domingo, 13 de noviembre de 2022

¿ Es necesario saber lo que fuimos?

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Miedo y obsesión

2.- La verdadera sabiduría

3.-¿ Es necesario saber lo que fuimos?

4.- Las funciones del Periespíritu


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                                       MIEDO Y OBSESIÓN

Hay historias humanas que son dignas de ser contadas.

En este planeta conocemos muchas enfermedades; incluso sabemos que las hay orgánicas y mentales.

Como la mente está situada en el terreno del Espíritu, ya que nada tiene que ver con la materia que conocemos, nuestras enfermedades mentales, como las físicas, pertenecen al Espíritu, que mediante un cuerpo carnal filtra su desequilibrio y desarmonía, provocadas seguramente en un pasado que puede ser reciente o remoto.

Esas experiencias contadas, de millones de casos, son solidarias, y por eso mismo pueden ayudar a alguien que pueda estar o que esté en el futuro en similares circunstancias.

Compartir ayuda a aprender y a crecer espiritualmente.

Estamos tan acostumbrados a recibir, que dar, nos cuesta un esfuerzo tremendo, sobre todo en cuestiones personales y muy íntimas: ¡ Desconfiamos de todo y de todos !. Creemos aue no nos van a entender; que nos van a criticar, o que incluso nos puedan dar la espalda, etc.

En defintiva, lo que ocurre al ser humano es que tiene MIEDO, con mayúsculas.

Miedo a todo y a todos, y por ese miedo es capaz de caer en las situaciones más extrañas, más insospechadas y más dolorosas.

¿ A qué podemos tener miedo?; por ejemplo, a no ser amados, a la soledad, a no alcanzar una hipotética felicidad terrenal, a la vejez, a perder la belleza, a la muerte, etc.

Nos debatimos entre el miedo, la inseguridad y la desconfianza, en un mundo lleno de tropiezos y dificultades; en un mundo sujeto a toda clase de pruebas: materiales y morales.

En muchos casos, nuestros proyectos hechos antes de reencarnar, se desvanecen ante esos miedos; queremos tocar con las manos la tan anhelada felicidad, que creemos vamos a conseguir en un mundo de fantasías, falsas ilusiones y trampas emocionales de todas  clases, creyendo que tenemos derecho a esperar esa felicidad, ficticia en muchos casos.

En un mundo lleno de influencias nocivas, donde solo sobrevive el más fuerte, espiritualmente hablando, aunque nadie está solo ni desamparado.

Esas historias tristes y lamentables, pueden ser la de cualquiera de nosotros, ya que vivimos en un mundo que muchas veces nos parece una cárcel y un hospital a la vez.

Muchos miles de criaturas encarnadas, podemos sufrir de una enfermedad atroz: ¡ el inconformismo!.

Ese inconformismo puede dar lugar, si no lo evitamos, a una terrible enfermedad asociada a esta otra: ¡ la obsesión !.

Y lo más triste es que hay muchas personas que piensan que a ellas no les va a ocurrir, que eso solo le puede ocurrir a los demás, muchos creyendo que solo por conocer el Espiritismo o profesar una religión, eso no les va a ocurrir; que eso sólo les pasa a otros, ya que, tal vez, nosotros tengamos el conocimiento, pero sin práctica, no sirve de nada, para librarnos de una caída dolorosa.

Nadie está a salvo de caer, a menos que tenga un bastón infalible: ¡ la vigilancia !. No nos engañemos, el autoconocimiento es imprescindible.

Jesús nos dio enseñanzas maravillosas que con frecuencia, preferimos olvidar o no queremos aplicar, porque entonces tendríamos que renunciar a ese falso mundo de ilusiones del que hablaba antes.

La RENUNCIA, también con mayúsculas: ¡ qué difícil de entender y más aún de aplicar !.

¿ Quien está dispuesto a renunciar a aquello que más le gusta, pero que menos le conviene?. Muchos no han sabido hacerlo casi nunca en su vida, por esa natural rebeldía que nos caracteriza y como muchas inclinaciones nos acompañan por siglos, la rebeldía y el inconformismo, hacen caer en un pozo muy oscuro, que nos hace sentir mucho dolor, remordimientos, tal vez, y muchísima angustia: ¡ La conciencia acusa !.

Afortunadamente, aquellos que tienen el conocimiento de la Ley de Causa y Efecto, y la sobrevivencia del alma, aunque pasen por esto, no deben tirar la toalla ni darse por vencidos,

El esfuerzo y el sacrificio lo aportamos nosotros, pero hay una aportación aún mayor por parte de nuestros Hermanos Mayores, para que esa situación insostenible por la que se puede pasar sea remediable.

¡ No hay nada imposible!. Las obsesiones más pertinaces, más arraigadas y difíciles, pueden combatirse, siempre que la persona sea consciente de esa enfermedad espiritual, que es la obsesión, y quiera salir de ella.

Es como el alcoholismo, las drogas, el juego, las aberraciones sexuales, etc.

