jueves, 16 de julio de 2015

Crónicas del ayer



¿ La ley de Causa y Efecto 

explica las desigualdades 

humanas?








Las diferentes situaciones y pruebas humanas son resultado de pruebas elegidas desde antes de nacer, o bien de deudas contraídas en el pasado y que necesitan del reajuste de la Ley.
Habría que preguntarse de donde proceden las aptitudes de ciertos niños para desarrollar y manifestar desde muy corta edad, un avanzado nivel de ciencia o de arte u otros conocimientos no aprendidos en este mundo- y menos a tan tempranas edades-, lo que resulta algo anormal y extraordinario. Este es el caso de los llamados “niños prodigio”, mientras que vemos como al lado de estos también existen niños deficientes psíquicamente , junto a una mayoría de nivel “muy normal”.Asimismo habría que preguntarse de donde proceden las diversas vocaciones. La vocación no es otra cosa que un impulso natural procedente de experiencias análogas obtenidas a través de vidas anteriores. Por si mismas constituyen un testimonio de la reencarnación del espíritu como una verdad incontestable .







 





















































































































































































































































































      




Hay niños que desde muy pequeños manifiestan unos instintos precoces en virtudes o en defectos o vicios innatos, y ello a veces en fuerte contraste con el ambiente social y educativo en donde se desarrollan junto a otros niños y adultos con caracteres y tendencias opuestas. Los materialistas achacan esto a la herencia genética, pero, cuando esos padres y abuelos del niño no tienen nada en común con esas habilidades y cuestiones humanas y espirituales del niño, se hace difícil admitir esa explicación por si misma, y mas cuando ya tenemos asumido que somos una realidad espiritual mas allá de la materia de nuestros cuerpo físico.
La genética solamente aporta al Espíritu la facilidad o en otros casos el entorpecimiento para manifestar o para desarrollar las facultades adquiridas y desarrolladas a lo largo de sus anteriores existencias.
Los defectos o vicios innatos que traemos desde vidas anteriores, son el único“pecado original” con el que nacemos en este mundo, y del que sí que somos responsables por no haberlos corregido todavía, y esta clase de pecado que nadie nos ha atribuido gratuita e injustamente solo por el hecho de nacer, no queda limpio con el ritual de ningún bautismo religioso, sino con la transformación y perfeccionamiento moral.
La variedad de caracteres y de grados de moralidad y de aptitudes que se observan en tantos individuos que conviven en medio de nuestro conglomerado humano, son producto de sus obras y de los esfuerzos realizados a lo largo de su historia evolutiva espiritual .
Cuando alguien duda de la reencarnación como un fenómeno real, se tendría que preguntar el por qué de las desigualdades sociales y humanas; el por qué unos nacen ricos y otros pobres, unos con salud perfecta al lado de otros enfermos, etc, .
Las aptitudes e instintos humanos, si no tuviesen la explicación que ofrece la Ley de la Reencarnación junto a la de Causa y Efecto, nos podrían llevar a admitir a un dios o a una naturaleza absurdos o injustos y sin sentido, lo que lleva mas coherentemente a negar la existencia del espíritu ni de Dios. Sin embargo a la, por eso la ignorancia de esta realidad y el empacho creado por los dogmas religiosos sin sentido y otros de carácter científico que se les oponen, ha dado paso al ateísmo y al materialismo. Sin embargo a la  luz de la reencarnación, las diferencias sociales desde el nacimiento así como el resto de las desigualdades humanas naturales, no son producto de ningún dios caprichoso e injusto ni de la casualidad, sino que son reajustes para el progreso del Ser espiritual, que transitoriamente cumplen una función necesaria para la evolución individual y colectiva. Sin otras explicaciones que las ofrecidas por algunas disparatadas filosofías religiosas o materialistas ( cuando las dan), tendríamos que admitir que estas cosas son obra del azar, o de un dios injusto e incomprensible que las hace porque es todo poderoso y caprichoso,  que actúa así porque sí y por eso precisamente, no debemos de tratar de comprender nada de esto, porque es incomprensible ( para los ateos y agnósticos), y esta magna obra imperfecta que es la Humanidad en la que estamos inmersos solo es producto de las luchas humanas y de la casualidad existencial. A veces también se ha tratado de explicar esta situación de las desigualdades humanas, alegando que Dios es como un gran artista pintor que ( caprichosamente, añado yo), ha plasmado en su obra, que es el cuadro de la Creación , de la Naturaleza y de la Humanidad que está inmersa en ella, a los Seres humanos caprichosa y aleatoriamente desiguales , como elementos variopintos y multicolores de ese cuadro, como si los Seres humanos no fuésemos todos por igual hijos de Dios – que es infinitamente Justo y Equitativo- salidos de Su propia Esencia,, sencillos e ignorantes, pero con todas las potencialidades perfeccionables hasta el infinito.
Las desigualdades humanas no son contrarias a la mas rigurosa justicia, pues no hemos sido creados todos al mismo tiempo , por lo cual unos somos más “viejos” y con más experiencia y con más larga andadura evolutiva, que otros espíritus más “jóvenes” con menor número de experiencias humanas vividas y menor desarrollo psíquico y de consciencia. Por el contrario, estas desigualdades vistas desde el conjunto y el fin de las múltiples existencias, cuando no son situaciones y pruebas voluntarias que el propio espíritu acepta o solicita antes de volver al mundo físico, o bien son el producto generado por los propios Seres humanos o la consecuencia de sus actos, y las generamos al desviarnos de lo que en la conciencia nos señala la ley del Amor y de la Caridad, y por  el uso acertado o equivocado de nuestra libertad durante nuestros pasos por las vidas físicas que vienen a resultar como los sucesivos fotogramas que se suceden en la película infinita del Ser.

