INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Suicidio
2.- Auténtica ceguera
3.- Cuando te sientas a punto de estallar
4.- Buen sentido y sentido común
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SUICIDIO
Hablar de los suicidas, nos hace pensar en
el trabajo de renovación espiritual, que está al alcance y en la obligación de
todos nosotros.
Ayudar al prójimo, principalmente cuando
vemos a nuestros hermanos aproximarse a una situación desgastante, desigual y
potencialmente suicida, ¡es nuestra obligación! Aunque no debemos resultar
inconvenientes para esa persona, no debemos tampoco dejar de hablar del dolor
del prójimo y del que vemos.
El suicida es, antes de todo, un
solitario. Descubrir una forma de acercarnos a esa criatura puede ser
útil y benévolo, en un ejercicio de caridad a favor del prójimo.
Debemos utilizar los recursos al alcance
de nuestras manos para auxiliar al suicida o al potencial suicida, pues esto
será una buena actitud para la que, seguramente, nuestros guías espirituales
nos ayudaran.
En cuanto al suicidio propiamente dicho,
debemos luchar contra todas las formas de depresión, fuga y falta de fe.
Por considerarla de utilidad para nuestro
tema, se agrega una entrevista con el expositor espírita Altivo Pamphiro (AP),
publicada recientemente.
Pregunta: ¿El suicida debe ser considerado
como un valiente o un cobarde?
Respuesta AP: Todos los
espíritus de bien, informan que el suicida es antes de todo, un egoísta, que
piensa solamente en sus dolores, ignorando los dolores que irán a causar en sus
seres queridos.
No se puede generalizar y llamarlos de
valientes o cobardes, porque, en realidad, ante todo, ellos están
preocupados con sus propias ideas. Hay los casos de locura, en los cuales el
suicida, en un estado de demencia, no puede evaluar el crimen que está
cometiendo.
Es atribuido al espiritu de Emmanuel, la
información de que Getúlio Vargas, ex -presidente de Brasil, al quitarse
la vida, no fue considerado un suicida, una vez que evitó una guerra civil con
su muerte. De este modo, vemos que
Pregunta: ¿Cuáles son los factores
espirituales que pueden llevar a una persona a desear no vivir más?
Respuesta AP: Principalmente
la sociedad. El espíritu, cuando no tiene más motivos para luchar, puede
desesperarse y entrar en una depresión que lo lleva a pensar en el suicidio.
Hace como 10 años, en Suecia, hubo una investigación entre médicos y
paramédicos al respecto, de que se alguno de ellos tuvieran el deseo de
suicidarse algún día.
La información fue sorprendente, los
médicos y paramédicos que habitualmente se dirigían a países pobres, ofreciendo
sus servicios durante sus vacaciones, jamás pensaron en el suicidio. El trabajo
es realmente un gran antídoto para la actitud suicida.
Pregunta: ¿Adónde van realmente los
espíritus de los suicidas? ¿Hay alguna regla general para quien comete este
acto, o los motivos que lo llevan a cometerlos pueden aminorar esa pena, si así
la podemos llamar?
Respuesta AP: La médium
Ivonne Pereira, en su libro Memorias de un Suicida, habla del “Valle de los
Suicidas”. Sin embargo, tenemos noticia de otros suicidas que no fueron para
dicho Valle, porque no constituían un peligro para los encarnados.
Según la médium, van para el “Valle de los
suicidas” aquellos espíritus capaces de influenciar a los encarnados. Ellos,
entonces, son segregados para que no puedan influir en los hombres.
Pregunta: ¿Es posible saber cuánto tiempo
el espíritu de un suicida queda vagando por las regiones umbralinas?
Respuesta AP: No hay
previsión para ese tiempo. Dicen los espíritus conductores, que el
espíritu queda vagando mientras no consigue armonizar su mente y entender el
apoyo que le está siendo ofrecido. Por lo tanto, esto varía de espíritu a
espíritu.
