miércoles, 18 de enero de 2023

¿ Fin del Mundo o Final de los Tiempos?

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1,-  Alexander Aksakov

2.-¿ Fin del Mundo o Final de los Tiempos?

3.- El problema del ser y del destino

4.- ¿ Para qué orar ?

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               ALEXANDER AKSAKOV

 PIONERO RUSO DEL ESPIRITISMO ADELANTADO A SU TIEMPO

      Nacido en 1832 cerca de San Petersburgo, Alexander Aksakov recibió la educación humanista de un joven de la gran nobleza rusa. Apasionado por la espiritualidad humana y el sentido de la vida, se hizo primero doctor en filosofía. Descubrió a Swedenborg cuya fe en la redención humana, unida a una firme creencia en la reencarnación, le apasionaban.

    Contribuyó traduciéndolo y difundiendo esas ideas en su país. Paralelamente, llegó a ser consejero del zar Alejandro III a quien trató de interesar en Swedenborg así como en las ideas espíritas. Se apasionó así, desde 1855, por todas las manifestaciones espíritas y leyó, tradujo y trató de difundir todo lo que pudo encontrar sobre ese tema. Su fortuna personal le permitió recorrer el mundo entero y mantener innumerables correspondencias con las sociedades eruditas y los movimientos espíritas. Seguía con pasión los trabajos de Crookes, Richet, Flammarion, Lombroso, etc., así como los coloquios y trabajos científicos sobre las manifestaciones espíritas.

   Desgraciadamente, en su país jamás pudo levantar la censura total ejercida respecto al espiritismo, que estaba prohibido difundir en lengua rusa. Por fortuna, seguía siendo tolerada la difusión de artículos en lengua alemana. Se volvió entonces un poco más hacia la comunidad internacional.

     Numerosas experiencias personales le marcaron para siempre. Su esposa resultó ser médium, y le permitió recibir manifestaciones que él juzgó probatorias. El médium Home se incorporó a su familia por matrimonio. Sus numerosos viajes le permitieron conocer a todos los médiums célebres del momento, tales como Eusapia Palladino, Florence Cook, Dunglas Home, la Sra. D’Espérance y tantos otros.

    Quedó convencido de la realidad de muchos de esos fenómenos paranormales, y descartó que fueran solo trucos o alucinaciones. Para comprender mejor los fenómenos que observaba se hizo médico. Finalmente decidió dedicar su vida a la difusión y defensa de las ideas espíritas.

    En 1874, creó desde Alemania los anales de Estudios Psíquicos (Psychisches Studien), dedicados principalmente a los fenómenos parapsicológicos. Igualmente intentó desafiar la censura en su propio país con la creación en 1891 de la revista Rebus, primera publicación rusa de estudios sobre el psiquismo.

    Espírita convencido, trató de convencer a la comunidad científica de la realidad de fenómenos que, según él, abrían inmensas perspectivas de estudio del espíritu humano.

    Igualmente se atrevió a pensar que la desaparición de las fronteras entre la vida y la muerte aportaba maravillosas promesas a la sociedad humana. Luchó entonces con todas sus fuerzas para demostrar que se estaba en presencia de fenómenos reales, susceptibles de hacer retroceder al oscurantismo.

    Contribuyó con varios encuentros científicos para tratar de explicar al mundo erudito de su época. Él estuvo en el origen de la creación de la “Comisión de Profesores” que se reunió en Italia, en Milán, en 1892, y que incluía, entre otros, a él mismo, Alexander Aksakov, profesor para entonces de la Academia de Leipzig, director de revistas científicas y consejero del zar; Giovanni Schiaparelli, director del Observatorio Astronómico de Milán; Carl du Prel, doctor en filosofía en Munich; eminentes profesores de física italianos y alemanes, filósofos célebres, y finalmente Charles Richet, profesor de la facultad de medicina de París y director de la Revue Scientifique, y Cesare Lombroso, célebre criminalista italiano. Contrató a un médium no profesional recomendado por Crookes, que produjo numerosas manifestaciones a plena luz, que entusiasmaron a la mayoría de los participantes. Espíritu hasta entonces escéptico,  Cesare Lombroso admitió ante la comisión “su vergüenza y conmiseración hacia sus actitudes anteriores (de duda muy crítica)”. Lombroso confirmó por carta su nueva convicción a uno de sus colegas. Redactado por Aksakov, que pensaba haber hecho triunfar la nueva ciencia, el informe causó gran ruido en todo el mundo científico.

