Richard Simonetti ( autor) |
1–¿Existe un tiempo determinado para reencarnar? El estado de la erraticidad, como denominaba Allan Kardec (el Codificador del Espiritismo) a la vida espiritual, es variable. Podemos permanecer un año o un milenio. Depende de nuestras necesidades y opciones. 2-¿Dónde estamos más tiempo, en la Tierra o en el Más Allá? Tendemos a permanecer más tiempo en el mundo espiritual, incluso por una cuestión de disponibilidad reencarnatoria. No están equivocados los compañeros que hablan de la necesidad de valorar la experiencia humana, considerando que en el Más Allá hay filas aguardando la inmersión en la carne. 3–¿No sería una pérdida de tiempo estar tanto tiempo en la erraticidad? La evolución no está subordinada exclusivamente a la vida física. Ocurre en los dos planos. El Espíritu evoluciona también en el continente espiritual, donde está nuestro hogar. 4–¿Qué otro criterio, además de la disponibilidad reencarnatoria, define la duración de la permanencia en el plano espiritual? Las necesidades del Espíritu. Alguien con graves compromisos espirituales, en virtud de sus desatinos, necesitará regresar a la carne en un tiempo breve, conforme ya comentamos. Un misionero, que acostumbra venir a la Tierra para ejecutar las sagradas tareas en favor del bien común, podrá permanecer siglos en la espiritualidad. 5–¿Se permanece más tiempo en el mundo espiritual? La tendencia es esa, considerándose no sólo la disponibilidad reencarnatoria, sino también el hecho de que la experiencia humana funciona como un grado escolar. El tiempo que el alumno pasa en la escuela es menor que aquel que ocupa con otras actividades. 6–¿El regreso a la carne es decidido por el propio interesado? Depende de su nivel evolutivo. Espíritus más maduros, conscientes de sus responsabilidades, planifican la época de su regreso. Espíritus inmaduros son orientados y conducidos por mentores espirituales. 7–¿Y si el Espíritu se rehúsa a reencarnar? Habiendo necesidad apremiante, sus mentores providenciarán la reencarnación forzosa. 8–Al ser obligado a reencarnar, ¿será natural que el Espíritu se rebele, que no asuma sus responsabilidades? Probablemente, al igual que el sentenciado que no se conforma con la prisión a la que fue confinado. Pero, así como la penitenciaría busca detener el comportamiento criminal, la reencarnación forzosa destruye las imperfecciones más groseras del Espíritu que va a reencarnar. Entre «llanto y crujir de dientes», según la expresión evangélica, «él madurará». Extraído del libro«Reencarnación, todo lo que necesitas saber» Por Richard Simonetti (Visitar el blog elespiritadealbacete.blogspot.com) |
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