Pregunta: ¿Será que todos nosotros, en
algunos instantes, somos suicidas, si así podemos definir tal nomenclatura,
cuando estamos en algún estado negativo, como fastidiados, deprimidos,
afligidos, inseguros, avergonzados, enojados, etc., y actuamos contra la
ley?
Respuesta AP: Digamos que el
suicida es aquél que, además de no conseguir superar esos estados mórbidos,
procura huir de las realidades del mundo en que vive. Podemos también, como
usted está hablando, ser considerados como suicidas en potencia, todas las
veces que entramos en ese estado de morbidez psíquica. De alguna forma, somos
suicidas, cuando
desgastamos innecesariamente el cuerpo o desistimos de vivir.
Pregunta: Cuando algunas sectas fanáticas
llevan a sus seguidores a suicidios colectivos, ¿ quién tendrá más grande parte
de la culpa? ¿Si alguien lo obliga a matarse, como el aventarse de un lugar, la
víctima es culpada?
Respuesta AP: Cuando los seguidores de una secta se suicidan, ellos no tienen culpa por el acto, pero sí por haberse dejado envolver por las órdenes absurdas que le fueron dadas. La culpa del suicidio propiamente dicha, será para los directores que los indujeron. En cuanto a los que son obligados a matarse, éstos no se suicidan, son asesinados.
Pregunta: ¿Pero al certificar que los
seguidores de determinadas religiones o sectas, cuando se suicidan, no tienen
culpa, no se está sacando de ellos el libre albedrío en detrimento de la fe
ciega?
Respuesta AP: Cuando personas
abdican de pensar y se dejan conducir por la determinación de otros, realmente
están equivocados, pero debemos tomar en cuenta a aquellos que no son capaces
de discernir. En este caso, el libre albedrío de ellos está realmente
perjudicado
Pregunta: Grandes personajes bíblicos poseían tanto amor por sus pueblos que colocaron su propia vida a disposición, en cambio de la libertad de los otros. ¿Ese sentimiento “suicida” es antes una virtud y no un error, cierto? Como dice Martin Lutero King, “aquél que no tiene una causa por la cual se disponga a morir por ella, no merece la vida que tiene”.
Pregunta: ¿ Cual es su opinión al respecto de ese tipo de “intención suicida”?
Respuesta AP: Ninguno de
esos líderes, en verdad, tenía esa “intención suicida”. Ellos tenían el valor
de que podrían llegar hasta el hecho, de saber que sus vidas estarían en
riesgo, todas las veces que hablaran sus verdades.
Los líderes religiosos enfrentan
principalmente el desorden moral y aquellos que se complacen en ella. Luter
King enfrentó a toda una clase social por la defensa de los negros. Estos
hombres, poderosos en sí mismos, sabían que agredirían el statu-quo vigente y,
seguramente, la sociedad agredida respondería con su lenguaje de violencia.
Tengo seguridad de que estos hombres, al enfrentarse a esta sociedad, sabían
que su respuesta seria la violencia. Por eso digo que, en verdad, ellos tenían
el valor de la fe.
Pregunta: ¿Si una persona toma alcohol y es
atropellada o choca su vehículo, ella cometió un suicidio? Por lo que hace al
suicidio lento por desgaste innecesario del propio cuerpo, ¿hay diferencia
entre los que lo hacen con alcohol, drogas, fumar, comidas excesivamente
grasosas o incluso con un simple refresco?
Respuesta AP: El hecho de
que las personas ignoren que el alcohol y el tabaco pueden llevarles a la muerte, no las exime
del sufrimiento oriundo de esos agentes químicos. El suicidio, en ese
caso, sería indirecto, pero no por eso deja de ser un desgaste innecesario e
inoportuno, que tarde o temprano resultará en un sufrimiento para los que
abusan así de su cuerpo.
Todo en la vida depende de la intención.
Si usted también usa el exceso de grasa pensando que eso no le hará mal, usted estará
menos comprometido, pero no por eso dejará de sufrir los efectos de sus
actos. En cuanto al que sufre un desastre y muere como consecuencia de la bebida o del
toxico, él sufrirá por ver que cortó el hilo de su vida antes de la hora. No
será un suicida clásico, pero sí será un suicida indirecto, que seguramente
tendrá de dar cuentas de este acto.