    Pero como es habitual, la reacción se organizó y varios ukases científicos trataron de ridiculizar los trabajos de la comisión, acusados de impostura por uno de sus miembros que se declaró convencido de trucos por parte del médium, a pesar de todas las precauciones tomadas en sesiones de trabajo, que obedecían a un riguroso protocolo de estudios.

    Un joven erudito de la época, Edouard Von Hartmann, filósofo y sucesor de Schopenhauer, trató de lograr alguna cierta notoriedad con un folleto que criticaba violentamente al espiritismo. Hartmann propuso una teoría tranquilizadora para el espíritu racionalista dominante. En efecto, evoca las alucinaciones individuales o colectivas, opciones muy tentadoras para refutar al profesionalismo científico que por supuesto se remite a su buena fe, pero también a su candor.

    Aksakov respondió con una obra en dos tomos que constituye una verdadera biblia de todos los trabajos dignos de fe y sobre todo de análisis científico de la época en materia de espiritismo: Animismo y Espiritismo.

   Un enorme material científico, utilizando todas las formas de pruebas científicas fue utilizado por un Aksakov que analiza en primer lugar todos los fenómenos conocidos por él, que escapaban al sentido común. Se sirvió especialmente de numerosas fotos recogidas según un riguroso proceso destinado a evitar todos los fraudes, como la doble exposición de placas fotográficas. ¿Cómo explicar entonces esos personajes, espectros, etc., algunos de los cuales jamás habían sido conocidos por los observadores?

   Aksakov se refiere luego a una larga lista de fenómenos de materialización o desmaterialización de objetos bien visibles o tangibles, difíciles de reducir a alucinaciones.

    Establece una clasificación muy científica en varios tipos de fenómenos mediúmnicos:

    En primer lugar, trata de las capacidades propias del “alma humana” (anima en latín, de allí el término animismo utilizado por él), en lo que ella tiene de más profundo. Un médium puede leer primero en su propio subconsciente (término desconocido para la época). También puede comunicarse mentalmente con otros espíritus y leer en ellos (telepatía), para producir imágenes que provienen de él mismo o de los asistentes. Se interesa igualmente por las formidables capacidades para producir fenómenos inusuales, tales como bilocación, levitación, mensajes de vivos a vivos, etc.

   Por lo tanto, concluye, si bien numerosos fenómenos paranormales son indiscutiblemente producidos por “el ánima”, propia del médium, sin que haya necesidad de ir a buscar en otra parte, el estudio objetivo y científico de todos estos fenómenos obliga a admitir entre ellos, algunos que suponen un agente, una fuerza causal externa al médium, que no hace más que transmitir. En ese caso, es forzoso admitir la presencia de espíritus externos vivos (regreso al animismo precedente) o muertos. Es posible, concluye, estudiar verdaderos fenómenos que son evidentemente espíritas. El libro analiza un gran número de apariciones, tales como la hija de Tolstoi (recibida por su esposa), o Katie King que él mismo conoció, tocó y analizó en Londres con o sin William Crookes.

Picado en su amor propio, Hartmann trató de contraatacar.

    Pero ya no sería Aksakov quien lo iba a poner definitivamente K. O., sino Carl Du Prel, ex-miembro también de la comisión y amigo leal, a partir de los trabajos de Aksakov, que estaba enfermo e incapaz de escribir. Alexander Aksakov murió en 1905 sin haber lamentado jamás ni sus elecciones, ni la suma de fatigas, decepciones y desilusiones ocasionadas por sus convicciones. Dejó un conjunto de treinta obras, todas extremadamente documentadas que serían muy útiles a sus homólogos de la época.

    Desgraciadamente no asistió a la entrada del espiritismo en el marco de los hechos científicos admitidos por todos y que ansiaba ardientemente con toda su alma.

JEAN-LOUIS PETIT

Le Journal Espírita nº 81

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   ¿ Fin del Mundo o Final de los Tiempos ?

