PENSAR
El diccionario define el término “pensamiento” como el acto de reflejar el proceso mental que se concentra en ideas, formulaciones de conceptos y de juicios. El mecanismo por el cual se opera el fenómeno del pensamiento es enigma que los ilustres académicos no consiguieron, aun, desvendar.
Se dice que el Universo es la proyección de la Mente Divina y la Tierra, cual la edificamos en su aspecto político, económico y social, es el reflejo de la Mente Humana aun delirante bajo el talón del egoísmo y de la ambición. La mente, a pesar de la presentación de la incertidumbre científica limitada, es el lugar geométrico de toda manifestación vital en el planeta. Como un espejo de luz, según los Benefactores espirituales, emitiendo rayos y asimilándolos, la mente es la matriz de tinieblas o de luz, alegría o desdicha, paz o guerra, donde quiera que se manifieste.
Para fines elucidativas, señalemos la estructura mental estratificada en tres niveles, a saber: “consciente” (personalidad) como un sistema de acceso, grabación y reproducción; “subconsciente”, material adquirido en la actual experiencia física (individualidad), contenido inmemorable, de vidas pasadas que puede ser reconstruido por determinados artificios psicológicos, a ejemplo del sueño y de la “regresión” hipnótica.
Categóricamente, muchos de nuestros actos solo advienen porque pensamos alguna cosa, deseamos algo, creemos o descreemos en algo, recelamos algo, o sea, hay una condición individual que genera un tipo de circulación en el mundo palpable. De este modo, es difícil, en la práctica, vacilar sobre ese hecho, luego, la influencia de lo que pensamos sobre lo que vivimos es bien mayor de lo que, comúnmente, concebimos.
“El pensamiento es el generador de los infra corpúsculos o de las líneas de fuerza del mundo sub atómico, creador de: corrientes de bien o de mal, grandeza o decadencia, via o muerte, según la voluntad que lo exterioriza y dirige.”(1) Energía viva, el pensamiento se mueve, en torno a nosotros, como fuerzas sutiles, construyendo paisajes o formas y creando centros magnéticos u ondas, con las cuales emitimos nuestra actuación o recibimos la actuación de los otros.
La gravedad en el campo mental es tan contundente, como en el dominio de la experiencia física. Estaremos siempre bajo el influjo de nuestras propias creaciones, sea donde sea. Pensamos, y producimos vida al componente imaginado. Tenemos, entonces, pensamientos que generan acciones, que generan pensamientos, que generan acciones. Acciones que generan el mundo, que genera acciones. El pensamiento del otro que constituye mi pensamiento, que constituye el pensamiento del otro.
En esa dinámica aprendemos que existen personas desgraciadas infestando todos los puntos de la Tierra, en vista del carácter evolutivo inferior en el que aun se deparan los grupos humanos y, muchas veces, multitud de espíritus fornicadores ejercitan vampirismo junto a los encarnados incautos, puramente en el intento de continuar adheridos a las sensaciones del campo físico de las cuales no se despojaron (Subyugación) Quien mentalice intrigas con el cofre público, violencia de todo orden, erotismo, infidelidad conyugal, crímenes, desventuras y excitación, solo podrá actuar y reaccionar bajo el impacto de la desarmonía y del disgusto personal.
Cada mente es un verdadero mundo de emisión y recepción de ondas magnéticas y cada cual atrae los seres que se le asemejan. Los adúlteros se procuran, los tristes agradan a los tristes, los violentos se reúnen, los buenos establecen lazos recíprocos de trabajo y realización. Bajo el punto de vista espirita “nuestro espíritu residirá donde proyectemos nuestros pensamientos, alicientes vivos del bien o del mal”. (2)
Atraemos personas y recursos, de conformidad con la naturaleza de nuestras ideas, aspiraciones, invocaciones y apelos. Quien se arroja al subterráneo de la deshonra, de la mala conducta, del adulterio, será influenciado por espíritus perversos y depravados que los buscaran, seducidos por el tipo de sus tendencias recriminable y absorberán los contenidos mentales lanzados, lanzando sobre los deshonestos e infieles las exhalaciones deterioradas.