Pregunta: El caso de personas que
participan de deportes peligrosos y terminan por desencarnar, como fue el caso
de Ayton Senna (piloto de autos que murió en un accidente en una carrera)
¿sería suicidio? ¿Qué culpa tiene quien participa de deportes como el
alpinismo, paracaidismo, automovilismo etc.?
Respuesta AP: Los espíritus
que tienen conocimiento de las limitaciones a que están sujetos y, pese a ello,
obligan a su cuerpo a participar de esas actividades, son llamados suicidas
en potencia. Cuando ocurre la desencarnación de uno de ellos, el espíritu será
castigado por el hecho de haber actuado conscientemente contra la seguridad de
su cuerpo.
Pregunta: ¿Qué tipo de culpa tendría
alguien que se matara por no ver su amor correspondido? ¿Y cuál sería la de
quien no le correspondió?
Respuesta AP: Quien se mata
por amor, según la médium Ivonne Pereira, tiene en su beneficio el sentimiento
con que actuó. No fue una fuga propiamente dicha, pero sí una falta de
resistencia moral. La persona que no correspondió al amor, nada tiene que
ver con la muerte del otro, si no estimuló un amor que jamás sería
correspondido.
Pregunta: Con respecto a los problemas de
nuestra sociedad contemporánea, ¿ qué se puede decir del suicidio de jóvenes
usuarios de drogas?
Respuesta AP: Que éstos anticipan sus partidas
para el mundo espiritual y las informaciones que se reciben al respecto del
estado de ellos son las más tristes. En la verdad, son suicidas.
Pregunta: ¿Hoy en día, frente a los
riesgos de contraer sida, tener relaciones sexuales sin el uso de preservativos
puede ser considerado como actitud potencialmente suicida?
Respuesta AP: Puede sí, si
fuese el caso de que se busque a un compañero o compañera y usted vea en él
solamente el placer, sin darse cuenta los perjuicios que pueda acarrear tal
relación.
Pregunta: ¿Se puede hacer alguna cosa para
auxiliar a los suicidas o no se les puede ayudar de ninguna forma? ¿Habrá
esperanza para los espíritus suicidas y sus familiares?
Respuesta AP: Sabemos que la
oración es de gran auxilio para los suicidas, pues cuando oramos por alguien,
usamos nuestra buena voluntad, nuestro sentimiento de comprensión para con el
prójimo. Todas las veces que pensamos con tranquilidad en favor de una persona,
estaremos sugiriendo que alguien piensa en ella con cariño, con estimulo y
buena voluntad. Otra forma de auxiliar es vibrar para que ella se encuentre
bien, sugiriendo pensamientos de estimulo y de paz.
Nota: entrevista
realizada por el Canal IRC-Espiritismo de Brasil y publicado en
Altivo Pamphiro ( fundador del Centro Espírita León Denis (CELD) en Río de Janeiro. Nacido el 24 de marzo de 1938 y desencarnado el 17 de febrero de 2006)
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AUTÉNTICA CEGUERA
«HIPOCRESÍA»
La limpieza interior del alma, su depuración y adelanto moral es lo que constituye la auténtica luz para la misma, eliminando así la oscuridad y la ceguera que con frecuencia nubla los sentidos y la mente del hombre sensual que se deja fascinar por lo inmediato y desprecia lo interior, lo verdaderamente importante: la salud espiritual de su propia alma.
La auténtica ceguera del alma es olvidar y sustituir los impulsos y necesidades del espíritu en su esfuerzo por alcanzar mayores grados de adelanto que le acerquen a Dios y a la dicha futura. ¿Y por qué ocurre esto? Sin duda, porque el mayor esfuerzo que podemos enfrentar es vencerse a uno mismo, luchar contra la propia imperfección, desarrollar la voluntad ante las malas inclinaciones, fortalecer nuestro control y autodominio para no caer en las garras de las pasiones disolventes que contaminan todo lo que es verdaderamente importante.
