lunes, 4 de julio de 2016

Olvido del pasado



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    ¿ Como es el  Espiritismo que el hombre mira?

La Doctrina Espírita parte de una tesis central: 
Dios existe y es necesario que exista, y lo define como la inteligencia universal, causa primera de todas las cosas.
La idea de un proyecto divino es importante porque nos revela que el mundo posee un objetivo y que por tanto, no somos presas de la casualidad.
Todo lo  que acontece en el Universo no se da aleatoriamente, sino según la acción inteligente de los agentes de Dios  que con  Él colaboran en la consecución de ese proyecto.
Esa idea nos dice aún que, comoo partes de ese plano, somos colaboradores de Dios en su obra.
Pienso que esa conclusión nos da importancia y aumenta considerablemente nuestra auto-estima.
No somos un accidente fortuito de la materia, no somos un cometa de pasa por el cielo, viniendo no se sabe de donde y yendo no se conoce para donde; sino que somos una parte importante de la obra de Dios.
Ese es, por cierto, el motivo de la frase de Jesús según la cual Dios no está indiferente ni a la muerte de un  gorrión ni para un pelo que cae de nuestra cabeza. Nosotros, por tanto, somos importantes para Él, así es fundamental que Él  sea importante para nosotros y que hagamos nuestra parte del proyecto divino.

Espiritualidade Mayor.

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   Simpatías y antipatías terrestres 

. Dos seres que se han conocido y amado ¿pueden volver a encontrarse en otra existencia corporal y reconocerse? 

- Reconocerse, no. Pero sentirse atraídos recíprocamente, sí. Y a menudo ciertos lazos íntimos basados en una afección sincera no tienen otra causa que esa. Dos seres son acercados el uno al otro por circunstancias que en apariencia son fortuitas, pero que constituyen el resultado de la atracción de ambos Espíritus, que a través de la muchedumbre se buscan. 

a. ¿No sería más grato para ellos el reconocerse? 

- No siempre. El recuerdo de las pasadas existencias tendría inconvenientes más serios de lo que creéis. Después de la muerte se reconocerán y sabrán en qué tiempo han estado juntos. 

. La simpatía ¿tiene en todos los casos por motivo un conocimiento anterior? 

No. Dos Espíritus que armonizan se buscan naturalmente, sin que se hayan conocido como seres humanos. 

. Los encuentros que se han verificado a veces entre ciertas personas, y que se atribuyen al azar, ¿no serían el efecto de una especie de relaciones simpáticas?

Hay entre los seres pensantes lazos que todavía no conocéis. El magnetismo es la explicación de esa ciencia que más adelante comprenderéis mejor.

¿A qué se debe la repulsión instintiva que a primera vista experimentamos hacia ciertas personas? 

- Espíritus antipáticos, que se adivinan y se reconocen sin hablarse. 

. La antipatía instintiva ¿denota siempre una condición malvada? 
- Dos Espíritus no son por fuerza malos porque no simpaticen el uno con el otro. La antipatía puede nacer de una falta de similitud en la manera de pensar. Pero, a medida que se elevan, los matices se van borrando y la antipatía desaparece. 

. La antipatía entre dos personas ¿nace primero en aquella cuyo Espíritu es peor, o en la otra, cuyo Espíritu es mejor? 
- En una y en otra, pero las causas y efectos son diferentes. Un Espíritu malo siente antipatía por cualquiera que pueda juzgarlo y desenmascararlo. Al ver a una persona por primera vez, sabe que va a ser desaprobado por ella. Su distanciamiento se trueca en odio, en envidia, y le inspira el deseo de hacer el mal. El Espíritu bueno experimenta repulsión hacia el malvado, porque sabe que éste no le comprenderá y que no comparten iguales sentimientos. Pero, apoyado en su superioridad, no siente hacia el otro ni odio ni envidia. Se limita a evitarlo y compadecerlo. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS
ALLAN KARDEC


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Olvido del pasado 


. ¿Por qué el Espíritu encarnado pierde el recuerdo de su pasado? 