- Jose Luis Martín-

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Examina el conocimiento general a la luz del Espiritismo y asimilarás mejor las conquistas de los días modernos, despertando definitivamente para la vida mejor, curado de las antiguas heridas impresas en el espíritu y, así, ascenderás mas allá y por encima de las vicisitudes”
-Joanna de Angelis-

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             EN  PRESENCIA DE ESPÍRITUS

Los espíritus superiores, del mismo modo que entre nosotros los hombres rectos y serios, no se entretienen haciendo alboroto. 
Muchas veces hemos evocado a los espíritus golpeadores para preguntarles por qué motivo perturban así la tranquilidad de las personas. La mayoría de ellos no tiene otro objetivo más que divertirse. Son espíritus frívolos más que malos. Se ríen del terror que provocan y de las investigaciones inútiles que realizamos para averiguar la causa del tumulto. Suelen ensañarse con un individuo, al que se complacen en molestar, y lo persiguen de casa en casa. Otras veces se apegan a un lugar sin otro motivo que su capricho. También, en ocasiones, hacen todo eso por venganza, como tendremos oportunidad de ver. En algunos casos su intención es más loable: quieren llamar la atención de ciertas personas y establecer comunicación con ellas, ya sea para hacerles una advertencia útil, o bien para solicitarles algo para sí mismos. Hemos visto muchos espíritus que piden plegarias, o que solicitan el cumplimiento, en su nombre, de votos que no pudieron llevar a efecto. Otros desean, en interés de su propio descanso, reparar una mala acción que cometieron cuando estaban vivos. En general, es un error que les tengamos miedo.
 La presencia de esos espíritus puede ser molesta, pero no peligrosa. Por lo demás, es comprensible que todos quieran verse libres de ellos, aunque para lograrlo suelen hacer todo lo contrario de lo que deberían. Si se trata de espíritus que se divierten, cuanto más en serio se toma la cuestión, tanto más persisten, como los niños traviesos que asustan a los miedosos y molestan cada vez más a quienes se impacientan. Si todos tomaran la sabia decisión de reírse de sus travesuras, esos espíritus acabarían por cansarse y quedarse tranquilos. Conocemos a alguien que, lejos de irritarse, los incitaba, desafiándolos a que hicieran tal o cual cosa, de modo que al cabo de pocos días no regresaron más. Con todo, como ya hemos manifestado, algunos espíritus proceden de esa manera por motivos menos frívolos. Por eso es siempre útil enterarse de lo que quieren. Si nos piden algo, podemos tener la certeza de que no reiterarán sus visitas una vez que hayamos satisfecho sus deseos. La mejor manera de informarnos a ese respecto consiste en que evoquemos al espíritu por medio de un buen médium escribiente. Por sus respuestas veremos de inmediato con quién estamos tratando, y obraremos en consecuencia. Si se trata de un espíritu desdichado, la caridad exige que le dispensemos las atenciones que merece; si es un bromista de mal gusto, podemos obrar para con él sin miramientos; si es un malévolo, debemos rogar a Dios que lo vuelva mejor. Cualquiera que sea el caso, la plegaria siempre da buenos resultados. En cambio, los Espíritus se ríen de las solemnes fórmulas de exorcismo, y no las toman en cuenta para nada. En caso de que se entre en comunicación con ellos, hay que desconfiar de los calificativos burlescos o atemorizantes que algunas veces se dan a sí mismos para divertirse a costa de los crédulos.
- EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS-

