sábado, 7 de abril de 2012

EL OBSESOR RENOVADO








Divaldo contó una historia verídica, utilísima para los dirigentes y adoctrinadores de las reuniones mediúmnicas que dice así:

Una joven ya había pasado por reuniones mediúmnicas  de varias Casas Espíritas. Se había sometido  a la fluidoterapia, al agua fluidificada, afirmando que oraba y que estudiaba la Doctrina Espirita, con el fin de librarse del obsesor.

    Llegó al Centro Espirita Camino de Redención solicitando auxilio para su perturbación espiritual, pasando  a frecuentas las reuniones doctrinarias.
    
    Pasados algunos años, en una de las reuniones mediúmnicas de la Casa, el obsesor fue adoctrinado, como siempre, con amor, más también con dulce energía. El adoctrinador finalizó su trabajo diciendo que había intentado  los mejores argumentos, esperando encontrar una respuesta, esperando sensibilizarlo más…  no obtuvo éxito.

    El Espíritu que se conservó mudo hasta aquel presente momento, respondió:

     -Ustedes están engañados. Es preciso esclarecerles algo. Al principio yo odié a esa mujer. Son reminiscencias de otras encarnaciones que nos perjudicaron mucho. Sin embargo, hace poco, fui absorbiendo las lecciones  que son administradas en esta Casa de Caridad  y después de recibir respuestas para mis dudas, en los diálogos que trabe con el coordinador de los trabajos, suavice mi carácter,  aminoré mis vicios, y hoy ya comienzo a vivir una vida diferente, intentando practicar aquello que aprendí. Pero, al dejar a la antigua enemiga, percibí que ella me evoca con sus pensamientos, culpándome  e injuriándome. Siendo así, hoy yo soy obsesado por ella y pido a Dios que me libere de su yugo.

    Y el Espíritu se desligó del médium, apartándose.

    El director de la Casa  habló con la muchacha sobre lo ocurrido, interrogándola sobre la autenticidad de los hechos.
    En efecto, ella siempre muy calmada y paciente pasó a agredir al Espíritu con palabras ríspidas. Explicó que, como el obsesor la había perjudicado  durante años, impidiéndole  casarse y constituir una familia, ella ahora también lo perturbaba a propósito, para que experimentase el mismo sufrimiento.

    El director conservando la calma y con mucha bondad, pasó a adoctrinar  ahora a la encarnada, esclareciéndola sobre la terapia saludable del perdón, solicitando un estudio profundo de la Doctrina espirita para su renovación espiritual.

    De esta historia podemos sacar la siguientes conclusiones:

    1º Que muchos procuran la Casa Espirita para resolver sus problemas espirituales. Quieren  librarse de los obsesores, rápidamente. Más lo que debemos dejar bien claro  para los que nos procuran es que la cura depende de uno mismo. La Casa espirita es un hospital del alma, pero si el paciente no toma el medicamento correctamente, este no hará efecto.  Y el medicamento está en el Evangelio de Cristo, que nos pide la reforma intima, o sea, la reforma de nuestros sentimientos, pensamientos y actos. Retirando del alma el odio, el rencor, la amargura, el resentimiento, la venganza…

    2º Que la venganza es un indicio cierto del estado atrasado de los hombres que a ella se entregan, y de los Espíritus que aun pueden inspirarla. Por tanto, amigos mios, ese sentimiento no debe jamás hacer vibrar el corazón de quien se diga  y se afirme espirita. Vengarse, como  todos sabemos, es contrario a esta prescripción de Jesús: “Perdonar a vuestros enemigos”. (Jules Oliver)

     3º Generalmente, vemos a un desencarnado obsesando a un encarnado. Más, lo contrario también acontece. Un encarnado también puede obsesar a un desencarnado con recuerdos de odio, rencor, amargura, venganza o por quedar lamentando su desencarnación, haciendo con esto que este quede preso a nosotros.

Portado por Marco Aurelio Rocha
Traducido por: M. C. R



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