En esta lucha interior hay quien prefiere posponerla, otros disimularla haciendo ver como que la llevan a efecto por fuera pero en su interior ceden y se rebajan a los impulsos más voraces de su propicio egoísmo. Y estos últimos se convierten en los grandes hipócritas, tales como el Maestro de Galilea definió a aquellos que por fueran “limpian el plato” pero por dentro están “llenos de podredumbre”, y que en aquel momento identificó con los sacerdotes, llegando a amonestarles con el famoso “son ciegos que guían a ciegos” y aquellos que los siguen perecerán junto a ellos.
La hipocresía, la falsa humildad, “los sepulcros blanqueados” de los que habla Jesús son el ejemplo que él nos pone para comprender que, para alcanzar la luz y desterrar las cegueras del alma, es preciso seguir su palabra, su código moral, su ejemplo de amor y perdón para con todos. Sólo así el alma se regenera, se limpia, se va desprendiendo de las sombras que la atenazan desde épocas pretéritas; sombras que nosotros mismos hemos permitido por caer en hábitos, actitudes y conductas contrarias a las leyes de Dios que nos han llevado a construir muros de contención en el interior de nuestra alma que impiden que aflore la luz perenne que ella tiene en su interior desde que fue creada por Dios.
Las luces que destierran la ceguera son abandonar las sombras que nublan y oscurecen nuestra forma de ser y actuar frente a las leyes de Dios. Estas sombras son principalmente la causa de todos nuestros males y comienzan en el propio egoísmo y orgullo, de los que derivan todos los defectos morales. Pero además, estas actitudes nos han llevado a lo largo de los siglos a caer en otras situaciones más difíciles que retrasan nuestra iluminación, porque los vicios, las pasiones, las fugas psicológicas, las adicciones que esclavizan, etc., son elementos que oscurecen el alma, que le impiden adelantar en el camino del bien y del amor al prójimo.
Por todo ello, el esfuerzo por mejorar nuestra condición moral es la base, el punto de apoyo necesario y básico para limpiar y depurar nuestra alma de las sombras siniestras que nosotros permitimos que anidaran en nuestro interior en épocas pretéritas y que se constituyeron como patrones de conducta o formas de pensar y sentir equivocadas y contrarias a las leyes de Dios, al estar sustentadas por el egoísmo y la ambición, por el deseo de satisfacción inmediata que los bienes materiales propician, al tener como modo de conducta glorificar la materia y desdeñar los valores del espíritu.
Hasta que no comprendemos que la verdadera vida es la del espíritu inmortal y que estamos en la Tierra de manera transitoria para aprender, rescatar deudas y eliminar las impurezas del alma mediante el esfuerzo y el mérito por ser mejores día a día, no aceptamos la imperiosa necesidad que supone ser honestos con nosotros mismos y comenzar ese trabajo extraordinario que supone limpiar y dejar aflorar la luz pura que nuestra alma porta en su interior, donde están reflejadas las auténticas directrices del progreso y la felicidad del ser humano, pues allí las colocó Dios para que fuéramos desarrollándolas y permitiéndonos acercarnos a ÉL en las mejores condiciones y bajo nuestra propia individualidad y conciencia.
Las cegueras de nuestra alma vienen también dadas por la fascinación que el mundo material ejerce sobre nuestros sentidos y apetitos más groseros cuando nos encontramos inmersos en la carne. Y curiosamente, cuando este aspecto domina con mucha fuerza en el alma humana debido a su atraso moral y evolutivo, se invierten los papeles, de forma que es lo material, lo egocentrista, lo efímero, lo intrascendente y lo disolvente, lo que desestructura la personalidad, lo que domina el impulso del espíritu por adelantar y equilibrarse con las leyes de Dios. De tal forma esto tiene fuerza que estos espíritus, incluso después de la vida en la carne, debido a su mente y a sus deseos que viven por y para la materia, siguen manteniéndolos en el otro lado de la vida cuando allí son trasladados después del túmulo.
