Aquella tarde de invierno, en un día nublado,frío y triste que cayó sobre aquel pueblo,muchos vecinos hablaban en voz baja,impresionados con lo que estaba aconteciendo.Y es que en el fondo, todos se sentían como una gran familia, y uno de sus miembros acababa de fallecer.
En realidad no había sorprendido a nadie,porque el desenlace de su enfermedad se esperaba. Yo mismo, no sorprendido pero sí impresionado, experimenté extraños pensamientos: "Esa mujer que ayer mismo aún respiraba, se movía, nos hablaba de sus preocupaciones y temores;de sus recuerdos de juventud,nos contaba sus historias y vivencias, de repente,... !se había ido!; ! Ya no va a estar más ¡;pero, ¿por qué?; ¿que ha pasado?;...¿por qué ayer sí,... y hoy ya no?;... ¿ volverá?..¿ Cómo es posible?....; parece mentira... El caso es que hoy se ha ido y ya no está,...;ya no volverá más;...pero la vida, como un reloj sin alma, sigue caminado y continúa impasible su tic-tac, desgra- nando sus horas y sus días como si nada pasase ni le afectase,con arre- glo a lo de termina su mecanismo ciego e imperturbable.
! El tiempo, juez soberano, frío e implacable; lo pone todo en orden, pero sin sentimientos ¡.
Mientras tanto, ella ya no está, pero el escenario de su vida permanece;sus cosas,su casa,sus ropas, sus cuadros, su ambiente y hasta los olores que tenía la casa cuando ella aún estaba presente.
Algunos presenciaron con horror como la tapadera de la caja mortuoria, se cerraba para siempre, guardando al ser querido;...¿o no era aquello el ser querido, y solamente era una inerte apariencia de su imagen vacía?
En el templo religioso,solamente se aumentó la tristeza y la amargura de los allegados, alimentando su desespero al contemplar un triste y monótono ritual con un discurso vacío,ininteligible y con poco sentido, que no aportaba ningún consuelo para nadie...
Y en el fondo de nuestra almas, la pregunta persistía: ¿Pero,por qué ella ya no estaba?; ¿ Qué es lo que se quedó guardado dentro de aquella caja ?.
La triste y aparentemente resignada procesión que se formó después acompañando lentamente al cadáver a su última morada, caminó despacio, en una tarde salpicada por una fría llovizna en medio de un silencio cabizbajo e impresionante, roto solo por algún sollozo mal contenido , formando así una comitiva llorosa como aquel día gris, que caminaba lentamente, acompañando al ser querido en su ruta sin retorno.
¡ Qué drama y qué tormento!,cuando en aquel oscuro y estrecho nicho entró la caja de madera con su doloroso contenido,en donde quedaba destinado a permanecer para siempre, con la sola y horrible compañía de otra osamenta, la de su madre, que en el interior de un saco de tela quedó depositada para siempre a su lado.
Después que el nicho fue sellado bajo la mirada perdida de sus deudos, de sus vecinos y de sus amistades,en medio de un respetuoso silencio roto solamente por el llanto y la desesperación de algún ser querido y allegado, que lleno de incomprensión ante la muerte, se rebelaba contra la irreversible y horrorosa situación que atravesaba en aquellos momentos como si de la peor pesadilla posible se tratase. “¿ Por qué nos pasa esto a nosotros?”;" Dios mío, si existes, ¿por qué te la llevas ahora ?"; "¿Por qué nos la quitas?". En esos instantes de dolor arrasador nadie le puede aliviar su doloroso proceso, ni contestar a esos humanos y desesperados interrogantes.
Ante semejante cuadro sufro por sentirme torpe e impotente por no poder ayudar o aliviar de algún modo en aquellos tristes momentos.
Me parece tener las respuestas que podrían aliviar sus almas atormentadas,y sin embargo no me atrevo ni a ponerme en su lugar,a practicar eso que llaman empatía, porque a pesar de los conocimientos y respuestas que encontré en la Doctrina Espírita, pienso que tal vez, si fuese yo precisamente quien atravesase ese drama en un papel de protagonismo posiblemente también sucumbiría irracionalmente ante tanto dolor.
Siempre tendemos a hablar bien de los que ya se han ido de este mundo,y eso es algo que ennoblece, pero lo cierto es que esta mujer,y no lo digo porque ya no esté más entre nosotros, siempre demostró ser una persona sencilla buena y hospitalaria.Además,ciertamente siempre fue una excelente y abnegada madre y esposa. No la conocí durante mucho tiempo, pero sí el suficiente como para llegar a quererla a ella y a su familia,gente sencilla,buena y noble por naturaleza.
