Divaldo P. Franco |
A medida que surgieron las primeras conquistas tecnológicas, gracias al proceso evolutivo y a las avanzadas adquisiciones científicas, se temió que los relevantes servicios presentados fuesen a destruir la ingenuidad, la comunicación fraternal, la amistad, los valores morales entre las personas, dando lugar a la mecanización de la vida humana.
Durante el siglo XX, en el cual las admirables invenciones tecnológicas alteraron totalmente a la sociedad, las maquinas fueron substituyendo a los seres humanos en innumerables sectores de actividad, con resultados excelentes, infelizmente dando lugar al desempleo de gran masa de trabajadores, disminuyéndoles la autoestima.
En ese capítulo, la robótica se tornó terrible adversario de millones de personas que fueron dispensadas de sus agotadores servicios, produciendo intensamente más, sin ningún descanso, y aumentando la renta de las empresas, que se libraron de muchas responsabilidades para con sus servidores, ahora arrojados prácticamente al abandono.
Por otro lado, la comunicación virtual viene facultando un infinito elenco de oportunidades para ampliarse el conocimiento, para adquirir recursos fabulosos, para encontrar orientación para muchos males, para proporcionar diversión, alegría e intercambio rápido de ideas… No obstante, el mismo vehículo ha sido utilizado de manera perversa, por personas destituidas de sentimientos éticos, de dignidad, graves psicópatas abriendo las compuertas de sus pasiones serviles y desencaminando a personas inexpertas mediante libertino intercambio, corruptor, mentiroso, abriendo las compuertas para innumerables crímenes que vienen siendo catalogados por preocupados especialistas con la verdadera enfermedad de pedófilos, de depresivos que se permiten el suicidio, la anorexia, la bulimia, exteriorizando conflictos perturbadores que son asimilados por otros individuos insensatos. Personas inescrupulosas, denominadas hackers penetran en los secretos de entidades militares y bancarias, así como de otras personas, produciendo prejuicios incalculables, al mismo tiempo que utilizan de señas y números de tarjetas de crédito o de debito, haciendo un infierno de la vida de sus legítimos poseedores.
Simultáneamente, disminuyen las distancias, la comunicación facilitó, entre las criaturas que se encuentran geográficamente separadas por millares de Kilómetros, facultando las grandiosas experiencias con satélites artificiales y otros bólidos que sondean los espacios siderales, estudiando los fenómenos cósmicos, así como el origen de la vida y del universo.
Sin la tecnología, conforme se presenta, el proceso de crecimiento de la sociedad y de la evolución la Tierra estaría en los límites medievales, en la tristeza de la ignorancia, lamentablemente en fase de estancamiento.
El problema, por tanto, no es de la valiosa extrema tecnología, sino de la criatura humana, en sí misma, que la puede utilizar para salvar millares de vidas, así como para disparar armas inteligentes que las cosecharían a millares de una sola vez.
Mientras no haya el correspondiente desenvolvimiento ético moral, se enfrenta a graves mutilaciones en las estructuras de la sociedad, con los daños advenidos del mal uso de ese valiosos instrumento que no puede quedar ignorado.
Para donde se vuelva, el ser humano en la actualidad enfrentará las notables conquistas tecnológicas, facilitándole la existencia o infelizmente, creándole situaciones lamentables.
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Antes de los incomparables inventos, predominaba la ignorancia en los agrupamientos humanos, el aislamiento de la sociedad era desafiante, los viajes muy difíciles y peligrosos, las epidemias diezmaban periódicamente a gran parte de la humanidad, y la oscuridad predominaba en todas partes, la higiene era era relegada a un plano secundario, el desconocimiento de recursos de preservación de la vida era vasto y la superstición dominaba hasta incluso en los recintos académicos…
A la medida que se pudo penetrar en la interpretación de la electricidad y dominarla, canalizándola para fines útiles, hubo una nueva descubrimiento del fuego, así como de la identificación de la flora y de la fauna microbiana, con sus poderosos recursos de manutención y destrucción de la vida, es como si nuevamente hubiese sido inventada la rueda…
De conquista en conquista, los desafíos que sombreaban la cultura y amenazaban la existencia de los seres vegetales, animales y humanos, cedieron lugar a la comprensión de los grandiosos dones de la vida, facultando su prolongamiento, la disminución de sus dolores, la alegría de vivir, las bendiciones del intercambio y las facilidades para los viajes prolongados. La radio, el cine, la televisión motivaron a millones de personas a tornarse más saludables y sensibles a la belleza, que dejaba de pertenecer a las clases privilegiadas para alcanzar a un número incontable de ciudadanos, contribuyendo para su proceso de evolución.
