Según sus características, los fenómenos paranormales más comunes clasificados por la Parapsicología , se pueden separar en dos grandes grupos: El primer grupo, los de manifestación física, o de efectos físicos, denominados Psi Kappa por los que se manifiesta la acción de la mente sobre la materia, tal como por ejemplo los Raps, que son golpes y ruidos inexplicables que se producen sobre paredes o muebles ; la Telequinesia o movimiento de objetos; la impresión de huellas humanas en arcilla efectuada por estos Seres invisibles cuando se han materializado ; las Levitaciones, etc.
El otro grupo lo conforman los de manifestación intelectual o fenómenos Psi Gamma, que son los que expresan un pensamiento o inteligencia sin involucrar el empleo de los sentidos físicos. En Parapsicología son conocidos con las siglas “ESP”. Entre ellos están la Telepatía, la Clarividencia y la Precognición o Premonición.
En los fenómenos de Tiptología se mezclan ambos aspectos. Esta es una comunicación con un Ser desencarnado a través de un código convenido de raps o golpes originados por el propio Ser invisible.
Suelen suceder esta variedad de manifestaciones cuando existe en el ambiente físico un elemento humano capaz de propiciarlas mediante su estado mental emisor de unas energías o vibraciones psíquicas, que son manejadas por los seres desencarnados, tal como sucede con la Mediumnidad.
Cada fenómeno Psi supone un efecto que, sin duda, debe tener una causa que lo origina. Esta clase de fenómenos, evidentemente nos sugieren que existe una realidad espiritual en el Ser humano y que puede actuar independiente al mismo y fuera de él, y que viene a ser el agente causante del fenómeno. Cuando el efecto es inteligente, la causa que lo origina también lo es; hablamos de los espíritus, que son los seres inteligentes de la Creación, tal como los define el Espiritismo.
Unas veces estos llamados fenómenos paranormales son causados por estas energías o seres inteligentes del universo cuando se revisten con la materia de un cuerpo físico, o sea bajo la forma normal humana, y otras veces estas mismas energías o inteligencias causantes, están desencarnadas, esto es, sin la materia de un cuerpo físico. Para su diferenciación, en el caso de los desencarnados, les llamamos espíritus, y cuando están con un cuerpo físico, les llamaremos almas.
Los fenómenos más comunes por conocidos son:
La Telepatía, muy conocida popularmente y llevada hasta el espectáculo por “magos” y “mentalistas”; consiste en la transmisión de ideas o pensamientos entre dos o más personas con cierto grado de afinidad mental y de sentimientos. Este fenómeno sugiere la actuación de una energía extra-corpórea que actúa y se comunica, no solo entre personas, sino también entre animales, o incluso entre personas vivas y personas ya fallecidas sin una presencia física. Esta última forma de Telepatía se suele confundir con inspiraciones, ideas imprevistas o flases mentales, que en los casos de la mediumnidad intuitiva se registran abundantemente.
La Mediumnidad, que merece un capítulo aparte, ha sido estudiada por la Parapsicología, y a pesar de la corriente materialista que afecta a esta Ciencia que se inclina a dar sobre todos los fenómenos una explicación "mentalistica" o anímica, no pueden negar la cantidad de comprobaciones de comunicados entre el médium y esas otras energías inteligentes extra corpóreas y con voluntad propia, que se manifiestan y definen a sí mismas como Espíritus, y que a veces por sus características y conocimientos son reconocidos por quienes perciben sus manifestaciones. Estos demuestran tener una personalidad y una individualidad totalmente independientes del médium o de cualquier otra persona presente en el lugar de su manifestación.
La Precognición, por la que el sensitivo sin saber cómo ni por qué, conoce o intuye un hecho que todavía no se ha producido.
La Hipersomía también es otra facultad anímica por la que pueden captar olores existentes en lugares muy alejados.
Los Polstergeist o movimiento de objetos materiales por una fuerza intangible, con más o menos aparatosidad. Pueden tener indistintamente un origen anímico o espirítico.
Otro fenómeno muy popular, es el Cumberlandismo, por el que una persona que entra en contacto con la piel de otra, capta sus pensamientos y emociones. Por este fenómeno también se captan los más leves movimientos musculares inconscientes de otra persona. Es algo así como una especie de Telepatía por contacto.
Cuando lo que así se captan son imágenes, la Parapsicología lo llama Visión Goróptica y popularmente es conocido como Videncia o Clarividencia.
Desde hace algunas décadas, la abundancia del llamado "fenómeno OVNI" y su relación con la presencia en nuestro mundo de seres extraterrestres, y con el fenómeno de las "abducciones", (o supuestas abducciones), se popularizó tanto a través de los medios de comunicación, que también lo podríamos incluir entre los más conocidos, aunque este "fenómeno", que parece tan conocido, en realidad es el gran desconocido en el campo de la parapsicolgía, porque aparte de verlo y fotografiarlo por tantas personas, no han logrado aún presentarlo como una realidad normal en el terreno de lo natural. Tal vez por eso, se debería incluir mejor entre las realidades evidentes y controvertidas que existen en el mundo de lo paranormal, aunque esto.... es otro tema del que ya hablaremos.
Jose Luis Martín -
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Ejemplo de un fenómeno de materialización relatado en la Bíblia: “ En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía”
-Daniel, 5:5-
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POR AMOR A DIOS
Dice antiguo proverbio que “la mortaja no tiene bolsillos”. La filosofía popular quiere decir que para los muertos terminaron todos los intereses. La mayoría de los hombres observa en la muerte el punto final de la vida. En esa concepción del último trance del cuerpo físico, los sentimientos más bellos que impulsan la personalidad desaparecen con el cadáver, en el banquete de los gusanos.
