sábado, 4 de abril de 2015

A propósito de la memoria....

CERRANDO CICLOS

Siempre es preciso saber cuándo una etapa llega a su final. Si insistiéramos en permanecer en ella  más del tiempo necesario, perderíamos la alegría y el sentido de las otras etapas que precisamos vivir. Cerrando ciclos, cerrando puertas, terminando capítulos. No importa el nombre que demos, lo que importa es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya se acabaron.
¿Fue despedida del trabajo?
Termino con una relación amorosa?
¿Dejo la casa de sus padres?
¿Partió  para vivir en otro país?
¿La amistad cultivada durante bastantes años se acabo?
Podemos pasar mucho tiempo preguntándonos porque ha pasado eso…
Podremos decir incluso para nosotros mismos  que no daremos un paso  mientras no entendamos  las razones que llevaron a ocurrir ciertas cosas,  que eran tan importantes en nuestras vidas, ser convertidas en polvo. Más tal actitud será un desgaste inmenso para todos: para sus padres, para sus amigos, sus hijos, sus hermanos, todos estarán cerrando capítulos, pasando la hoja, siguiendo adelante,  y todos sufrirán al ver  que usted está parado. Nadie puede estar  al mismo tiempo en el presente y en el pasado. Ni incluso aun mismo cuando intentamos entender las cosas que nos acontecen.
Lo que pasó no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos que se sienten culpables o rencorosos con los padres, amantes que reviven noche y día  una relación que fue y que se fue y no tiene la menor intención de volver. Las cosas pasan, y lo mejor que podemos hacer  es dejar que ellas realmente  se puedan ir, aunque… Por eso es tan importante (por más doloroso que sea) destruir los recuerdos, mudar de casa, dar muchas cosas para los orfanatos, vender o donar los libros que poseemos.
Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que está aconteciendo en nuestro corazón… y deshacerse de ciertos recuerdos significa también abrir espacio para que otros tomen su lugar. Dejar ir las cosas. Soltar. Desprenderse. Nadie está jugando en esta vida con cartas marcadas, por tanto algunas vec es ganamos y otras perdemos…
No esperes que te devuelvan algo, no esperes que reconozcan su esfuerzo, que des cubran su genio, que entiendan su amor. Pare de encender su televisión emocional y asistir siempre al mismo programa, que muestra como usted sufrió con determinada perdida: eso solo la estará apenas envenenando, y nada más.
No hay nada más peligroso que el rompimiento de las relaciones amorosas porque no son aceptadas, promesas de empleo que no tienen fecha marcada, decisiones que siempre son odiadas en nombre del “momento ideal”.
Antes de comenzar un capítulo nuevo, es preciso terminar el antiguo: ¡Dígase a sí mismo que lo que pasó, jamás volverá! Acuérdese de que hubo una época en la que podía vivir sin aquello, sin aquella persona – nada es insustituible, un habito no es una necesidad. Puede parecer obvio, puede ser muy difícil, más es muy importante.
Cerrando ciclos. No por causa del orgullo, por incapacidad, o por soberbia, más si porque simplemente aquello ya no encaja más en nuestras vidas.
Cierre la puerta, cambie el disco, limpie la casa, sacuda la alfombra. Deje de ser quien era, y transfórmese en quien es. Tórnate una persona mejor y asegúrate de que sabes  muy bien quién eres tú mismo, antes de conocer a alguien y de esperar que el vea quien eres tú. Y acuérdate: “Todo lo que llega, llega siempre por alguna razón”
(Fernando Pessoa) aportado por Marco Aurelio Rocha
Traducido por: M. C. R

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... La aventura es un “estado de espíritu” y no fruto de la posesión o propiedad particular… ¡las cosas inanimadas o provisionales, jamás pueden proporcionar la felicidad para quien es eterno!

