las esferas superiores.
     Tal es el principio de la evolución; el ser posee la facultad de acumular las fuerzas misteriosas de la Naturaleza para elevarse con su auxilio y remontarse, de grado en grado, hacia la causa de las causas, hacia la fuente inagotable origen de toda vida.
     La escala ascensional comprende planos sucesivos y superpuestos; en cada uno de ellos los seres están dotados del mismo estado vibratorio; de medios de percepción análogos que les permiten reconocerse unos a otros, en tanto que continúan invisibles, y aun mucha veces incognoscibles para ellos, los seres de los planos superiores, a consecuencia de su estado vibratorio más rápido, y de sus condiciones de vida más sutiles y más perfectas. Esto es lo que sucede entre los espiritus según sus diferentes grados de purificación, y lo mismo entre nosotros respecto a ellos. Pero, así como se puede ensanchar el campo de la visión humana con ayuda de los instrumentos de óptica, igualmente se puede aumentar o disminuir el número de vibraciones hasta conseguir un estado intermedio, en que los modos de existencia de dos planos distintos se combinen y entren en relación.
     Para comunicar con nosotros, el espíritu tiene que disminuir la intensidad de sus vibraciones y activar, al mismo tiempo, las nuestras. El hombre puede ayudarse con su voluntad; el punto que debe alcanzarse constituye para él el estado de mediumnidad.
     Sabemos que la mediumnidad, en la mayor parte de aplicaciones, es la propiedad que poseen ciertas personas de exteriorizarse a diversos grados, de desprenderse de su envoltura carnal, y de dar mayor amplitud a sus vibraciones psíquicas. Por su parte, el espíritu a quien la muerte ha libertado se envuelve en materia sutil y amortigua sus propias radiaciones para ponerse al unísono con el médium.
     Aquí son necesarias cifras explicativas. Admitamos, a ejemplo de algunos sabios, que las vibraciones normales del cerebro humano sean en número 1.000 ciclos por segundo. En el estado de trance o desprendimiento, la envoltura fluídica del médium vibra con mayor energía y sus radiaciones llegan a la cifra de 1.500 ciclos por segundo. Si el espíritu, libre en el espacio, vibra al mismo tiempo bajo la influencia de 2.000 vibraciones, le será posible, mediante una materialización parcial, rebajar este número a 1.500. Desde entonces, los dos organismos vibran simpáticamente y pueden establecerse relaciones; el mensaje del espíritu será percibido y transmitido por el médium en estado de trance.
     Esta armonización de las ondas vibratorias es la que da, a veces, al fenómeno de las incorporaciones tanta precisión y limpieza.. En los demás estados de mediumnidad, el pensamiento del espíritu podrá comunicarse, igualmente, por medio de vibraciones correspondientes, aunque menos intensas que las vibraciones iniciales, así como una nota se repite de octava en octava, desde la clave más alta de la vibración armónica hasta la más baja.

LEÓN DENIS

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   LAS VIDAS CÓMODAS Y SIN PREOCUPACIONES

Hay personas cuya vida transcurre en una calma perfecta y que, por no tener necesidad de hacer nada por sí mismas, están exentas de preocupaciones. Esa vida dichosa ¿es prueba de que no tienen nada que expiar de una existencia anterior?

- ¿Conoces muchas en esas condiciones? Si crees que sí estás engañándote. Con frecuencia esa calma sólo es aparente. Puede que hayan escogido esta vida, pero cuando la dejen percibirán que no les ha servido en modo alguno para adelantar. Y entonces, igual que los holgazanes, lamentarán el tiempo perdido. Sabed bien que el Espíritu sólo mediante la actividad puede adquirir conocimientos y elevarse. Si se duerme en la indolencia, no progresa. Se asemeja a aquel que tiene necesidad (conforme a vuestros usos) de trabajar, y que en cambio se va de paseo o se mete en la cama, y esto con el propósito de no hacer nada. Sabed bien, además, que cada cual tendrá que rendir cuentas de la inutilidad voluntaria de su existencia. Y esa inutilidad resulta siempre fatal para la dicha venidera. La suma de la felicidad futura está en razón de la suma del bien que se haya realizado. Y el total de la desventura, en razón del total del mal y de los desdichados que se hayan hecho.