La obsesión es una enfermedad del Espíritu, como las que he citado. Para nuestra desgracia, muy desconocida aún, aunque padecida por millones de seres en la Tierra y en el Plano Espiritual.

La persona más fuerte, la más devota, las más sabia, puede sufrirla en todas sus manifestaciones y grados, de lo cual nos habla muy bien El Libro de los Médiums.

Para contraerla hay infinidad de virus: la envidia, la crítica, el juego, las drogas, la avaricia, la rebeldía, el inconformismo, la sensualidad desmedida, la intolerancia, la venganza, etc. Nuestras imperfecciones abonan el campo donde se va a sembrar la enfermedad llamada: Obsesión; a veces letal, espiritual y mentalmente.

No olvidemos hacer serias reflexiones acerca de nuestra persona.

No perdamos el tiempo juzgando y censurando a los demás; hagámoslo con nosotros mismos y todo el conocimiento moral que adquiramos, que sea  para nuestro progreso espiritual, aplicándolo constantemente, y no para hacernos grandes teóricos de falsos púlpitos, llenos de vanidad y orgullo.

Si caemos, que el sentimiento de culpa y remordimiento no nos haga caer más bajo aún.

El mejor castigo de debemos imponernos es el del trabajo y el progreso; aspira al progreso quien cree en él.

Lo primero que debemos de hacer es perdonarnos a nosotros mismos, porque Dios lo hizo ya, y tener mucha confianza en el futuro, ya que somos eternos y Dios nos ha dado a conocer una doctrina llena de consuelo y esperanza.

- Isabel Porras González-

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                LA VERDADERA SABIDURÍA

XXI. La verdadera sabiduría está en no creer saber lo que no se sabe.
Esto se dirige a las gentes que critican aquello de que a menudo no saben ni una palabra. Platón completa este pensamiento de Sócrates diciendo: "Procuremos antes, si es posible, hacerles más circunspectos en palabras; sino, no nos ocupemos de ellos y no busquemos sino la verdad. Procuremos instruirnos, pero no injuriemos". Así es como deben obrar los espiritistas con respecto a sus contradictores de buena o de mala fe. Si Platón viviese hoy, encontraría las cosas poco más o menos como en su tiempo y podría usar el mismo lenguaje. Sócrates encontraría también quien se burlase de su creencia en los espíritus y le tratase de loco, lo mismo que a su discípulo Platón.
A causa de haber profesado Sócrates estos principios, cayó en el ridículo primero, después fue acusado de impío y condenado a beber la cicuta; tan cierto es que las grandes verdades nuevas, sublevando contra ellas los intereses y las preocupaciones que destruyen, no puede establecerse sin lucha y sin hacer mártires.
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO > INTRODUCCION > RESUMEN DE LA DOCTRINA DE SOCRATES Y PLATÓN

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¿ ES NECESARIO SABER LO QUE FUIMOS EN VIDAS PASADAS ?

Muchas personas han preguntado qué provecho se podía sacar de las existencias pasadas,
puesto que uno no se acuerda ni de lo que ha sido, ni de lo que ha hecho.

Esta cuestión está completamente resuelta por el hecho de que si el mal que hemos cometido
está borrado y no quedó de él ninguna traza en nuestro corazón, su recuerdo sería inútil, pues no tenemos que preocuparnos de ello. En cuanto a aquel del cual no nos hemos enteramente corregido, lo conocemos por nuestras tendencias actuales. Sobre éstas debemos dirigir toda nuestra atención.

Basta saber lo que somos sin que sea necesario saber lo que hemos sido.

Cuando consideramos la dificultad que hay, durante la vida, para que el culpable más
arrepentido se rehabilite de la reprobación de que es objeto, debemos bendecir a Dios por haber echado un velo sobre el pasado.

Si a un asesino le condenan, aunque hubiese cumplido su condena, por sus antecedentes la sociedad le hubiera rechazado. ¿Quién hubiese querido admitirle en el seno de su amistad. a pesar de su arrepentimiento?

En el espíritu de un asesino arrepentido los sentimientos que manifiesta hoy como espíritu nos dan la esperanza de que en la próxima existencia terrestre será un hombre honrado, estimado y considerado. Pero suponed que se sepa que ha sido un asesino: la
reprobación le perseguirá todavía. El velo echado sobre su pasado le abre la puerta de la
rehabilitación, podrá sentarse sin temor y sin vergüenza entre las personas más honradas. ¡Cuántos hay que quisieran a todo precio borrar de la memoria de los hombres algunos años de su existencia!

¡Que se busque una doctrina que esté más conforme que ésta con la justicia y la bondad de
Dios! Por lo demás, esta doctrina no es una teoría, sino el resultado de las observaciones. 

Los espiritistas no la han inventado. Han visto y observado las diferentes situaciones en que se presentan los espíritus, han procurado explicárselas y de esta explicación ha salido la doctrina. Si la han aceptado, ha sido por el resultado de los hechos y porque les ha parecido más racional que todas las emitidas hasta el día sobre el porvenir del alma.

