Con la lógica de la filosofía, Huberto Rohden pregunta:
¿Si es buena tu vida, como será mala tu muerte?
¿No sabes que la muerte, es el corolario de la vida?
¿Por que dudaría la fruta madura, en desprenderse de la rama?
¿Por qué desprendería con dolor, lo que ha madurado correctamente?"
En “El Libro de los Espíritus” se aprende que el cuerpo, casi siempre sufre más durante la vida, que en el momento de la muerte.
Los sufrimientos, que muchas veces se experimentan en el instante de la muerte, son "un gozo para el Espíritu", que ve llegar el fin de su exilio.
La separación nunca es instantánea. El alma se desprende gradualmente. El Espíritu se suelta poco a poco de los lazos que lo prendían. Los lazos se desatan, no se rompen.
A menudo, en la agonía, el alma ya dejó el cuerpo, que solamente tiene vida orgánica. El hombre no posee mas conciencia de sí mismo y, no obstante, todavía le resta un soplo de vida.
Espíritus que partieron antes de nosotros, se comunican todos los días, en la rutina de los trabajos de las casas espiritas, demostrando la inmortalidad y confirmando la impresión que tuvieron en el pasaje, entre dos mundos distintos.
Dormirán, para despertar a los pocos momentos, en su elemento natural que es el mundo espiritual.
Atravesarán después un período de perturbación, para en el otro lado de la vida, reencontrarse consigo mismo y con la plenitud de la Infinita Bondad y de la Justicia Divina.
(Fuente: Revista Espirita Allan Kardec)
Sirve y prosigue. No temas. La ley mayor es servir.
Quien lucha contra muchos problemas no tiene medios de caer.
¿Piedra, ofensa, prueba, cruz ? Olvídate y perdona.
Cuanto más amor, más luz, más Jesús en el corazón.
Psicografía de Francisco Cándido Xavier ( ver el blog elespiritadealbacete.blogspot.com )
No hay comentarios:
Publicar un comentario