(Ramatis / H. Maes)

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      REFLEXIONANDO CON MERCHITA

Todos navegamos  en el gran mar de la vida, unos lo hacen en aguas tranquilas, contemplando un cielo despejado,  llenos de ilusión y alegría, y otros están pasando una tormenta, donde el cielo se oscureció y la dificultad de ese mar bravío les ha dejado exhaustos sin ningún control, navegan desesperados, sin ver un horizonte en el que fijar su rumbo para llegar al otro lado de la vida, la playa de Dios.
Nosotros seguimos navegando, intentando llegar a la otra orilla, y aunque no seamos los afortunados, que navegan plácidamente, sabemos que todos en algún momento de su viaje, han  experimentado la experiencia de las tormenta., por eso intentemos ir un poco más lejos y procuremos un salvavidas, un flotador, para que en la dificultad ,  podamos afrontar con valor y con tranquilidad, todos los acontecimientos, sean los que sean, y es en el Espiritismo donde podemos encontrar eseauxilio, pues el es el que nos esclarece el camino y el que nos da animo en la lucha, despojando el horizonte en el cual intentamos llegar a la otra orilla, donde seguramente encontraremos el mana divino que nos saciará el alma y nos devolverá a la verdadera vida, aquella que creemos que es muerte, cuando en realidad, sabemos, que vivir el morir, y morir es vivir.
En el torbellino voluptuoso de las pasiones primarias  la sociedad, sin rumbo, agoniza…
Acontecimientos desastrosos y desvaríos del comportamiento constituyen el paisaje momentáneo del planeta terrestre en convulsión…
Hay glorias de la ciencia y grandeza de la tecnología, que caracterizan las conquistas de la inteligencia, lamentablemente sin la correspondiente contribución de los valores éticos y morales.
Innumerables denominaciones religiosas y variadas escuelas de filosofías pretenden orientar las vidas que se  debilitan ante la devastación y el desequilibrio.
La exaltación del cuerpo y su imposición en los campeonatos de la belleza y de la exhibición del ego en alucinadas competiciones  por el brillo ilusorio del mundo social y económico empujan al ser humano para el foso de la insensatez, luego mostrándose frustrado y deprimido, cayendo en la tragedia de la drogadicción y del suicidio…
 Es necesario comprender la transitoriedad de la existencia física, que impone  el desvarió  por el gozo insaciable y permanente, con el total olvido de su fragilidad.
Los continuos ejemplos de triunfadores que permanecen infelices, de afortunados que viven en soledad íntima, de famosos que anhelan por un poco de cariño no consiguen despertar aquellos que se dejaron hipnotizar por el cebo de las ambiciones exageradas.
Las glorias de un momento luego ceden lugar al olvido y al anonimato  a que son retirados esos engañados, pocos momentos después…
Se tiene la impresión de que el caos  moral se instaló en el mundo y el desespero, usando diferentes tipos de máscaras, es la presencia constante  en las vidas  en etiolación.
No obstante, las criaturas  permanecen en carrera loca  en busca de ninguna cosa.
A pesar de eso, Jesús permanece en plano secundario, o recordado apenas en ocasiones pertinentes  a las necesidades de emergencia.
Las religiones, en su casi totalidad, respetables en sus contenidos, se preocupan más con las estadísticas  de los fieles,  las finanzas y la opulencia de sus templos, como con el lujo de sus ministros, en vez de con aquellos  para los cuales existen.
… Y Jesús, que no tenía  una piedra   para reclinar su cabeza, aunque las aves del cielo tengan sus nidos y las fieras  sus cuevas.
Lamentablemente, el ejemplo  de incontables discípulos  de su evangelio, que se dicen fieles, son más servidores  del mundo del Cesar que de la siembra del amor, pues se hayan vinculados  más a las fantasías y mitos ascentrales,  que a la realidad de los postulados que deberían vivenciar.
Hay un gran vacío existencial en la criatura contemporánea, que perdió lo  referencial de la felicidad, manipulado por la habilidad  de los vendedores bien-sucedidos del placer  entorpecedor y de los gozos exhaustivos…
Su cosecha, en estos difíciles días, permanece inmensa  y casi en abandono, por falta de trabajadores devotos, que aun son muy raros y pocos los de la última hora…
No te preocupes con la siega, permaneciendo en la sementera del espiritismo y aguardando el tiempo.
La inmortalidad  es el honorable  destino de todas las existencias.
Donde estés, con quien te encuentres, da tú testimonio de la  felicidad que te propicia la fe espirita que te enriquece el ser real que es.
… Y si fuera necesario confirmar  tus palabras mediante  algún tipo de holocausto, que sea por el y no por el resultado de las fantasías  y engaños  de que la cultura moderna  se encuentra repleta.
Bienaventurado sea aquel que glorifica al Señor a través  de la vivencia intima y pulcra.
… ¡El sembrador salió a sembrar luz!...