El Libro de los Espíritus- Allan Kardec

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  LOS NIÑOS Y SUS VIDAS PASADAS
Carol Bowman

                                                         




¡Madre, fue en un lugar así donde morí!

(Palabras dichas por una niña que murió ahogada en otra vida, al pasar por un puente).

¡Mi otra madre negra usaba un delantal así!"

(Observación hecha al mirar su madre cocinando)

¡Voy a entrar a un Convento. No soy Elspeth ahora. Soy Rosa y voy a ser la Hermana Teresa Gregorio!

(Estas fueron las primeras palabras pronunciadas por Elspeth, a los 18 meses de edad, proveniente de una familia no católica).

¡Madre, a veces estoy bien contigo, y a veces te odio!

(Palabras dichas por un niño que fue  baleado en otra vida, y pensaba que su madre no se esforzó lo suficiente para salvarlo)

       Carol Bowman, en este libro, relata su experiencia personal, al descubrir en traumas de vidas pasadas, el origen de inexplicables fobias de sus hijos.
     Estimulada, comienza a investigar recuerdos de vidas pasadas en otros niños, buscando casos en la Literatura y entrevistando padres.
     Al percibir la gran dificultad que los padres tenían, al enfrentarse con experiencias de recuerdos espontáneos de vidas pasadas de sus hijos, decidió escribir este libro, donde aborda, entre otras cosas, consejos prácticos, para que los padres puedan saber cómo actuar o reaccionar ante estas situaciones, para poder ayudar al "pasaje" total de los niños para la vida actual, muchas veces, consiguiendo curas de problemas importantes.

     Dividió en 4 las señales más comunes que aparecen en niños que recuerdan sus vidas pasadas; y que no necesariamente suceden al mismo tiempo:

1)Tono de voz natural
     Los recuerdos espontáneos, más comunes entre los 3 y 7 años, acostumbran ocurrir en períodos de relajación, como al andar en un automóvil, durante el baño, cuando están con sueño. El humor puede variar, pero el tono de voz y el modo de hablar son siempre directos y naturales.
     Están relatando algo que recuerdan como si hubiera ocurrido la semana o el mes pasado. Pueden usar palabras que no pertenezcan a su vocabulario habitual, o hablar con más fluidez y/o confianza. Acostumbran aparentar paz o calma en el rostro, o tener la mirada perdida.

2) Mantener el relato por todo el tiempo
     No hay cambios significativos en la historia, pero pueden ser adicionados detalles, mientras el niño aprende a hablar mejor o acordarse de más cosas.

3) Conocimiento superior a su experiencia
     Los niños pueden hablar de cosas, que los padres saben que no tuvieron oportunidad de aprender o de tomar conocimiento; pueden hablar en un idioma desconocido por la familia (hay un caso de gemelos que hablaban arameo entre sí); cuando cuentan la historia, hablan desde su punto de vista, como, por ejemplo, lo que veían al ahogarse, o al ser atropellados.

4) Comportamiento y/o señales correspondientes
     Fobias, habilidades espontáneas, talentos inusitados, marcas de nacimiento, defectos físicos, fuertes afinidades por culturas diferentes, o por otra época, aversiones inexplicables. Pueden presentar recuerdos de puntos de referencia de lugares en que nunca estuvieron.
      Los gatillos que hacen disparar los recuerdos espontáneos pueden ser de los más variados: sonidos, olores, sabores, acontecimientos traumáticos, fotografías, filmes, visión de sangre.

Qué podrían hacer los padres para ayudar?
- Mantener la calma
- Proteger sus sentimientos
- Distinguir entre fantasías y recuerdos verdaderos
- Permitir que las emociones afloren naturalmente
- Esclarecer con cariño lo que es pasado y lo que es presente (el shock de una muerte traumática y/o súbita puede congelar una parte de la conciencia de una vida pasada)
- Darle la garantía que está en otra vida ahora, con un nuevo cuerpo y que es amado
- Hacer un registro de los recuerdos; puede ser útil para los propios niños más tarde, o para los otros padres.

