viernes, 7 de noviembre de 2014

Espiritismo y curas espirituales



             
   ANALIZANDO LA VIOLENCIA

La violencia y la agresividad están generalizadas, hoy en día, por todas partes, en las más sencillas familias, en los grupos más serios y formales, en todas partes, surge el violento que rompe con las reglas del buen vivir.Todos pensamos que son seres rebeldes y que como fieras, hemos de apartar de la sociedad, nos gusta dar una buena imagen, ser precavidos, y vamos a la procura de un mundo mejor, pero para ello, todos tenemos que poner de nuestra parte.
El violento lo es porque hay algo que lo incomoda, que lo altera y que lo saca de quicio, y cabe al humilde procurar no violentarle, por el contrario adivinar y esmerarse en la forma de cómo tratarle para que lejos de alterarse, se calme encuentre el lenitivo para que no sufra su espíritu, que la mayoría de las veces, es portador de enfermedades adquiridas en el pasado, donde sufrió el asedio de otros espíritus, y la forma de defenderse es la agresividad, es un escape para su alma que no puede soportar con normalidad lo que le revela, le altera.
La gente está llena de frustraciones, miedos, rencores, envidias, celos… y todo ello les produce un carácter violento, a veces poco distinguible, a veces confundido entre una maraña de contenciones sociales o morales, que explotan cuando menos espera. Violencia y ceguera, la de la ignorancia, pero no la ignorancia del simple, del que es campechano y tiene poca ciencia, sino la ignorancia del que se cree valedor, inteligente, con razón. Esta ignorancia del orgulloso es terrible, carga de odio y violencia todo aquello contra todo aquello que es diferente o que le discute o que no se doblega a su ego.
El hombre es violento en todas partes, en casa, en el trabajo, en el instituto, en los centros comerciales, en la calle, en los medios de transportes, en sus iglesias, en su creencias, en la política, todos sus actos están cargados sino siempre en dados momentos de violencia. Generalmente la violencia se muestra en arrebato, violencia en ataques, y violencia enquistada, como una peste y contagiosa habitualmente.
La violencia puede ser combatida, todos podemos hacer a nuestro alrededor un mundo mejor, y es aprendiendo a amar a nuestros semejantes, sobre todo aquellos que nos alteran, que nos sacan de quicio con su forma de actuar, si aprendemos a ser tolerantes con ellos, la violencia para con ellos desaparece, recordando las palabras de Cristo “Si ninguna piedra que te lancen llega hacerte herida” .
Las semillas de la violencia se siembran y cultivan en la infancia, se desarrollan durante la adolescencia y empiezan a dar sus frutos malignos pronto en la edad adulta. La experiencia que más nos predispone a recurrir a la agresión despiadada es haber sido repetidamente objeto o testigo de crueldades durante los primeros quince años de la vida.
En nuestros días, la violencia es uno de los problemas más preocupantes, aunque en realidad bien es verdad que, que la búsqueda de la convivencia pacífica es una característica natural que abunda en los seres humanos y que nos ayuda a sobrevivir, a evolucionar y a mejorar nuestra esperanza y calidad de vida. Ninguna sociedad puede perdurar sin que sus miembros estén continuamente ayudándose unos a otros.
Esta grave dolencia humana, en general, está disminuyendo. Nadie que se tome la molestia de examinar los índices de violencia en los últimos 70 años podrá evadir el hecho cuantificable de que en la actualidad está menos extendida que nunca. Este dato reconfortante se debe a que la posición de los niños en la sociedad ha mejorado radicalmente, la mujer en un gran número de naciones ha dejado de ser una propiedad del hombre, y las democracias han proliferado. Un aviso: es importante no confundir las noticias de sucesos aberrantes que plagan los medios de comunicación –conscientes de nuestra proverbial atracción por las historias de tragedias– con la vida cotidiana.
Procuremos en la parte que nos corresponde ser bondadosos, hagamos de nuestro mundo, un mundo mejor, ya con eso contribuiremos al bien general, pues estemos convencidos que el mejor emprendimiento al que podemos contribuir es a la procura del bien común.
- Merchita-

