domingo, 24 de julio de 2016

LOS GRANDES CONTRASTES DEL HOMBRE





EL ESPIRITISMO LE PUSO EL ALMA A LA 

PSICOLOGÍA. 

Del examen del conjunto de fenómenos paranormales, estudiados a través de los últimos 150 años, se desprende, que hay una mente extra física (alma), cuyo pensamiento (energía extra física) vence el espacio (telepatía), la materia (clarividencia) y el tiempo (precognición y retrocognición) y le permite operar sobre la materia (psicokinesia); que puede separarse transitoriamente del cuerpo físico y volver a él (experiencias extracorpóreas), sobreviviendo a la muerte clínica (experiencia cercana a la muerte), venciendo, la muerte biológica para volver a comunicarse con los seres de este mundo (psi-theta) e incluso a través de instrumentos electrónicos (transcomunicación instrumental) para finalmente volver a encarnar (memoria extra - cerebral) en la Tierra o en algún otro punto del Universo. 

En resumen, el hombre desde el punto de vista espírita, y tal como lo está demostrando progresivamente la parapsicología es un ser paranormal y palingenésico. Como ser paranormal, es capaz de rebasar las limitaciones sensoriales y corporales, accediendo a través de la fenomenología psi a otras formas de manifestación y de conocimiento. Como ser palingenésico, el hombre puede descubrir dentro, de sí mismo que él forma parte del plan divino del Universo. 

La decadencia de la Psicología materialista del Siglo XIX, la orientación actual de algunas escuelas psicológicas como la Psicología Analítica, la Psicosíntesis, la Psicología Transpersonal e incluso el Psicoanálisis; así como los testimonios presentados por la Parapsicología, no hacen otra cosa que confirmar el acierto de las enseñanzas espíritas. 

Finalmente se puede decir, que el esfuerzo ciclópeo que la Psicología Académica viene haciendo hasta el presente, a fin de llegar a estas conclusiones, ya había sido realizado entre 1857 y 1869 por Allan Kardec y posteriormente por los grandes clásicos espíritas europeos y americanos. 

Fue por esa razón que Russel Wallace, discípulo de Darwin, al estudiar la relación del Espiritismo con la Psicología, declaró en el siglo pasado que todas las escuelas psicológicas no eran más que formas de una psicología elemental, y que Rhine en el siglo pasado sostuvo la necesidad de que la Parapsicología le reintegre a la Psicología el objeto que había perdido. 

La introducción definitiva de los conocimientos espiritas en el campo de la Psicología va a significar sin lugar a dudas una verdadera revolución copernicana: No es lo mismo una Psicología con alma que una Psicología sin alma. 

El Espiritismo le ha devuelto el alma a una Psicología que la había perdido. 

Coinclusiones del Lic. Daniel E, Gómez, en su artículo titulado 'Psicología, Parapsicología y Espiritismo" , pag. 77. de "Ciencia Espírita" Vol Nº 1 y 2 , 1993. 
Texto encontrado en el blog La Era del Espíritu

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  APROVECHA SIEMPRE EL TIEMPO

El hombre que posee bienes suficientes para asegurar su existencia,¿está liberado de la ley del trabajo?

“Del trabajo material, tal vez, pero no de la obligación de hacerse útil según sus posibilidades, de perfeccionar su inteligencia o la de los demás, lo cual también es un trabajo.
Si el hombre a quien Dios le ha concedido bienes suficientes para asegurar su existencia no está obligado a mantenerse con el sudor de su frente, la obligación de ser útil a  sus semejantes es tanto mayor para él cuanto mayor es la parte que ha recibido por anticipado y que le concede más tiempo libre para hacer el bien.”

