Antes de perdonar, olvida
Somos criaturas en desenvolvimiento, encarnadas en el Planeta Tierra, que nos da la oportunidad para nuestras pruebas y expiaciones.
Este proceso de pruebas y expiaciones es una oportunidad valiosísima para la evolución de nuestro espíritu, para que podamos hacernos mejores.
El perdón es el comienzo de este gran cambio interior, necesario para nuestro crecimiento y maduración.
Nuestro Maestro Jesús hace más de dosmil años que nos trajo la palabra perdón, como enseñanza para ele crecimiento moral y espiritual de todos nosotros, porque si no conseguimos perdonar, no conseguimos buscar el amor incondicional de que tanto nos habló.
En la oración del Padre Nuestro, Jesús deja claro que el perdón es un factor importantísimo para volvernos mejores. Sin el perdón de las ofensas, estaremos siempre presos de los sentimientos que no nos elevan, sino que nos destruyen espiritualmene.
Necesitamos liberar nuestro corazón de todo sentimiento que nos atrase o nos adormezca el alma.
Libertarse significa no sucumbir a los sinsabores y a las ofensas que la vida nos reserva y reaccionar positivamente ante las adversidades.
Olvidemos las ofensas, por mas dolorosas que sean. No debemos desperdiciar una encarnación con el odio, la rabia y la angustia.
Por eso, cuando olvidamos somos capaces de perdonar realmente. Recordemos que cuando perdonamos nos quitamos un peso enorme de encima, y así subimos un paso más en nuestra evolución.
Procuremos entonces la oración como nuestra compañera en los momentos donde las ofensas vienen a nuestro encuentro. No existee cambio en nuesros sentimientos si nosotros no hacemos nuestra parte.
Centro Espírita "Seara dos pobres"
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SÓLO AMOR, SÓLO VIDA...
La vida es amor.
El amor es vida.
Tu vida brotó del amor...
El amor tiene que ser tu vida.
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SOCORRO TARDIO
¿Usted
ya se paró para pensar algún día, al respecto de la caridad?
De modo general es confundida con la limosna pura y simple, el dar
para verse libre del pobre, del que pide, dar para que él se vaya de
una vez.
Cuando se comenta el problema del hambre, de la miseria, ¿ no se le ocurrió
decir: Esto es un problema del gobierno? ¿ No es así?
¿Al
final, quien, en qué hora, cuando y en qué lugar debe practicar la
caridad?
Cierta
vez, en la época de los zares, en el Teatro de Moscú, fue
representada una pieza muy celebre.Todos
los palcos estaban totalmente llenos por los miembros de la realeza.El
argumento giraba en torno de los sufrimientos de un soberano místico
que, en medio de los crueles padecimientos, se sacrificó por la fe
cristiana. La
música embelezaba los corazones de la nobleza asistente.
Todos se
identificaban con las agonías cristianas del personaje que, de
alguna forma, traducía un poco de lo íntimo de cada uno.
Cuando
finalizó el colorido espectáculo, a la salida del Teatro, echado
bajo la marquesina, estaba un mendigo.Tiritaba
de frío. Parecía que deliraba en medio de la nevada de la noche. Una
de las damas de la corte, al descender las escaleras que la llevarían
a su carruaje, movida por un impulso natural de bondad, cogió la
rica capa de pieles que la cubría, y se encaminó en dirección al
pobre hombre, con la firme intención de cubrirlo.La
dama que la hacía compañía, sin embargo, notando lo que la otra
iba a hacer, la detuvo.
¡No
hagas eso!
¿De
qué serviría a ese miserable una prenda de vestuario de tal valor?
Mañana enviarás, por uno de tus siervos, ropas calientes para él.
La
dama de la capa de alto precio, movida ahora por el sentido
utilitarista de la vida, respondió: Sí, tienes razón. Y
volvió a ponerse la capa, buscando el carruaje.
Llegaron
al lujoso castillo, tomaron un té caliente y reconfortante y
buscaron las camas acogedoras.
Olvidaron
la agonía del desconocido tumbado bajo la marquesina helada.
