sábado, 27 de noviembre de 2010

Posiciones mediúmnicas



Podemos hablar del comportamiento del médium, donde múltiples elementos deberán ser tenidos en cuenta: la educación, el carácter, el tipo psicológico, el medio ambiente del trabajo, el orientador y el de mayor importancia que es el conocimiento de la Doctrina Espírita.

Delante de estos hechos, con innumerables parámetros, podremos evaluar la influencia sobre el desenvolvimiento del fenómeno mediúmnico que, siendo educado, presentará posibilidades cualquiera sea el camino seguido. Quien ya trae consigo la sensibilidad mediúmnica, con variaciones y matices de acuerdo con el biotipo psicológico y ampliadas en los ejercicios sustentados en bases morales guiadas con orden y armonía, es claro que irá presentando, día a día, una autentica conquista constructiva. De un simple vagido de mediumnismo, en la especie humana, se puede alcanzar, por el trabajo adecuado, el mediumnato; mediumnato que traduce felicidad por el deber cumplido. En toda estructura de los procesos mediúmnicos, la ética de una moral sana asegura los cimientos de adquisiciones para el Espíritu, representando, también, proposiciones liberadoras en todas las latitudes y principalmente, en los casos de mediumnidad de prueba.

Sin sombra de duda se concluye que la fenomenología mediúmnica, con su característica de espontaneidad, se refleja siempre por su propio impulso; esto es, la mediumnidad existe desde el inicio, en grados específicos de cada ser. Cabe al médium mejorar con ejercicios adecuados, educación, flexibilidad en la fraternidad y tantos otros factores positivos de la vida, la estructuració n del mecanismo. Es como si la mediumnidad, para desarrollarse en condignas condiciones, necesitase del bien como combustible ideal.

Toda la estructuración del fenómeno mediúmnico, en síntesis, se realiza en la zona periespiritual, zona en la que el mensaje del Espíritu comunicante, encuentra connotaciones vibratorias con el receptor o médium. Éste, después del proceso de elaboración en los desconocidos parajes del inconsciente (o zona espiritual) transfiere, sin conocimiento del mecanismo, para la zona consciente, el tenor de la comunicación o el mensaje, que será revelado de acuerdo con sus propias condiciones psicológicas.

Podemos decir que, por más seguro, ajustado y preciso que sea un mensaje, existirá siempre el “colorido” del médium. La máquina mediúmnica, aún sin modificar el tenor del mensaje, muestra la “impresión” metabolizada en su estructura Psicológica. De ahí, la predilección para este o aquel médium que mejor pueda traducir el componente intelectivo- emocional de los variados comunicantes.

Cualquiera sea la variedad de mediumnidad que el sensitivo revele, deberá ser siempre estructurada en el trabajo fraterno y en el ajuste de propósitos evolutivos, a fin de que el camino pueda ser recorrido manteniendo el objetivo y la finalidad.

Nadie podrá alcanzar los grados mayores e ideales de la vida, sin vivenciar los grados inferiores que le sirvieron de base y cimiento. Es en el trabajo condigno de todos los días, reservado a cada ser, que conseguiremos iluminar nuestros caminos y percibir mejor los horizontes excelsos que nos aguardan.

Dr. Jorge Andréa dos Santos. De “Enfoques Científicos en la  Doctrina Espírita”.


Tomado de la revista “La Idea”Número 614.

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