Hacer el bien sin ostentación, es un gran mérito; ocultar la mano que da, es aún más meritorio; es señal incontestable de una gran superioridad moral, porque para ver las cosas desde más alto de lo que se ven vulgarmente, es preciso hacer abstracción de la vida presente e identificarse con la vida futura; en una palabra,es menester colocarse sobre la Humanidad para renunciar a la satisfacción que proporciona el testimonio de los hombres y esperar la aprobación de Dios. El que aprecia más la aprobación de los hombres que la de Dios, prueba que tiene más fe en los hombres que en Dios, y que la vida presente es más, para él, que la vida futura; o que ni siquiera cree en la vida futura; si dice lo contrario,obra como si no creyese en lo que dice.
martes, 3 de mayo de 2011
Hacer el bien sin ostentación
Hacer el bien sin ostentación, es un gran mérito; ocultar la mano que da, es aún más meritorio; es señal incontestable de una gran superioridad moral, porque para ver las cosas desde más alto de lo que se ven vulgarmente, es preciso hacer abstracción de la vida presente e identificarse con la vida futura; en una palabra,es menester colocarse sobre la Humanidad para renunciar a la satisfacción que proporciona el testimonio de los hombres y esperar la aprobación de Dios. El que aprecia más la aprobación de los hombres que la de Dios, prueba que tiene más fe en los hombres que en Dios, y que la vida presente es más, para él, que la vida futura; o que ni siquiera cree en la vida futura; si dice lo contrario,obra como si no creyese en lo que dice.
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