martes, 25 de noviembre de 2014

El Cielo imposible


         
Richard Simonetti

Guias espirituales


1 -¿Todas las reuniones mediúmnicas cuentan con dirigentes espirituales?

Sí, si son organizadas bajo la orientación espírita, considerados los propósitos de edificación y aprendizaje que deben caracterizarlas.

2 - Si esos cuidados no existen, si tenemos mera curiosidad o interés, ¿no hay presencia de los mentores?
Incluso pueden manifestarse, pero no serán Espíritus evolucionados, en condiciones de conducir con eficiencia la reunión. Ellos tienen asuntos más importantes que tratar.

3 - El factor determinante, entonces, ¿es la motivación del grupo?

Exactamente. No tan sólo la condición de los mentores, sino también, de los Espíritus que serán adoctrinados. Cuando era adolescente, frecuenté reuniones de un grupo empeñado en desenmascarar mistificadores, por mero diletantismo, sin propósitos edificantes. Ningún mentor de condición más elevada comparecía. Fue una pérdida de tiempo, y si pretendiese alertar al grupo, corría el riesgo de ser recibido como un mistificador más.

4 - ¿Puede un grupo estar orientado por Espíritus obsesores?

Sí, si está organizado en función de meros intereses. Médiums que acostumbran dar consultas mediante pagos, comercializando su don, son frecuentemente obsesados. No es raro que transmitan orientaciones que, de supuestos guías espirituales, son de los propios obsesores de los consultantes, engañándolos. 

5 - ¿Qué decir de los grupos mediúmnicos en que todos los médiums deben recibir a su guía?
Favorecen el animismo. Los guías tienen asuntos más importantes. No se limitarían a un simple hola, declinando su condición o un supuesto quedar «al lado del instrumento».

6 - Si los grupos mediúmnicos están orientados por mentores espirituales, ¿no sería interesante tener su palabra?

Sin duda, desde que hayan médiums en condiciones de recibir su manifestación, lo que exige experiencia, estudio, disciplina, a lo largo del tiempo. Principalmente los grupos iniciantes no deben preocuparse con ello, dejando que ocurra de forma natural, en la medida en que los médiums estén preparados.

7 - Hay grupos en que los médiums reciben la manifestación de sus guías, al final, para «limpieza psíquica». ¿Es una práctica saludable?

¿Y si el guía no se manifiesta, el médium quedará impuro? Es otro condicionamiento a evitar. Después de la reunión los médiums deben estar muy bien, conscientes del deber cumplido, sintiéndose saludables y en paz.

8 - ¿Cómo podemos tener la certeza de que el Espíritu que se manifiesta, diciendo ser un orientador, está hablando la verdad?

Aquí tenemos que aplicar la sabia orientación de Kardec: es preciso analizar el contenido, observando el lenguaje, la forma, la intención, partiendo del principio elemental de que los Espíritus superiores sólo hablan de lo que es edificante, palabra clara, objetiva, esclarecedora. 

Richard Simonetti-  (Mediumnidad, todo lo que necesitas saber.)


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¿ Cómo podrían los espíritus ser felices en el Cielo, si saben que un Ser querido sufre en el Infierno para siempre?.

Esto sería – lógicamente- imposible, porque siendo el Cielo un estado de dicha, ¿ Quién podría permanecer feliz, sabiéndose eternamente separado de un Ser querido, del que sabe que sufre o que es infeliz para siempre y con el que jamás podrá compartir su felicidad junto a él ?. Pero si el estado de felicidad celestial viene acompañado por la seguridad del reencuentro con el Ser amado, esa felicidad no disminuye, sino que hace crecer en intensidad el deseo de colaborar para que el rescate del Ser querido y su reencuentro, sea lo mas inmediato posible.
De nuevo estamos ante un concepto de un dios imposible, pues sería de una dureza y crueldad infinitas, ya que hasta los buenos no podrían gozar de ese cielo ante el sufrimiento eterno de algún ser querido con el que compartió su vida humana, porque ¿ acaso podemos creer que el Amor que se profesaban los Seres en este mundo se disuelve después de la muerte, de modo que los que están en el Cielo se puedan volver tan insensibles y egoístas en su estado de dicha ?. ¿ Qué clase de felicidad y de cielo sería esto? Evidentemente el espíritu que así fuese, de ese modo tan insensible y egoísta, estaría acreditando una inferioridad moral que por si misma le impediría alcanzar la dicha en su plenitud. La felicidad llega a ser plena cuando se puede compartir con los demás seres en medio del sentimiento sublime del Amor. Si el cielo y el infierno teológicos existieran tal como los representan, estaríamos ante el sorprendente caso de conocer seres humanos más misericordiosos y compasivos que el mismo Padre Celestial.
El concepto de eternidad es una idea inaceptable si se la equipara con la idea de infinito, pero si se considera esta palabra en su verdadera acepción, que significa “tiempo indeterminado” o “existencia fuera del tiempo”, la cosa cambia, pues como ya sabemos, el sentido del tiempo que nosotros tenemos, no existe en el más allá , por lo que al infierno se le puede entender como un estado del Alma que queda transitoriamente, de modo limitado en cuanto a nuestra medida del tiempo, en las regiones inferiores de los planos espirituales o astrales, o bien agrupados en zonas espirituales de baja vibración espiritual; de ahí que a sus moradores se les denomine también por otras corrientes esotéricas u ocultistas, como ”Seres del bajo astral ”, o “Seres del astral inferior”