Es el fundamento de la idea tangible que contrarrestan las alas de los ángeles y los grilletes de los condenados. Vigilemos los pensamientos, depurándolo en el trabajo incesante del bien, a fin de conseguir de nosotros el árgema capaz de sujetarnos a los indigestos artificios de vida promiscua. Por el pensamiento malsano nos esclavizamos a genealogías de cruel agonía, sentenciándonos, muchas veces, a siglos de ambulación por los caminos de dolor y de auto exterminio. Nuestros pensamientos componen, en el fondo, cargas de fuerza electromagnética, con las cuales golpeamos o calentamos, protegemos o damnificamos, vitalizamos o aniquilamos, y que regresan, firmemente, a nosotros mismos, saturados de los recursos dichosos o deprimentes con los que les señalamos la ruta.
Es absolutamente inútil proclamarnos el título de “cristianos” sin ningún empeño de sublimación del pensamiento, más allá, es tan arriesgado para alguien como detener una cualificación honorifica entre los hombres con menosprecio por la responsabilidad que ella inflige. Según los Benévolos seres del más allá, los títulos de fe nos e fundan en meras palabras, descubriéndonos deficiencias y desvíos morales. Anuncian obligaciones de mejoría a los que no nos será licito esquivar, sin agravio de constreñimientos.
El pensamiento es un núcleo de fuerzas inteligentes produciendo plasma sutil que, al exteriorizarse sin interrupción de nosotros, armoniza recursos de concreción de las figuras de nuestra imaginación, bajo el gobierno de nuestros propios designios. Escalemos el plano superior, instalando pensamientos de sublimación en aquellos que nos rodean. ¡Procuremos la conciencia de Jesús para que nuestra conciencia le retrate la perfección y belleza!...
Para Emmanuel “la mente es el espejo de la vida en todas partes. Se Yergue en la tierra para Dios, bajo la egida de Cristo, la apariencia del diamante en bruto, arrancado de las entrañas de la tierra oscura, avanza, bajo la dirección de la piedra, para la gloria de la luz. En los seres primitivos, aparece bajo la ganga del instinto, en las almas humanas surge entre las ilusiones que asaltan la inteligencia, y se revela en los Espíritus Perfeccionados como brillante precioso que retrata la Gloria Divina.” (3)
Jorge Hessen
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¿Las
desigualdades físicas y psíquicas son siempre resultado de
la Ley de Consecuencias ?
En
el caso de las desigualdades humanas, nada nos conmueve mas que las
desigualdades que vemos en la infancia. Sin embargo sabemos que
animando un cuerpo infantil se encuentra muchas veces encarnado un
espíritu rebelde, cargado de errores. Por misericordia Divina
experimenta la reencarnación en un cuerpo frágil, enfermo o
limitado por una parálisis, o por deficiencias mentales, o nacen en
medio de ambientes en donde sufren hambre , frío y miseria, pero
estas vidas de dolor suponen una escuela bendita para su
aprendizaje y evolución espiritual.
Hay
casos extraordinarios en que esas vidas penosas y tristes no son
elegidas voluntariamente por los espíritus que así llegan a este
mundo, sino que se sienten forzosamente empujados a aceptar esas
situaciones y condiciones, pues el grado de infelicidad que padecen
en el plano astral les llega a ser insoportable, y ven la
reencarnación como la única vía de escape posible.. Esto sucede
cuando la propia Ley de Evolución tiene que evitar un estancamiento
indefinido, empujando al Ser a experimentar esas circunstancias
penosas a fin de que pueda superar ciertos aspectos de su depuración
espiritual ; esto muestra la infinita Sabiduría Divina que ha
forjado estas leyes, pues Seres que se estancan en su carrera de
transformación moral, cayendo siempre en los mismos errores
torpemente, vida tras vida, finalmente de este modo, encuentran el
freno a su lamentable situación que de no poderse corregir, les
estancaría indefinidamente en un pozo de dolor e infelicidad.
En este caso la necesidad evolutiva del Ser se
encuentra además con la dificultad añadida del estado de rebeldía
y obstinación a que él mismo puede llegar , endurecido por la
fuerza y el arraigo que han tomado en él sus errores y defectos
espirituales.
Se podría considerar que cuando el Ser reencarnante
sufre el karma de verse abocado a aceptar esta situación humana, es
porque por la propia Ley del Amor esta se le impone para su bien
evolutivo. En estas circunstancias el Ser espiritual actúa igual
que la persona enferma que, rebelde, se resiste a tomar la medicina
que le sanará, por ser amarga o dolorosa, y sin embargo se le obliga
a tomarla por el bien de su salud ; si por un ilimitado respeto a su
libertad no se le obligase a tomarla, podría perder del todo su
salud y hasta su vida.