      El “final de los tiempos” se ha confundido con el llamado “Fin del Mundo” promulgado por las religiones y sin embargo, hay una gran diferencia entre el significado de ambos conceptos:

       El “Fin del Mundo supondría el “final” de todo, o sea, en un momento dado el mundo entero perece y desaparece; en un cataclismo global el planeta Tierra deja de existir; la Creación cesa, el alma finiquita, se paraliza, es juzgada injustamente, cuando a unos por pocos años de existencia, premia o castiga como a otros que han vivido una vida  mucho más larga y de muchas  luchas.

      Yo interpreto este término tan poco creíble, de forma más simplificada: El fin del mundo propiamente dicho, (de mi mundo personal), será cuando finalice mi vida y estancia aquí en la Tierra mediante el tránsito de la muerte.  Nosotros todos, por encima de nuestras materias, somos en esencia Espíritus inmortales, y venga lo que sobrevenga en el planeta, (incluida la desencarnación), nosotros seguiremos viviendo como Espíritus libres en un plano de existencia diferente del nuestro, que llamamos plano espiritual, hasta que tengamos que regresar de nuevo a un mundo material para continuar nuestra evolución en una nueva existencia  humana.

       El Final de los Tiempos forma parte de nuestra “hoja de ruta” en el Plan General de Evolución, por lo cual la muerte  no supone un punto y final definitivo, sino más bien un punto y seguido, una continuidad de la Vida y de la existencia del Ser espiritual, hacia etapas superiores de un perfeccionamiento  ilimitado.

      Por  Final de los Tiempos podemos entender el final de un ciclo evolutivo y el comienzo de otro  nuevo, o sea que el planeta Tierra está llamado a transformarse por evolución de los Espíritus que la pueblen, en un mundo de un escalón  jerárquico superior a lo que es ahora.

El “Final de los Tiempos”, supone  un proceso de transformación de todo orden,(en el que ya estamos plenamente inmersos, aunque la mayoría lo ignore o no sea consciente). Sin duda es una transición evolutiva, un cambio de ciclo evolutivo,  gradual,  delicado y lento, pero este proceso puede resultar peligroso para otros mundos de la galaxia, y  sobre todo para  nuestro planeta y los seres humanos que lo habitamos, pues de ser cierto lo recibido en  diversos comunicados de origen extraterrestre y espirituales, este cambio de ciclo podría suponer para muchos humanos  desencarnar. a veces masivamente ( como está sucediendo ahora); muchas veces  de forma violenta,  para ser  llevados de nuevo  en espíritu a otros mundos de  expiación  y pruebas como este o más retrasados, o incluso algunos a mundos primitivos en donde continuarán reencarnando y evolucionando, mientras que otros Espíritus estarán llamados por merecimientos propios a proseguir su evolución en la Tierra o otro planeta de nivel similar al de la Tierra, ( mundos de Regeneración), para iniciar una nueva etapa evolutiva ( recordemos la frase evangélica atribuida a Jesús sobre el final de los tiempos en la que habla de la separación de los cabritos de los corderos, o el grano de la paja). O sea, que el resultado de este proceso será el que,  hablando con sencillez, serán separadas las personas malas de las personas buenas, donde ahora vemos que en nuestro mundo de Expiación, hay por todas parte una gran mezcolanza de buenos y de menos buenos- Va llegando el momento en que esa separación  es, cada vez más, una necesidad para que prosiga la evolución de los más adelantados. 

Respecto a lo anterior, también existen comunicados “marianos”, que con las naturales reservas en cuanto a su credibilidad, han hablado de un final de los tiempos traumático, en donde predicen que desencarnarán hasta 3/4 partes de la Humanidad y tan sola una se salvaría de lo que serían desencarnaciones colectivas y tumultuosas.  

