miércoles, 10 de noviembre de 2010

Visión espírita de la homosexualidad

Jorge Hessen
Las múltiples experiencias humanas por la reencarnación y los repetidos contactos con ambos sexos proporcionan al espíritu las tendencias sexuales en la feminidad o masculinidad y este reencarna en ambas polaridades y se siente, a veces contrariado a los impositivos de la anatomía genital y al de la educación sexual que acoge en su habiente cultural. En consonancia con esas experiencias tenderá para cualquiera de las dos opciones y actuará no siempre con su aspiración interior, que podrá ser inversa a la que determina el medio sociocultural.

Emmanuel enseña en la obra “Vida y Sexo” que el “Espíritu pasa por una fila inmensa de reencarnaciones, en la posición de feminidad  y en la condición de masculinidad, lo que sedimenta el fenómeno de la bisexualidad, más o menos pronunciado, en casi todas las criaturas. “ (1) Tal vez ocurran factores educacionales que puedan contribuir para despertar en los individuos las tendencias sepultadas en las profundidades de su inconsciente espiritual. Y aunque desempeñe papeles de acuerdo con su anatomía genital, y que su psiquismo se constituya de acuerdo con su opción sexual, podrá ocurrir que se despierte con deseos de tener experiencias con personas del mismo sexo.


Sobre esa perspectiva al mismo tiempo hay también estudiosos que aseguran de la no interferencia educacional para cualquiera de las homosexualidades (2), de acuerdo con el consenso de los estudios psicológicos actuales, sustentan que el círculo alrededor de todo el proceso educacional es etéreo.


Se afirma, aun, que el homosexual, cuando desempeña papel heterosexual es siempre en función de conflictos provocados por el medio social, en el que no alcanza realización y habitualmente recurre a fantasías homosexuales para alcanzar efectos heterosexuales. Cuando hay realización tanto hominal como heterosexual, entonces ahí estaremos ante la bisexualidad manifestada.


Aunque pese el apuntamiento de la Psicología para la positivismo de la identidad bisexual, puede ocurrir (no necesariamente, que en la realidad la persona sea un homosexual intentando una vivencia doble en función de algún factor de conflicto) Tal cosa le podrá martirizar la conciencia caracterizando, por ese motivo, un trastorno psíquico emocional, aunque los trastornos nunca serán en función de la homosexualidad en si misma,  si lo serán  por la acción de los preconceptos sufridos por el individuo.


La convivencia del espíritu con el sexo opuesto al que adoptó en cada encarnación,  como en aquellas en que ejerció su opción sexual, irán a plasmar en su psiquismo las tendencias típicas de cada polaridad. Sabemos que existen también estudiosos sinceros explicando que la expresión "opción sexual " está abandonada por la Psicología, desde que  es siempre una tendencia manifestada;  de esta forma el medio que los rodea en nada colabora para la existencia de la opción. Se afirma, incluso que admitir la opción de la homosexualidad supondría  admitir un enorme masoquismo  ante  toda la adversidad que rodea al individuo en relación a la homosexualidad.


Explica Emmanuel: “La homosexualidad, también hoy llamada transexualidad, en algunos círculos de  la ciencia,  se define en el conjunto de sus características como la  tendencia de la criatura para la comunión afectiva con otra criatura del mismo sexo, y  no encuentra explicación fundamental en los estudios psicológicos que tratan del asunto con bases materialistas, pero es perfectamente comprensible, a la luz de la reencarnación. “(3)


En la cuestión 202 de  El Libro de los Espíritus, Allan Kardec pregunta a los Espíritus: ¿Cuándo es errante, que prefiere el Espíritu: encarnar en el cuerpo de un hombre o en el de una mujer?”.-  “Eso poco le importa”, respondieron los Benefactores ; “Lo que los guía en la elección son las pruebas por las que tenga que pasar” (4), esclarecieron los Espíritus.


La genética ha intentado encontrar genes que explicaran la homosexualidad como un desvió del comportamiento sexual. La psiquiatría intentó encontrar células cerebrales que pudieran influenciar en el comportamiento sexual.   Algunos sexólogos, explican que es una preferencia sexual (recordando aquí que oficialmente la expresión opción fue abolida).  Pero la sed real del sexo no se halla  en el vehiculo físico, sino en la estructura compleja del espíritu. Es por ese prisma que debemos encarar las cuestiones relacionadas con el sexo. “La colectividad humana aprenderá, gradualmente, a comprender que los conceptos de normalidad y de anormalidad dejan mucho que desear cuando se trata simplemente de señales morfológicas.


No podemos confundir homosexualidad con desvió de carácter,  porque los deslices secuaces de cualquier tendencia tengan  diversas procedencias. Sus raíces, genéricas pueden venir de profundidades íntimas insondables. “La propia filigénesis (6) del sexo, que comienza aparentemente en el reino mineral, pasando por el vegetal y animal, para después llegar al hombre, presenta enorme variación  de formas, inclusive la autogénesis [generación espontánea] de los virus y de las células y la bisexualidad de los hermafroditas” (7), lo que para algunos investigadores  justificaría el aparecimiento de lo que serían  desvíos  sexuales congénitos. Especialistas dicen también que actualmente, el concepto de desvió cambio mucho, y un homosexual que se esfuerce  en adoptar  la heterosexualidad seria tenido como un desvio.


