jueves, 13 de noviembre de 2014

La obsesión espiritual


Alguna vez nos han preguntado :


¿Qué es el Espiritismo?

Respuesta :

Al contrario de lo que muchos se piensan el Espiritismo no es estar frente a una mesa y llevar a cabo la ouija o la evocación de los espíritus. Tampoco tiene nada que ver con el tarot, o con esos que se autodenominan médiums y espíritas, sin ni siquiera conocer el Espiritismo, o peor aún que hacen profesión de la mediumnidad. Un espírita nunca cobra por su labor mediúmnica. El Espiritismo es la ciencia que trata sobre el origen y el destino de los espíritus y las relaciones que pueden establecer con el hombre. El espiritismo es la filosofía que resulta de estas relaciones, resultado de estas comunicaciones que se constituyen en hechos demostrados. Filosofía que ahonda en las profundas cuestiones de dónde venimos, quienes somos, hacia dónde vamos. Es pues una revelación que no procede de la mano de un hombre, un profeta, o una colectividad religiosa, es una revelación que surge de los mismos espíritus.

Por Juan C. Mariani -

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LA OBSESION ESPIRITUAL:


La obsesión se caracteriza por la acción de entidades espirituales inferiores sobre el psiquismo humano.
Kardec distinguió en sus investigaciones, tres grados en el proceso de la obsesión:
a) Obsesión simple. b) Fascinación. Y Subyugación.
En el primer grado, la acción del espíritu perturbador alcanza la mente causando simples perturbaciones mentales y sicológicas. Cambios en estados de animo, y confusiones mentales.


En el segundo grado la acción de los espíritus perturbadores puede afectar la misma conciencia de la victima, desencadenando procesos alucinatorios. Delirio de grandeza, mistificación de los espíritus que se comunican.
En el tercer grado de obsesión grave alcanza los centros de la afectividad y de la voluntad, afectando los sentimientos y el sistema psicomotor, llevando al obseso a actitudes y gestos extraños y tics nerviosos.

CAUSAS POSIBLES DE LA OBSESION:

a) Problemas reencarnatorios, es decir, deudas y arrastres karmicos de otras existencias.

b) Tendencias viciosas: Mal uso de nuestro libre albedrio. Placeres mundanos y desenfrenos a nuestros apetitos inmaduros y bajas tendencias antinaturales.

c) Sentimientos no espirituales: Odios, venganzas, egoísmos, vanidad egolátrica y otros.

Estas disposiciones en nosotros atraen por ley de Afinidad a espíritus inferiores afines al patrón vibratorio de estas energías, de las cuales nosotros somos el principal responsable.
- Rey Formoso -
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PREPAREMOS  EL  FELIZ 
MAÑANA
El tiempo que pasa nos encuentra atados a los deberes, a las luchas, a las realizaciones, en fin como un fardo pertinente a la condición expiatoria de nuestro mundo. Es por demás común ese modo de pensar.
Casi siempre se asevera que nuestro mundo de dolores y de lagrimas sufridas, o que, en la Tierra, todo tiene olor  a tragedia  y lamentación.
Se piensa, comúnmente, que la situación de pruebas  que en este planeta se impone a sus habitantes con la convivencia obligatoria, con continuas frustraciones, con las decepciones o desencantos con los que tanto se enredan por los caminos.
Por otra parte, en la lista de los males atribuidos al Orbe, que cada día va tornándose  más difícil tener verdaderos amigos, en esa escalada creciente de perfidias y de falsedades.
Se lamentan las situaciones desastrosas en que se revuelcan tantas instituciones familiares, dando la impresión de que el hogar está fallido como construcción social de base.
Entretanto, hacemos coro con otros innumerables corazones que tienen la mirada volcada para el hemisferio de la esperanza y que se ajustan a las polaridades del optimismo.
Sin contestación, encontramos por las avenidas planetarias toda esa onda de dolores, de sufridas lágrimas, como los nefastos  episodios de las traiciones, del abandono, de las negligencias  para con el bien, lo que configura un contexto por demás preocupante en lo que se refiere a las visiones del mundo futuro.
No deberemos engañarnos con relación a esos cuadros lamentables, diseñados con los colores fuertes de las expiaciones y de los compromisos negativos . Lo que precisaremos considerar  es que fue Jesús, el Cristo, el que nos habló de las bienaventuranzas alcanzadas por los que sufren todas las agresiones terrestres con nobleza, a pesar de todos los concursos de las arduas peleas.
El futuro traerá las bendiciones de felices conquistas: de justicia, de fortuna moral, de consuelo y de paz para todos los que consigan enfrentar con gallardía las torturantes pruebas, con sus carencias generales.
Cuando acompañamos, con los ojos de ver, los acontecimientos humanos, conseguimos verificar  la existencia de familias honradas, bien estribadas en la ética del amor  y del trabajo, ofreciendo excelentes ejemplos  para toda la sociedad.
Encontramos amigos plenamente identificados con la honestidad de la convivencia, estableciendo asociaciones embellecidas por el sentimiento de la fraternidad.
Deparamos hombres y mujeres activos, dinámicos y dedicados a las leyes de Dios de tal manera que consiguen influenciar positivamente  a todos los que se mueven a su alrededor.
El mundo que experimentamos en la actualidad es el mismo que elaboramos con nuestros actos, o con los dejados de hacer, con nuestra luz y nuestra sombra, sin que nos diésemos cuenta de que deberíamos retornar a sus orígenes, más tarde o más temprano,  a fin de operar  en las correcciones que caben hacerse  en nuestro camino.
El conocimiento adquirido en las fuentes del espiritismo nos da la certeza de que nadie es víctima  sobre el suelo planetario, sino solo de sí mismo.
Urge que sustituyamos las largas horas de lamentación, de lloriqueos, de desesperación o de depresión, por las aptitudes que sean capaces de sembrar la tierra compleja de los corazones,  con las simientes de la dignidad de vivir, de la buena voluntad en el actuar y de la responsabilidad ante toda y cualquier actitud tomada.
Dios no instalaría a sus hijos bien amados en un campo sembrado de miserias o de deficiencias y necesidades, si eso no fuese importante e indispensable para su progreso y si todo no fuese por exigencias de la ley de causalidad, en su divina perfección.
 Cuando miremos nuestro mundo, aun con toda la sombra que sobre él se extienda, veámoslo  como nuestro hogar planetario, bello y propio para que podamos dar cuenta de los compromisos que engendramos en tiempos propincuos o distantes, embasados en nuestro libre albedrio.
La Tierra es una de las moradas  del Padre, moviéndose en la gran inmensidad. Tratemos de hacer  nuestro trabajo todo lo mejor que podamos, abrazando a nuestros hermanos  que se encuentran a nuestro alrededor, a fin de que, juntos, unificados en el amor  y en el ansia de crecer, logremos construir el tiempo de los dolores expiatorios en el que nos encontramos en la Humanidad.
Por el Espíritu Olympia Belém - Mensaje psicografiado por Raul Teixeira,

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