No puede negarse que estas comunicaciones son de una alta enseñanza moral. El espíritu ha
podido ser, ha debido ser ayudado en sus reflexiones, y sobre todo en la elección de las expresiones, por espíritus más adelantados.

Tal vez alguno podrá admirarse por el gran cambio hecho en ciertos espíritus de criminales arrepentidos. Pero, ¿por qué no se habría de arrepentir? ¿Por qué no habría de existir en él una cuerda sensible que vibrase? ¿Acaso el culpable está para siempre destinado al mal? ¿No llega un momento en que se hace la luz en su alma?

De estas comunicaciones se desprenden otras instrucciones importantes. En primer lugar, la
confirmación del principio de eterna justicia, que el arrepentimiento no basta para colocar a los culpables en el rango de los elegidos. El arrepentimiento es el primer paso hacia la rehabilitación que llama la misericordia de Dios, es el preludio del perdón y de disminuirse los sufrimientos. Pero Dios no absuelve sin condición. Es precisa la expiación y sobre todo la reparación. Esto es lo que comprenden los espíritus de los criminales arrepentidos y es a lo que se preparan acompañados muy pronto del arrepentimiento y del deseo de reparar, a fin de realizar su progreso.

ALLAN KARDEC.

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  Las funciones del periespíritu

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Recubre el espíritu al desencarnar, sirve de intermediario entre el espíritu y el cuerpo durante la encarnación. Del cuerpo al espíritu transmite sensaciones, del espíritu al cuerpo transmite impresiones. Hoy se sabe que el periespíritu es por naturaleza una densa 'cobertura'. Es en él que el espíritu ya desencarnado tiene presiones de sed, calor, frío, dolor, alegría.Estos nombres no deben confundirse con los de orden moral, como remordimiento, arrepentimiento y otros, vividos en la intimidad de la propia conciencia, cuya envoltura etérea no encuentra analogía en este mundo. El dolor que siente no es precisamente físico, sino un vago sentimiento interior que el propio espíritu no comprende, porque el dolor no está localizado y no es producido por agentes externos. Sería más un recuerdo que una realidad, y sería menos doloroso.

El cuerpo fluídico que tiene el hombre es el transmisor de nuestras impresiones, sensaciones y recuerdos anteriores a la vida actual, inaccesible a la destrucción por la muerte, es un admirable instrumento que el alma se construye a sí misma y perfecciona a través del tiempo; es el resultado de un largo pasado. En él se conservan los instintos, se acumulan las fuerzas, se fijan las adquisiciones de nuestras múltiples existencias y los frutos de nuestra lenta y dolorosa evolución. Se sigue que, por la constante orientación de nuestras ideas y aspiraciones, de nuestros apetitos y procedimientos en una dirección u otra, poco a poco fabricamos una ENVOLTURA SUTIL , reivindicando las bellas y nobles imágenes, accesible a las más delicadas sensaciones, o una domicilio sombrío, lúgubre prisión en la que, después de la muerte, el alma es sepultada como en un sepulcro, 

Así, el hombre crea para sí mismo el bien o el mal, la alegría o el sufrimiento. Todo Espíritu posee los recursos inestimables tanto para la felicidad como para la desgracia, y le corresponde moralizarse y elevarse día a día, poco a poco construye su destino. Su obra está grabada en sí mismo.

*Cuando decimos que los espíritus son inaccesibles a las impresiones de la materia que conocemos, nos referimos a los espíritus superiores.*

El periespíritu define la individualidad, identifica la posición evolutiva del principio espiritual (ya que el espíritu no tiene forma), ejerce una función restauradora, modela el cuerpo (en el proceso de reencarnación); es responsable de todos los fenómenos vitas del soma; transmite mediumnidad.

Una de las funciones más extraordinarias del periespíritu es la de elemento reparador, ante los accidentes corporales a los que todos estamos sujetos, ya sea en enfermedades sin origen kármico, que podemos desarrollar en nuestro cuerpo por abuso e imprevisión, o en pequeños o grandes desastres en la proporción en que nos pueden alcanzar. (Nota: Karma – en sánscrito (hindú) significa acción, pero en rigor designa causa y efecto, considerando que todo movimiento o acción procede de una causa o de impulsos anteriores. Esta palabra siempre debe expresar la cuenta de cada uno de ellos  En nosotros, englobamos los débitos y créditos que, en particular, nos conciernen, y que son de nuestra responsabilidad).

Siempre que el cuerpo carnal es herido,  la lesíón no alcanza también al Periespíritu. Este, como ORGANIZADOR BIOLÓGICO, fuerza la corrección de la parte herida a través de su influencia poderosa, no  consiguiendo restaurar solamente, aquellos casos de extrema complicación, como por ejemplo las amputaciones,  Un hecho bien conocido es que, aún en estos casos, las personas continúan sintiendo dolor en los lugares de los miembros amputados, lo que demuestra la permanencia intacta de la contraparte etérica, el periespíritu.

- Renata Mendes .

( Tomado de "Espiritismo del alma")

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