Con la liberación sexual y la ascensión de lo femenino en la sociedad contemporánea, la tolerancia al homosexualismo aumentó, permitiendo que una gran cantidad de personas que vivian en el anonimato se expresase naturalmente, gracias a la lucha de los homosexuales por sus derechos en todo el mundo, inclusive forzando al cambio de legislaciones. Chico Xavier explica de forma clara, lo siguiente: “No veo personalmente cualquier motivo para la critica destructiva y los sarcasmos incomprensibles para con nuestros hermanos y hermanas portadores de tendencias homosexuales, a nuestro ver, claramente iguales las tendencias heterosexuales que señalan la mayoría de las criaturas humanas. En mis nociones de dignidad del espíritu, no consigo entender porque razón ese o aquel preconcepto social impediría a cierto -número de personas el  trabajar y  ser útiles a la vida comunitaria, únicamente por el hecho de haber traído de la infancia características psicológicas y fisiológicas diferentes de la mayoría. (…) Nunca vi madres y padres, conscientes de la elevada misión que la Divina Providencia les delega, despreciar a un hijo porque haya nacido ciego o mutilado. ¿Seria humana y justa nuestra conducta con padrones de menosprecio y desconsideración, ante nuestros hermanos que nacen con dificultades psicológicas? “ (8) Creo  que es  importante recordar aquí que las dificultades psicológicas son provenientes de conflictos por el preconcepto. Vencido el preconcepto  por el propio individuo, cesa el conflicto psicológico. Está claro que seria pedir de más que Chico fuese a eso en sus declaraciones,  porque por aquella época de la entrevista, de la forma como él contestó,  ya fue una actitud de mucha autenticidad y coraje ante la verdad.


La Doctrina Espirita es libertadora por excelencia. Ella no tiene el carácter tacaño de imponer sus postulados a las criaturas, tornándolas infelices y deprimidas. La energía sexual pide equilibrio en el uso pero  no abuso ni represión.  La Doctrina Espirita no condena la homosexualidad; contrariamente  nos recomienda el respeto y  la fraternal comprensión para con los que tienen preferencias homo afectivas.  Muchas veces,  hasta puede  ser alguien tentado por el llamado permisivo que estalla de las aguas toxicas del exacerbado erotismo, sumado a los diversas incentivos pseudos científicos de la depravación, que pueden estar desestructurando su sincero proyecto de edificación moral, a través de una conducta sexual equilibrada.(9) Por eso mismo, no puede ser discriminado, ni rechazado, pues, el mensaje de Jesús es el de “amar al prójimo como a si mismo. “


Como ya vimos con Emmanuel en el inicio de esta exposición, no hay masculinidad plena, ni plena feminidad en la Tierra. Tanto la mujer tiene algo de viril, como el hombre de femenino. Antiguamente, la educación muy rígida y represiva contribuía para encuadrar al individuo homosexual de acuerdo con la expectativa social en desarrollo, contrariando sus tendencias espontáneas.


Asumir la homosexualidad no significa sumergirnos en un universo de actitudes extremadas y desafiantes ante el grupo de relaciones familiares o profesionales, “ sino  hacer un profundo ejercicio de auto aceptación, serenarse por dentro, a fin de poder reconocer ante si mismo y ante todo su círculo de amigos y parientes que vives una situación de desafió. El verdadero desafio es la construcción interna para orientar saludablemente y equilibradamente los deseos que comandan la vida de las criaturas.” (11)


Emmanuel enfatiza que: “El mundo ve, en la actualidad, en todos los países, extensas comunidades de hermanos con experiencias de esa especie. [Homosexual], sumando millones de hombres y mujeres, solicitando atención a ese respecto, con motivo de igualdad debidos a las criaturas heterosexuales. “(12) La homosexualidad no debe, pues, ser clasificada como una psicopatía u comportamiento merecedor de discriminación o medidas represivas. El homosexual, especialmente o transexual, merece nuestra comprensión y ayuda, para que pueda vencer en su lucha de adaptación a la identidad de ahora o de su nuevo sexo adquirido con el renacimiento.


Otra cuestión extremadamente controvertida, para  muchos cristianos, es la posibilidad de la unión estable [casamiento] entre dos personas del mismo sexo. Ante la miopía preconceptuosa de los falsos puritanismos religiosos de la indiscutible mayoría de cristianos supuestamente “puros”, eso es una blasfemia. Esto lo torna bastante complejo, y no osaremos opinar con la palabra definitiva. [Estamos abiertos a las discusiones] Sin embargo, después de reflexionar bastante sobre el asunto y, sobre todo, teniendo como aliciente las opiniones de Chico Xavier, entendemos que la unión estable [casamiento] entre homosexuales puede ser legitima,  porque cada uno debe saber  por si mismo lo que es mejor para su propia felicidad.


Solo conseguiremos entender mejor la cuestión homosexual después de que nos liberemos de los preconceptos que nos acompañan hace muchos milenios. Nos arriesgaríamos a afirmar que la legalización del casamiento entre dos personas del mismo sexo es un avance de la sociedad, que está reglamentando lo que de hecho ya existe.


Tanto el homosexual como el heterosexual deben buscar su reforma interior, no cediendo a los arrastramientos provocados por los impulsos instintivos y sensuales. Recordemos que lo que es ilícito al heterosexual, también lo es para el homosexual. Ambos precisan “distinguir en el sexo la sede de energías superiores que el creador concede a la criatura para equilibrarle las actividades, sintiéndose en el deber de resguardarlas contra los desvíos susceptibles de corromperlas. El sexo es una fuente de bendiciones renovadoras del cuerpo y del alma” (13)


Es menester, por tanto, reconocer que al ser identificadas las inclinaciones homosexuales de las personas en esa dimensión de experiencia es imperativo ofrecerles el amparo educativo pertinente, en las mismas condiciones que se administra instrucción a la mayoría heterosexual de la sociedad.


 Creo, en fin, que estas ideas podrian  llevar, a cuantos las leyeran, a meditar, en definitiva, sobre el asunto, recordando que la homosexualidad es trascendente en si misma a la simple cuestión de la permuta sexual.




Jorge Hessen

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