domingo, 6 de noviembre de 2011

Pensamiento creador


MATERIA MENTAL Y CO-CREACIÓN


El pensamiento es producto del alma y no secreción del cerebro, como creen los eruditos materialistas. Uno de los atributos del Espíritu, el pensamiento nace de las profanidades de la reflexión mental, está constituido de partículas, derivadas de la materia elemental primitiva o plasma divino, expresándose también como ondas electromagnéticas que alcanzan velocidades por encima de los 300 mil Km. por segundo (ondas supraluminares).

Aprendemos, con los Espíritus Superiores, que el Universo es un todo de fuerzas dinámicas, expresando el Pensamiento del Creador y cada criatura es dueña de una capacidad intrínseca – la co-creación -, inherente a la facultad de pensar, a través de la cual asimila la fuerza emanante de Dios, moldeándola, a su voluntad, e influenciando,de esa forma, la propia creación.

En los fundamentos de la Creación vibra el pensamiento inmensurable del Creador y sobre ese plasma divino vibra el pensamiento mensurable de la criatura,constituyéndose en el vasto océano de fuerza mental en que los poderes del Espíritu se manifiestan. (14)

El pensamiento es, así, la base viva de todas las realizaciones en el plano físico y extrafísico. La materia que entra en su constitución se presenta en una nueva escala estequio-genética, teniendo por base elementos atómicos más complicados y sutiles, hallado del hidrogeno y más allá del uranio (15), trascendiendo, por lo tanto, a la Escala de Mendeleiv, esto es, el sistema periódico de los elementos químicos conocidos en el
mundo, formando, igualmente, lo que podríamos denominar protones, neutrones, positrones, electrones o fotones mentales, a falta de otra nomenclatura, una vez que desconocemos la naturaleza de ese otro tipo de materia.

Obedecen, sin embargo, a las mismas leyes de la física cuántica: el halo vital o aura de cada criatura permanece tejido de corrientes atómicas sutiles de los pensamientos que le son propios o habituales, dentro de normas que corresponden a la ley de los “quánticos de energía” y a los principios de la mecánica ondulatoria, que les imprimen frecuencia y color peculiares (16)

El pensamiento se expresa, así, en los más diversos tipos de onda: desde las oscilaciones cortas, medias y largas, exteriorizadas por la mente humana, hasta los rayossupra-ultra-cortos, propios de los Espíritus puros. Fuerzas vivas y actuantes, ellos tienen velocidad superior a la de la luz y cada criatura funciona como si fuese una estación de televisión ambulante – en verdad, mucho más avanzada – pudiendo emitirlos y recibirlos.
Una vez emitidos, los pensamientos vuelven inevitablemente al propio emisor, de forma a envolver al ser humano en sus propias ondas de creaciones mentales, y, muchas veces, pueden estar aumentados por los productos de otros seres, que con ellos se armonizan. (17)

Siendo las ondas supraluminares, ¿de qué modo serían ellas decodificadas por las células físicas? Respondiendo a esa cuestión, los Espíritus Reveladores apuntan a la glándula pineal, como la glándula de la vida mental; ejerciendo, entre otras importantes funciones, la de traducir y encaminar a la interpretación las informaciones transportadas por las ondas supraluminares. Aprendemos, así, que estamos ligados en espíritu con todos los encarnados que piensan como pensamos, tanto más estrechamente cuanto más estrecha la distancia entre nosotros y ellos, esto es, cuanto más íntimamente estemos conjugando la atmósfera mental unos de otros, independientemente de los factores espaciales (18).

Esa independencia del factor espacial nos remite al teorema de Bell, a la realidad “no local”. Trabajando en Ginebra, en el CERN, en los años 1960, John Bell, físico británico, mostró que dos partículas permanecen un todo, incluso después de haber sido separadas a largas distancias, cuando una de ellas hace un movimiento en una determinada dirección, la otra, al mismo tiempo, gira en la misma dirección, en una sincronización perfecta.

En 1982, Alain Aspect y colegas demostraron, experimentalmente, esa influencia,de forma que, cualquier teoría, actual o futura, para ser consistente, tendrá que contener ese tipo de influencia no local para explicar la realidad.

Aunque científicos respetables, como John Barrow (19), recuerden que no hay forma de que la información sea transmitida entre las partículas con una velocidad superior a la de la luz y que el elemento no causal de la realidad cuántica no puede ser aplicado al caso de la percepción extrasensorial, creemos que las evidencias científicas del Mundo Espiritual, constatadas en investigaciones realizadas por científicos del porte de William Croques, Alfred Russel Wallace, Oliver Lodge, Aksakof, Ernesto Bozzano, además de otros, en el ámbito de la Parapsicología, son igualmente válidas y no dejan dudas de que esa misma ley puede ser aplicada a todas las dimensiones o escalas, que se desdoblan en el espacio y en el tiempo, uniendo los campos físico y extrafísico en una sola red o totalidad integrada.

Roger Penrose, del Mathematical Institute de Oxford, Reino Unido, afirma que “nuestros cerebros actúan no-computacionalmente, cuando nos dedicamos a procesos de pensamiento consciente” (20). Para explicar su convicción, Penrose recuerda que existen dos niveles distintos de fenómenos físicos: de un lado, el nivel cuántico en pequeña escala, en que partículas, átomos, o incluso que pueden existir moléculas en extrañas superposiciones cuánticas, como nos fue demostrado por el teorema de Bell; de otro lado, el nivel clásico, como el de una bolita de golf, por ejemplo, donde no hay posibilidad de superposición.

Inicialmente descrito por Edwin Schrödinger, ese fenómeno de entrelazamiento entre las partículas tiene continuidad en los estudios de Penrose, que lo llama estado entrelazado. El hecho es que existe una importante laguna en la comprensión de la física– especialmente en la frontera entre los niveles cuánticos y clásico, que, muy probablemente, conforme recuerda Penrose, será rellenada con la unión satisfactoriaentre la teoría cuántica y la teoría general de la relatividad de Einstein. En su hipótesis,él admite que las tubulinas – proteínas que forman los microtúbulos – presentes en las neuronas, a lo largo de los axónios y dentritos, son importantes porque favorecerían lo que llama de no-computabilidad de los eventos conscientes. (21)

Como vemos, la Ciencia no para y aún hay un campo enorme a recorrer, en todas las áreas del conocimiento humano. Recordando a Newton, todo se pasa como si estuviésemos catando conchas en la playa, mientras hay un inmenso océano a recorrer,la enorme extensión de nuestra ignorancia.
- Marlene Nobre- ( El alma de la materia)


Ya dominamos la energía del viento, de los mares, del sol. Pero el día que  el hombre sepa dominar la energía del amor será algo tan importante como  el descubrimiento del fuego -      Teilhard de Chardin


( Visitar el blog elespiritadealbacete.blogspot.com)

No hay comentarios: