Allan Kardec, en las observaciones de los Espíritus Superiores, afirmó que la humanidad estaba entrando en un periodo de transformaciones que debería conducirla a un nuevo estado de progreso en el que el conocimiento de la realidad espiritual y de las Leyes Divinas, que nos gobiernan, llevaría a los indivíduos a formas enteramente nuevas de relacionamiento y organización.
A primera vista parece equivocada esa apreciación hecha hace 154 años, teniéndose en cuenta que después de esa fecha, guerras en escala mundial y sistemas políticos de opresión y exclusión, asolarían nuestro planeta.
Actualmente el mundo testimonia la expansión de la violencia, de las drogas y de la sexualidad deformada y de una globalización, que nos trae la miseria a millones, con el desempleo y el hambre, las epidemias mundiales como el sida, diezmando a millones de personas. Sentimos aún, la presencia del dogmatismo y del misticismo como formas primeras de adoración a Dios.
El culto del hombre con todas sus imperfecciones, con intereses de dominio y de poder, viene de hace mucho tiempo, atrasando el progreso espiritual de la humanidad con creencias de un misticismo ciego.
La observación del Codificador, sin embargo, es correcta, apoyándose en informaciones traídas por elevados mensajeros de la espiritualidad. Originándose de ahí, tanto nuestra extrañeza de una expectativa falsa como la duración de ese proceso que, por su magnitud, no se desarrolla en algunas decenas de años terrestres, sino en un tiempo mucho mayor.
Agotados los antíguos modelos de las religiones en la convivencia social - el primero basado en la autoridad, en la fe sin comprensión y en el culto externo, y el segundo en el egoísmo y en la hipocresía- surge, naturalmente la necesidad de nuevas propuestas, capaces de satisfacer aspiraciones mayores en términos de entendimiento, paz y seguridad, abrazando los aspectos materiales y espirituales de la existencia.
A propósito y como indicativo de ese cambio, recuerda Kardec el surgimiento, ya en su época, de innumerables instituciones vueltas para la protección, el esclarecimiento y la liberación de las personas. Asistimos a este hecho también en nuestros días, en escala aún mayor, actuando algunas a nivel mundial que en nombre de la caridad y del Espiritismo se esparcen por el mundo..
La Providencia Divina lo controla todo,y una vez reclamada por una parcela significativa de la población terrenal y con la madurez suficiente para la implantación de un nuevo orden social basado en la fraternidad, y por otro lado, es fácil comprender que a medida que el número de conciencias inclinadas al bien se va haciendo mayor, irán superando cada vez más el número de los ignorantes y de los viciosos. Así la influencia del bien será preponderante determinando aquellos cambios. Los que continúen reincidentes en el mal, después de su desencarnación, no volverán más a la Tierra. ¡ Piense en esto !.
João Cabral-Presidente da ADE-SERGIPE-Periodista radiofónico.
"La ambición desmedida enloquece, cuando no, por lo menos genera infelicidad.
Busca luchar por lo necesario, reparte lo que te sobra y que en realidad está haciendo falta a otros."
(Vida Feliz -- Joanna de Angelis)
Busca luchar por lo necesario, reparte lo que te sobra y que en realidad está haciendo falta a otros."
(Vida Feliz -- Joanna de Angelis)
( Ver el blog elespiritadealbacete.blogspot.com )
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