Merchita
Extraído de mi sentir y del libro de Divaldo Franco “Entrégate a Dios”

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CUESTIÓN ESPIRITA A PROPÓSITO DE LA MEMORIA


Permanecer sin comer uno o dos días por semana puede resguardar el cerebro contra dolencias degenerativas como el mal de Parkinson o de Alzheimer,  según un estudio efectuado por el Nacional Instituto  en Ageing (NIA), en Baltimore, en los Estados Unidos. Para Mark Mattson, líder del laboratorio de neurociencias del NIA, “reducir el consumo de  calorías podría ayudar al cerebro, más hacer eso simplemente disminuyendo el consumo de alimentos  puede no ser la más perfecta manera de activar la memoria. Es mejor alternar periodos de ayuno, en los que no se ingiere prácticamente nada, con periodos  en los que se come todo cuanto se quiera.” (1) 
En esa línea de pesquisa, los científicos japoneses del instituto Metropolitano de Ciencias Médicas de Toquio, en Japón también afianzan que “pasar hambre” puede ampliar la memoria. Aunque necesiten de más tiempo para extraer conclusiones  categóricas, demuestran, sin embargo, que el “hambre deseada” quema toxinas corporales, despierta una disminución de la glucosa de la hormona en el cuerpo y activa una proteína en el cerebro adecuada para auxiliar la memoria.  Declaran distintos estudiosos que durante el estado de hambre almacenada (ayuno) la mente queda más despierta y las percepciones aumentan la audición, la visión, el olfato; todo queda más fulgente. Eso puede ser un indicativo de que las ocasiones de hambre programada pueden ser benéficas para la memoria y para el organismo como un todo.
Es conveniente desarrollar y comentar esos curiosos elementos para la apreciación del papel desempeñado por la tal memoria; ir más adelante, con el fin de levantar puntos para estudio, sin la ingenua pretensión de ofrecer la palabra final en esta anotación. ¿Al final, que es la memoria? Para el diccionario, memoria es la facultad por la cual el espíritu conserva ideas o imágenes, o las recuerda sin gran esfuerzo.(2) ¿Dónde está la sede de la conciencia y del pensamiento? ¿De que están hechas las “voces” e imágenes de la reminiscencia? ¿Dónde vemos las imágenes producidas por el recuerdo?  ¿Qué es el inconsciente y de donde brotan los recuerdos antes  los términos conscientemente? ¿Qué es la mente y lo que anima al cuerpo? Son cuestiones que el orbe académico no da cuenta para explicar.
La mente es el espejo de la vida en todas partes y el cerebro es el centro de sus sinuosidades, originando la fuerza del pensamiento  que todo lo mueve, instituyendo  y alterando, destruyendo y recomponiendo para acrisolar y sublimar.”Comparemos la mente humana (espejo vivo de la conciencia lucida) a un gran escritorio, subdividido en diversas secciones de servicio. Ahí permanece  el Departamento del Deseo, en donde operan los propósitos y las aspiraciones, incentivando el estimulo al trabajo; el Departamento de la Imaginación,  almacenando las riquezas del ideal y de la sensibilidad; el Departamento de la Memoria, archivando la visión general de la experiencia,  y otros aun que definen los investimentos del alma.” (3)
Bajo el guante de las tesis materialistas sin embargo, la memoria solamente adviene de los  sesos encefálicos. Lo que está registrado en el cerebro proviene de los sentidos. La percepción de los sonidos, imágenes, olores, sabores, presiones, aflicciones,  frio, calor, equilibrio y todas las otras posibles sensaciones, no se dan en los órganos sensoriales, más si en el cerebro, que interpreta las sensaciones con base en todo lo que tiene registrado. Atestiguan los académicos  que la conciencia es la operación cerebral de minimizar a la persona el conocimiento de algo percibido o procesado. Para ellos no existe el tal espíritu.