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LÉON DENIS, PIONERO DEL ESPIRITISMO


Para comprender al hombre, escuchemos primero un extracto de su testamento moral: “Llegado al atardecer de la vida, en esta hora crepuscular donde una nueva etapa finaliza, donde las sombras suben a porfía y cubren todas las cosas con su velo melancólico, considero el camino recorrido desde mi infancia, dirijo luego mi mirada hacia adelante, hacia esa salida que pronto se abrirá para mí, sobre el más allá y sus claridades eternas. A esta hora, mi alma se recoge y se despoja de antemano de las trabas terrestres; comprende el objetivo de la vida, consciente de su papel en este mundo, agradecida de los favores de Dios, sabiendo por qué ha venido y por qué ha actuado”.

Este extracto de una de las últimas páginas de Léon Denis ubica bien al personaje: un estilo suntuoso , como ya no se acostumbra, al servicio de una gran voz, de una hermosa alma. ¿Qué retener de esta vida tan austera y tan colmada, que no se apaga sino a más de los ochenta y un años? Él mismo nos lo va a decir, en el mismo texto: “He dedicado esta existeEste extracto de una de las últimas páginas de Léon Denis ubica bien al personaje: un estilo sunncia al servicio de una gran causa, el espiritismo que será ciertamente la creencia universal, la religión del porvenir”. Ni una sola duda, ni una sola aflicción en este momento decisivo; es la voz de un gigante que va a callar, después de la misión cumplida.

En su tiempo fue adulado por su público y tratado por la Iglesia como un diablo en una pila de agua bendita.

Examinemos su vida, se descubrirá allí a un hombre humilde y autodidacta llamado a la extraordinaria misión de ser portavoz del espiritismo.


Un hombre humilde y un autodidacta realizado

Nació el 1º de enero de 1846, en Foug, de padres pobres. El padre, albañil asalariado, sin empresa personal, no podrá darle la posibilidad de seguir los estudios que su inteligencia muy vivaz y su gusto por el saber podían permitirle. La madre se ocupa del hogar y de los niños. Sus maestros intervendrán a su favor, pero la familia tiene demasiada necesidad de su salario, y sería incapaz de pagar sus gastos de matrícula. Al ritmo de los empleos del padre que es primero obrero en Estrasburgo y después en Burdeos, antes de un puesto de jefe de una estación muy pequeña en las Landas, luego en el Jura, Léon Denis multiplica las tareas de obrero, aprendiz o ayudante de su padre. Durante sus noches, se impone un segundo empleo: lee y prosigue, solo o con la ayuda del instructor local, los estudios primarios y secundarios que no puede seguir. En 1852 la familia se establece en Tours y de allí no se moverá más; su situación económica permanece precaria siempre. Léon trabaja entonces más que nunca, primero en una industria de loza, luego una casa de cueros donde realiza pesadas labores manuales. Destacado por su inteligencia, accede rápidamente a puestos de empleado administrativo y contable, mejor remunerado y donde va a sobresalir. Se convierte en viajante de comercio itinerante, en Francia y luego en el extranjero. Se inscribe en cursos nocturnos que le ofrecen un complemento, y desgasta sus ojos leyendo sin cesar para adquirir una cultura universitaria. Se apasiona por la geografía y la historia, pero también por la filosofía, las artes y las letras, etc. En algunos momentos considera llevar una vida normal, casándose, en el marco de un amor compartido, pero comprende que toda su vida deberá mantener económicamente a sus padres que viven con él. Renuncia entonces al matrimonio permanece célibe; se consuela en la lectura y los estudios. Se apasiona por las grandes cuestiones de la filosofía. Dios le atrae, pero rechaza los dogmas y la pequeñez de las Iglesias. Como lee todo lo que se incluye en las vitrinas de las librerías, un día encuentra en Tours un título que le llama la atención: El Libro de los Espíritus, por Allan Kardec. Tiene dieciocho años, lo adquiere enseguida y devora el libro a escondidas de su madre, a quien teme inquietar con una literatura poco ortodoxa. Su convicción es un hecho: el espiritismo es la clave que buscaba de la comprensión del mundo. Se volverá pues espírita. Para su gran alegría, su madre, de quien es muy cercano, también lee el libro a escondidas de su hijo y manifiesta el mismo entusiasmo. Su padre se adherirá posteriormente. Toda la familia alienta al hijo pródigo a entrar al servicio del espiritismo que se difunde rápidamente en Francia. Desde 1862 se forman varios grupos espíritas en Tours, con él, luego alrededor de él, pues allí también se destaca rápidamente por su cultura y sus múltiples talentos. A partir de allí ha encontrado su vocación; desde Tours se convierte en uno de los faros del espiritismo de su época. En adelante su carrera acumula responsabilidades y éxitos nacionales e internacionales. Tours le permite a Léon Denis conocer las escuelas de pensamiento que lo prepararán para una admirable carrera de orador.