Al
día siguiente, despertando ya tarde por la mañana, la dama se
acordó del hombre tiritando de frío.
Llamó
a uno de sus siervos y ordenó que llevasen ropas al pobre hombre.Cuando
allí llegó, el servicio se encontró con el desconocido ya muerto,
siendo llevado por la policía.
El
hecho responde a las cuestiones iniciales.
Siempre
que la caridad recibe interferencia de polémicas, discusión,
debate, invariablemente el socorro llega atrasado.
Es
necesario que cada uno de nosotros haga el bien hoy. Hay muchas
formas de practicar la caridad:
Sacar
a alguien de la oscuridad del analfabetismo.
Cuidar de que sea
internada una persona enferma sin recursos.
Llevar
el medicamento necesario al que se encuentra en la cama.
Dar leche a
un niño cuya madre ya presenta los senos vacíos.
Ofrecer
un juguete al niño de la calle, al muchacho sin padres, al niño que
espera.
En
fin, ser caritativo es hacer a los otros lo que deseamos que los
otros nos hagan, tanto en el aspecto material como en el moral.
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Nuestras
posesiones de nada valdrán si no tuviéramos en el cofre del corazón
el pan de la caridad y la palabra consoladora de la misericordia que
nos compete distribuir.
Dar
de lo que nos sobra es deber de solidaridad, dar un poco más es
donación plena.
- Redacción de Momento Espírita -
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Un pensamiento de Einstein
"La emoción más sutil de la que somos capaces, es la emoción mística. Aquí yace el germen de todo arte y ciencia verdadera. A todo aquel a quién este sentimiento le sea extraño, que no sea capaz de asombrarse y viva en un estado de miedo, es un hombre muerto.
Saber que lo que es impenetrable para nosotros, realmente existe y se manifiesta como la más alta sabiduría y la belleza más hermosa y que sólo sus formas más groseras son inteligibles para nuestras pobres facultades -- este conocimiento, este sentimiento... es el núcleo del verdadero sentimiento religioso.
En este sentido, y sólo en este sentido, me considero un hombre profundamente religioso."
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REFLEXIONES DE REY
FORMOSO
“SIMPLES E IMPORTANTES
VERDADES DE DEBES SABER Y NO
OLVIDAR”.
La mente almacena conocimiento, pero también destrucción. De la calidad de los pensamientos que almacenes en tus archivos, será tu desprendimiento a la hora de la muerte.
El alma, sede de tus pensamientos, almacena y archiva lo que tú le programes, pondré unos ejemplos:
El alma, sede de tus pensamientos, almacena y archiva lo que tú le programes, pondré unos ejemplos:
a) Abusas de la pornografía, llenas de tu mente de imágenes eróticas y de alto contenido sexual. La calidad de energías que almacenas son de baja frecuencia. Oscuras, de colores rojizos y fuerte. Atraen los vampiros espirituales, las almas afines a las energías que has provocado con tus desvíos morales.
b) Llenas tu mente de absurdos pensamientos: de contrariedad, de fanatismo, de constantes preocupaciones. Las energías son densas y oscuras, atraen sus afines que pululan en los parajes espirituales densos. Te acompañaran por algún tiempo después de que hayas abandonado tu cuerpo físico.
En resumen y para no alargar esta reflexión: En vida, en esta vida, ahora, con nuestros actos y pensamientos estamos creando y fabricando el “cielo o el infierno”, no literal, pero si real.
La Espiritualidad y más específicamente la Doctrina y la Ciencia Espirita, nos dice y ha comprobado con absoluta certeza, que al desprendernos durante el proceso que llamamos muerte, el alma conserva TODOS LOS ATRIBUTOS logrados en esta existencia, para bien o para mal.
Pensemos en eso.
La Espiritualidad y más específicamente la Doctrina y la Ciencia Espirita, nos dice y ha comprobado con absoluta certeza, que al desprendernos durante el proceso que llamamos muerte, el alma conserva TODOS LOS ATRIBUTOS logrados en esta existencia, para bien o para mal.
Pensemos en eso.