Para esos defensores, el “yo” es la conciencia de sí mismo, esto es, una operación exclusiva  del cerebro en reconocerse a sí mismo y al organismo que lo contiene como algo distinto del resto del mundo. Todo eso es gravado en las conexiones neuronales que forman la memoria. Afirman los catedráticos que todas las operaciones psíquicas, como pensar, sentir, querer, son procedidas sobre los registros de la memoria, que incluyen no solo imágenes de sensaciones, más también registro de operaciones. Todo eso puede perfectamente ser reproducido en aparato artificial, capaz de tener conciencia, emociones, etc.
¿Será que son Razonables tales asertivas de los heraldo del materialismo contemporáneo?
Desde el punto de vista espirita, “el cerebro es la dinamo que produce energía mental, según la capacidad de reflexión que le es propio.  Sin embargo, en la voluntad tenemos el control que la dirige en ese o aquel rumbo, estableciendo causas que comandan los problemas del destino. Sin ella, el deseo puede comprar al engaño aflictivos siglos  de reparación y sufrimiento; la inteligencia puede aprisionarse en el calabozo de la criminalidad; la imaginación puede generar  peligrosos monstruos en la sombra, y la memoria, no obstante fiel a su función de registradora, conforme el destino que la naturaleza le señala, puede caer en deplorable relajamiento.” (4)
En verdad, la comunidad científica ya comprobó que el pensamiento, además,  son corrientes electromagnéticas – electricidad y magnetismo, por tanto energía! Para aquellos que razonan que el pensamiento ocurre dentro del cerebro-precisan aceptar que son apenas aparatos electromagnéticos y que los pensamientos vienen de fuera y no del interior de  la coraza física. En el marco electromagnético, la memoria todo lo almacena, y por el mecanismo de la criptomnesia (5) son guardadas las conquistas  de la propia memoria, conservando, provisoriamente apagadas, los recuerdos de otras vidas pretéritas, por ejemplo, lo que no significa decir que no se puede tener acceso a esos acervos de forma natural o provocada.
¿Más será verdaderamente la reminiscencia del Espíritu la que está almacenada en la contextura periespiritual? Memoria es aptitud de evocar informaciones guardadas en nuestro “cerebro psicosomático”. ¿Más  como son esas imágenes o sensaciones archivadas? Hay espiritas que niegan tal probabilidad, asegurando ser el cuerpo  físico  y el periespiritu apenas los vehículos de manifestación del espíritu. Alegan que el cuerpo físico no piensa, no reacciona, no memoriza, y por tanto la memoria no está basado en el cuerpo físico ni en el periespiritu, más si reside exclusivamente en el propio espíritu, pues el periespiritu apenas refleja el pensamiento del espíritu.  Con todo, valorando que todos los espíritus poseerán siempre un envoltorio periespiritual, hasta aun mismo los espíritus puros (que cuentan con una carcasa más divinizada), la cuestión de la sede esencial de la memoria aun no estaría elucidada.
 Entendemos que los subsidios que adquirimos en las experiencias de vidas atrasadas,  los hechos que debamos incorporar a nuestra memoria, cuyos registros fundamentales se localizan en el “cerebro periespiritual”, y, por lo tanto, gravadas ocaso  del dicho inconsciente, yacen allí,  a nuestra disposición.  Cuantas más informaciones  hayamos alcanzado en el pasado, más simplificado se torna decidir con éxito las circunstancias nuevas,  porque traemos una especie de banco de datos más amplio, contra el cual chocamos comparativamente  con los nuevos episodios, con las nuevas conjeturas, las nuevas experiencias. Es siempre más fácil erguir sobre la fundación ya solidificada.
Como elucubramos sobre la memoria, hay , igualmente, por aquí, semejanzas observables  con la informática, pues los ordenadores actuales no son más que el de los “cerebros  artificiales”,  aunque extremadamente  primitivos y limitados en comparación con el cerebro periespiritual. Son simples bancos de datos que deliberan entre dos alternativas conforme a un programa pre establecido y de acuerdo con el estoque de informaciones  que ha grabado en su memoria. (6) Es evidente  que no ansiamos exponer que el ordenador sea inteligente, ni que tenga intuición, todavía es correcto decir  que se aprovecha de uno de los atributos de la inteligencia humana, esto es, la memoria.
 Jorge Hessen

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 Un aviso del Más Allá


El siguiente caso ha sido relatado por La Patrie (La Patria) del 15 de agosto de 1858:

«El martes último me comprometí – tal vez muy imprudentemente – a contaros una historia emocionante. Debería haber pensado en una cosa: que no existen historias emocionantes, sino que existen historias bien contadas, y el mismo relato, hecho por dos narradores diferentes, puede hacer dormir a un auditorio o ponerle la piel de gallina. ¡Cómo he escuchado a mi compañero de viaje de Cherburgo a París, el Sr. B…, de quien tengo una anécdota maravillosa! Si yo hubiese taquigrafiado su narración, tendría verdaderamente alguna posibilidad de haceros estremecer.

«Pero cometí el error de confiar en mi detestable memoria, y lo lamento profundamente. En fin, mal o bien, he aquí la aventura, y el desenlace os ha de probar que hoy, 15 de agosto, es un hecho totalmente consumado. «El Sr. de S… (nombre histórico llevado aún hoy con honor) era oficial durante el Directorio. Por placer, o por las necesidades de su servicio, él viajaba a Italia.

«En uno de nuestros Departamentos del Centro, fue sorprendido por la noche y se sintió feliz en encontrar un alojamiento bajo el tejado de una especie de cabaña de aspecto sospechoso, donde se le ofreció una mala cena y un camastro en un desván.

«Habituado a la vida de aventuras y al duro oficio de la guerra, el Sr. de S… comió con buen apetito, se acostó sin murmurar y durmió profundamente.

«Su sueño fue perturbado por una temible aparición. Vio a un espectro levantarse en la sombra, caminar a pasos pesados hacia su camastro y detenerse a la altura de su cabecera. Era un hombre de unos cincuenta años, cuyos cabellos encanecidos y erizados estaban rojos de sangre; tenía el pecho desnudo, y su garganta – con arrugas – estaba cortada con heridas abiertas. Permaneció un momento en silencio, fijando sus ojos negros y profundos sobre el viajero adormecido; después su pálida figura se animó, sus pupilas brillaron como dos carbones ardientes; pareció hacer un violento esfuerzo y, con una voz sorda y temblorosa, pronunció estas extrañas palabras:

– «Te conozco: tú eres un soldado como yo y como yo un hombre de coraje, incapaz de faltar a su palabra. Vengo a pedirte un servicio que otros me han prometido y que no han cumplido. Hace tres semanas que he sido asesinado; el hospedero de esta casa, ayudado por su mujer, me sorprendieron durante el sueño y me cortaron la garganta. Mi cadáver está escondido bajo un montón de basura, en el fondo del corral a la derecha. Ve a buscar mañana a la autoridad del lugar, trae a dos gendarmes y hazme enterrar. El hospedero y su mujer se delatarán a sí mismos y tú los entregarás a la justicia. Adiós; cuento con tu piedad; no olvides el ruego de un viejo compañero de armas.

«Al despertarse, el Sr. de S… se acordó del sueño. Con la cabeza apoyada sobre el codo, se puso a meditar; su emoción estaba viva, pero se disipó ante las primeras claridades del día y, como Atalía, dijo: ¡Un sueño! ¿Debería inquietarme por un sueño? Él contradijo a su corazón y, no escuchando más que a su razón, cerró su valija y continuó de viaje.

«A la tarde llegó a su nueva etapa y se detuvo para pasar la noche en un albergue. Pero apenas había cerrado los ojos, el espectro se le apareció por segunda vez, triste y casi amenazante.

– «Me sorprendo y me aflijo – dijo el fantasma – al ver a un hombre como tú perjurar y faltar a su deber. Esperaba más de tu lealtad. Mi cuerpo está sin sepultura, mis asesinos viven en paz. Amigo, mi venganza está en tus manos; en nombre del honor, te intimo a volver sobre tus pasos.

«El Sr. de S… pasó el resto de la noche en una gran agitación; a la mañana siguiente, tuvo vergüenza de su pavor y continuó de viaje.

«A la noche, tercera parada: tercera aparición. Esta vez el fantasma se encontraba más lívido y más terrible; estaba con una sonrisa amarga en sus labios blancos; y habló con una voz ruda:

– «Parece que te he juzgado mal: parece que tu corazón, como el de los otros, es insensible a los ruegos de los desafortunados. Por última vez vengo a invocar tu ayuda y hacer un llamado a tu generosidad. Vuelve a X…, véngame o sé maldito.

«Esta vez, el Sr. de S… no deliberó más: volvió al albergue sospechoso donde había pasado la primera de esas noches lúgubres. Fue a la casa del magistrado y pidió dos gendarmes. A su vista y a la vista de los dos gendarmes, los asesinos se pusieron pálidos y confesaron su crimen, como si una fuerza superior les hubiera arrancado esta confesión fatal.

«El proceso fue preparado rápidamente y ellos fueron condenados a muerte. En cuanto al pobre oficial, cuyo cadáver fue encontrado bajo el montón de basura, en el fondo del corral a la derecha, fue enterrado en tierra santa, y los sacerdotes oraron por el reposo de su alma

«Al haber cumplido su misión, el Sr. de S… se apresuró a dejar el país y se dirigió a los Alpes sin mirar hacia atrás.

«La primera vez que reposó en una cama, el fantasma se levantó nuevamente en la sombra, no más feroz e irritado, sino dulce y benevolente.

– «Gracias, dijo él, gracias hermano. Deseo reconocer el servicio que me has prestado: me mostraré a ti una vez más, una sola; dos horas antes de tu muerte, vendré a avisarte. Adiós.

«El Sr. de S… tenía por entonces alrededor de treinta años; durante treinta años ninguna visión vino a perturbar la quietud de su vida. Pero el 14 de agosto de 182…, en vísperas del cumpleaños de Napoleón, el Sr. de S… – que había permanecido fiel al partido bonapartista – reunió en una gran cena a una veintena de antiguos soldados del Imperio. La fiesta había sido muy alegre; el anfitrión, aunque envejecido, estaba vigoroso y con buena salud. Estaban en el salón y tomaban café.

«El Sr. de S… tuvo deseos de aspirar una pizca de rapé y percibió que se había olvidado la tabaquera en su cuarto. Tenía el hábito de servirse él mismo; por un momento dejó a sus huéspedes y subió al primer piso de su casa, donde se encontraba su dormitorio. Él no había llevado luz.

«Cuando entró en un largo pasillo que conducía a su cuarto, de repente se detuvo y fue forzado a apoyarse sobre la pared. Delante de él, en la extremidad de la galería, estaba el fantasma del hombre asesinado; el fantasma no pronunció ninguna palabra, ni gesto alguno y, después de un segundo, desapareció. Era el aviso prometido.

«El Sr. de S…, que tenía el alma resistente, después de un momento de desfallecimiento, recobró su coraje y su sangre fría, caminó hacia el cuarto, tomó allí su tabaquera y bajó al salón. Cuando allí entró, ninguna señal de emoción apareció en su rostro. Se mezcló en la conversación y, durante una hora, mostró todo su espíritu y toda su jovialidad habituales. A medianoche los invitados se retiraron. Entonces se sentó y pasó tres cuartos de hora en recogimiento; después, habiendo puesto en orden sus negocios, a pesar de no sentir ningún malestar, volvió a su dormitorio. Cuando abrió la puerta, un tiro lo tendió muerto, justo dos horas después de la aparición del fantasma. La bala que le despedazó el cráneo estaba destinada a su empleado.

Henri D´Audigier

El autor del artículo ha querido, a toda costa, cumplir la promesa que había hecho al periódico, de narrar algo emocionante y, para este fin, ¿extrajo de su fecunda imaginación la anécdota que relata, o realmente ella es verdadera? Es lo que nosotros no sabríamos afirmar. Además, esto no es lo más importante; real o supuesta, lo esencial es saber si el hecho es posible. ¡Pues bien! No vacilamos en decir: Sí, los avisos del Más Allá son posibles, y numerosos ejemplos – cuya autenticidad no podría ser puesta en duda – están ahí para atestiguarlo. Por lo tanto, si la anécdota del Sr. Henri d’Audigier es apócrifa, muchas otras del mismo género no lo son, e incluso diremos que ésta no ofrece nada que no sea bastante común. La aparición ha tenido lugar en sueño, circunstancia muy vulgar, mientras que lo notorio es que pueden producirse a la vista durante el estado de vigilia. El aviso del instante de la muerte tampoco es insólito, pero los hechos de ese género son mucho más raros, porque la Providencia – en su sabiduría – nos oculta ese momento fatal. Por lo tanto, sólo excepcionalmente es que puede sernos revelado y por motivos que nos son desconocidos. He aquí otro ejemplo más reciente, y menos dramático, es verdad, pero cuya exactitud podemos garantizar.

El Sr. Watbled, negociante, presidente del tribunal de comercio de Boulogne, falleció el pasado 12 de julio en las siguientes circunstancias: Su mujer, desencarnada desde hacía doce años y cuya muerte le causaba un incesante pesar, le apareció durante dos noches consecutivas en los primeros días de junio, y le dijo: «Dios ha tenido piedad de nuestras penas y ha querido que pronto estemos reunidos». Ella agregó que el 12 de julio siguiente era el día marcado para esta reunión, y que en consecuencia él debía prepararse. En efecto, desde ese momento se operó en él un cambio notable: se debilitaba a cada día; luego cayó en cama y, sin sufrimiento alguno – en el día marcado – dio el último suspiro entre los brazos de sus amigos.

El hecho en sí mismo no es discutible; los escépticos sólo pueden argumentar sobre la causa, a la que ellos no dejarán de atribuir a la imaginación. Se sabe que semejantes predicciones, realizadas por echadores de la buenaventura, han sido seguidas por un desenlace fatal; en este caso, se comprende que al estar la imaginación impresionada con esta idea, los órganos puedan sufrir una alteración radical: más de una vez el miedo a morir ha causado la muerte; pero aquí las circunstancias no son más las mismas. Aquellos que se han profundizado en los fenómenos del Espiritismo pueden perfectamente darse cuenta del hecho; en cuanto a los escépticos, no tienen más que un argumento: «No creo, luego no existe». Interrogados al respecto, los Espíritus han respondido: «Dios ha elegido a este hombre que era conocido por todos, a fin de que este acontecimiento se extendiera a lo lejos y llevase a reflexionar».

– Los incrédulos piden pruebas sin cesar; Dios las da a cada instante a través de los fenómenos que surgen por todas partes; pero a ellos se aplican estas palabras: «Tienen ojos y no ven; tienen oídos y no oyen».

Allan Kardec
Revista espirita 1858

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