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EL ESPIRITISMO Y LAS CURAS ESPIRITUALES
O Blog dos Espíritas

Por Maria Ribeiro
Seria comprender muy poco el propósito real de la Doctrina espirita el pensar que las curas espirituales son una de sus especialidades, desobedeciendo   a una irrevocable  orden natural de las cosas.
La búsqueda del bienestar es un principio del instinto de conservación, que es una ley natural. Por tanto no existe nada más justo que  procurarse recursos capaces de restaurar la salud, cuando esta entra en un estado de debilidad.
Lo que aquí se propone es una reflexión más racional a respecto del tema.
Es considerable el número de individuos que, a lo largo de los tiempos, tuvieron, unos más, otros menos el poder de curar. Uno de ellos, claro es nuestro Maestro Jesús, profundo conocedor de todas las ciencias  y no  lo sería menos en cuanto a la ciencia del magnetismo.
“La facultad de curar por la influencia fluídica  es muy común y puede desenvolverse mediante el ejercicio; sin embargo, la de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara,  y su apogeo  puede ser considerado como excepcional. Entretanto, ha sido observada en diversas épocas, y en casi todos los pueblos han surgido individuos que la poseían en grado elevado. En estos últimos  tiempos, se ha visto diversos ejemplos  notables, cuya autenticidad  no puede ser constatada. Dado que estas especies de curas reposan sobre un principio natural, y que el poder de producirlas no es un privilegio, es que ellas no salen de la naturaleza y apenas tienen de meticulosa, la apariencia.” (La Génesis, capitulo XIV – Curas)
Esta declaración Kardeciana trae al entendimiento de que esta, como todas las facultades humana no se desenvuelven de otra forma. Kardec hace que se remeta   a la vida eterna del Espíritu, donde las adquisiciones paulatinas  de encarnación en encarnación, con el trabajo constante en el Bien purifican los fluidos constituyentes  del Ser, que tiene sus recursos aumentaos para que pueda promover el auxilio que se haga necesario
“… La facultad de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara” porque es preciso un  grado de pureza que no se hace  siquiera una idea aproximada. ¿Los domiciliados en el planeta Tierra, que Según los Espíritus  Superiores  es un lugar aun apropiado  para recibir seres imperfectos, como esperar ciertos prodigios? El estado moral  atrasado representa un óbice para tal. Aunque nada impide que la Providencia Divina se manifieste a través de hombres imperfectos que buscan sinceramente reajustarse  con las Leyes Morales, no se puede despreciar que haya factores que determinan que tal evento ocurra o no.
En este caso especifico, Kardec enfatiza que se trata de un tipo de facultad mediúmnica rara, y previene contra las celadas que puedan aparecer. (el Libro de los Espíritus -556)
El ítem 18 del mismo capítulo, aun en La Génesis, Kardec deja evidente: “El  pensamiento del Espíritu encarnado actua sobre los fluidos espirituales como también el de los Espíritus desencarnados; se transmite de Espíritu a Espíritu, por la misma via, y, conforme sea bueno o malo, sanea o vicia los fluidos circundantes. “En otras palabras, es a través del pensamiento que los fluidos son manipulados y dirigidos de una persona para otra, estén encarnadas o no. Esto quiere decir que los fluidos de los Espíritus no son más poderosos que el de los encarnados por el simple hecho  de ser Espíritus.  y que los fluidos  son emitidos todos del Ser, de la misma forma que son recibidos, y no necesariamente por las manos, como es la creencia vigente.  Estas declaraciones confirman que gesticulaciones y sincronismos, posturas aun tan frecuentes, deben disminuir a la medida que se comprendan  la inutilidad de las formas. Por cuanto es bueno que se esté atento  más a lo que pueda surgir.
