En cierta ocasión asistimos a una película bastante interesante. Denominada La investigación, el film hace referencia a los años posteriores a la muerte de Jesús. La intención parece clara, en principio intentar probar que verdaderamente el Maestro no resucitó.
Es que los hombres, por no entender de estas cuestiones, creen que Jesús resucitó y se apareció con Su cuerpo carnal.
De hecho surge la pregunta: ¿Qué pasó con el cuerpo de Jesús?
Pues si el cuerpo con el que se presenta a Magdalena, a los discípulos y con el que asciende a los cielos, en Galilea, es un cuerpo espiritual, diferente - ¿Qué pasó con el carnal, que fue sepultado en los jardines de José de Arimatea?
¿Habían robado el cuerpo los discípulos?
Posiblemente no. Los cuatro evangelistas nos dicen que los discípulos se espantaron al recibir la noticia de la resurrección de Cristo.
En aquel entonces, ellos no entendían las cuestiones más profundas que habían con respecto al cuerpo espiritual.
Estaban amedrentados, temían las persecuciones. Serían incapaces de una acción que requería coraje, ya que los sacerdotes habían tomado todas las precauciones para que el cuerpo no cayese en manos de los Apóstoles.
¿Habían robado el cuerpo los sacerdotes?
No, tampoco. Ellos, en especial, tenían el máximo interés en conservar el cuerpo de Jesús en la tumba.
Sería muy oportuno presentar el cuerpo, cuando los discípulos empezasen a pregonar el Evangelio del Señor y hablasen de la resurrección. Lo que ellos deseaban era mostrar el cuerpo sepultado de Jesús, para probar que Él no tenía capacidad de resucitar, tal como afirmó antes de Su muerte.
¿Pero porqué el cuerpo debía desaparecer?
Es que los hombres, por no entender de estas cuestiones, creen que Jesús resucitó y se apareció con Su cuerpo carnal.
De hecho surge la pregunta: ¿Qué pasó con el cuerpo de Jesús?
Pues si el cuerpo con el que se presenta a Magdalena, a los discípulos y con el que asciende a los cielos, en Galilea, es un cuerpo espiritual, diferente - ¿Qué pasó con el carnal, que fue sepultado en los jardines de José de Arimatea?
¿Habían robado el cuerpo los discípulos?
Posiblemente no. Los cuatro evangelistas nos dicen que los discípulos se espantaron al recibir la noticia de la resurrección de Cristo.
En aquel entonces, ellos no entendían las cuestiones más profundas que habían con respecto al cuerpo espiritual.
Estaban amedrentados, temían las persecuciones. Serían incapaces de una acción que requería coraje, ya que los sacerdotes habían tomado todas las precauciones para que el cuerpo no cayese en manos de los Apóstoles.
¿Habían robado el cuerpo los sacerdotes?
No, tampoco. Ellos, en especial, tenían el máximo interés en conservar el cuerpo de Jesús en la tumba.
Sería muy oportuno presentar el cuerpo, cuando los discípulos empezasen a pregonar el Evangelio del Señor y hablasen de la resurrección. Lo que ellos deseaban era mostrar el cuerpo sepultado de Jesús, para probar que Él no tenía capacidad de resucitar, tal como afirmó antes de Su muerte.
¿Pero porqué el cuerpo debía desaparecer?
Es bueno tener en consideración que hasta entonces, tanto los sacerdotes como los discípulos de Jesús seguían Sus Palabras al pie de la letra. No tenían idea de cómo el Espíritu sobrevivía a la materia.
Por tanto, si los discípulos viesen el cuerpo de Jesús disolviéndose en el túmulo, por el proceso natural post-mortem y Le viesen, al mismo tiempo, vivo, resucitado, tomarían al Maestro por una visión. No creerían lo que habían visto. De esa forma, la desaparición del cuerpo de Jesús trajo dos ventajas para el naciente movimiento.
La primera, fortaleció la fe de los discípulos que, viendo al Maestro materializado delante de ellos, no dudaron de Su misión y salieron a proclamar el Evangelio.
La segunda, dejó a los sacerdotes sin ningún arma para contradecir las enseñazas de Jesús. No pudieron sembrar la confusión, como pretendían, en el seno del Cristianismo.