 ¡ Que nadie se asuste !,     pero  la  pandemia  que  la  Humanidad  padece  actualmente                ( Coronavirus y nuevas mutaciones que van apareciendo), me da que pensar entre lo anunciado por Seres de otro plano y lo que algunos “catastrofistas” están prediciendo sobre los resultados finales de esta plaga mundial de la que no sabemos el giro que en un futuro inmediato tomará.  En todo caso, tengamos en cuenta que si estamos en esta época encarnados en la Tierra, no es por casualidad sino porque se nos ha  brindado, tal vez, la última oportunidad de continuar nuestro proceso evolutivo en un mundo de Regeneración, o bien por habernos comprometido a estar aquí para colaborar en ese cambio de ciclo evolutivo anhelado. No temamos al cambio, aun en lo que toca a la posible desencarnación nuestra o de nuestros seres queridos. No temamos a la muerte, porque según nos dicen los propios Espíritus, la muerte no es nada; solo es una separación momentánea, pero bajo el “paraguas” de nuestro Padre siempre estaremos seguros ante cualquier tormenta.

Se habla en estos "mensajes marianos" de una destrucción global del planeta y de su fisonomía, por lo que esa cuarta parte de supervivientes que quedasen, lo harían en un mundo prácticamente inhabitable, (imaginemos los resultados de una posible guerra nuclear total). Aquí entraría en escena una de las funciones en las que podrían ser protagonistas los Hermanos Extraterrestres, pues en ese caso, tal vez tendrían que organizar  evacuaciones de Seres humanos y de lo que quedase  vivo en la Naturaleza de la Tierra, hasta  otros lugares de la Tierra menos contaminados, o incluso fuera de ella, pero de una naturaleza semejante a la terrestre, mientras que se depuran o descontaminan los restos del planeta que conocemos ,( esto podría suponer años o décadas), y una vez restablecido o recuperado el planeta, para poder albergar de nuevo la vida tal y como hoy la conocemos, podrían ir regresando a él, para reconstruirlo,  partiendo de cero ( “los mansos heredarán la Tierra”,   tal como es mencionado en el Apocalipsis de S. Juan). 

Esto posiblemente podría suceder  tras haber tenido que ser evacuados desde  este planeta  a otros lugares del espacio de modo temporal los supervivientes a una posible  sacudida violenta del cambio, mientras que estos seres interestelares cumplen la tarea  de “limpieza” y acondicionamiento del entorno físico y psíquico de la Tierra. Estas posibles evacuaciones – que no abducciones- llegarían a ser necesarias en caso de inhabitabilidad temporal de  nuestro planeta y justificarían la presencia frecuente  de sus naves por tantos lugares de la Tierra vigilando y controlando  estos posibles acontecimientos. 

No todos los seres humanos serían evacuados a otros lugares físicos del espacio, sino que también habrían muchos no supervivientes a estas posibles catástrofes, que desencarnarán durante esta última y dramática  prueba de la Tierra, como último pago o prueba  kármica pendiente de saldar, pero adquiriendo así la aptitud definitiva para seguir reencarnando y evolucionando en el nuevo mundo de Regeneración como hijos de los seres humanos supervivientes. 

(**).- Desde hace unos años, algunos científicos  reconocieron como un hecho cierto, la progresiva verticalización del eje de la Tierra, así como un progresivo cambio climático global, de carácter irreversible. A esto se suma la contaminación ambiental de tierras, aguas y atmósfera; la destrucción por grandes incendios en todo el mundo de las masas forestales que van quedando, y  son el pulmón de un planeta, ahora moribundo, una degradación y cambio progresivo por la contaminación y deterioro de nuestra naturaleza, la extinción casi a diario de especies vegetales y animales, etc.  pero sobre todo, tengamos en cuenta la posibilidad real de autodestrucción humana que nos amenaza a todos, pues el potencial nuclear existente actualmente en la Tierra, es suficiente como para arrasar totalmente el planeta, cientos de veces...... Eso sin contar además por el peligro de una guerra biológica a nivel mundial, que aniquilaría a tantos seres humanos, pero que dejaría intacto lo que queda de Naturaleza…. (Quien tenga ojos que vea y quien tenga oídos que oiga)

- José Luis Martín-

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El  problema del ser y del destino

León Denís

 

RESUMEN DE LA INTRODUCCIÓN DEL LIBRO

 

 

Una dolorosa observación sorprende al pensador en el ocaso de la vida. Resulta también, más punzantes las impresiones sentidas en su giro por el espacio. Reconoce él entonces que, si las enseñanzas administradas por las instituciones humanas, en general (religiones, escuelas, universidades), nos hacen conocer muchas cosas superfluas, en compensación casi nada enseña, de lo que más precisamos conocer para la orientación de la existencia terrestre y preparación para el Más Allá.