Es sabido que en el pasado hubo compañeros en la labor mediúmnica que se sirvieron de formas materiales,  y hasta bizarras, para realizar curas y cirugías espirituales.  Eran Espiritas entusiasmados, que cayeron en el gusto  de creer que estas prácticas  eran lo más extraordinario que la Doctrina podía ofrecer. Más  que proporcionar a los pacientes el alivio de sus males, aquellas prácticas probaron que las Entidades desencarnadas actúan verdaderamente a través de los médiums  con los cuales afiniza. Resta saber que si esto provocó  avances morales en alguien, una vez que las manifestaciones por sí mismas  no tornan a un ser bueno o malo, ni  a un ignorante sabio.
Cuando la terapia del pase no ofrece los efectos esperados, se acostumbran  a recurrir a otras, que se pueden  contar a decenas, más que no tienen vínculo doctrinario. Así,  se ha incorporado la cromoterapia, florales, pirámides, reike y otras  y otras como “menú” doctrinario-espirita
Analizándose la terminología de la locución – cura espiritual – se puede entender CURA DEL ESPÏRITU,  aunque mucho se desee la cura del cuerpo, pues es él, el que se siente masacrado, torturado  y abatido. Cuando se es llamado al testimonio de la enfermedad, son pocos  los que no murmuran, olvidados de la resignación, del concepto de causa y efecto, de la vida futura.
Admitiéndose -  LA CURA POR ESPÍRITUS – recúrrase al ultimo parágrafo del comentario de la cuestión 70 de El Libro de los Espíritus que dice que “El fluido vital se transmite de un individuo para otro. Aquel que tiene lo bastante puede darlo, aquel que tiene poco y, en ciertos casos restablecer la vida  que está presta a apagarse. “Kardec señala, así, que la solidaridad es un bien que debe permear entre los seres,   de unos para los otros, en la medida de sus fuerzas. El deseo  y la buena voluntad  de servir y de ser útil establecen la harmonía necesaria para el engranaje del universo íntimo, que se expande a distancias que no se osa mensurar. En el parágrafo anterior, el dice que este “fluido se renueva por la absorción y asimilación de las sustancias que lo contienen” El individuo precisa no solamente absorber, más también asimilar  las sustancias que contienen el fluido.  Esto quiere decir  que pueden ser absorbidos, más no necesariamente asimilados, o sea, tornarse compatibles con los fluidos propios del receptor, para que actúen beneficiosamente. Es lo que ocurre  en el organismo humano en relación a las proteínas de origen animal: ellas sufren procesos de “quiebra” hasta conseguir formas  que son asimilables por el organismo humano.
Entretanto se debe, pues, percibir que la cura espiritual es un proceso individual que escapa al control de otro.  El cuerpo adolece por razones morales-espirituales relacionadas a la historia de cada uno, por tanto es responsabilidad individual e intransferible la cura efectiva, que  es al fin lo que se espera. “Tu fe te salvo”, dijo Jesús. Los mecanismos de transformar los fluidos enfermizos para fluidos saludables  están en cada individuo. La Génesis, tratando del asunto, dice que “los fluidos no tienen calidades  en su generis, más si las adquieren en el medio donde son elaborados; se modifican por los efluvios de ese medio… Los Fluidos… trazan la impresión  de los sentimientos del odio, de la envidia, de los celos…  de la benevolencia, del amor, de la caridad…” El deseo ardiente de dar alivio  a un hermano sufridor, o para sí mismo, representa una llamada fortísima para las Entidades Benéficas. El auxilio magnético  tendrá siempre un efecto, según las circunstancias que muchas veces no están bajo el dominio de la comprensión humana. En la narrativa de Lucas 9, vs 11, se encuentra:” … Y el los recibió, y les habló del Reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban de cura”, o sea, Jesús reconocia  los que se curarían pues Él vino a derogar Leyes Divinas: El sabia que muchos aun necesitaban permanecer enfermos. La necesidad es entonces algo relativo: unos necesitan la cura para la franca realización  de proyectos idealizados  durante el progreso de la enfermedad; mientras que otros necesitan continuar enfermos, porque el Espíritu no consiguió la conciencia de su real estado.