La educación se amplio infinitamente, en relación al pasado, las posibilidades de mejorar la cultura y los valores de ennoblecimiento, favoreciendo la conquista de los derechos humanos, aunque aun poco respetados, aumentaron las posibilidades de crecimiento intelectual tornándose indiscutibles.
Con el advenimiento de la informática, del robótico, de la computación, el mundo disminuyo su volumen y la humanidad pasó a vivir en continuo contacto virtual con las más distantes naciones, comunicándose y negociando con inmensa facilidad, sin el riesgo de los grandes viajes, ni el peligro de los desastres…
Es inmensa la lista de ventajas provenientes de la ciencia y de la tecnología al servicio de la sociedad terrestre.
Simultáneamente, sin embargo, a la medida de la ignorancia y la superstición cedieron lugar después los conocimientos avanzados, surgieron nuevos mitos, hijos de las pasiones deportivas, del erotismo, de la perturbadora música, del exceso de información que la mente no consigue decodificar ni los sentimientos absorber.
Diferente soledad, la psicológica, sustituye a la anterior proveniente de las distancias geográficas, la perdida de los contactos personales, el miedo al futuro, que se presenta amenazador, como si las maquinas viniesen a sustituir a los seres humanos, la violencia arrebata a millones de criaturas desajustadas, los crímenes hediondos permanecen, surgen nuevas epidemias, aunque son controladas con rapidez, los suicidios presentan índices alarmantes, el soborno, la difamación y la crueldad se dan las manos en espectáculos de horror, que sorprenden y desencantan a los futurólogos soñadores y programadores del mundo de felicidad material…
La paradoja del siglo actual está en choque entre las inescrutables conquistas de esas dos vertientes del conocimiento que son la ciencia y la tecnología, en relación a los sentimientos humanos desgastados por el impositivo de los instrumentos de uso, cada vez más complejos, que aíslan y lanzan al olvido de las generaciones anteriores que sufren dificultades en actualizarse…
Lentamente la pérdida del sentido existencial, por todos ya realizado y concluido, va instalándose en muchos comportamientos que derrapan en la indiferencia por la vida, en la depresión en la rebeldía sorda contra aquellos que se presentan felices y hacen que son triunfadores…
Hay, por tanto, un inmenso contraste entre los seres humanos, dividiéndolos en aquellos que todo poseen y en otros que apenas miran y no disponen de las mismas posibilidades.
Las gloriosas conquistas de la inteligencia, respetables y valiosas, aun carecen de las adquisiciones morales, a fin de tornar al ser humano realmente dichoso y pleno, lo que ciertamente ocurrirá, aunque aun no haya sucedido…
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El Evangelio de Jesús, desvestido de las indumentarias lujosas y equivocadas con que lo sombrearon a través de los siglos, cabe la tarea de ofrecer el amor como solución para los graves problemas que aturden y desorientan a las masas.
Administradas las notables conquistas de la inteligencia por la suavidad de los sentimientos ennoblecidos, que a todas las criaturas unirá como hermanas, las lecciones insustituibles del Sermón de la Montaña llenará el vacío existencial y reunirá a los seres humanos en una gran familia, a pesar de sus diferencias comprensibles, dando lugar al mundo de regeneración que se aproxima.
Respetando, de ese modo, los incomparables tesoros de la ciencia y de la tecnología, aguardamos los frutos de los valores sublimes del amor, generando la bioética que preserva la vida en cualquier circunstancia y la torna más digna de ser ejercida.
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LAS GLORIOSAS CONQUISTAS DE LA INTELIGENCIA, RESPETABLES Y VALIOSAS, AUN CARECEN DE LAS ADQUISICIONES MORALES, A FIN DE TORNAR AL SER HUMANO REALMENTE DICHOSO Y PLENO, LO QUE CIERTAMENTE OCURRIRÁ, AUNQUE AUN NO HAYA SUCEDIDO…
Trabajo extraído del libro de Divaldo Pereira Franco “Entrégate a Dios”.
Traducido por M. C. R.
( Ver elespiritadealbacete.blogspot.com )
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