Aquellos a quienes incumbe la alta misión de ilustrar y guiar el alma humana, parecen ignorar su naturaleza y su verdadero destino.

La mayor parte de los profesores y pedagogos, apartan  sistemáticamente de sus lecciones, todo lo que se refiere al problema de la vida, las cuestiones de extensión y finalidad...

La misma impotencia encontramos en los sacerdotes. Por sus afirmaciones desprovistas de pruebas, apenas consiguen comunicar a las almas que le son confiadas, una creencia que ya no corresponde a las reglas de una critica sana, ni a las exigencias de la razón.

Efectivamente, en la universidad, como en la Iglesia, el alma moderna no encuentra sino oscuridad y contradicciones, en todo lo que respecta al problema de su naturaleza y de su futuro.

Es a ese estado de cosas que se debe atribuir, en gran parte, los males de nuestra época, la incoherencia de las ideas, el desorden de las conciencias, la anarquía moral y social.

La educación que se da a las generaciones es complicada; más, no les aclara el camino de la vida, no les da el temple necesario para las luchas de la existencia. Carl du Prel refiere el siguiente hecho:

"Un amigo mío, profesor de la universidad, pasó por el dolor de perder una hija, lo que le reavivó el problema de la inmortalidad. Se dirigió a los colegas, profesores de Filosofía, esperando encontrar consuelo en sus respuestas. Amarga decepción: pidiera pan, y le ofrecían una piedra; buscaba una afirmación, le respondían con un "tal vez!"

Sarcev, modelo completo del profesor universitario, escribía; "Estoy en la Tierra. Ignoro absolutamente como vine aquí, ni como aquí fui lanzado. Ignoro como saldré de aquí, ni lo que será de mí cuando lo haga."

El alma de nuestros hijos, sacudida entre sistemas variados y contradictorios ( el positivismo de Auguste Comte, el naturalismo de Hegel, el materialismo de Stuart Mill, el eclectismo de Cousin, etc), fluctúa incierta, sin ideal, sin fin preciso.

El eminente profesor Raoul Pictet señala ese estado de espíritu en la Introducción de su última obra sobre las “Ciencias Psíquicas”.

 Habla él, del efecto desastroso producido por las teorías materialistas, en la mentalidad de sus alumnos, y concluye así:

"Esos pobres mozos, admiten que todo lo que pasa en el mundo es efecto necesario y fatal de condiciones primarias, en las que la voluntad no interviene; consideran que la propia existencia es, forzosamente, juguete de la fatalidad ineluctable, a la cual están entregados de pies y manos atadas.

Esos mozos cesan de luchar enseguida, ante las primeras dificultades. Ya no creen en sí mismos. Se tornan tumbas vivas, donde se encierran, promiscuamente, sus esperanzas, sus esfuerzos, sus deseos, fosa común de todo lo que hace latir el corazón, hasta el día del envenenamiento. He visto esos cadáveres ante sus escritorios y en el laboratorio, y me ha causado pena verlos.”

Las teorías de Reno, las doctrinas de Nietzsche, de Schopenhauer, de Haeckel, etc., mucho contribuyeron, a su vez, para determinar ese estado de cosas. Su influencia por todas partes se extiende. Se les debe atribuir, en gran parte, ese lento trabajo, obra oscura de escepticismo y de desánimo, que se desarrolla en el alma contemporánea, esa desagregación de todo lo que fortificaba la alegría, la confianza en el futuro, las cualidades viriles de nuestra raza.

Hasta aquí, el pensamiento se confinaba en círculos estrechos: religiones, escuelas, o sistemas, que se excluyen y combaten recíprocamente. De ahí, esa división profunda de los espíritus, esas corrientes violentas y contrarias, que perturban y confunden al medio social.

Aprendamos a salir de estos círculos austeros y a dar libre expansión al pensamiento, cada sistema contiene una parte de verdad; ninguno contiene la realidad entera.