Entonces se convierten, ya sin cuerpo físico, en esclavos de sus propias pasiones, de sus propios defectos, de sus propios errores que comienzan a experimentar en cuadros de sufrimiento que les devuelven los efectos de las causas criminales que ellos mismos han sembrado con su propio egoísmo dañando a otros o a sí mismos. “Se recoge lo que se siembra”. Esta ley universal llega a todos, sin establecer diferencia alguna en función del lugar que ocupemos en la vida: o en la Tierra con un cuerpo físico o en el espacio, ya sin materia, acompañados únicamente por nuestro periespíritu.
Aquellos que renuncian a la lucha por mejorarse, lo único que consiguen es procrastinar, dilatar en el tiempo la llegada a mejores estados de felicidad y de conciencia. Por ello, desde aquí invitamos a la tarea de desterrar las “cegueras del alma” ya mencionadas y abrazar con alegría e ilusión “las luces del alma”, aquellos valores del espíritu que nos conducen a la paz, el equilibrio, las salud mental-emocional cuando nos encontramos encarnados con un cuerpo. Y que cuando regresamos al plano de la verdadera vida, ya en el espacio, nos otorgan la dicha y la felicidad espiritual que se desprende del trabajo bien hecho, de la elevación moral y espiritual que nos hace avanzar en el camino hacia Dios.
Benet De Canfield (Psicografiado por Antonio Lledó )
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CUANDO TE SIENTAS A PUNTO DE ESTALLAR
" Bienaventurados los mansos porque ellos heredarán la Tierra"- Jesús de Nazareth
" La benevolencia con los semejantes, fruto del amor al prójimo, produce la afabilidad y la dulzura, que son su aceptación"- El Evangelio según el Espiritismo-
Surgen las ocasiones en que todas las fuerzas del alma se hacen tensas, asemejando a cargas explosivas listas para ser detonadas.
Momentos de reacción delante del mal, en los que la chispa del resentimiento asoma de lo íntimo, animada por el soplo del desespero. Incuso aunque la indignación se te presente justificada, reflexiona antes de hablar.
La palabra no fue creada para convertirse en el rayo de la muerte.
Imagínate en el lugar del interlocutor. Si hubo deficiencia en la cooperación de la otra persona, recuerda los acontecimientos en los que el error impensado te marcó la presencia; si algún compañero habló involuntariamente en la obligación, piensa en las horas difíciles en que no pudiste guardar fidelidad al deber.
Ante cualquier obstáculo, piensa que la cólera es una bomba de mecha corta, comprometiendo la estabilidad y la vida en donde explota.
Indiscutiblemente el verbo fue establecido para que lo utilicemos. El silencio es el guardián de la serenidad, sin embargo no siempre consigue tomar sus funciones. Eso no justifica que transformemos la cabeza en un volcán en movimiento, arrojando lavas de inquietud y mal humor.
Aunque se nos impongan días de franqueza y esclarecimiento, es posible valorar armoniosamente los más intrincados problemas sin encender el fuego de la violencia en las parcelas de la lógica.
Dominémonos para que podamos controlar las circunstancias y dirijamos nuestras emociones colocadas en el camino del equilibrio y del discernimiento, de manera que nuestra frase no resbale en la intemperancia.
Guardar el silencio, cuando sea preciso, pero hablar siempre que sea necesario para deshacer engaños y limpiar raciocinios, entendiendo que Jesús no nos confió la verdad para convertirla en una piedra sobre cráneo ajeno y sí en un destello que oriente a los otros y nos ilumine a nosotros.
- Emmanuel- Espíritu-
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BUEN SENTIDO Y SENTIDO COMÚN
Por Eugenio Lara *
Allan Kardec declara en varias ocasiones que el Espiritismo es una cuestión de sentido común.
Según él, aquí es también donde reside su autoridad y su solidez: “Su fuerza está en su filosofía, en el recurso que hace a la razón, al sentido común ”. ( El Libro de los Espíritus , Conclusión, punto VI – FEB).