La educación le apasiona: rápidamente se convierte en militante de la Liga de la enseñanza que difunde en Tours, así como en otras partes, el programa de la escuela republicana gratuita, laica y obligatoria. El militante convencido se convierte en un propagandista muy apreciado. Combina sus viajes de negocios con un ciclo de conferencias, a veces con Jean Macé, presidente de la Liga de la enseñanza, en favor de poner en marcha la escuela republicana.

Igualmente, en 1869, es admitido en el seno de la Francmasonería en la logia de los “Démophiles”, (los amantes del pueblo), cuyas ideas laicas y republicanas complementan la doctrina de la Liga de la enseñanza.

Rápidamente se convierte en el orador de su logia, es decir el que cierra los debates y pronuncia los discursos. Esto se corresponde bien con su gusto por una cultura humanista, y le obliga a leer aún más y a preparar sus intervenciones. Con mucho es el espiritismo el que predominará en su preferencia, con su práctica personal en el seno de los círculos espíritas de Tours. Lee todos los libros y artículos que puede encontrar sobre el tema; y rápidamente se convierte en una enciclopedia espírita.
En vida se reunirá poco con Allan Kardec: tres veces en total, a partir de 1867, pero será recibido por él en París, antes del deceso del Maestro en marzo de 1869. La guerra de 1870 pone fin a este aprendizaje, en pro del compromiso patriótico. Primero es exonerado y más tarde, después de la derrota de Sedan, es aceptado en los ejércitos de la República donde obtiene rápidamente sus galones de suboficial y luego de oficial. El fin de la guerra lo reintegra a Tours y a su destino marcado por las sesiones espíritas; es alentado por los Espíritus para que se dedique a la propaganda y la difusión del espiritismo. A partir de 1873, comienza a escribir para este trabajo de difusión que lo lleva a aceptar conferencias en las ciudades, hasta cuarenta y cinco por año, y donde ejerce también su trabajo de representante de comercio. Será cerca de Tours, luego en Francia, en Córcega y finalmente en el extranjero: Italia, Túnez, África del Norte. Para él, estos viajes son también fabulosas oportunidades de descubrir paisajes, hábitos y costumbres de vida. Por ejemplo, surcará a pie el Alto Atlas, casi solo, yendo a lugares por donde ningún europeo había pasado. Desarrolla un amor muy particular por la naturaleza, los animales y los humildes. Se convierte en un apasionado de la montaña, que también incita a la elevación del espíritu, hacia las realidades del más allá que le apasionan.

Sus cualidades de orador lo hacen cada vez más apreciado. Un notable local le propone, a los treinta y cinco años, convertirse en su sucesor en la Asamblea Nacional. Declina cortésmente la invitación, alegando principalmente sus problemas de salud. Sufre una operación luego de una oclusión intestinal. Su vista continúa decayendo regularmente. A pesar de todo, se convierte en representante nacional e internacional de los espíritas.