La crisis moral y la decadencia de nuestra época provienen, en gran parte, de haberse inmovilizado el espíritu humano, durante mucho tiempo. Es necesario arrancarlo de la inercia, de las rutinas seculares, llevarlo a las grandes altitudes, sin perder de vista las bases sólidas que le viene a ofrecer, una ciencia engrandecida y renovada.

Esta es la ciencia del mañana, trabajamos en construirla.

Ninguna obra humana puede ser grande y duradera si no se inspira, en la teoría y en la práctica, en sus principios y en sus explicaciones, en las leyes eternas del universo. Todo lo que es concebido y edificado fuera de las leyes superiores se funda en la arena y se desmorona.

Ahora, las doctrinas del socialismo actual tienen una tara capital. Quieren imponer una regla en contradicción con la Naturaleza y la verdadera ley de la Humanidad: el nivel igualitario.

La evolución gradual y progresiva es la ley fundamental de la Naturaleza y de la vida. Es la razón de ser del hombre, la norma del Universo. Insubordinarse contra esa ley, sustituirla por otro fin, sería tan insensato como querer parar el movimiento de la Tierra o el flujo y el reflujo de los océanos.

El lado más débil de la doctrina socialista es la ignorancia absoluta del hombre, de su principio esencial, de las leyes que presiden su destino. Y cuando se ignora al hombre individual, ¿ cómo se podría gobernar al hombre social?

El origen de todos nuestros males, está en nuestra falta de conocimiento y en nuestra inferioridad moral.

Toda la sociedad permanecerá débil, impotente y dividida durante todo el tiempo en que la desconfianza, la duda, el egoísmo, la envidia y el odio la dominen. No se transforma una sociedad por medio de leyes. Las leyes y las instituciones nada son sin las costumbres, sin las creencias elevadas. Cualesquiera que sea la forma política y la legislación de un pueblo, si él posee buenas costumbres y fuertes convicciones, será siempre más feliz y poderoso que otro pueblo de moralidad inferior.

Siendo una sociedad la resultante de las fuerzas individuales, buenas o malas, para mejorar la forma de esa sociedad es preciso actuar primero sobre la inteligencia y sobre la conciencia de los individuos.

Mas, para la Democracia socialista, el hombre interior, el hombre de la conciencia individual no existe; la colectividad lo absorbe por entero. Los principios que ella adopta no son más que una negación de toda filosofía elevada y de toda causa superior. No se busca otra cosa sino conquistar derechos; entre tanto, el gozo de los derechos no puede ser obtenido sin la práctica de los deberes. El derecho sin el deber, que lo limita y corrige, solo puede producir nuevas dilaceraciones, nuevos sufrimientos

Las iglesias, es verdad, a pesar de sus fórmulas anticuadas y de su espíritu retrógrado, agrupan todavía a su alrededor a muchas almas sensibles; pero, se tornarán incapaces de conjurar el peligro, por la imposibilidad en que se colocaran de ofrecer una definición precisa del destino humano y del Más Allá, apoyada en hechos probados y bien establecidos. La religión, que tendría, sobre ese punto capital, el más alto interés en pronunciarse, se conserva en el vacío.

La Humanidad, cansada de los dogmas y de las especulaciones sin pruebas, se hundió en el materialismo, o en la indiferencia. No hay salvación para el pensamiento, sino en una doctrina basada sobre la experiencia y el testimonio de los hechos.

¿De donde vendrá esa doctrina? ¿Del abismo en que nos arrastramos, que poder nos librará? ¿Qué ideal nuevo vendrá a dar al hombre la confianza en el futuro y el fervor por el bien? En las horas trágicas de la Historia, cuando todo parecía perdido, nunca faltó el socorro. El alma humana no se puede hundir totalmente y perecer. En el momento en que las creencias del pasado se oscurecen, una nueva concepción de la vida y del destino, basada en la ciencia de los hechos, reaparece. La gran tradición revive bajo formas engrandecidas, más nuevas y más bellas.

La tarea a cumplir es grande. La educación del hombre debe ser enteramente rehecha. Esa educación, ya lo vimos, ni la Universidad, ni la Iglesia están en condiciones de ofrecer, puesto que ya no poseen las síntesis necesarias para aclarar la marcha de las nuevas generaciones.