Sirva también como ejemplo, el del niño que se
encuentra una pistola y amenaza con ella a los demás y a sí mismo ;
si no se le arrebata de un modo u otro, anulando en ese momento su
libre albedrío, nos podemos imaginar las consecuencias que podría
tener su libertad irresponsable.
Un Ser nacido en circunstancias tan humanamente
penosas, si lo ha sido contra su voluntad, debe sufrir mucho por
ello, y es normal que a veces se rebele y se resista ante su
situación; sin embargo a cambio del amargo trago que supone esa
penosa y efímera vida , tiene después el premio de verse liberado
de los lastres espirituales que le impedían aspirar a mayores cotas
de felicidad.
Como los espíritus humanos en general, todavía estamos
algo estancados en una infancia espiritual, Dios a veces permite
que se nos suprima transitoriamente nuestro libre albedrío a la hora
de negarnos a afrontar vidas penosas en este mundo, y esto es así
precisamente porque su Amor es infinito y su deseo permanente es el
de que alcancemos un estado de felicidad inimaginables aún para el
atrasado Ser humano, debido a su ignorancia, su torpeza o por la
falta de esfuerzo para conseguirlo.
- Jose Luis Martín-
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“Es
correcto que el dolor de ahora procede de equívocos anteriores, no
obstante, la indiferencia de los insensibles está generando en ellos
situaciones penosas para el futuro. Quien no ama dispone de los
tesoros que,cuanto más se reparten más se multiplican. Es semejante
a la llama que enciende otros pabilos y siempre arde, repartiéndose
sin disminuir jamás su intensidad. Haz pues, tu elección de ayudar.
Lo demás pertenece a Dios”
- Joanna de Angelis-
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Expresa el cuarto mandamiento de la Ley, recibida por Moisés (siglo XIII a.C.) en el Monte Sinaí: Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la Tierra, que el señor tu Dios te dará.
Interesante idea. El legislador condiciona la longevidad al empeño de honrar a los padres. Si usted, amigo lector, observa esa orientación, vivirá más. No parece compatible con la lógica. Hay picaros que los maltratan y no los respetan; omisos, no les prestan asistencia, ni les dan atención. No obstante, alcanzan expresiva longevidad.
Hay hijos cariñosos y diligentes, dedicados al bien estar de los padres. Entre tanto, “ponen los pies por delante” antes de alcanzar la edad madura.
***
Aparentemente contradictorio, el cuarto mandamiento está absolutamente correcto. Consideremos la programación biológica para la especie humana. En condiciones ideales, podremos vivir de ochenta a cien años. Ciertas contingencias imponen existencia más breves:
• Males congénitos. Niños y jóvenes acometidos por males fatales, que resisten a todos los recursos movilizados por la Medicina.
• Subdesarrollo. La expectativa de vida en los Estados Unidos, es de 75 años. En Etiopía, uno de los países más pobres del mundo, queda en torno a los 45 años.
• Enfermedades infecto-contagiosas. La gripe española, en 1918, mato cerca de 20 millones de personas.
• Hecatombes naturales –terremotos, maremotos, huracanes… La explosión de Cracatoa, isla volcánica en las indias Orientales Holandesas, en el siglo pasado, hizo cerca de cuarenta mil muertos.
Esas situaciones pueden configurar un karma, algo programado para el rescate de débitos relacionados con el pasado. Y hay los genocidios patrocinados por la locura humana, como los judíos asesinados por los nazis, las victimas del comunismo en la China y en Rusia, el holocausto nuclear en Hiroshima y Nagasaki, promovido por los americanos… Cuanto más, depende de cómo vivamos, de lo que hagamos de nuestro cuerpo, de nuestras horas.
***
Para entender porque el cuarto mandamiento favorece la longevidad, consideremos que “honrar al padre y a la madre” es no hacer nada que los torne infelices o constreñidos. Algunos ejemplos: Los vicios, la deshonestidad, los excesos, los desatinos, la indisciplina, la agresividad, la ambición, la mentira…
Si nos orientamos en el sentido de no decepcionarlos, contrariando sus expectativas a nuestro respecto, buscaremos siempre el mejor comportamiento, en la intención de hacerlos felices, convencidos de que sus hijos son “gente de bien”. Con los mismos propósitos, cultivaremos la comprensión y la caridad; ejercitaremos la oración y la reflexión; seremos sensatos y diligentes… Todo para honrar a los padres.