En diciembre de 1882, lógicamente es nombrado miembro de un congreso nacional destinado a crear la Fundación de Estudios Espíritas, encargada de la difusión de las ideas espíritas, especialmente con un periódico, Le Espiritismo. Desde entonces frecuenta hasta su muerte a Amélie Boudet, viuda de Allan Kardec, a Pierre-Gaétan Leymarie, célebre librero y más tarde editor en París, que se ha puesto al servicio del espiritismo, igualmente a Gabriel Delanne, otro hijo espiritual de Allan Kardec, y a muchas otras personalidades. Es reconocido como orador tanto como colaborador regular de las revistas espíritas, y luego como autor de obras de doctrina espírita, en la más estricta línea de la enseñanza de Allan Kardec. Durante el Congreso Internacional Espírita de 1889, donde los numerosos adversarios del espiritismo le hacen la vida imposible a los espíritas, defiende brillantemente las tesis. Igual que Kardec, aparece como un brillante defensor del espiritismo experimental y científico. También sostiene regularmente el destino divino del hombre, más allá de los dogmas y las pequeñeces de las religiones. En conjunto, gusta mucho su estilo brillante y poético al servicio de ideas muy cercanas al mensaje de Jesús; los críticos lo exaltan, o bien lo demuelen, cuando están al servicio de ideas tradicionales como las del clero católico oficial. Hasta la Gran Guerra, proseguirá conferencias, congresos espíritas y encuentros con todos los auditorios: mineros belgas, obreros del Norte, pequeños y medianos burgueses, universitarios, aristócratas y gente modesta, sobre todos los temas vinculados con el espiritismo: espiritismo e idea de Dios, espiritismo y cuestiones sociales, materialismo  y espiritualismo, el ser y el destino, etc. Atrae a sus ideas a numerosas personalidades, aun entre el clero. Pasa por todas las ciudades, incluyendo Nancy, donde fue todo un éxito evocando sus orígenes loreneses y su admiración por Juana de Arco, sobre quien se volverá inagotable.

 Es presidente del Congreso Espírita Internacional de 1900 y comienza a combatir las ideas de la metapsíquica, antecesora de nuestra actual parapsicología, que reconoce los fenómenos paranormales, pero rechaza toda noción del más allá. Según esta teoría no habría sino fenómenos humanos, aún no aclarados. Él, defiende brillantemente los fenómenos espíritas y su vínculo con el mundo de los espíritus. También es muy brillante en los Congresos de Lieja en 1905, como presidente honorario y luego en el Congreso de Bruselas en 1910, finalmente en el Congreso Internacional de Ginebra en 1913.Termina los Congresos en 1925, en plena gloria y siendo largamente aclamado por el Congreso entero.