 Una sola doctrina puede ofrecer esa síntesis, la del Espiritualismo científico; ella ya sube en el horizonte del mundo intelectual y parece que ha de iluminar el futuro.

A esa filosofía, a esa ciencia, libre, independiente, emancipada de toda presión oficial, de todo compromiso político, los descubrimientos contemporáneos traen cada día nuevas y preciosas contribuciones. Los fenómenos del Magnetismo, de la radioactividad, de la telepatía, son aplicaciones de un mismo principio, manifestaciones de una misma ley, que rige conjuntamente al ser y al Universo.

Después de algunos años de labor paciente, de experimentaciones concienzudas, de pesquisas perseverantes, la nueva educación habrá encontrado su fórmula científica, su base esencial. Ese acontecimiento será el mayor suceso de la Historia, desde la aparición del cristianismo.

Un tiempo se acaba; nuevos tiempos se anuncian. La hora en que estamos es una hora de transición y de parto doloroso. Las formas agotadas del pasado empalidecen y se deshacen para dar lugar a otras, al principio vagas y confusas, pero que se aclarán cada vez más. En ellas se esboza el pensamiento creciente de la humanidad.

Se puede, todavía, en nuestra época, vivir y actuar con más intensidad que nunca; más, ¿se puede vivir y actuar plenamente, sin tener conciencia del fin a alcanzar? El estado del alma contemporánea pide, reclama una ciencia, un arte, una religión de luz y de libertad, que vengan a disiparle las dudas, liberarla de las viejas esclavitudes y de las miserias del pensamiento, guiarla hacia horizontes resplandecientes a los que se siente llevada por la misma naturaleza y por el impulso de fuerzas irresistibles.

La fe en el progreso no camina sin la fe en el futuro, en el futuro de cada uno y de todos. Los hombres no progresan y no adelantan, sino creyendo en el futuro y marchando con confianza, con certeza hacia el ideal entrevisto.

Todo nos lo dice, el Universo es regido por la ley de la evolución, es eso lo que entendemos por la palabra progreso. Y nosotros, en nuestro principio de vida, en nuestra alma, y en nuestra conciencia, estamos para siempre sometidos a esa ley. No se puede desconocer, hoy, esa fuerza, esa ley soberana ella conduce al alma y sus obras, a través del infinito del tiempo y del espacio, a un fin cada vez más elevado; mas, esa ley no es realizable sino por nuestros esfuerzos.

Nuestro deber es trazar la trayectoria a la Humanidad futura, de la que somos todavía parte integrante, como nos lo enseñan la comunión de las almas, la revelación de los grandes Instructores invisibles y como la Naturaleza lo enseña también por sus millares de voces, por la renovación perpetua de todas las cosas, a aquellos que la saben estudiar y comprender.

Vamos, pues, hacia el futuro, hacia la vida siempre renaciente, por la vía inmensa que nos abre un Espiritua1ismo regenerado!

Fe del pasado, ciencias, filosofías, religiones, iluminaos con una llama nueva; sacudid vuestros viejos sudarios y las cenizas que os cubren.

Escuchad las voces reveladoras del túmulo; ellas nos traen una renovación del pensamiento con los secretos del Más Allá, que el hombre tiene necesidad de conocer para vivir mejor, actuar mejor, y morir mejor!

 

Paris, 1908 León Denis

  

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


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                            ¿Para que orar?


       * Puede ser para pedir, gradecer o alabar

 * Pedir lo que sabemos que necesitamos y Dios nos podrá atender, pues Él todo lo puede y "toda buena dádiva viene de lo Alto".

* Agradecer. cuando nos damos cuenta de que hubo atendimiento para nuestro pedido. Por ejemplo, al sentirnos aliviados y fortalecidos, después de recibir un pase.

*  Alabar, en una expansión espontánea y sincera de nuestra alma, ante las manifestaciones de la sabiduría, bondad y poder divinos, cuando en la obra de la Creación, sentimos, entendemos, reconocemos, que algo es bueno, bello y útil, sabiamente providencial y lleno de misericordia.


( Tomado de "Camino, Verdad y Vida" )


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