Soñando con el pasado
Un texto médico tibetano del siglo XI registra que los recuerdos de vidas pasadas comienzan en la 26ª semana intrauterina; las evidencias médicas actuales confirman que, en esta fase de la gestación, ya hay evidencias de sueño REM (característico de los periodos de sueño).

Para saber si el sueño puede ser un recuerdo de una vida pasada, además de las 4 señales anteriores, la autora describe 3 adicionales.

El sueño puede ser:
1) Vívido y coherente – Deja una impresión profunda, y su historia es coherente y realista.
2) Recurrente – Hay relatos de sueños y/o pesadillas, que acompañan a las personas hasta la edad adulta.
3) Otra identidad - Quien sueña puede sentirse como otra persona, en otro tiempo y lugar, hablar lenguas diferentes durante los sueños.
     Algunas pesadillas (inclusive, tal vez, castañeteo de dientes y terrores nocturnos) recurrentes pueden ser recuerdos de vidas pasadas que representan un gran potencial de cura para su vida actual.
     Si el niño/niña habla sobre las pesadillas al estar despierto/a, la pesadilla puede ser tratada como un recuerdo espontáneo de su vida pasada.
     Nuestra tarea, como adultos, es básicamente respetar estas experiencias, (nuestros hijos pueden ser almas antiguas habitando cuerpos infantiles)

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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         EL CUERPO ESPIRITUAL EN EL MECANISMO REENCARNATORIO

    Conforme ya se ha expuesto, el periespíritu está compuesto de unidades estructuradas que se presentan en vibración constante. Sabemos por los más elementales principios de la física, que todo  cuerpo en movimiento (vibración) en el Universo, gasta energía. Las leyes de la física no son leyes humanas, sino leyes Divinas a las que están sujetas todos los elementos del cosmos. Hay por tanto, un desgaste energético natural del cuerpo espiritual que necesita ser alimentado por fuentes de energía.

   Dependiendo del nivel evolutivo del Espíritu y su consiguiente densidad del periespíritu, varía la cualidad de energía que el mismo necesita para mantener sus actividades. Los Espíritus superiores simplemente absorben del cosmos los elementos fluídicos que necesitan, Al colocarse en oración, sintonizan con niveles energéticos aún más elevados que los suyos, sint9iendo así el influjo magnético revitalizador, recargando así sus baterías espirituales.

   En relación con los Espíritus más relacionados con nuestra realidad, o sea, que aún presentan dificultades para superar las tendencias egoístas, por tanto trasluciendo en la configuración de su cuerpo espiritual, una organización más densa, las necesidades son proporcionalmente densas.

   En muchas colonias espirituales, los Espíritus precisan de la ingestión de alimentos energéticamente más densos, haciéndolo de modo muy semejante a nosotros, los encarnados. A propósito, recomendamos el estudio de Nuestro Hogar, del autor espiritual André Luiz, psicografia de Francisco Cándido Xavier.

   Las unidades energéticas del Espíritu, los núcleos en potenciación, con el paso de los años, van teniendo cada vez más dificultad en recargar, cuanto más primitiva sea la evolución del Ser espiritual. Ocurre un desgaste progresivo de las unidades energéticas, que pasan a vibrar cada vez más lentamente.

   A medida que las vibraciones se vuelven más lentas por el desgaste y dificultad de reposición energética, se va procesando una neutralización energética, con reducción progresiva de las actividades del Espíritu. Cuando este proceso se instala, determina un sopor o somnolencia de la Entidad, impeliéndola a la Reencarnación. Así, las reencarnaciones compulsorias acaban ocurriendo por la necesidad evolutiva del Ser, y por el mecanismo de la Ley que crea las condiciones necesarias para que ella se procese.

   ( Sugerimos la lectura de Palingenesia, la gran Ley. de Jorge Andrea)

- Ricardo di Bernardi- ( Tomado de su obra Gestación, sublime intercambio)

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