miércoles, 24 de noviembre de 2010

Epilepsia y Espiritismo

La epilepsia es tan antigua como el hombre. Se sabe legislación al respecto de pacientes epilépticos en el código de Hammurabi y en la antigua Grecia se le llamaba “la dolencia sagrada”, pues debido a la característica súbita e inesperada del fenómeno se aseguraba que los dioses o demonios poseían el cuerpo del enfermo.


“Del griego deriva el termino epilepsia que significa “ser tomado desde encima”. Hipócrates, padre de la Medicina escribió “A respecto de la dolencia sagrada”, y cuatro siglos antes de nuestra era dijo que no era más sagrada de lo que cualquier otra y que tenia su asiento en el cerebro. En Roma se le llamó a “dolencia comicial”, pues el hecho de que algunos de los asistentes presentasen una convulsión era una señal para suspender las elecciones”.

Portadores de epilepsia sufrían con el estigma, el preconcepto, la vergüenza y el miedo a lo desconocido. La epilepsia es una dolencia cerebral caracterizada por convulsiones, que van desde las casi imperceptibles hasta aquellas graves y frecuentes. La Organización Mundial de la Salud estima que cerca de 50 millones de personas en el mundo son portadores de epilepsia, siendo que de estas, 40 millones están en países subdesarrollados. A pesar de ese escenario alarmante, la organización afirma que el 70% de nuevos casos diagnosticados pueden ser tratados con suceso, desde que la medicación sea usada de forma correcta.

El tratamiento preferencial para la epilepsia es el medicamentoso. El uso de drogas anticonvulsivas es eficaz en el 70% al 80% de los casos. Para los pacientes con epilepsia refractaria a las drogas anticonvulsivas (20% a ·0% de los casos) el tratamiento indicado es el quirúrgico. Dependiendo del tipo de epilepsia, la cirugía puede ser bien sucedida en hasta el 80% de esos pacientes. La cirugía se desenvolvió, principalmente, a partir de los años 80 con el avance de la tecnología en los exámenes de imágenes. La resonancia magnetiza estructural y la funcional (SPECT), más allá del funcionamiento del monitor en video, permiten hacer un diagnostico exacto del foco epiléptico. Sin embargo, a pesar de la tecnología medica actual.”Es como tirar del oscuro y esperar que el claro sea acertado”. Es así como el neurologista Ley Sander profesor del Departamento de Epilepsia Clínica y experimental de la Universidad Colegio Londres define el tratamiento de la epilepsia.

“En todos los países, la epilepsia representa un problema importante de salud pública, no solamente por su elevada incidencia, más también por la repercusión de la enfermedad, el transcurso de sus crisis, más allá del sufrimiento de los propios pacientes debido a las restricciones sociales que la gran mayoría de las veces son injustificadas”, afirma la neurologista Jesús Gomez Placencia, MD, PhD, Profesor titular, Dep., de Neurociencias de la Universidad de Guadalajara, en México.

Fue Hipócrates (en torno de 460-375 a C) tal vez influenciado por Atreya padre de la medicina Hindú (y que vivió 500 años antes) que paso a afirmar que la epilepsia no tenia un origen divino, sagrado o demoníaco, más que el cerebro era responsable por esa dolencia. Y apenas muchos años después, Galeno (129 – en torno de 200 dC) hizo la primera clasificación de las diferentes formas de la dolencia. A pesar de las afirmaciones de Hipócrates y Galeno, las creencias en torno a la epilepsia como posesión, maldición o castigo perduraron por mucho tiempo.

La epilepsia, bajo la ética del Espiritismo, es una dolencia neurológica, como cualquier otra dolencia que puede alterar el organismo humano, por eso mismo debe ser tratada con los especialitas de la medicina terrena. A propósito, algunos estudiantes del Instituto Politécnico de México (IPN) crearon un dispositivo que disminuyo los ataques de epilepsia, conforme informa el instituto de Ciudad de México. “Con el objetivo de contribuir para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren la epilepsia, los estudiantes crearon el Saceryd, que reduce la frecuencia e intensidad de las crisis por medio de los estímulos eléctricos”. En los Estados Unidos, ya existe semejante aparejo.

No hay duda que la terapéutica espirita podría ayudar en la recuperación del equilibrio físico del enfermo, si fuera suministrada adecuadamente, sin nunca dispensar la asistencia medica. Sin embargo, muchas personas confunden las crisis epilépticas con síntomas obsesivos o mediúmnidad a ser desenvuelta, lo que es un grave error. Aun hoy, en pleno siglo 29 XXI- a despecho de todas proezas de la medicina- muchos centros espiritas e iglesias de varios credos, sobre todo en Brasil, lidian con la epilepsia – como si esta fuese originada por “incorporaciones de espíritus muertos”, por “posesiones de demonio” etc.… Hasta bien poco tiempo atrás, en todo el mundo, los ataques epilépticos, las convulsiones cerebrales, el histerismo, las dolencias en general, eran tratadas casi exclusivamente con “pases magnéticos” o “exorcismo”, muchas veces violentísimos y deshumanos.