Resultado: Tendremos un comportamiento disciplinado y virtuoso, que nos sustentara el equilibrio físico y psíquico. Y más: Afinaremos el patrón vibratorio. Estaremos favoreciendo la sintonía con mentores espirituales que nos ayudaran a superar influencias negativas, peligros y tentaciones.
Así, salvo programas karmicos, si honramos a nuestros padres, tendremos una certeza: Serán prolongados los días que el Señor nos dará para las experiencias redentoras en la escuela terrestre.
Richard Simonetti
Fragmento traducido por Jacob.
Interesante idea. El legislador condiciona la longevidad al empeño de honrar a los padres. Si usted, amigo lector, observa esa orientación, vivirá más. No parece compatible con la lógica. Hay picaros que los maltratan y no los respetan; omisos, no les prestan asistencia, ni les dan atención. No obstante, alcanzan expresiva longevidad.
Hay hijos cariñosos y diligentes, dedicados al bien estar de los padres. Entre tanto, “ponen los pies por delante” antes de alcanzar la edad madura.
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Aparentemente contradictorio, el cuarto mandamiento está absolutamente correcto. Consideremos la programación biológica para la especie humana. En condiciones ideales, podremos vivir de ochenta a cien años. Ciertas contingencias imponen existencia más breves:
• Males congénitos. Niños y jóvenes acometidos por males fatales, que resisten a todos los recursos movilizados por la Medicina.
• Subdesarrollo. La expectativa de vida en los Estados Unidos, es de 75 años. En Etiopía, uno de los países más pobres del mundo, queda en torno a los 45 años.
• Enfermedades infecto-contagiosas. La gripe española, en 1918, mato cerca de 20 millones de personas.
• Hecatombes naturales –terremotos, maremotos, huracanes… La explosión de Cracatoa, isla volcánica en las indias Orientales Holandesas, en el siglo pasado, hizo cerca de cuarenta mil muertos.
Esas situaciones pueden configurar un karma, algo programado para el rescate de débitos relacionados con el pasado. Y hay los genocidios patrocinados por la locura humana, como los judíos asesinados por los nazis, las victimas del comunismo en la China y en Rusia, el holocausto nuclear en Hiroshima y Nagasaki, promovido por los americanos… Cuanto más, depende de cómo vivamos, de lo que hagamos de nuestro cuerpo, de nuestras horas.
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Para entender porque el cuarto mandamiento favorece la longevidad, consideremos que “honrar al padre y a la madre” es no hacer nada que los torne infelices o constreñidos. Algunos ejemplos: Los vicios, la deshonestidad, los excesos, los desatinos, la indisciplina, la agresividad, la ambición, la mentira…
Si nos orientamos en el sentido de no decepcionarlos, contrariando sus expectativas a nuestro respecto, buscaremos siempre el mejor comportamiento, en la intención de hacerlos felices, convencidos de que sus hijos son “gente de bien”. Con los mismos propósitos, cultivaremos la comprensión y la caridad; ejercitaremos la oración y la reflexión; seremos sensatos y diligentes… Todo para honrar a los padres.
Resultado: Tendremos un comportamiento disciplinado y virtuoso, que nos sustentara el equilibrio físico y psíquico. Y más: Afinaremos el patrón vibratorio. Estaremos favoreciendo la sintonía con mentores espirituales que nos ayudaran a superar influencias negativas, peligros y tentaciones.
Así, salvo programas karmicos, si honramos a nuestros padres, tendremos una certeza: Serán prolongados los días que el Señor nos dará para las experiencias redentoras en la escuela terrestre.
Richard Simonetti
Fragmento traducido por Jacob.
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La bicorporeidad y la transfiguración son variedades del fenómeno de las manifestaciones visuales, y por más maravillosos que a primera vista parezcan, fácilmente se reconocerá, a través de la explicación que daremos acerca de ellos, que no se apartan del orden de los fenómenos naturales. Ambos se basan en el principio de que todo lo que se ha dicho sobre las propiedades del periespíritu después de la muerte también se aplica al periespíritu de los vivos. Sabemos que durante el sueño el espíritu recobra parcialmente su libertad, es decir, que se aísla del cuerpo, y en muchas ocasiones tuvimos la oportunidad de observarlo en ese estado. No obstante, tanto si pertenece a una persona viva como a una que ha muerto, el espíritu siempre tiene su envoltura semimaterial, la cual, por las mismas causas que hemos citado, puede adquirir visibilidad y tangibilidad. Hay hechos positivos que no dejan ninguna duda al respecto.