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SOLIDARIDAD COMO CUESTIÓNUNIVERSAL
Todos hoy sabemos que el universo entero está sometido a la ley de solidaridad, que es una con la ley de amor, justicia y caridad, que tiene que ver con la entrega y la renuncia. Que las fuerzas del universo son solidarias, repercuten y vibran al unísono. Que por esta ley todo se eslabona y se une tanto en lo moral como en lo físico. Que todos los seres están unidos los unos a los otros e influyen recíprocamente desde lo más ínfimo de la creación hasta los más majestuoso y superior. Que cada uno de nosotros es un resplandor, una chispa emanada de Dios, fuente del BIEN. Que como hijas de Dios, todas las almas son hermanas y todas las relaciones que nos unen están ligadas a este hecho: nos unen lazos estrechos de fraternidad y solidaridad.
Que en la lenta ascensión del ser hacia Dios, lo que buscamos es el bienestar y la felicidad, pero que la única forma posible de que el alma pueda progresar realmente es en la vida colectiva, trabajando en provecho de todos, ya que el progreso de uno se refleja en todos, el atraso de uno afecta a todos y el sufrimiento de uno perturba la serenidad de los otros.
Pero como todas las virtudes, que están inmanentes en nosotros por ser hijos de Dios, también la solidaridad, está en germen aún. ¿Por qué decimos esto? , Porque en los estados inferiores, la ley de solidaridad se cumple automáticamente, y cuando el espíritu llega a ser espíritu, que comienza a tener conciencia de sí y de lo que lo rodea, en su sencillez e ignorancia, elige, selecciona, excluye, y no comprende que su prójimo merece el mimo respeto, la misma consideración que al igual que el tiene las mismas luchas y los mismos anhelos.
Y si bien hoy la solidaridad forma parte de nuestros conocimientos, y es una verdad que compartimos y aceptamos, como seres inteligentes de la creación que somos, con libre albedrío, debemos plantearnos cuanto de esta verdad forma parte de nuestra vida diaria y de nuestro sentir. Porque puede pasar que ésta, esté solamente en el campo de los conocimientos y a la hora de colaborar con el crecimiento de lo y los que nos rodean, no los pongamos en práctica o mezquinemos esfuerzos.
¿Que impide que nosotros, conocedores de esta alta verdad, no nos dispongamos firmemente a practicarla?. Principalmente la ignorancia que tenemos de cuál es nuestra realidad. Generalmente creemos que el tener bien definido un concepto éste ya forma parte de nuestras vidas, y queremos salir a practicar en las formas, sin conocer que sentimos frente a él, si nos interesa realmente el semejante y su necesidad como la propia, cuanta es nuestra disposición y si tenemos disposición.
Disponernos requiere un trabajo, un esfuerzo, voluntad, responsabilidad en forma permanente, no solamente cuando nos sobra tiempo, cuando nos acordamos, cuando tenemos ganas, que si bien está dentro de nuestra libertad, esta no es la verdadera solidaridad. Hay que lograr sentir el dolor, la necesidad ajena como si fuera propia y darle el mismo valor e importancia, sentir que su sufrimiento nos afecta y que no nos resulte indiferente.
Cuando se habla de solidaridad se tiende a pensar en las grandes actitudes ante las catástrofes naturales, las guerras, los países que sufren bloqueos, y si, son actos de solidaridad. Pero hay otros actos de solidaridad que son más cotidianos e inmediatos y que por serlo se descuidan.
Recordemos que en un principio dijimos asociación y comunidad de intereses.
¿Cuántas veces hacemos de comer a nuestra familia con un estado de amor y entrega por lo que ellos significan en nuestras vidas y por su felicidad? Muchas veces pasa que termina siendo un acto rutinario, obligado, sin ganas, que nos lleva el mismo tiempo, pero que no cumple más que con la función de ingresar alimentos al cuerpo.
¿Cuántas veces nos disponemos a escuchar a los hijos o al compañero / en el momento que ellos lo requieren y no sólo cuando estamos de ánimo para ello?
¿Disfrutamos el valor del trabajo en grupo, cumpliendo lo mejor posible nuestros compromisos? ¿O trabajamos aisladamente sin compartir?