La cuestión del sentido común está siempre presente en el pensamiento de Allan Kardec. Esto se puede detectar y observar al leer toda la Kardeciana. Pero, al fin y al cabo, ¿ qué es ese sentido común del que tanto habla el fundador del Espiritismo y los espíritus?
Podemos empezar a entender qué es este sentido común en el contexto kardeciano cuando entendemos que no es el “sentido común” utilizado por la gente en la vida cotidiana. Por ser un conjunto de conocimientos acumulados por un determinado grupo social, el sentido común es cultural, basado en prueba y error. No es científico, no es filosófico.
El sentido común produce espontáneamente un criterio de verdad aceptado por un determinado grupo, una herencia de costumbres, sin reflexión, simplemente se sigue la tradición, variando de una cultura a otra porque tiene raíces culturales y sociales.
El sentido común requiere reflexión y racionalidad. El criterio de verdad elegido por el sentido común está asociado a la reflexión filosófica, al libre pensamiento, al uso de la razón y a la intuición, donde la intuición debe estar al servicio de la razón y no al revés. Por eso el Espiritismo es una doctrina racional, donde el sentido común juega un papel destacado.
El sentido común de Kardec es similar al sentido común cartesiano. En El Discurso del método , el gran filósofo francés René Descartes inicia sus reflexiones precisamente sobre esta cuestión. Según él, el sentido común “es lo mejor distribuido del mundo” porque es igual en todos los hombres. Descartes define el sentido común como “el poder de juzgar bien y distinguir lo verdadero de lo falso”. El sentido común es sinónimo de razón.
Allan Kardec desarrolla en sus reflexiones un concepto similar, donde sentido común y razón son inseparables. No hay razón sin sentido común ni sentido común sin razón. Razón, lógica y sentido común son un trinomio inseparable en el pensamiento de Kardec, porque para él el Espiritismo representa un pensamiento peculiar, con identidad propia, que satisface, al mismo tiempo, “la razón, la lógica, el sentido común y el concepto en el que tenemos la grandeza. , bondad y justicia de Dios” (...) por la fe inquebrantable que brinda”. ( Cielo e Infierno , capítulo I, segunda parte, 14 – FEB).
Según Allan Kardec, para evaluar el valor y la calidad de las bebidas espirituosas, “no existe otro criterio que el sentido común ”. “Cualquier fórmula que ellos mismos den a tal efecto será absurda y no puede provenir de Espíritus superiores”, concluye. ( El Libro de los Médiums , capítulo XXIV, ítem 267 – FEB).
¿Quién juzgará las diversas y contradictorias interpretaciones fuera del campo teológico? – pregunta Kardec en Personajes de la Revelación Espírita. Él mismo responde: “El futuro, la lógica y el sentido común ”. ( Génesis , capítulo I – 29 – FEB).
En la exquisita introducción a El Evangelio según el Espiritismo , en cuanto al análisis de informaciones y conceptos provenientes de los Espíritus, Kardec es muy inflexible: deben ser rechazados cuando contradicen “el sentido común , la lógica rigurosa y los datos positivos ya adquiridos, (... ) por muy respetable que sea el nombre que lleve como firma”. (FEB – el énfasis es mío).
No en vano el gran astrónomo Camille Flammarion, en un discurso fúnebre pronunciado durante el entierro del maestro lionés, llamó a Allan Kardec “el sentido común encarnado”:
“Razón recta y juiciosa, aplicó constantemente a su obra las indicaciones íntimas del sentido común. Ésta no era una cualidad pequeña, en el orden de las cosas que nos ocupan. Fue, por el contrario – se puede decir – el primero de todos y el más precioso, sin el cual la obra no habría podido popularizarse ni habría podido extender sus inmensas raíces en el mundo”. ( Obras Póstumas – FEB).
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* Eugenio Lara , arquitecto y diseñador gráfico, es miembro fundador del Centro de Investigación y Documentación Espírita, editor fundador del sitio web PENSE – Pensamiento Social Espírita
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