- El hombre no puede ni debe saberlo todo.* Dios, en su sabiduría, así lo quiere. A no ser por el velo que le oculta ciertas cosas, el hombre se hallaría deslumbrado, como aquel que sin transición pasa de la oscuridad a la luz. ¿Cómo puede el hombre ser responsable de actos y rescatar faltas que no recuerda? ¿De qué manera podrá aprovechar la experiencia que adquirió en vidas que han caído para él en el olvido? Se concebirá que las tribulaciones de la existencia fueran una lección para él si se acordara de las causas que han podido acarrearlas. Pero, puesto que no tienen memoria de ello, cada existencia es para él como si fuese la primera, y así está siempre comenzando… ¿Cómo conciliar esto con la justicia de Dios? 
En cada nueva vida el hombre tiene más inteligencia y puede distinguir mejor el bien del mal. ¿Dónde estaría su mérito si se acordara de todo el pasado? Cuando el Espíritu retorna a su existencia primitiva (la espírita), toda su pasada vida se desarrolla ante él. Ve las faltas en que incurrió y que son causas de su sufrimiento, y ve también lo que hubiera podido impedir que las cometiera. Comprende que la situación en que se halla es justa, y busca entonces una existencia capaz de reparar los errores de aquella que acaba de transcurrir para él. Busca pruebas análogas a las que pasó antes, o las luchas que considere adecuadas para su adelanto, y pide a los Espíritus superiores a él que le ayuden en esa nueva tarea que emprende, porque sabe que el Espíritu que le será asignado por guía en esa nueva encarnación tratará de hacerle reparar sus culpas dándole una especie de intuición de las que cometió. Esa misma intuición obra con frecuencia cuando os asalta un pensamiento, un deseo criminal al que os resistís por instinto, atribuyendo casi siempre vuestra resistencia a los principios que habéis recibido de vuestros progenitores, cuando en realidad es la voz de la conciencia la que os habla, y esa voz es el recuerdo del pasado, que os advierte que no volváis a caer en las faltas en que habéis ya incurrido. El Espíritu que ha ingresado a esa nueva existencia, si sufre tales pruebas con valor y las resiste, se eleva y asciende en la jerarquía de los Espíritus, cuando vuelve a estar entre ellos. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS
ALLAN KARDEC


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ENRIQUECE TU DÍA
Cada día es una reencarnación simbólica para nosotros, en el círculo de las luchas purificadoras de la Tierra.
No te olvides de semejante verdad, si deseas realmente preparar el corazón para la vida imperecedera.
No desperdicies la riqueza de los minutos en la indiferencia, en la terquedad, en el aislamiento o en la inercia.
Cada vez que el sol reaparece en el horizonte, es posible mejorar el patrón de nuestro propio entendimiento con los familiares, auxiliar al prójimo con más seguridad, amparar la naturaleza con más alta comprensión.
Hoy es nueva oportunidad a fin de renovarnos, cuanto sea posible, para el infinito Bien.
Planta un árbol amigo y, más tarde le recogerás el tesoro de bendiciones.
Acepta al adversario de ayer, ofreciéndole simpatía y, en un futuro próximo, tendrás un hermano comprensivo y devoto.
Utiliza, con provecho, el centavo de que disponemos, auxiliando al necesitado y, mañana, entrarás en la posesión de valores inesperados de la amistad y de la alegría.
Sonríe con bondad y coopera, con más diligencia, en tu paisaje de servicio habitual, en los instantes de "ahora" y encontrarás compañeros, ricos de concurso fraternal en los días que vendrán.
Las más bellas figuras geométricas comienzan en un punto simple.
Las más conmovedoras sinfonías son iniciadas en pequeñas notas, aparentemente sin significación.
Si pretendes un lugar en el banquete de la ciencia y de la fraternidad, del amor y de la sabiduría, comienza a estudiar y a servir, a comprender y a disculpar, a mentalizar el bien y a sublimar tu propio corazón, desde hoy.

DEL LIBRO DE CHICO XAVIER “NACER Y RENACER”

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El NIDO DOMESTICO DEBE SER SANTUARIO FAMILIAR