Hay personas dotadas del don de curar, según la Codificación, con un toque, con una simple mirada. Kardec los diferencia de los magnetizadores, más lo que el pretende es dejar claro  dos órdenes de cosas oriundas  del mismo principio. El tratamiento magnético común consigue  en sesiones continuadas, metódicas, y no requiere que el magnetizador sea necesariamente médium, aun mismo porque este proceso es anímico; mientras que con un médium curador ocurre espontáneamente, con la intervención de Espíritus sumados  al apelo a través de la oración. (El Libro de los Mediums  - cap., XIV – 175)
En el ítem 32 del capitulo XIV de La Genesis el sabio francés esclarece que “los  efectos de la acción fluídica sobre los enfermos son extremadamente variados, según las circunstancias; esta acción es alguna veces rápida como una corriente eléctrica. Hay personas dotadas  de tal poder, que operan sobre  ciertos enfermos  curas instantáneas  por una sola imposición de las manos  o  aun mismo por un acto de la voluntad. Entre  los dos polos  extremos de tal facultad, hay infinitas variaciones. Todas las curas de ese género son variadas  del magnetismo y no difieren  sino por la potencia  y la rapidez de la acción. El principio  es siempre el mismo; es el fluido que desempeña el papel agente terapéutica, y cuyo efecto es subordinado  a su calidad  y a las circunstancias especiales. “En el ítem siguiente Kardec especifica  cada una de las acciones  magnéticas, a saber: magnetismo humano, el magnetismo espiritual, y el magnetismo espiritual-humano.
Las curas instantáneas por un simple gesto, o por una mirada, son formas para que se  comprendan mecanismos que ocurren, no exactamente por la mirada  o del gesto, que son materiales. Más si por las disposiciones intimas del Ser que se propone donar algo bueno de si mismo, secundado por las Entidades Benefactoras,  este con  o sin el conocimiento de eso. hay una practica denominada de “pase de columna”  que más se aproximaría realmente  a aplicaciones magnéticas  si no contuviese  un punto de ritual y palabras sacramentales. (El Libro de los Médiums – cap. XIV – ítem 176, 9).  Existe  también una propuesta conocida por “pase de soplo”, que deja dudas  sobre su fundamento.  Los Evangelistas no citaron ningún pasaje  donde Jesús hubiese  curado a alguien a través del soplo; la Codificación tampoco  nos habla  sobre el asunto. Lo que se pretende es continuar manteniendo las formas de cómo hacer las cosas, y las formas son materiales, no son esenciales. Jesús se sirvió de algunos recursos materiales para realizar algunas curas; más ciertamente no fue con el propósito  de que se tornasen elementos de superstición. Más también realizó beneficios curadores  a distancia. De manera alguna pretendió que se substituyese al necesitado por un interventor, transmitiendo fluidos  a este para que el enfermo los reciba. Al final la intervención es puramente mental.
Es  razonable que se reconozca cuanto la Medicina terrena, cada vez más aumentado  los recursos de tratamiento y prevención de las enfermedades. Los Benefactores Espirituales también se han reencarnado con el propósito de manifestar  materialmente, claro dentro de los limites que el planeta les ofrece, los recursos necesarios para minimizar las malezas humanas, pues esto representa oportunidades de trabajo en el Bien y crecimiento moral-espiritual e intelectual también para ellos. Sus descubrimientos atienden no a un número limitado de individuos, más si  a una colectividad entera. El trabajo en el Plano espiritual no se restringe a estas facetas estancadas  a las cuales el hombre se acostumbro a creer. ¿O será  que la magnánima actividad Divina está circunscrita a los “templos sagrados?!
La cura espiritual se da, entiéndase bien, cuando el Ser Inmortal esté depurado de sus imperfecciones por haber comprendido mejor las Leyes Inmutables de la naturaleza.
Traducido al español por M. C. R 