Comúnmente, las criaturas temen la gran transformación. En el lecho de los moribundos se verifica el duelo cruel, en el que la muerte es siempre el adversario victorioso. No prevalecen ahí los reglamentos alusivos a la edad de los contendientes, no prepondera el parecer de los médicos, ni el ritual de los sacerdotes. el enemigo invisible triunfa siempre, dejando a los testigos asustados los despojos de los vencidos, con el paso directo para el horno crematorio o para las estaciones subterráneas, donde los huesos del muerto reposaran, de acuerdo con las posibilidades financieras de la familia. Hay túmulos gloriosos, como los cenotafios distinguidos; y se multiplican en todas partes, las sepulturas humildes, a través de la cuales los hijos de los hombres adornan incesantemente el suelo, enriqueciéndolos de tierra fértil.
El alma del muerto, sin embargo, sigue su trayectoria. Imposible de extinguir en ella los sentimientos, las disposiciones interiores, las características, los afectos, que se espiritualizaron, vigorosamente, con el tiempo y con el auxilio del Divino Poder. Y porque las afinidades psíquicas son fatales como las leyes biológicas, los desencarnados frecuentemente gastan años para desatar los lazos que los prenden al mundo, cuando es preciso, de hecho, deshacerlos, en consonancia con los imperativos de la evolución espiritual.
Muchos de ellos, de los que ya atravesaron la corriente del Estige, desearían la liberación inmediata de todas las influencias terrestres. Entretanto, el alma es la sede viva del sentimiento y de modo alguno traer el corazón. Constreñidos a seguir a los vivos por la amorosa atracción que les vibra en el ser, demoran algún tiempo entre las sombras que se extienden del fondo de valle de la incerteza al monte luminoso de la decisión.
Existió un joven irlandés, de nombre Cornelius Magrath, que murió a los veintidós años, con la estatura de más de dos metros y medio. Habiendo despertado mucho interés en el Ciencia por su caso de gigantismo, pidió a los amigos y pago para que su cuerpo fuese tirado al mar, cuando la muerte le arrebatase la vida. Sin embargo, y a pesar de su deseo, la medicina Inglesa adquirió su esqueleto, que fue conservado atentamente en la Asociación de los Cirujanos de Londres, con el objetivo de estudio.
Ocurre lo mismo con algunos muertos de la Tierra, que suplican y pagan para que su alma sea arrojada en el océano del olvido, de forma a substraerse de la curiosidad de los vivos; más la redención exige lo contrario y el espíritu semi-liberado permanece, por tiempo indeterminado, en la vecindad de los hombres, atendiendo, muchas veces, a imposiciones extrañas a su propia voluntad.
En el cuadro de obligaciones de esa naturaleza, tenemos a un compañero que recibió la incumbencia de demorar algunos años entre los asociados terrenales, para soportar las dolorosas trepanaciones de los que hacen la cirugía de los estilos, con objetivo del esclarecimiento general. Sufría, bastante, en la sumisión para ese proceso de auxiliar a la Ciencia, porque no todos los cirujanos lo examinaban con la precisa asepsia espiritual, más obedecía, satisfecho, consciente de cooperar en la solución de grandes problemas del destino y de la muerte. En el desenvolvimiento de sus ministerios, todavía fue asaltado por el incoercible deseo de revelarse a los amigos de otro tiempo, encarcelados en la carne, y, para tanto, comenzó a escribirles paginas sentidas de cariño y anhelo, haciéndolo con el sentimiento de su corazón. Sus compañeros antiguos, sin embargo, no comprendieron sus nuevas disposiciones. Se unieron a los intransigentes cirujanos de la literatura y exigieron que el desencarnado viniese a atenderlos, tal como viviera en el mundo, lleno de las enfermedades e idiosincrasias oriundas de los varios agentes físicos que determinaban su organización psíquica defectuosa. Sensible y afectuoso, el entrego los pensamientos más nobles, sin embargo los amigos le reclamaron las vísceras más groseras; les trajo las ideas nuevas que le bañaban en su interior, entretanto, le quitaron las viejas formulas que, en otra época, le encarcelaban el ser; les dedico la más alta expresión de su vida espiritual, más le pidieron la revelación de la vida más baja, con la presentación de las propias válvulas enfermas que la tierra guardó para felicidad de el.
Algo preocupado, procuró esclarecimiento de los orientadores del servicio. Expuso su caso, comentó sus amarguras y presento sus razones.
Uno de ellos, sin embargo, el que dirigía el trabajo general, por el tesoro de amor y sabiduría que adquirió en el curso de los siglos, respondió con serenidad:
-Calle en su corazón, hijo mío, las angustias del hombre viejo. Vuelva a su campo de acción y satisfaga a la propia conciencia. Todo particularismo es cárcel. Acuérdese de que las dadivas del padre son comunes a todos nosotros, que las ideas no tiene nombre y de que el espíritu es universal.
Sin una palabra más. El compañero sonrió, intercambio el manto roto, calzó dos sandalias nuevas, volvió al servicio y, como aconteció al joven irlandés que prosiguió exhibiendo los huesos, por interés de la Ciencia, el continuó para esparcir las simientes de las ideas, por amor a Dios.
Por el Espíritu Hermano X – de Libro. Lázaro Redivivo, Médium: Francisco Cándido Xavier.
Traducido por: M. C. R.
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