La epilepsia no es obsesión, sin embargo, esta a veces, se presenta con los síntomas de la epilepsia, y el epiléptico puede ser portador de un proceso obsesivo. De hay la confusión que muchas veces es hecha entre una y otra. El concepto que existe en el medio espirita de que los epilépticos son mediums que deberían desenvolver sus mediúmnidad es completamente equivocado.

Esa patología muy raramente ocurre por meras alteraciones en el encéfalo, como son las que proceden de patadas en la cabeza generalmente, es enfermedad del alma, independiente del cuerpo físico, que apenas registra, en ese caso, las acciones reflejas. Pues la epilepsia tiene ligación con problemas espirituales. El recuerdo de esa o de aquella falta grave que queda enraizada en el Espíritu sin que aya tenido oportunidad de desahogo o corregimiento, crea en la mente un estado patológico que se clasifica de zona de remordimiento, provocando distonias diversas de una encarnación para otra.

El cuerpo procede del cuerpo, sin embargo hay una influencia enorme de la conciencia del reencarnado modelando su propio cuerpo, influenciando los genes de la hereditariedad con el disturbio ligado a la causa progresa en el aprovechamiento de la Ley de Dios para que el Espíritu no escape a su destino doloroso, más intransferible y necesario. En el libro “Misioneros de la Luz” Cáp., 12 Andre Luiz nos narra innumerables experiencias en cuyo Espíritu reencarnante pide que sean alteradas ciertas condiciones físicas para que pueda vencer sus prueba redentoras.

La epilepsia es una dolencia neurológica y posee matrices cerebrales para que ella ocurra.

No en tanto, muchos factores pueden provocar esas alteraciones cerebrales y, de entre ellos, hay la causa espiritual. La gran contribución del Espiritismo en esa área es apuntar causas espirituales directas o indirectas. En el libro de la Génesis, en el Capitulo XIV, Allan Kardec enseña que una obsesión intensa (fuerte interdependencia entre el obsesor y el obsesado) y prolongada puede generar lesiones orgánicas a través de los fluidos espirituales “viciados”: “Tales fluidos actúan sobre el periespíritu, y este, a su vez, actúa sobre los organismos material con el cual está en contacto molecular. (…) si los fluidos malos fueran permanentes y enérgicos, podrían determinar desordenes físicos: ciertas molestias no tienen otra causa sino esta. El Maestro de Lyón reconoce en el Libro de los espíritus, cuestiones 481-483, que una influencia espiritual obsesiva puede causar una neurolesión epiléptica y propone que el método desobsesivo puede llevar a la cura al paciente.

La epilepsia posee muchas relaciones con mecanismos naturales de las pruebas y expiaciones, en el contexto de las causas actuales y anteriores de nuestras aflicciones. Así, a pesar de la epilepsia tener una causa orgánica, la influencia espiritual para que ella acontezca no puede ser ignorada. Según narra Andre Luiz en un caso en el cual durante “una convulsión epiléptica el obsesor ligándose a Pedro, se siguió convulsión generalizada tónico clónica, con relajamiento de esfínteres. El mentor Aulus afirma ser posesión completa o epilepsia esencial y analiza que, en el sector físico, Pedro, está inconsciente, no tendrá recuerdo de lo ocurrido, más está atento en espíritu, archivando lo ocurrido y enriqueciéndose.

En la secuencia del hecho, después de la oración y el pase ocurre

el desligamiento del desencarnado, termina la convulsión y Pedro entra en sueño profundo. “Con la terapia desobsesiva exitosa será posible terminar con los ataques de “posesión” más Pedro sufrirá los reflejos del desequilibrio en que se envolvió, para expresarse en los fenómenos más leves de la epilepsia secundaria que emergerán por algún tiempo, ante recordaciones más fuertes de la lucha actual hasta el reajuste integral del periespíritu (reflejo condicionado)

Ese caso demuestra que a pesar de tratarse de obsesión, no ocurrió la manifestación del obsesor después de la convulsión, ciertamente debido al pase aplicado durante la convulsión, que produjo el desligamiento del espíritu desencarnado. Se infiere pues, ante la presente exposición, que los cuadros de epilepsia pueden ser provocados por obsesión también, tanto como existen casos sin la acción de los desencarnados y casos mixtos.

Independientemente del caso, con o sin envolvimiento obsesivo, hay necesidad de uso de medicación de la medicina academiza, considerándose obvio que la terapia desobsesiva es altamente eficaz, debiendo ser usada como preconiza la obra Kardeciana.



Jorge Hessen.





Traducción realizada por (Merchita)

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