Al final creo que lo que quedó guardado en el interior de aquella caja, era solo materia; una materia de la que ella se revistió humanamente cuando estuvo aquí, pero lo que me resulta evidente es que aquella materia no era ella, el ser humano, amigo y querido, ahora ausente. Era su figura humana, sí, pero solo una figura, como un muñeco de cera vacío, sin aliento ni vida; ¡ Aquello no era ella !.
¡ Qué horrible en verdad sería solamente la posibilidad de que ella de verdad hubiese quedado integramente encerrada allí, para siempre!.No me extraña que alguno de esos familiares apenados por su pérdida, ante la envoltura yacente, puedan confundir la realidad con que el ser amado queda allí metido, y ese encierro eterno, sería peor que el peor de los infiernos imaginados por la teología. Y es que las religiones, aun las llamadas “cristianas”, nunca han abordado esta realidad tal y como es, sino que “ se han ido por las ramas” del dogma y la fantasía. Nunca han hablado claramente de lo que es la muerte; el para qué y el por qué estamos aquí; el por qué nacemos y morimos; qué sentido tiene todo esto, y tantos y tantos interrogantes que en el fondo, la mayoría nos hemos hecho alguna vez, y para los cuales nunca han dado respuestas filosoficamente correctas y coherentes, y cuando las han querido dar, estas han sido tan ambíguas e incomprensibles, basadas en la obligada creencia dogmática, que en el fondo solamente han dejado un vacío y un estado de confusión e incertidumbre en nuestro interior, o sea una falta de luz y de la necesaria y auténtica fe, que es aquella que no ofende a la razón y al sentido de lo lógico y coherente.
Ojalá algún día, estas personas , y tantas y tantas que como ellas se enfrentan a esta realidad de la que jamás nadie estaremos libres, puedan encontrar alguna respuesta aceptable a la razón que les reporte algo de luz y de consuelo.
Mientras tanto, a mi me queda el consuelo de saber,más que de creer,que nuestra amiga simplemente se fue, pero no se murió; nadie muere en el más completo sentido de la palabra,y sé sigue viviendo en otra dimensión o mundo no muy lejano a nuestro mundo material.
Mi convicción sobre la vida es como quien con templa un río que nos trae y que se lleva de todo:penas,alegríasesperanzas, luchas, pruebas, que llegan y pasan. Cuando el río de la vida nos trae nuestra propia muerte, la vida no cambia,sigue su rumbo de traer y de llevarse aquello que nos trajo anteriormente; lo único que cambió es que se nos llevó a nosotros mismos a la otra orilla del río, a la otra dimensión, desde la cual seguimos viendo transcurrir la corriente de ese río de la vida, pero desde el otro lado, de modo que los que quedaron en la orilla anterior, no nos ven, y piensan que nos hemos ido con la corriente del río como todo lo demás, pero sin embargo, esa misma corriente al cabo de mas o menos tiempo, termina por devolvernos de nuevo a esta orilla, en la que seguiremos viendo el río y aprendiendo con todo lo que nos trae. No recordamos detalles más concretos de nuestras vidas anteriores porque nuestra materia orgánica está limitada en el tiempo, con un principio y con un final; es parte de lo que nos trae y de lo que después se vuelve a llevar el mencionado río de la vida.
Cuando se penetra un poco en el estudio del Espiritismo, en seguida encontramos numerosos testimonios mediúmnicos que nos aclaran y nos describen como es esa “ otra orilla”, en medio de una lógica y además este conocimiento es avalado por unas pruebas inapelables de que nos muestran que, en efecto, sigue la vida después de la muerte del cuerpo, sabemos lo que hay tras el “Velo de Isis” de este mundo en el que nos creemos vivos y además los únicos seres vivos que existen en medio del universo infinito. Por eso creo que es tan importante seguir avanzando en el estudio y el aprendizaje del conocimiento espiritual libre de dogmas, prejuicios y preconceptos religiosos. Para las religiones las cuestiones del "más allá" solamente son creencias que hay que admitir por la fe impuesta. Para los estudiosos y adeptos de la doctrina espírita, este conocimiento es razonado y razonable, y supone cuando se adquiere,darnos una seguridad, una serenidad y una capacidad de aceptación ante hechos humanos como los aquí relatados, que la gente no termina de comprender y si acaso los achaca al escudo autoprotector ante el dolor con el que, dicen, que los espíritas nos defendemos de los golpes que da la vida. La cuestión es que el conocimiento espiritual nos proporciona una paz y un equilibrio interior, que a veces podemos transmitir a los demás, aliviando así , al menos en parte, esos cuadros de dolor humano que se originan ante la pérdida de seres queridos.
Jose Luis-
... La depresión es alimentada debido a heridas no curadas... - Penelope Sweet
( Ver elblog elespiritadealbacete.blogspot.com )
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