Su amigo Gastón Luce lo describe así: “Léon Denis era de estatura mediana, de ancho de espalda un tanto macizo. Caminaba balanceando los hombros como un viejo lobo de mar. Todo en su persona daba impresión de robustez y solidez… Afanoso, el intenso trabajo cerebral acapara la mayor parte de sus fuerzas. Su salud seguía siendo delicada pero eso no le impedía ser un intrépido caminante… Se sentía que la voluntad reinaba soberana en él… Bajo la frente inclinada en forma de torre, a lo Hugo, el rostro que corta el mostacho galo, irradia inteligencia”. Después de la muerte de sus padres, cuando ha vivido mucho tiempo con su madre, se encuentra solo, desde 1903 y cada vez más invidente. Los amigos y relacionados compensarán un poco la soltería forzada. Durante un tiempo vive también con la Sra. Forget, su médium preferida, que falleció en 1917. El anciano cambia completamente de apariencia, y cada vez más recuerda a un druida con su frondosa barba; sus contemporáneos evocarán un parecido con Tolstoi. Palia su soledad con una sólida red de amistades y relaciones. Su reputación se torna inmensa; tenderá sin embargo a chocar con la pequeñez de los hombres y especialmente con sus celos. En 1906 se gana enemigos suplementarios al intervenir vigorosamente en el caso del médium Miller, de excelente reputación hasta entonces, pero pillado in fraganti en simulación de un espíritu, durante una sesión de espiritismo en París. Léon Denis condena firmemente toda estafa, pero igualmente recuerda que no por ello hay lugar para considerar como trampas todas las manifestaciones obtenidas, cuya seriedad y veracidad han sido demostradas con gran frecuencia. El mundo católico tradicional ataca regularmente, calificando a los fenómenos espíritas de satánicos. Siempre salta con ímpetu a la palestra y desarma las cábalas. Lo cito: “La Iglesia haría bien en pensarlo dos veces antes de lanzar sus anatemas contra la gente honrada, buenos y leales obreros de la verdad… Podríamos citar más de un caso de locura religiosa, de histeria mística que han causado resonantes escándalos… ¿Nos ha venido la idea, a los espíritas, de explotar contra la Iglesia un delito parecido…? Sabemos que en este mundo el hombre abusa de todo, hasta de las cosas más sagradas. El espiritismo tiene sus simuladores y sus exaltados, como la ciencia tiene sus charlatanes y como la religión tiene sus impostores”.
Seduce a numerosas personalidades, que pasan a verlo y mantienen correspondencia con él. Será el caso de Arthur Conan Doyle, que lo traducirá y difundirá en el mundo anglosajón. Jean Jaurès lo recibirá personalmente en Tolosa y le testimoniarán su amistad.
El viejo luchador se cansa. Abandona el extenuante ciclo de conferencias pero escribe mucho para las revistas de espiritismo. En 1910 renuncia a la Sociedad Francesa de Estudios de los Fenómenos Psíquicos, luego de pérfidos ataques internos que lo agobian. Y, por más que se afligió Gabriel Delanne, que dirigía junto con él esta realización, mantuvo su renuncia, conservando toda su amistad por Delanne. Sobreviene la gran guerra, que suspende totalmente los progresos del espiritismo. Léon Denis, que en 1914 tiene sesenta y ocho años, va a sufrir profundamente por ese retorno a la brutalidad, sin desesperar nunca de la salida favorable del conflicto. Termina casi ciego y muy disminuido físicamente, pero su espíritu y su determinación están intactos. Aprende el braille y debe tomar una secretaria hasta el final de su vida, para dictarle correspondencia y libros. Permanece en el trabajo en favor del espiritismo.
Jean Meyer, próspero empresario convertido al espiritismo, pondrá toda su fortuna y toda su alma en esta obra de renacimiento. Pide ayuda a Léon Denis que le promete una colaboración regular en la nueva Presse Spirite. Rechaza en cambio el cargo de presidente de la nueva Unión Espírita, a pesar de la insistencia de Meyer. Su salud, su casi ceguera, así como su edad y su deseo de no dejar más Tours, prevalecen sobre el deseo de ser todavía útil. Acepta a lo sumo una honrosa “Presidencia honoraria”. El Congreso Internacional de 1925 en París, que es su último mandato, dedica una casa a los espíritas así como al Instituto Metapsíquico Internacional. Observa con satisfacción este ascenso y se retira definitivamente en su casa de Tours, para no dedicarse más que a la escritura, para las revistas y para sus últimos libros. Fallece el 12 de abril de 1927, apenas un mes después de haber terminado El Genio Celta, ampliamente inspirado por el espíritu de Allan Kardec.
Encontrémosle durante la redacción de su testamento filosófico. Se le percibe orgulloso de la vida que ha vivido: “Por la causa del espiritismo he renunciado a todas las satisfacciones materiales, pero en definitiva soy feliz de acercarme a los que me esperan allá arriba en la luz divina… Quiero que los recursos que dejo sean dedicados al servicio de esta misma causa”. Ni un solo arrepentimiento, y una fe tan ardiente como al comienzo de su apostolado. Parte en plena gloria, persuadido de que, después de él, el espiritismo no puede sino crecer y embellecerse especialmente en Francia. Pero, por el contrario, hubo un creciente retroceso con la metapsíquica y luego con la parapsicología que cortó los puentes con el más allá. Finalmente, las ideologías totalitarias engendraron la última gran guerra y abrieron un bulevar al materialismo dominante.
¿Habría Léon Denis luchado en vano? Felizmente podemos afirmar que nada de eso. Desde el más allá, sigue con entusiasmo el renacimiento del espiritismo, especialmente a través de nuestro grupo espírita conforme a la teoría y la práctica de Allan Kardec. Escuchémosle, en mensaje espírita: “El espíritu se incorpora, se une entonces a un cuerpo extraño (en este caso se trata de una sesión de incorporación) para encontrarse con las sensaciones pasadas a fin de proponerles (en el sentido de discutir con los espíritas) sobre la verdad, sobre su supervivencia, sobre su vida, sobre su amor, sobre sus envidias y, en fin, sobre su deseo de decirles: No, yo no estoy muerto, vivo como viven ustedes, simplemente que en un plano distinto”. ¿De qué nos habló? De espiritismo, evidentemente. Cito otro mensaje: “Espiritismo viviente, espiritismo que es preciso afirmar siempre en su definición, espiritismo que es preciso revelar siempre a aquellos que aún no saben, espiritismo vivido entre los hombres, espiritismo que vengo a seguir viviendo con ustedes”. Se le encuentra siempre en su inmenso amor a Dios; cito otro mensaje: “Nosotros somos la filosofía del infinito. Somos la filosofía de Dios, de Dios que ya no es más un misterio, sino de Dios que es preciso saber mirar, sino de Dios que es preciso saber escuchar, sino de Dios que es preciso saber amar”. Este mensaje de esperanza está acorde con toda su vida: el espiritismo sigue siendo para él el porvenir filosófico y social del mundo y su renovación está siempre en marcha luego de las traiciones y los olvidos materialistas. Es por esa metamorfosis que Léon Denis sigue expresándose.