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              Regresión de la Memoria

El olvido del pasado constituye la verdadera misericordia de Dios para con Sus criaturas, por cuanto facilita el recomienzo en un nuevo cuerpo sin la carga de los recuerdos tormentosos resultantes de los hechos negativos perpetrados en existencias pasadas. Asimismo, favorece el olvido de las actividades ennoblecedoras y de los afectos especiales que han constituido la emulación para el propio progreso.

La remembranza de los acontecimientos dañinos acarrearía, sin dudas, una alta carga de sufrimiento derivado del remordimiento, que dificultaría la prosecución de los compromisos elevados. En consecuencia, podría convertirse en motivo de desánimo generador de estímulos perjudiciales para el abandono de los deberes o el miedo de enfrentar nuevos desafíos. Además, el recuerdo detallado de determinados hechos traería a la memoria la presencia de cómplices igualmente comprometidos u otras personas víctimas o aún responsables por los actos indecorosos, aumentando así la animosidad con relación a esos últimos.

Por otro lado, la rememoración de los momentos gloriosos, de los afectos especiales si, de una forma, pudiesen transformarse en emulación para la continuidad del esfuerzo, haría correr el riesgo de elecciones especiales en detrimento de nuevas vinculaciones afectivas, lo que disminuiría el círculo de crecimiento fraternal en la búsqueda de la inmensa familia universal.

Aún merece ser considerado que la carga de los recuerdos de la existencia actual constituye ya un grave compromiso. En el caso de que se adicionasen aquellas que provienen de experiencias pasadas, por cierto perturbarían el mecanismo homeostático* o de equilibrio del individuo, en razón de no ser posible soportar la suma de emociones que superan su capacidad de resistencia fisio - psíquica.

El organismo humano es portador de un límite de energía apropiada para soportar emociones y sensaciones hasta cierto punto que, cuando es superado, se transforma en desajuste de sus sutiles equipos psíquicos, produciendo lecciones irreversibles. Por ésta razón, muchos seres interexistentes, que conviven simultáneamente en las dos esferas de la vida - la material y la espiritual - cuando no son moralizados o no consiguen armonizar el comportamiento con la estructura psíquica, caen en alucinaciones, en distonías nerviosas y mentales de difícil recuperación durante la existencia.

El ser humano, a pesar de permanecer aún más en la faja fisiológica que en la psicológica, más en la sensación que en la emoción, ya viene granjeando valores que le posibilitan liberarse de algunas de las constricciones impuestas por los actos infelices de las reencarnaciones anteriores, que pesan en el orden íntimo, generando sufrimientos rudos, alteraciones afligentes y otros problemas en el área de las relaciones inter-personales, de los conflicots sexuales, de los desafíos económicos y financieros, conduciéndolo a mayores descalabros cuando no a fracasos muy perturbadores.

Considerando que las Leyes Divinas son de justicia, pero también de amor, corresponde que sean restablecidos los códigos de honor que fueron quebrantados y sean recuperados los niveles de armonía que los actos desdichados produjeron.

La reparación de los errores es, por eso mismo, inevitable, no siendo necesario de forma inexorable que esa recuperación se dé exclusivamente a través del sufrimiento.

Jesús enseñó que el amor cubre a la multitud de los pecados y delante de la mujer equivocada que lavó sus pies en la casa de Simón, dominada por la ternura y por el arrepentimiento de la insensata existencia que se permitía, la liberó de mayores sufrimientos, confortándola con la sugestión dignificante: -¡Por mucho amar, tus pecados te son perdonados!

Ciertamente no la liberó de las consecuencias de los actos insanos, porque esas vendrían naturalmente como resultado del mal uso del libre albedrío. Le demostró que por medio del amor la criatura puede rehabilitarse de cualquier acción nefasta que se haya permitido, siempre que se empeñe en la rehabilitación, que es la gran meta de todo aquel que busca crecer y ser feliz.