- Jose Luis Martín -

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El cielo siempre es triste sin aquellos que amamos “
-André Luiz a través de Fco.Cándido Xavier-

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BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD


¿Ya te has preocupado alguna vez por la felicidad?

¿Ya hiciste esfuerzos para conquistarla?

¿Quién de nosotros no desea ser feliz? Con excepción de los casos patológicos, las personas están siempre en busca de la felicidad, aunque no se den cuenta de eso.

Pero, al fin, ¿qué es la felicidad?

La felicidad varía de persona en persona y, según cada momento de nuestras vidas, puede asumir aspectos distintos.

Cuando estamos enfermos, volver a la salud sería nuestra felicidad. Y hacemos todos los esfuerzos para conquistarla.

Si estamos sin trabajo, tener un empleo significaría nuestra felicidad, por algún tiempo.

Si somos solteros y deseamos unirnos a alguien, nuestra felicidad sería encontrar la persona ideal con quien compartir nuestro afecto.

Por otro lado, los que padecen del frío y del hambre, encontrarían la felicidad en un abrigo y en el alimento nutritivo.

Ya para el hincha, la explosión de felicidad se da cuando la pelota llega al gol del equipo adversario.

Al fin, la felicidad tiene tantos matices como deseos tenga cada persona, variando de acuerdo con las circunstancias.

Cierta vez, hemos leído una historia que nos llevó a reflexionar en que consiste la verdadera felicidad.

Fue narrada por una joven que se sentía momentáneamente infeliz, cuando, caminando por una calle, vio a un hombre sujetando una carreta.

Al observar la escena, pensó: "¡Pobre hombre! Haciendo el trabajo de un animal... eso es lo que debe ser la infelicidad!"

Pensando en escuchar de sus propios labios lamentaciones y quejas, se acercó al hombre y le preguntó:

"¿Usted es muy infeliz, verdad? ¡Qué lástima! haciendo ese tipo de trabajo..."

Ella confiesa que el hombre le hizo cambiar su manera de pensar, al responder con entusiasmo:

"¡No, señora! Soy una persona muy feliz. Tengo salud, pues ni siquiera necesito de un animal para sujetar mi carreta.

Tengo fuerza, gano mi sustento paseando por la ciudad y aun soy saludado por personas bonitas como usted. Y no soy más feliz, porque no veo todas las personas del mundo sonriendo..."

Como se puede percibir la felicidad consiste en estar contento con lo que se posee y hacer de su felicidad la alegría de los demás.

Cuando Jesús afirmó que la felicidad no es de este mundo, se refirió a la felicidad sin mezcla, a la felicidad plena.

Sin embargo, podemos vivir con alegría, valorando las cosas que tenemos y las conquistas morales que ya logramos alcanzar, sin estar infeliz con lo que no poseemos o no está a nuestro alcance.

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Muchos de nosotros buscamos la felicidad lejos de donde ella se encuentra.

A cada momento Dios nos ofrece mil motivos para que nos alegremos.

La oportunidad de vivir, de tener una familia, amigos, trabajo...

La naturaleza, el sol, la lluvia, la noche para descansar, las oportunidades de aprendizaje en cada minuto que pasa por nosotros...

Aun mismo los obstáculos del camino son motivos de alegría, porque nos enseñan la superación, preparándonos para la conquista de la felicidad perenne, que a todos nos aguarda.

Redacción de Momento Espirita

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