lunes, 10 de octubre de 2011

El horror de la muerte

 
 Aquella tarde de invierno, en un día nublado,frío y triste que cayó sobre aquel pueblo,muchos    vecinos hablaban en voz baja,impresionados con lo que estaba aconteciendo.Y es que en el fondo, todos se sentían como una gran familia, y uno de sus miembros acababa de  fallecer.
En realidad no había sorprendido a nadie,porque el desenlace de su enfermedad se esperaba. Yo mismo, no sorprendido pero sí impresionado, experimenté extraños pensamientos: "Esa mujer que ayer mismo aún respiraba, se movía, nos hablaba de sus preocupaciones y temores;de sus recuerdos de juventud,nos contaba sus historias y vivencias, de repente,...  !se había ido!; ! Ya no va a estar más ¡;pero, ¿por qué?;  ¿que ha pasado?;...¿por qué ayer sí,... y  hoy  ya no?;...  ¿ volverá?..¿ Cómo es posible?....; parece mentira... El caso es que hoy se ha ido y ya no   está,...;ya no volverá más;...pero la vida, como un reloj sin alma, sigue  caminado y continúa impasible su tic-tac, desgra-  nando sus horas y sus días como si nada pasase ni le afectase,con arre- glo a lo de  termina su mecanismo ciego e  imperturbable.

 ! El tiempo, juez soberano, frío e implacable; lo pone todo en orden, pero sin sentimientos ¡.

Mientras tanto, ella ya no está, pero el escenario de su vida permanece;sus cosas,su casa,sus ropas, sus cuadros, su ambiente y hasta los olores que tenía la casa cuando ella aún estaba presente. 

 Algunos presenciaron con horror como la tapadera de la caja mortuoria, se cerraba para siempre, guardando al ser querido;...¿o no era aquello el ser querido, y solamente era una inerte   apariencia de su imagen    vacía?

  En el templo religioso,solamente se aumentó la tristeza y la  amargura de los allegados, alimentando su desespero al contemplar un triste y   monótono ritual con un discurso vacío,ininteligible y con poco sentido,   que no aportaba ningún consuelo para nadie...
Y en el fondo de nuestra almas, la pregunta persistía: ¿Pero,por qué ella ya no estaba?; ¿ Qué es lo que se quedó guardado  dentro  de aquella  caja ?.

   La  triste y aparentemente resignada procesión que se formó después acompañando lentamente al cadáver a su última morada,  caminó  despacio, en una tarde salpicada  por una fría llovizna en medio de un         silencio cabizbajo e impresionante, roto solo por algún sollozo mal contenido , formando así   una comitiva llorosa como aquel día gris, que  caminaba lentamente, acompañando  al ser  querido en  su  ruta sin retorno.

¡ Qué drama y qué tormento!,cuando en aquel oscuro y estrecho nicho  entró la caja de madera con su doloroso contenido,en donde quedaba    destinado a permanecer para siempre, con la sola y horrible compañía  de otra osamenta, la de su madre, que en el   interior de un saco de tela quedó depositada  para siempre a su  lado.

  Después que el nicho fue sellado bajo la mirada perdida de sus deudos, de sus vecinos y de sus amistades,en medio de un respetuoso silencio  roto solamente por el llanto y la desesperación de algún ser querido y   allegado, que lleno de incomprensión ante la muerte, se rebelaba contra la irreversible y  horrorosa  situación  que atravesaba en   aquellos         momentos  como si de la peor pesadilla posible se tratase. “¿ Por qué   nos pasa esto a nosotros?”;" Dios mío, si existes, ¿por qué te la llevas    ahora ?"; "¿Por qué nos la quitas?". En esos instantes de dolor arrasador nadie le puede aliviar su doloroso proceso, ni contestar a esos humanos y desesperados interrogantes.

   Ante semejante cuadro sufro por sentirme  torpe e  impotente  por    no poder ayudar o aliviar de algún modo en aquellos tristes momentos.

   Me parece tener las respuestas que podrían aliviar sus almas atormentadas,y sin embargo no me atrevo ni a ponerme en su  lugar,a practicar eso que llaman empatía, porque a pesar de los conocimientos y respuestas que encontré en la Doctrina Espírita, pienso que tal vez,  si fuese yo precisamente  quien atravesase ese drama en un papel de protagonismo posiblemente también sucumbiría irracionalmente ante tanto dolor.

    Siempre tendemos a hablar bien de los que ya se han ido de este    mundo,y eso es algo que ennoblece,  pero lo cierto es que esta mujer,y no lo digo porque ya no esté más entre nosotros,  siempre demostró ser una persona  sencilla buena y hospitalaria.Además,ciertamente siempre fue una excelente y abnegada madre y esposa.  No la conocí durante  mucho tiempo, pero sí el suficiente como para llegar a quererla a ella y a su familia,gente sencilla,buena y noble por naturaleza.