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS.
ALLAN KARDEC
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        LOS GRANDES CONTRASTES DEL 

                             HOMBRE 

El hombre es un ser extraordinario. ¡La mayor maravilla de la creación! Tiene un poder incalculable sobre la Naturaleza. 
Operó una profunda revolución en la faz de la tierra imprimiéndole una prodigiosa transformación. 
Abrió caminos al progreso, en tierra, aire y mar. Modificó el curso de ríos, arrasó montes, conquistó territorios al mar, drenó pantanos, fecundó el suelo, creó nuevos especímenes vegetales y anima­les, se adueñó de la energía atómica, edificó suntuosas ciudades, extrajo riquezas ocultas de las entrañas de la tierra y dominó al rayo en las altitudes del cielo. 
Por todas partes encontramos los vestigios de su constructiva y perseverante labor. De la mísera casucha, pasó al majestuoso rascacielos; de la canoa hecha del tronco de árboles pasó al lujoso y gigantesco transatlántico; del lento carro de bueyes pasó a las naves espaciales; de las estrechas veredas pasó a las amplias autopistas; de las pequeñas industrias manuales llegó a la era virtual. 

Obsérvese, entre tanto, que ese mismo hombre que operó tamañas maravillas se detiene impotente ante sí mismo. Todo lo ha podido transformar. Sólo no pudo cambiar aún al agente de todas las transformaciones: ¡Su propio yo! 

A pesar de toda la fuerza y capacidad de acción desplegada sobre la tierra,suenan aún, en su conciencia, las cuestiones no resueltas sobre sí mismo. ¿Quién soy yo? ¿De dónde vine? ¿Cuál es la estación de mi destino? En el pórtico del Templo de Delfos, en la antigua Grecia, estaba escrito: 
Hombre: conócete a ti mismo. 

¡Qué maravilloso será el día, en que el hombre, entendiendo los mecanismos de la vida, resuelva cambiar el panorama de la Tierra, mejorándolo en el aspecto moral! 

La Doctrina Espírita, con el advenimiento de El Libro de los Espíritus, en 1857, ya esclarece las interrogantes hechas anteriormente, y responde a lasindagaciones filosóficas. 

Aclara que todos somos hijos del mismo Padre, fuimos creados iguales, en diferentes épocas y tuvimos el mismo origen. 

Ya vivimos muchas veces sobre la faz de la Tierra y a ella regresamos periódicamente para continuar nuestra evolución y aprendizaje. 

No somos tan sólo cuerpo, sino: cuerpo, periespíritu y espíritu. 
Muerto el cuerpo el espíritu se libera, va al espacio infinito, viviendo en lugares y condiciones adecuadas a su evolución. 
Ya existíamos antes de nacer y continuaremos viviendo después de la muerte. 

Si no fuimos creados con el cuerpo ¿de dónde venimos originalmente? 
Nuestro ser espiritual, ya “durmió en el mineral, soñó en el vegetal y despertó en el animal”. Fuimos creados simples e ignorantes, con propensiónpara el bien y para el mal. 

Como seres inmortales, estamos en la senda del progreso, caminando cada día hacia la perfección, donde se encuentra la estación de nuestros destinos. 
Fuimos creados para la felicidad y para la alegría que serán conquistadas por nosotros a costa de luchas interiores, modificando en nosotros el hombre viejo, creando un nuevo ser a través del conocimiento de nosotros mismos. 

La gran ley del éxito y de la felicidad, fue proclamada por Jesús, cuando nos recomienda: “Quién quiera que te obligue a acompañarlo por una milla…acompáñalo por dos”. 
La ley es simple. Joven o anciano, indigente o rey, blanco o negro, hombre o mujer, todos pueden utilizarla con ventaja, pues de todas las reglas y discursos y escrituras sobre el éxito y como alcanzarlo, esta es la condición que jamás falló. 

El único medio seguro de felicidad es prestar más y mejor servicio, del que esperan de nosotros, no importa cual sea nuestra tarea. Este es el hábito seguido por todas las personas victoriosas, desde el principio de los tiempos. 

No pensemos que estamos siendo engañados, si entregamos más del numerario que recibimos. Pues existe un péndulo para toda la vida, y el sudor que entregamos, si no fuere recompensado hoy, volverá mañana duplicado. 