Así, desde el inicio de la fenomenología mediúmnica y parapsicológica los investigadores de la psique humana, detectaron que en sus archivos actuales se encuentran los registros de los comportamientos pasados que, de cierto modo, están dictándole nuevos procedimientos o repeticiones de gravámenes que se esculpieron como agentes de perturbación.

En los procesos de amnesia o recuerdos espontáneos de vidas pasadas o aún mediante el concurso de la hipnosis, es posible revivir las experiencias olvidadas, a través de las cuales se puede explicar un sinnúmero de acontecimientos actuales.

Por otro lado, afirmados en las infinitas posibilidades de los archivos del inconsciente actual como del profundo, importantes psicoanalistas encontraron en los acontecimientos de la vida perinatal la causalidad de muchos traumas, fobias, complejos de inferioridad y superioridad, narcisismo, perturbando la conducta de sus pacientes. Por intermedio de los recursos hábiles para ese fin, vienen realizando incursiones exitosas, gracias a las cuales, liberan a muchos sufrientes de sus tormentosos estados del alma, limpiándolos de las marcas en ellos grabadas.

Cuando no son encontradas esas causas de desajuste en la fase actual ni en la infancia de los enfermos, fueron estimulados a retroceder la sonda de investigación y llegaron a los procesos más profundos de los registros, a los arquetipos colectivos, que son nada más que reminiscencias de otras reencarnaciones, encontrando allí los factores responsables por los disturbios que ahora los inquietan.

identificando las causas, trabajaron terapeúticamente en sus efectos y contribuyeron para que muchos otros sufrimientos enigmáticos cediesen lugar a la conscientización de las mismas, superándolas, por medio de la repetición de los hechos, bajo el auxilio y la orientación que demuestran ya haber tenido lugar y no deben proseguir más emitiendo ondas devastadoras sobre el psiquismo actual.

Es claro que en tales evocaciones bajo la hipnosis o inducción más suave, el paciente no recuerda plenamente la reencarnación anterior, sino que es orientado a encontrar el factor que detona el problema y que en él mismo se encuentra grabado.

A la propuesta desafiante el inconsciente responde con las matrices dañinas, facilitando revivir el mismo y la consecuente liberación de sus cargas malévolas.

Es claro que el asunto recién está comenzando en esa área y mucho habrá que estudiarlo, a fin de penetrarlo bien, evitando que nuevos recuerdos aumenten la suma de lo que ya existe en el consciente, y correr el riesgo de producir desarmonía homeostática.

Además, no todos los pacientes que fueron objeto de recordaciones por tal proceso se liberarán de efectos perniciosos de los actos infelices, esto es porque se hacen necesarios el cambio de comportamiento para mejor, la alteración de los planos mentales identificando deberes olvidados o nuevamente quebrantados, que constituirán un recurso reparador, liberación de los resultantes cármicos.

La concientización de la responsabilidad del ser humano delante de la vida, es una valiosísima terapia para la conquista de la salud física y mental, sobre todo para la realización moral, cuyas preliminares de actividad no siempre feliz, se encuentran en los paneles de la mente profunda, en los cimientos del inconsciente espiritual.

No obstante, cualquier incursión en esos dominios, sin orientación competente y especializada, destituida de objetivos nobles, animada por la curiosidad o la frivolidad improcedente, siempre resulta desastrosa, esto es, en imprevisible fracaso muchas veces de sabor amargo.

El ser humano es la medida de sí mismo. Auto-conocerse penetrándose cada día con el esfuerzo para la identificación de su realidad actual como pasada, constituye el gran desafío que está aguardando una resolución firme y la dedicación continua de cada cual.

Toda inversión de amor y de interés por la auto-iluminación debe ser aplicada en favor del proceso evolutivo, de forma que no cese el anhelo por el crecimiento interior, por la ampliación de los recursos ético - morales e intelectuales, produciendo sin cesar para el bien y para la vida, en la cual indiscutiblemente se encuentra comprometido.

Juana De Angelis - Divaldo Franco

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