¿Cómo desapareció el cuerpo de Jesús? Posiblemente, Él mismo, el Señor de los Espíritus, con todo su poder, lo des-materializó. Ya anteriormente, en la vida terrena, lo hizo, para escapar de la saña asesina de los que Lo pretendían matar, tirándolo desde la cima de un gran monte.
Entonces, los amigos de Jesús transportaron Su cuerpo a alguna tumba distante y desconocida. Allí se deshizo, volviendo la materia a la reserva de la naturaleza en un proceso natural.
De una o de otra forma, fue una medida muy acertada para evitar malas consecuencias al futuro del Evangelio. Seguramente, también para evitar que Su cuerpo se volviera fruto de veneración, de idolatría, en detrimento de Sus enseñanzas imperecederas.
¿Al final no fue el propio Cristo el que enseñó que se debía adorar al Padre en Espíritu y Verdad? ¿Cómo podría Él no prever que Su cuerpo no fuera objeto de disputa o de adoración indebida? En la misma muerte, se percibe la grandeza de ese Espíritu excelso que es el Señor Jesús, nuestro hermano mayor.
Por tanto, si los discípulos viesen el cuerpo de Jesús disolviéndose en el túmulo, por el proceso natural post-mortem y Le viesen, al mismo tiempo, vivo, resucitado, tomarían al Maestro por una visión. No creerían lo que habían visto. De esa forma, la desaparición del cuerpo de Jesús trajo dos ventajas para el naciente movimiento.
La primera, fortaleció la fe de los discípulos que, viendo al Maestro materializado delante de ellos, no dudaron de Su misión y salieron a proclamar el Evangelio.
La segunda, dejó a los sacerdotes sin ningún arma para contradecir las enseñazas de Jesús. No pudieron sembrar la confusión, como pretendían, en el seno del Cristianismo.
¿Cómo desapareció el cuerpo de Jesús? Posiblemente, Él mismo, el Señor de los Espíritus, con todo su poder, lo des-materializó. Ya anteriormente, en la vida terrena, lo hizo, para escapar de la saña asesina de los que Lo pretendían matar, tirándolo desde la cima de un gran monte.
Entonces, los amigos de Jesús transportaron Su cuerpo a alguna tumba distante y desconocida. Allí se deshizo, volviendo la materia a la reserva de la naturaleza en un proceso natural.
De una o de otra forma, fue una medida muy acertada para evitar malas consecuencias al futuro del Evangelio. Seguramente, también para evitar que Su cuerpo se volviera fruto de veneración, de idolatría, en detrimento de Sus enseñanzas imperecederas.
¿Al final no fue el propio Cristo el que enseñó que se debía adorar al Padre en Espíritu y Verdad? ¿Cómo podría Él no prever que Su cuerpo no fuera objeto de disputa o de adoración indebida? En la misma muerte, se percibe la grandeza de ese Espíritu excelso que es el Señor Jesús, nuestro hermano mayor.
* * *
El túmulo donde fue enterrado el cuerpo de Jesús nunca había sido utilizado anteriormente. Si nadie hubiese reclamado el cuerpo, hubiera sido enterrado en la fosa común. O como normalmente ocurría, se pudriría en la cruz. José de Arimatea era uno de los muchos admiradores de Jesús. Pertenecía a la clase culta de Judéa y gozaba de gran influencia ante el gobierno. Sin miedo, interviene y reclama el cuerpo de Jesús para darle sepultura decente. Gratitud de amigo para quien le trajo las enseñanzas de la vida eterna.
www.boletin-nuevaesperanza.blogspot.com
Visitar la web Centro Espírita sin fronteras.- ceesinfronteras.es/eventos.htm
Ore. La oración trae intimidad, trae paz, suple las necesidades espirituales y materiales. Vamos conversar con Dios, pues El se agrada en oír nuestra voz.
|
( Ver el blog elespiritadealbacete.blogspot.com )
www.ade-sergipe.com.br y www.boletin-nuevaesperanza.blogspot.com
Visitar la web Centro Espírita sin fronteras.- ceesinfronteras.es/eventos.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario