ANALIZANDO EL MAL
Si tenemos en cuenta que en el Universo no hay más que una única fuente creadora de energía, la Fuente Divina o Dios, y que de esa fuente fluye constantemente la Energía Dios- Amor, Vida, Ley, Orden, Unión, Sentimiento, Inteligencia, Sabiduría, Armonía, Equilibrio, Fuerza,- podremos deducir y afirmar que el mal no ha salido de la Fuente Divina y, por lo tanto, no ha sido creado, no tiene entidad propia, no tiene existencia individualizada. Solo “es” y tiene existencia eterna aquello que ha salido del Seno divino, aquello que ha sido creado por el Designio Divino. El Mal no está en la esencia de Amor Divino, por tanto el mal, no ”es”.
Sin embargo todos diremos que el mal existe porque lo estamos viendo cada día, que el mundo está lleno de mal, que continuamente se realizan actos malos, criminales y perversos, que el mal tiene más potencia que el bien en nuestro planeta, que el mal alcanza formas muy estudiadas a través de los rituales mágicos.
La historia humana nos enseña que el hombre se ha sentido siempre influenciado por el “mal” y algunas veces, hasta dominado por “entidades del mal”, por “fuerzas del mal”. La idea de que el mal era una entidad real condujo al hombre a darle una categoría superior, a considerarlo como una forma de la divinidad, como una entidad que tenía fuerza y poder por encima de la capacidad humana, y por ello lo deificó. En todas las culturas se crearon dioses del mal, malignos, que necesitaban sacrificios y adoraciones para aplacarlos y conseguir que su fuerza negativa no alcanzara al hombre.
El grado de valoración que el Ser humano ha dado al “mal” ha sido alto y continúa perdurando hasta nuestros días. Actualmente podemos ver como todas las religiones nos hablan del “castigo de Dios”, de “las penas eternas del infierno”, de “la condenación eterna”, de “la maldición divina” y de imágenes que nos muestran a Dios irritado, enfadado, castigador, cruel, despiadado, en una palabra: “malo”.
Se ha dicho al hombre que debe ser “temeroso de Dios”, que debe tener “temor de Dios”, aunque lo suavicen al decir que es el “santo temor de Dios”. Y es que en la conciencia humana se ha formado a través de los tiempos, una imagen incorrecta de Dios, más parecida a una condición humana que a una condición divina, y por ello no se ha comprendido la realidad divina ni se ha entendido el significado de los atributos de Perfectibilidad y de Inmutabilidad, así como tampoco se ha comprendido la verdadera realidad de la Creación ni de las Leyes Divinas que la rigen y que determinan como deben ser los diferentes componentes que configuran todo lo creado y qué caminos deben seguir. Estos desconocimientos son los que han propiciado que la mente humana creara y formara las imágenes de las entidades malignas como el Demonio, Satanás, Lucifer y todos los demonios a los que se les ha situado y concedido una fuerza maligna opositora a Dios, como si Dios estuviera en un plano de igualdad o nada pudiera hacer ante sus opositores.
Aún se admite como “Libro Sagrado” que contiene la “palabra de Dios” el conjunto de libros del Antiguo Testamento que componen la primera parte de la Biblia. Se admite y se acepta al pie de la letra, todo lo que se dice en dichos libros, porque “ha sido dicho por Dios”, sin pensar ni razonar si lo que se dice que él dijo es armónico con su Esencia de Amor y coincidente con sus Leyes. Esta aceptación generalizada es la que nos tiene que hacer pensar y caer en la cuenta, de la enorme influencia y del gran arraigo que la idea del “mal” ha conseguido tener en nuestros Espíritus, ya que no es más que el concepto del “mal” que tiene predominio en nuestros pensamientos, el que nos hace admitir como correcto y “verdadero”, el hecho de que Jehová o Dios, ordene a los israelitas que aniquilen a los pueblos vecinos porque no siguen sus leyes y porque el “pueblo escogido” es el que debe tener la “tierra prometida”.
Con la aceptación del mal como algo connatural en la Creación, se forma en el Ser humano un estado de disposición interna que le conducirá a admitir fácilmente la “división” entre Seres creados y aceptará, como si fuese una realidad eterna, la existencia de Seres buenos y malos, de ángeles “caídos” y de “Espíritus puros”, de “Espíritus del Señor” y de “Espíritus de las Tinieblas”. Al creerlo como verdadero y elevarlo a la categoría de “auto de fe” por los dignatarios de las iglesias, les proporciona una base desde la cual nos hablarán de la existencia real del demonio y de la lucha que debe mantenerse en contra de él. Se le da tanto valor y capacidad al poder del “mal”, al demonio, que deben prepararse verdaderos especialistas para luchar contra él, capaces de exhorcitar al demonio cuando dicen que ha tomado posesión de un cuerpo humano.
El mal es una constante en el Ser humano desde sus primeras encarnaciones hasta la actual Era evolutiva. Nuestros Espíritus han creído y creen aún, en la identidad del mal, en la personificación del mal, en las altas potestades del mal, en los ángeles malos.
Si hemos dicho que el mal no ha sido creado, que no existe como tal, y por otro lado apreciamos como la mente humana lo admite como verdadero, entonces deberemos preguntarnos: ¿ qué es el mal? ,¿cómo se forma y aparece?. Para dar respuesta a estas preguntas analicemos si pudiera ser que el “demonio”, figura alegórica del Espíritu del mal, se encontrase donde quiera que haya espíritus encarnados en la materia.
Lo primero que se desprende de esta reflexión, es que el demonio es, en efecto, una figura alegórica y no una realidad, y que el Espíritu del mal lo encontramos donde haya espíritus encarnados en la materia, y no en otro lugar. El razonar y el buscar el por qué el Espíritu del mal se encuentra solamente en donde haya espíritus encarnados en la materia, nos conducirá a dar respuesta a las preguntas anteriores y nos aclarará lo que podemos entender como “Espíritus del mal”. Esto nos será necesario para poder comprender las razones en las que se basan los Seres de Luz para programar muchas encarnaciones y determinar las pruebas concretas que deben figurar y contenerse en la encarnación.
Será importante que entendamos con claridad qué es y qué debemos entender por Espíritu del mal, porque nos ayudará a conocer como actúa y por qué actúa de la forma como lo hace, aunque sepamos que toda la acción esté sujeta y controlada por Entidades Superiores, responsables de mantener el Orden Cósmico, que son las que determinarán el grado de influencia que pueden producir los Espíritus del mal con sus acciones y, también adónde pueden producirla y adónde no.
El conocimiento de cómo tiene lugar el movimiento de la energía negativa por parte de las personas que se mueven en vibraciones bajas o malas, nos permitirá eliminar la confusión y la ignorancia que existe en relación al “al” como elemento de acción entre los Seres. Sabremos qué posibilidades tiene una persona que esté vinculada al Espíritu del mal, de hacer llegar a otra persona sus malos pensamientos. De ese modo podremos borrar los miedos y los temores que crea la ignorancia sobre lo que es la “magia negra”, el “mal de ojo”, el “Trabajo maligno”, o cualquier otra imagen que la mente humana haya formado sobre la acción de la energía del mal. Podremos saber cuáles son las condiciones que deben darse para que nos pueda afectar un pensamiento, un sentimiento, un deseo o una acción, que una persona puede dirigir hacia nosotros. Lo que tantas veces se oye decir: “me están haciendo mal”, “me están haciendo un trabajo”, “me han hecho vudú”, para saber en qué medida es posible que tenga lugar y nos afecte, se requiere un conocimiento lo más exacto posible de la Ley de Vibración Energética y de la Ley de Afinidad Vibratoria, ya que este conocimiento, de producirse el hecho, nos permitirá saber cómo podemos neutralizarlo o impedir que nos alcance.
Como hemos visto anteriormente, el mal es el efecto o la consecuencia de nuestras ignorancias, de nuestras actuaciones contrarias a la Ley Divina del Amor y a la Ley de Fraternidad. Sabemos que toda ignorancia deberá ser sustituida por el conocimiento conveniente que conduzca al Ser a tener la argumentación y las razones firmes que le permitirán no incurrir de nuevo en el error,. Y sabemos que los conocimientos se adquieren por medio de las pruebas y las situaciones diversas que obligatoriamente deberemos de pasar y vivir en una nueva encarnación, que habrá sido programada básicamente para que se alcance el objetivo de separarnos del “mal”.
Pero recordemos que las situaciones negativas aparecen y se inician con el ejercicio equivocado de la libertad del Ser. El Ser es libre de actuar si lo desea, puede moverse por el camino del mal, por el camino contrario al señalado por las Leyes Divinas.
Cualquier actitud negativa, como puede ser la formada por los celos, la envidia o el resentimiento, es generadora de fuerzas internas capaces de originar impulsos, en aquellos Seres que no tienen el conocimiento de las Leyes Divinas bien asimilado, que le llevarán a desear el mal a la persona que es el punto de origen de la actitud negativa. Si estas actitudes negativas producen un cierto efecto a la persona que las recibe, la persona que las emite puede sentir una sensación de poder, una sensación de estar por encima de la voluntad de sus semejantes y dar lugar a que, sintiéndose orgullosa de su poder, persista en su actuación maligna, produciendo mayores energías negativas, que reiteradamente dirigirá hacia los Seres que están en su entorno. En estas circunstancias, este Ser se habrá convertido en un Ser malo, dominado por la energía del mal que él mismo ha generado y que no le será posible escapar a su influencia y dominio, ya que esta actitud ha cerrado, por falta de afinidad vibratoria, toda posible comunicación con el Ser espiritual que es su protector y que es quien podría ayudarle a tomar el camino correcto, sino todo lo contrario, sus vibraciones le relacionan estrechamente con las entidades espirituales negativas que, por afinidad, le darán mayor fuerza a sus vibraciones bajas.
Cuando llega el momento de desencarnar para el Ser que reiteradamente ha generado energías negativas, produciendo formaciones energéticas densas, inevitablemente arrastrará consigo todo el campo vibratorio generado por él y este campo negativo continuará aislándole de la influencia de su protector por falta de afinidad vibratoria, y lo sumirá en la densidad vibratoria baja, oscura y negativa, que será apoyada por entidades afines a dichas energías. Se habrá convertido en un Espíritu del mal.
El Espíritu del mal sentirá satisfacción en poyar y alentar a los Espíritus encarnados que generan las vibraciones negativas de los defectos morales.
Establecidos los lazos de afinidad entre él y el Ser encarnado que emite vibraciones parecidas a las suyas, le potenciará sus energías negativas y si persiste mucho tiempo, la afinidad vibratoria entre ambos, llegará a dominarlo por completo y a obligarlo a que se mueva y actúe en la dirección del mal, cada vez con mayor intensidad. Se habrá establecido una relación de dependencia entre el Ser espiritual malo y los Seres encarnados malos. Pero esta afinidad vibratoria no se basará en la relación de amistad o de fraternidad porque, siendo Seres de vibración negativa, no pueden emitir ni sentir vibraciones positivas. La relación será siempre de dominio, de imposición, de sojuzgamiento, de desprecio e incluso de burla, por parte del Espíritu del mal sobre el Ser encarnado, el cual pasará a ser su instrumento en el campo físico.
Pero todo el movimiento citado, como sabemos, está controlado y registrado por las Leyes Divinas, cuyos ejecutores son los Seres espirituales guías y protectores, tanto del Ser espiritual malo como de los Seres encarnados malos.
Aunque a los Espíritus del mal les parezca que pueden hacer lo que les plazca y pueden ir allá donde les venga en gana, la realidad es que todos sus movimientos, todas sus acciones y todas sus emisiones de energía, están vigiladas y controladas por los Seres de Luz, con la colaboración de los guías espirituales y protectores.
( Art. Extractado de “La Encarnación y Desencarnación del Ser espiritual”, de la Colección Ciencia Cósmica).
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Sin el libre albedrio el hombre seria una maquina. La primera ley de las leyes de la Naturaleza es la Libertad. El hombre en la tierra no puede gozar de una libertad absoluta, ya que tanto los grandes como los pequeños, nos necesitamos unos de los otros.
La única forma que podemos contar de libertad, es estando solos en un desierto, pues desde el momento que se reúnen dos personas, tienen derechos que respetar, y por lo tanto no tienen libertad a absoluta.
El egoísmo y el orgullo neutralizan muchas veces nuestras opciones liberales desarrollando el despotismo. Siempre que ejerzamos una sujeción sobre alguien estaremos en contra de la ley de Dios. La esclavitud es un abuso de fuerza, que desaparece con el progreso, como todos los demás abusos que cometemos.
El que se aprovecho de la ley de la esclavitud es culpable por violar la ley natural, y mucho más lo es si sus conocimientos los ha desarrollado, e ilustrado con las luces del Cristianismo. Pues aunque los traten bien, con humanidad, y aun creyendo que si les dieran la libertad les expondría a mayores privaciones, no son por eso menos culpables, porque no los maltratan, pero no dejan de servirse de ellos como una mercancía , privándoles de pertenecerse y poder elegir por ellos mismos.
La vida en el mundo está llena de diferencias sociales y de la preservación por los bienes; olvidando el hombre que lo que tiene es solamente un préstamo de la misericordia de Dios, pues por Su voluntad los espíritus que animan el cuerpo de señores podrían estar ahora, en la carne de un negro humillado y explotado que solo recibe, a cambio de su sudor, nada más que una choza infectada y el látigo cruel.
Los caminos de los hombres son extraños e insondables. Cuando la criatura vive en un clima mental donde caben todas las virtudes y con el espíritu abierto al entendimiento de todas las situaciones, es la disposición idónea tanto en la tierra como en el plano espiritual para que su espíritu sirva bien.
El ser esclavo, no prohíbe a la criatura vivir en un clima mental superior; por el contrario, por la contingencia de la subalternidad, tiene mayores motivos para educar al espíritu en las líneas de la tolerancia y de la humildad, tiene mayores motivos para educar al espíritu en las líneas de la tolerancia y de la humildad, de la comprensión y del deber. Le basta no asilar al monstruo de la revuelta, ni entregarse a la hoguera de la envidia para que la existencia le sea sumamente provechosa. De la misma forma, privado de todos los recursos materiales y morales sabe, más fácilmente, entender las dificultades ajenas y no existe nadie tan pobre que no tenga algo de sí mismo para dar, sea una palabra de cariño, o un gesto de compasión.
Nunca debemos olvidar que el Sol baña y vivifica el lirio del campo, también atiende a las necesidades del pantano, y la misma vida de Dios que anima a los hombres, anima, también, a las serpientes más temidas.
El alma es esclava siempre de sus debilidades. Por eso no hay labor más eficaz para esto, que combatirlas hasta lograr hacerlas desaparecer.
Jesús dijo que el amor cubre la mayoría de los pecados; las pruebas están ahí a nuestro frente, y en las historias de nuestros compañeros. Cuando los hombres comprendamos eso, veremos que el pedido de Jesús , para que nos amasemos los unos a los otros, mucho más que un consejo religioso, es una ley a la que no podemos dar la espalda, ante la vida, para así ser felices.
- Merchita -
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POR LA MEDIUMNIDAD DE RAÚL TEIXEIRA
Queridos amigos, que el Señor nos deje Su paz.
Vivimos, desde siempre, bajo los intensos desafíos que la vivencia del Espiritismo nos impone en el mundo, lo que nos lleva a realizar inauditos esfuerzos para testimoniar amor a la causa que nos abrió espacio de trabajo y de emancipación espiritual.
Los trabajadores espíritas, por eso mismo, jamás deberán evadirse de ese reto, en la mayor parte de las veces asumido en la Patria Espiritual, a fin de desarrollar fidelidad con coraje en los trabajos felices del Consolador, recuperándose de antiguos procesos de omisión o de desafección, cuando fueron dejados al margen las enseñanzas luminosas del Señor.
Fundamental es que el espíritu siempre esté comprometido con las lecciones venturosas con que el Espiritismo nos señala el norte donde late el pensamiento divino de Jesús, el Cristo, en esa nueva etapa de nuestras disposiciones morales para conquistar el propio desarrollo.
El establecimiento de la convicción debe consolidarse, así, en los estudios espiritas profundos e iluminadores y el sentimientos fraternal debe firmarse en la práctica de la indulgencia y de la solidaridad productiva. Pero, es en la vivencia de la fraternidad siempre creciente que, verdaderamente, se apoya el amor, capaz de volvernos pequeños, aunque gloriosos servidores, lidiando bajo las orientaciones más expresivas de los directos presupuestos del Maestro Galileo.
Prosigan fuertes y dispuestos, mis hermanos, pensando y enseñando Espiritismo, demostrándolo, siempre que sea posible, a toda la gente, en todas partes. Sin embargo, jamás se olviden de que nuestro propósito mayor precisa ser la práctica vivencial del Espiritismo en su grandeza, tal como nos fue presentado por Allan Kardec.
Felinto Martins
Médium Raúl Teixeria el 12/11/2011, durante la reunión ordinaria del Consejo Federativo Nacional de la FEB, en Brasilia DF. Publicada en la Revista Espirita Reformador. Enero del 2012. Traducido Jacob.
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DEL MÁS ALLÁ
Las fobias, manías y temores irracionales, ¿ Pueden deberse a traumas sufridos en una vida anterior?.
“La mayoría de los problemas que yo encuentro tienen su fuente en muertes de una vida anterior.”
- Dr. Morris Netherton -
En
efecto, las fobias psíquicas de cualquier clase, como las
experimentadas ante animales, o por las alturas, los espacios
cerrados, el agua, el fuego, etc, pueden ser indicios de sucesos
vividos con anterioridad, en algún momento de nuestras existencias
pasadas, que impresionaron y traumatizaron el psiquísmo hasta el
punto de que estos traumas los lleva consigo el Ser hasta otras
existencias posteriores ; a veces cuando logra identificarlos
conscientemente termina por superarlos .
Asimismo, los sueños y fobias de carácter repetitivo,
en general también suelen ser manifestaciones de las experiencias
vividas en vidas anteriores.
- Jose Luis Martín-
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