sábado, 8 de octubre de 2011

Los mediums y su misión

Amalia D. Soler

Existen unos seres dotados de ciertas facultades, las cuales dependen más bien de su constitución física que de la intelectual y moral, que con el auxilio de ellas se ponen en relación con  sus hermanos de la Tierra, que todavía no han dejado su vida material, dándoles así una prueba de su existencia real y positiva.

Estos seres a los que se les da el nombre de Médiums porque sirven de intermediarios, o más bien, de intérpretes entre los hombres y los espíritus. Desempeñan un gran papel dentro del mundo moral: Por medio de ellos sabemos nuestra pasada historia, puesto que son en cierto modo, los ecos de nuestro ayer cuando nos refieren, el modo como la humanidad ha ido poco a poco progresando y saliendo de la oscuridad en la que se hallaba envuelta en su infancia; todo  lo cual es muy hermoso y muy grande; además, por ellos se ha desenvuelto el gran problema de la inmortalidad del alma y goces futuros, por medio de la práctica y del estudio; y hoy lo sabemos positivamente, no porque nos lo haya dicho un hombre sabio y eminente, que tan solo podría decirlo como hipótesis, sino porque nos lo ha demostrado el mismo espíritu inmortal, con el auxilio de un médium que nos ha dado pruebas, pero pruebas palpables de su mediumnidad, y el hombre que antes dudaba se ha convencido de la verdad y ha experimentado ese placer del conocimiento de los grandes ideales: pero por todo eso no es nada comparado con la misión que viene a cumplir el médium en este mundo.

  Los médiums no solamente sirven para mostrarnos la verdad que existe en el mundo espiritual, que es la inmortalidad de las almas, sino que sirven para algo más; abraza muchos más conceptos de lo que generalmente se cree, y aparte de la grata impresión  que nos causa el podernos comunicar por medio de ellos, con los seres que nos son queridos, debemos considerarlos como instrumentos del progreso moral, puesto que por su intervención hemos conocido las sanas doctrinas que están llamadas a inundar el mundo con su Luz.

   Jamás Allán Kardec hubiese escrito el Libro de los Espíritus, si los médiums no hubiesen existido; jamás nosotros hubiésemos alcanzado la dicha y el placer que experimentamos. Sin su poderoso auxilio, ni los espíritus jamás se hubieran manifestado a los hombres terrenales, en todas las épocas y en todos los países desde la más remota antigüedad.; sin la existencia de estos seres llamados a exparcir la Luz por todas partes. ¡ Cuán bella es su misión !. Ellos son  los sacerdotes de la religión del porvenir; por medio de ellos se resolverán grandes problemas que hoy la humanidad todavía no comprende; y ganarán mucho las ciencias que se dediquen al estudio de la verdad  por medio de los poderosos auxiliares que la divina providencia ponga en su camino, porque aparecerán mediumnidades tales que serán el asombro de la humana inteligencia. ¡ Ah si todos los médiums comprendiesen la grandeza de su misión, no caerían como caen muchos de ellos en los más crasos errores, ni serían el ridículo y la burla de los enemigos de la verdad y del progreso, porque los mediums son instrumentos pasivos por medio de los que los espíritus se comunican según la simpatía que por ellos tienen; así es, que tan pronto se elevan al ideal, siendo la admiración de los que tienen el placer de escucharlos, como descienden en los más intrincados laberintos de la confusión y del error.

   ¿ Y cual es la causa de semejante contraste?;¿Por qué vemos a un médium dar una conferencia hermosa, que al escucharla parece que nos sentimos transportados a otras esferas mucho más felices, que las que por nuestro atraso, mal vivimos; y después este mismo médium de cuya boca salieron tan dulces verdades, nos aburre con cosas pueriles y ridículas  que son causa de vacilaciones y de dudas?.

   Sin duda alguna la falta de instrucción contribuye mucho a que el médium no tenga todas las protecciones como debieran ser, dedicadas  a desarrollar grandes problemas y poner siempre de manifiesto la más sana moral, y aparte de esto, el convencimiento de la grandeza de la misión que Dios le ha confiado, la pureza de sus acciones y la práctica de la caridad. El médium puesto que conoce prácticamente la verdad, debe ser el que más empeño ponga en practicarla para que no se diga de él lo que de aquellos, que dicen y no hacen; y es mucho más responsable de sus acciones y de sus palabras, que no los que ignoran las sabias Leyes de Dios.
   El orgullo y la vanidad son dos cosas gravísimas que debe desterrar de su corazón todo buen médium, si no quiere caer bajo el dominio de espíritus imperfectos que le arrastrarían a su perdición, obsesándolo; y una vez bajo su dominio harían de él un juguete de sus caprichos; por eso los médiums deben ser humildes, y si sus disertaciones son censuradas por hombres de más inteligencia que ellos, no deben enojarse ni resentirse por ello, pues han de pensar siempre que muy bien pueden tener una venda en los ojos que les impedía ver sus propios errores; o lo que es igual, que pueden estar fascinados por algún espíritu que les haga creer lo contrario de todo lo que dicen o escriben, y hacerles ver con sus halagos que son grandes médiums, cuando en realidad lo que expresan no son más que grandes disparates.

   Instrucción, he aquí la gran palabra: caridad y humildad, esta es la práctica, y junto con una conducta intachable los médiums se atraerán hacia ellos los espíritus superiores y de mucha Luz; los cuales formarán a su alrededor una verdadera muralla que les hará inaccesibles a los malos espíritus, puesto que con cada obra buena que hagan se atraerán hacia ellos espíritus más puros, a la par que se irán separando los del mal, dado el caso que estos se unen a los hombres por afinidad y simpatía. Procurar pues, seguir y practicar los consejos del sabio maestro , si es que queréis ser los fieles intérpretes del Espíritu de la Verdad; y nada tendréis que temer, porque solo se os comunicarán espíritus buenos, que con sus sabios consejos harán marchar la humanidad por la senda que conduce a la felicidad eterna; y vosotros, después de cumplida vuestra misión, seréis elevados a las esferas de la Luz. Sois de los llamados, pero si no merecéis ser de los elegidos porque os dieron la oporunidad y preferísteis las tinieblas; en ellas andaréis envueltos largos siglos, si no procuráis imitar en cuanto sea posible al gran Médium de Dios que descendió a la Tierra para enseñarnos a amar y sufrir, y que ahora se cierne sobre los mundos superiores, protegiendo el nuestro y haciéndolo marchar por las sendas de la verdad; que ël es el único camino que conduce a la mansión de los grandes elegidos.
- Amalia Domingo Soler-

(visitar  elespiritadealbacete.blogspot.com)

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