No nos preocupemos en caso que hayamos servido a una persona ingrata. Sirvamos más, pues en verdad estaremos sirviendo al Señor de la Vida. 

Dios nos concedió un poder muy grande, no sólo para la materia, nos dio el poder de pensar, amar, querer, reír, imaginar, crear, planificar, hablar, orar… 

Con el libre albedrío, Dios nos concedió, por encima de todo el poder de escoger. Si somos infelices es porque escogimos la opción errada. 
Mas, es tiempo de ser felices, podemos usar nuestro poder de seleccióny elegir: 

Escoger amar… en vez de odiar. 
Reír… en vez de llorar. 
Crear… en vez de destruir. 
Perseverar… en vez de desistir. 
Alabar… en vez de difamar. 
Curar… en vez de herir. 
Dar… en vez de robar. 
Actuar… en vez de criticar. 
Crecer… en vez de estancarse. 
Orar… en vez de maldecir. 

Estas son las leyes de la felicidad, y de nuestra renovación personal. 
Sepamos usar todo el poder que tenemos, para la felicidad del prójimo, eliminando los contrastes que aún conservamos. 
Es natural que nos preocupemos en modificar la fisonomía de la Tierra, sin embargo, lo más importante es conocernos, modificándonos por elconocimiento maduro, contribuyendo para lograr un mundo mejor donde todosseamos más felices. 

Por José Eurípedes García 
Reproducido de Anuario Espírita

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EL IDEAL REAL Y VIVIENTE


Se ha abusado tanto de la idea de Dios a través de los siglos; se han torturado e inmolado en su nombre a tantas inocentes víctimas; bajo el nombre de Dios se ha regado de tal manera el mundo con sangre humana, que el hombre moderno se ha apartado de El.- Consideramos que la responsabilidad de este estado de cosas ha de recaer sobre los que han hecho del Dios de bondad y de eterna misericordia un dios de venganza y de terror. Pero no nos corresponde el establecer responsabilidades. Nuestro objeto es más bien el de buscar un terreno de conciliación y de aproximación en el que todos los buenos Espíritus puedan reunirse. 
Sea lo que fuere, los hombres modernos, en gran mayoría, reniegan de cargar sobre ellos las ideas de Dios, de ley y de obligación alguna; no quieren comprender que la libertad sin la sabiduría y sin la razón es impracticable. La libertad sin la virtud conduce a la licenciosidad, y ésta a la corrupción, al relajamiento de los caracteres y de las conciencias, en una palabra, a la anarquía. Solamente cuando hayan pasado por nuevas y más duras pruebas, consentirán en reflexionar. Entonces la verdad se abrirá paso y la grande frase de Voltaire se mostrará evidente ante nuestros ojos: "¡El ateísmo y el fanatismo son los dos polos de un mundo de confusión y de horror!" 
Es verdad que se nos habla mucho de altruismo, o, dicho de otra manera, del amor a la humanidad, y se pretende que este sentimiento debe bastar. Pero, ¿cómo se hará del amor a la humanidad una cosa vívida, realizable, cuando no se llega, no ya a quererse, sino a soportarse los unos a los otros? Para agrupar los sentimientos y las aspiraciones es preciso un ideal poderoso. ¡Pues bien!, este ideal no lo encontraréis en el ser humano, finito y limitado; como 
tampoco lo hallaréis en las cosas de este mundo, todas pasajeras y transitorias. Sólo existe en el Ser infinito, eterno. Él sólo es lo bastante vasto para recoger y absorber todos los anhelos, todas las fuerzas, todas las aspiraciones del alma humana para avivarlas y fecundarlas.. ¡Este ideal es Dios! 
Mas, ¿qué es este ideal? Es la perfección. ¡Siendo Dios la perfección realizada es al mismo tiempo el ideal real, el ideal viviente!

EL GRAN ENIGMA DIOS Y EL UNIVERSO 
LEÓN DENIS 
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  Identidad de los espíritus 


 Puesto que se encuentran entre los espíritus todas las fases de la humanidad, se hallan también la astucia y la mentira, y los hay que no tienen escrúpulo alguno en darse los nombres más respetables para inspirar mayor confianza. Es preciso, pues, desconfiar de una manera absoluta de la autenticidad de todas las firmas. 

94. La identidad es una de las grandes dificultades del Espiritismo práctico, a menudo es imposible evidenciarla, sobre todo cuando se trata de los espíritus superiores, antiguos con relación a nosotros. Entre los que se manifiestan, muchos no tienen nombre para nosotros, y para fijar nuestras ideas, pueden tomar el de un Espíritu conocido perteneciente a la misma categoría; de modo que si un Espíritu se comunica con el nombre de San Pablo, por ejemplo, nada prueba que sea precisamente el apóstol de este nombre, puede ser él o un Espíritu del mismo orden, o uno enviado por él. 

La cuestión de identidad es en este caso completamente secundaria y sería pueril atribuirle importancia, lo que importa es la naturaleza de la enseñanza. ¿Es buena o mala, digna o indigna del personaje cuyo nombre lleva, la aceptaría éste o la rechazaría? He aquí toda la cuestión. 

95. La identidad es más fácil de evidenciar cuando se trata de espíritus contemporáneos cuyo carácter y costumbres son conocidos; por las costumbres y las particularidades de la vida privada se revela la identidad del modo más seguro y a menudo de manera incontestable. Cuando se evoca a un pariente o amigo lo que interesa es la personalidad, y es muy natural que se procure evidenciar la identidad; pero los medios que para esto emplea generalmente los que sólo imperfectamente conocen el Espiritismo, son insuficientes y pueden inducir a error. 

*. El Espíritu revela su identidad por una multitud de circunstancias que se encuentran en las comunicaciones, donde se reflejan sus hábitos, su carácter, su lenguaje, y hasta sus locuciones familiares. Se revela también por pormenores íntimos en los que entra espontáneamente con las personas a quienes aprecia: éstas son las mejores pruebas, pero es raro que conteste a las preguntas directas que le son dirigidas acerca de este particular, sobre todo si las hacen personas que le son indiferentes por curiosidad y para probarle. El Espíritu prueba su identidad como quiere, o como puede, según la facultad de su intérprete, y a menudo las pruebas son abundantes; la falta está en querer que las dé a gusto del evocador. Entonces el Espíritu se resiste a someterse a tales exigencias.

El Libro de los Médiums.
Allan kardec
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       CAUSAS DE LA OBSESIÓN

Las causas de la obsesión varían según el carácter del Espíritu. A veces se trata de una venganza que este ejerce sobre un individuo que lo perjudicó en esta vida o en existencias anteriores.
A menudo, su única razón es el deseo de hacer daño. Como ese Espíritu sufre, quiere hacer que los demás también sufran, y encuentra una especie de placer en atormentarlos, en humillarlos.
La impaciencia que su víctima demuestra lo exacerba más aún, porque ese es el objetivo que el obsesor� tiene en vista. En cambio, la paciencia termina por cansarlo. Al irritarse y mostrarse despechado, el obseso hace exactamente lo que el obsesor desea. Esos Espíritus actúan, algunas veces, por odio y por envidia del bien, por eso descargan sus maléficas intenciones sobre las personas más honestas. Uno de ellos se apegó como la sarna a una familia honorable, conocida de nosotros, a la cual, por otra parte, no tuvo la satisfacción de engañar. Cuando se le preguntó acerca del motivo por el cual había agredido a personas tan buenas, antes que a hombres malvados como él, respondió: los malos no me despiertan envidia.*
A otros los guía un sentimiento de cobardía, que les impulsa a aprovecharse de la debilidad moral de ciertos individuos, a los que saben incapaces de resistirse a ellos. Uno de estos últimos, que subyugaba a un joven de inteligencia muy limitada, cuando se le preguntó por qué motivo había escogido a esa víctima, respondió:
Tengo una urgente  necesidad de atormentar a alguien. Una persona sensata me rechazaría. Me apego, pues, a un idiota, que no me opone ninguna resistencia.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC

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