Al final creo que lo que quedó guardado en el interior de aquella caja,    era solo materia; una materia de la que ella se revistió humanamente   cuando estuvo aquí, pero lo que me resulta evidente es que aquella     materia no era ella, el ser humano, amigo y  querido, ahora ausente.    Era su figura humana, sí, pero solo una figura, como un muñeco de cera  vacío, sin aliento ni vida; ¡ Aquello no era ella !. 

 ¡ Qué horrible en verdad sería solamente la posibilidad de que ella de   verdad hubiese quedado  integramente encerrada allí, para siempre!.No me extraña que  alguno de esos familiares apenados por su pérdida,    ante la envoltura yacente, puedan confundir la realidad con que el ser   amado queda allí metido, y ese encierro eterno, sería peor que el peor  de  los infiernos imaginados por la teología.  Y es que las religiones, aun las llamadas “cristianas”, nunca han abordado esta realidad tal  y como es, sino que “ se han ido por las ramas” del dogma y la fantasía. Nunca han hablado claramente de lo que es la muerte; el para qué y el por qué estamos aquí; el por qué nacemos y morimos; qué sentido tiene todo   esto, y tantos y tantos interrogantes que en el fondo, la mayoría nos     hemos hecho alguna vez, y  para los cuales nunca han dado respuestas  filosoficamente  correctas y coherentes, y cuando las han querido dar,   estas han sido tan ambíguas  e incomprensibles, basadas en la obligada creencia dogmática, que en el fondo solamente han dejado un vacío y un estado de confusión e incertidumbre  en nuestro interior, o sea una falta de luz y de la necesaria y auténtica fe, que es  aquella que no ofende a  la razón y al sentido de lo lógico y coherente.

    Ojalá algún día, estas personas , y tantas y tantas que como ellas se enfrentan a esta realidad de la que  jamás nadie estaremos libres,        puedan encontrar alguna respuesta aceptable a la razón que les reporte algo de luz y de consuelo.

   Mientras tanto, a mi me queda el consuelo de saber,más que de creer,que nuestra amiga simplemente se fue, pero no se murió; nadie muere en el más completo sentido de la palabra,y sé sigue viviendo en otra    dimensión o mundo no muy lejano a nuestro mundo material.  

   Mi convicción sobre  la vida es como quien con  templa un río que nos  trae y que se lleva de todo:penas,alegríasesperanzas, luchas, pruebas, que llegan y pasan. Cuando el río  de la vida nos trae nuestra  propia   muerte, la vida no cambia,sigue su rumbo de traer y de llevarse aquello que nos trajo anteriormente; lo único que cambió es que se nos llevó a nosotros mismos a la  otra orilla del río, a la otra dimensión,  desde la   cual seguimos   viendo transcurrir la corriente de ese río de la vida, pero desde el otro lado, de modo que  los que quedaron en la orilla anterior, no nos ven, y piensan    que nos hemos ido con la corriente del río como todo lo demás,  pero sin embargo, esa misma corriente al cabo de mas o menos  tiempo, termina por devolvernos de nuevo a esta orilla, en la que seguiremos viendo el río y aprendiendo con  todo lo que nos  trae.  No recordamos detalles más concretos de nuestras vidas    anteriores    porque nuestra materia orgánica está limitada en el   tiempo, con un     principio y con un final; es parte de lo que nos  trae y de lo que después se vuelve a llevar el mencionado río de la vida.

    Cuando se penetra un poco en el estudio del Espiritismo, en  seguida encontramos numerosos testimonios mediúmnicos que  nos aclaran y    nos describen como es esa “ otra orilla”, en medio de una lógica y         además este conocimiento es avalado por unas pruebas inapelables de  que nos muestran que, en efecto, sigue la vida después de la muerte del cuerpo, sabemos  lo que hay tras el “Velo de Isis” de este mundo  en el que nos   creemos vivos y además los únicos seres vivos que existen en  medio del universo infinito.  Por eso creo que es tan importante seguir avanzando en el estudio  y el aprendizaje del  conocimiento espiritual     libre de dogmas, prejuicios y preconceptos religiosos. Para las religiones las cuestiones del "más allá" solamente son creencias que hay que        admitir por la   fe impuesta. Para los estudiosos y adeptos de la doctrina espírita, este conocimiento es razonado y razonable, y supone cuando   se adquiere,darnos una seguridad, una serenidad y una  capacidad de   aceptación ante hechos humanos como los aquí relatados, que la gente no termina de comprender y si acaso los achaca al escudo autoprotector ante el dolor  con el que, dicen, que  los espíritas nos defendemos de   los golpes que da la vida.  La cuestión es que el conocimiento espiritual  nos proporciona   una paz y un equilibrio interior, que a veces podemos  transmitir a los demás, aliviando así , al menos en parte, esos cuadros  de  dolor humano que se originan ante la pérdida de seres queridos.
Jose Luis-


... La depresión es alimentada debido a heridas no curadas... - Penelope Sweet

( Ver elblog  elespiritadealbacete.blogspot.com )

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