118. Antes de ir más lejos debemos responder inmediatamente a una pregunta que no dejarán de hacernos: es saber cómo el cuerpo puede vivir mientras que el Espíritu está ausente. Podríamos decir que el cuerpo puede vivir con la vida orgánica que es independiente de la presencia del Espíritu, y la prueba de esto es que las plantas viven y no tienen Espíritu; pero debemos añadir que durante la vida el Espíritu nunca está desprendido completamente del cuerpo. Los Espíritus, lo mismo que ciertos médiums videntes, reconocen el Espíritu de una persona viviente por medio de un cordón luminoso que termina en su cuerpo fenómeno que no tiene nunca lugar cuando el cuerpo está muerto, porque entonces la separación es completa. Por medio de esta comunicación el Espíritu es advertido instantáneamente de la necesidad que el cuerpo puede tener de su presencia, y entonces vuelve con la prontitud del relámpago desde cualquier distancia que esté. Resulta de esto que el cuerpo jamás puede morir mientras dure la ausencia del Espíritu, y que no puede nunca acontecer que éste, a su vuelta, encuentre la puerta cerrada como lo han dicho algunos novelistas en las historias de su invención. El libro de los Espíritus, núms. 400 y siguientes).
119. Volvamos a nuestro asunto. El Espíritu de una persona viva, aislado del cuerpo, puede aparecer como el de una persona muerta, y tener todas las apariencias de la realidad; además, por las mismas causas que hemos explicado, puede adquirir una tangibilidad momentánea. Es el fenómeno designado bajo el nombre de bicorporeidad, el que ha dado lugar a las historias de los hombres dobles, esto es, de individuos cuya presencia simultánea ha sido acreditada en dos parajes diferentes. He aquí dos ejemplos sacados, no de las leyendas populares, sino de la historia eclesiástica.
San Alfonso de Ligorio fue canonizado antes del tiempo exigido, por haberse mostrado simultáneamente en dos parajes diferentes, lo cual pasó por un milagro.
San Antonio de Padua estaba en España, y al mismo tiempo que predicaba, su padre, que estaba en Padua, iba al suplicio acusado de un asesinato. En este momento aparece San Antonio,demuestra la inocencia de su padre y hace reconocer al verdadero criminal, quien más tarde sufrió el castigo. Se probó que en el mismo momento San Antonio no había salido de España.
Habiendo sido evocado San Alfonso, e interrogado por nosotros acerca del hecho arriba manifestado, contestó lo que sigue:
1. ¿Podría explicarnos este fenómeno?
Sí; el hombre, cuando está completamente desmaterializado por su virtud, y que ha elevado su alma hacia Dios, puede aparecer en dos parajes a la vez. He aquí cómo. El Espíritu encarnado,sintiendo venir el sueño, puede pedir a Dios transportarse a un lugar cualquiera. Su Espíritu o su alma, como queráis llamarla, abandona entonces su cuerpo seguido de una parte de su periespíritu, y deja la materia inmunda en un estado vecino a la muerte. Digo vecino a la muerte porque queda en el cuerpo un lazo que une el periespíritu y el alma a la materia, y este lazo no puede ser definido. El cuerpo aparece en este estado al paraje que se le ha llamado. Creo que es todo lo que deseáis saber.
2. Esto no nos da la explicación de la visibilidad y tangibilidad del periespíritu.
El Espíritu, encontrándose separado de la materia según su grado de elevación puede hacerse tangible a la materia.
3. ¿El sueño del cuerpo es indispensable para que el Espíritu aparezca en otros parajes?
El alma puede dividirse, cuando se siente transportada a un lugar diferente de aquel en que se encuentra el cuerpo. Puede acontecer que el cuerpo no duerma, aunque esto sea muy raro,pero entonces el cuerpo no está jamás en un estado perfectamente normal, está siempre en un estado más o menos extático.
Observación. – El alma no se divide en el sentido literal de la palabra; irradia por diferentes lados, y es así como puede manifestarse sobre muchos puntos sin estar dividida; es lo mismo que una luz que pueda simultáneamente reflejarse en muchos espejos.
LIBRO DE LOS MÉDIUMS (Allan Kardec).-CAPÍTULO VII
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