¿Conozco a mi vecino, me interesa, sé si sufre alguna necesidad?, ¿Conozco mi barrio, me involucro en lo que significa el bienestar de mi comunidad? Nosotros que estamos cerca de la realidad generalmente la desconocemos o la ignoramos, y después protestamos.
Con frecuencia se reniega contra la grosería, contra las pasiones brutales, las codicias y las reivindicaciones de las gentes más humildes, pero no se reflexiona lo suficiente sobre los malos ejemplos que los rodean desde la infancia, las necesidades imperiosas que les imponen una tarea ruda y absorbente que no deja tiempo a ocuparse de sus inteligencias. La falta de trabajo, la enfermedad y la miseria los amenazan y los hostigan sin cesar y se necesita para soportarlos verdadera resignación y fuerza del alma. Sin embargo también ellos son abnegados y luchan tenazmente contra la adversidad. Cuantos niños privados de lo necesario, cuantas familias sufren el frío invernal sin contar con alimentos y cobijo suficiente.
Muchos de los males que padece nuestra sociedad (robos, asesinatos, abusos) parten del desinterés, de fomentar las diferencias sociales acaparando en forma desmedida, de creer que nos podremos salvar solos y que mientras a nosotros nos vaya bien no importa lo demás, y de no diferenciar lo esencial de lo superfluo.
Casi todos los aquí presentes hemos tenido una vida buena y alejada de las grandes necesidades, sería un buen ejercicio la valoración de todos los seres que solidariamente han contribuido a ser lo que hoy somos: nuestros padres que nos han tenido bajo su cuidado, su guía y su ejemplo, nuestros hermanos que nos han fogueado en las relaciones, nuestros compañeros de escuela que nos han ampliado el campo de los afectos, a nuestros jefes y compañeros de trabajo que nos prueban en la tolerancia y la aceptación, nuestros amigos y seres queridos que nos ratifican nuestra valía, nuestra ciudad, nuestro país que nos da un sentido de pertenencia y responsabilidad. Pero sobre todas las cosas, debemos agradecer a Dios, que por amor y solidaridad, a través de la encarnación nos permite probarnos, hacer experiencia, y además por esa misma ley de solidaridad, nos permite tener contacto con espíritus superiores que nos ayuden y nos guíen ante nuestras vicisitudes.
Como seres que tratamos de transitar la evolución de forma consciente y sabiendo que la solidaridad es un hecho natural de la vida universal, ha de ser nuestro esfuerzo en motivarnos a ella manteniendo la mente lúcida y activa en propuestas, abrir bien nuestros ojos para captar la realidad que nos rodea, tener los oídos atentos a escuchar lo que se nos reclama, corazón abierto y generoso a las necesidades de nuestro semejante.
Nos dijo alguna vez un espíritu: "Como hombre fui un estudioso del universo físico y con ello me deslumbré, hoy como Espíritu soy un estudioso del Universo desde otro ángulo de visión y de mi entendimiento. Si aquello me deslumbró, hoy esto conmociona mi alma, pues recién estoy comprendiendo que Espíritu del Universo es el Espíritu de la creación y es apenas comprender a Dios. La danza de todo lo creado es tan armónica que mi Espíritu queda atónito bajo los efectos de esa magnificencia. Me despido augurando al hombre de todas las latitudes y al espíritu del universo que la unión y la fusión que parecen iguales pero no lo son es el punto de partida para comprender el espíritu de todo lo que existe. Con Uds. Camilo Flammarión".
"Les quiero solicitar que traten de penetrar en la vida misma de la virtud y ello significa comprender el amor, la justicia y la entrega como estado universales permanentes de Dios que encierra el estado virtuoso, así podrán trascender la simple definición de virtud como acto que corresponde pensar, elaborar y comprender, cuando hablamos de respeto hablamos del principio de cohesión que liga el universo físico posibilitando las formas como elementos de utilidad, y cuando hablamos de unión a partir del respeto hablamos de integración afectiva que hace de la relación un acto de tolerancia, de comprensión y de aceptación, recién en esa instancia el concepto hermano toma la gravitación real que posee. Espíritu Protector."
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