Jean Luis Petit

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CRÓNICAS DE AYER 

                 UN CASO REAL Y COMPROBADO DE REENCARNACIÓN:





Mary Sutton, quien en la actualidad se llama Jenny Cockel, al lado de su hija Phillips en 1927.





La inglesa Mary Sutton, quien en la actualidad se llama Jenny Cockel, al lado de su hija Phillips en 1927







Jenny Cockel al lado de su hija Phillips, 71 años después, en 1994. Sus propios hijos dijeron que los trazos fisonómicos se asemejaban a los de su madre Mary Sutton, ya fallecida.


Jenny Cockel al lado de su hija Phillips, 71 años después, en 1994. Sus propios hijos dijeron que los trazos fisonómicos se asemejaban a los de su madre Mary Sutton, ya fallecida.








La inglesa Jenny Cockell, quien desde su infancia tenía extraños sueños que la acompañaron hasta la edad adulta, se veía en otra época y en otro lugar. Sus padres no le daban importancia a sus relatos.

 

Al cumplir los 40 años y ya con sus hijos mayores, apoyada por su esposo, resolvió investigar por cuenta propia aquello que los sueños le repetían. "Yo sentía la necesidad de saber, si mis hijos de la vida pasada se encontraban bien y no podía estar tranquila sin esclarecer este hecho. Cuando observé el mapa de la región de Malahide, al norte de Dublin, sentí intuitivamente que allí había vivido con el nombre de Mary Sutton”, dice Jenny.

 

El caso tuvo el desenlace que ella esperaba, pues terminó llegando a la vieja casa donde había muerto, ya en ruinas y no se le hizo difícil encontrar a sus hijos aún vivos. 


El extenso reportaje publicado en la revista "People" de l994, tuvo amplia repercusión en todo el mundo. Yo particularmente asistí al reportaje, llevada al aire por Directv, mostrándola a ella y a sus hijos. 


Ellos mismos, a pesar de ser católicos, se rindieron a las evidencias, posando para las cámaras al lado de la ahora joven madre. Uno de los hijos, Sonny, declaró: “¿Cómo podría saber ella tantas cosas sobre nuestra casa?” Otra hija, Phylips, católica y consciente de que la Iglesia rechaza la reencarnación, declaró: “Yo aún encuentro dificultad en creer en la reencarnación, así como que Jenny este diciendo la verdad. Pienso que mamá “pasó” su alma a otra persona sin haber nacido de nuevo".


Esta teoría es rechazada por el Espiritismo, por ser más complicada que la teoría de la reencarnación.

El encuentro fue posible gracias a la ayuda de los periódicos irlandeses y de las cartas enviadas a las iglesias, que llegaron a los hijos.  Antes de encontrarse, Jenny y Sonny Sutton (el hijo más viejo de Mary),acordaron que la BBC (empresa estatal británica de Radio y TV), investigase los recuerdos de Jenny por separado. Ella demostró saber particularidades de la casa de Mary Sutton, hasta el modo de enhebrar la aguja de costura y el hecho que los niños, habían cogido una liebre viva en una trampa. Habían pasado 21 años entre la muerte de una y el nacimiento de la otra y la conclusión a que llegaron los investigadores fue del 98% de acierto.
























































(Publicado en el Correo Fraterno ABC Nº 364 de Mayo de 2001)
Reportaje procedente de la Asociación de Estudios Espíritas Francisco de Asís



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