La familia es la fortaleza donde creamos los vínculos afectivos que nos marcan indeleblemente en la vida, es donde se nos recibe y se nos acepta por lo que somos, por el simple hecho de existir.
Miremos a nuestra familia con amor, por muy acelerados que nos podamos sentir por sus acciones poco sociables para con nosotros. Encendamos la luz del Evangelio en el hogar y amemos a nuestra familia problema, procurando ejercer con ellos la humildad y la resignación.
Recordemos que nacimos con ellos, no por factor fortuito ni por equivocación de los Espíritus Superiores. Antes de retornar, escogimos a aquellos que dividirían con nosotros las aflicciones superlativas y los propios desengaños.
Los parientes severos vestidos con los ropajes de verdugos inclementes, son los que nos proporcionan la lección de la paciencia que necesitamos vivir, aprendiendo así amar a los difíciles de amor para poder aspirar al Amor que a todos nos ama.
La enseñanza espirita, que rutila en nuestro espíritu transformado en farol de vivo amor y sabiduría, es el remedio consuelo para los dolores en el hogar, el antídoto y el tratado de armisticio para el campo de batalla donde se esgrime con las armas de la fe y de la bondad, apaciguando, comprendiendo, disculpando confiando en horas y días mejores para el futuro...
Recordemos que si alguien nos convoca a la ingrata labor de la mala semilla, no debemos desdeñar la buena lucha por la victoria del bien, encarando cualquier posición difícil como sagrada oportunidad para revelar nuestra fidelidad a Dios.
Abracemos siempre a nuestro hermano, y si el mundo parece poblarse de sombras, es preciso reconocer que las Leyes de Dios son siempre las mismas, en todas las latitudes de la vida.
No podemos estacionarnos a la mitad del camino que recorremos. No debemos olvidar nuestro propio trabajo, caminando para Dios, los grandes patrimonios de la vida no pertenecen a las fuerzas de la Tierra, sino a los del Cielo. El hombre que dominase el mundo entero con su fuerza, tendría que quebrar su espada sangrienta, ante los derechos inflexibles de la muerte.
El reino de Dios es la divina edificación de la luz, no olvidemos que no podemos ofrecer lo que no tenemos, debemos trabajar sin cesar por nuestra gran victoria. Cuidando de nosotros mismos y amando a nuestro prójimo, sin olvidar nunca que Dios cuida de todos.
Para que la familia logre su objetivo de amar y enseñar a los seres humanos lo que es el amor, debemos redescubrirla como fuente genuina de felicidad, como santuario donde se aprende y se vive todo aquello que nos lleva a tocar de frente la verdadera realización personal.
En muchos hogares, sin ni siquiera advertirlo, hemos sustituido el amor por el egoísmo y el cariño por el confort. No es difícil encontrar casas cada vez más grandes y lujosas, llenas de ropa, bolsas, zapatos de toda marca y muebles preciosos, pero vacías de ternura, compañía y solidaridad.
Casas donde cada quien con base en un egocentrismo refinado, busca tan sólo su propia satisfacción, sus planes y sus horarios, intentando vivir y disfrutar al máximo cada instante sin que nadie se moleste en ayudarse, acompañarse o sonreír. Estamos inmersos en una teoría de irresponsabilidad donde leemos entre líneas un mensaje que grita: “haz lo que te guste sin detenerte a ver a quién dañas, y si hay algo que pagar después, alguien lo pagará por ti, probablemente comprando esto o lo otro”.
Vacía de contenido, la sociedad padece grandes males. Cuando vemos un mundo afectado donde parecemos no encontrar respuestas ni esperanza, cuando asusta pensar en el devenir, en la falta de rumbo de la juventud, en la truncada inocencia de la niñez y la cruel ausencia de cariño en la ancianidad, cuando parecería que no hay de dónde agarrarse o cómo defenderse para no sumirnos en un terrible aislamiento y soledad, como foco que ilumina las tinieblas, emerge la familia.
Aparece como nuestra mejor arma, la familia es, ha sido y será la respuesta, el ancla, el faro, la solución. Es dentro de su santuario sagrado donde niños, jóvenes y adultos aprendemos a amar y a ser amados. Es donde se respira y se vive en primera persona lo que es el amor sincero y genuino que conlleva altas dosis de sacrificio y entrega de los demás. Es el sitio ideal para valorar el arte de ceder, para conocer el poder de la ayuda mutua y el goce de la complicidad. Es campo sublime para sembrar con ternura y cosechar con perdón.
Por eso apoyémonos en el bastón de la certeza reencarnacionista, aprovechemos el padecimiento punitivo, ayudemos a los verdugos de nuestra armonía, pero procuremos darle la luz, del conocimiento espirita para que, también ellos, los problemas por sí mismos, eluciden a los propios enigmas y dramas, marchando hacia nuevas experiencias con el corazón fervoroso y el espíritu tranquilo.
Mercedes Cruz Reyes
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