INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Cómo funciona la mente
2.- Desastres colectivos, ¿ Señal de los tiempos o de futuro incierto?
3.- Curanderos endiosados y cirujanos del más allá, bajo la droga del dinero.
4.- Potestades Celestiales
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CÓMO FUNCIONA LA MENTE
1- Piensa en lo bueno y lo bueno pasará. Piensa en el mal y el mal seguirá. Todo el día eres lo que piensas.
2- La mente subconsciente no discute contigo. Acepta lo que decreta la mente consciente.
3- Tienes la posibilidad de elegir. Elige salud y felicidad. Puedes elegir ser amigable o antipático, servicial, alegre, cordial, amigable y todos responderán en consecuencia. Esta es la mejor manera de desarrollar una personalidad maravillosa.
4- La mente consciente es "guardiana". Su función principal es proteger al subconsciente de impresiones falsas. Decídete a creer que algo bueno puede suceder y que está sucediendo ahora. Su mayor poder es la capacidad de elegir. Elige la felicidad y la prosperidad.
5- Las sugerencias y declaraciones de otras personas no tienen poder para lastimarte. El único poder está en tu forma de pensar. Puedes decidir rechazar los pensamientos y declaraciones de los demás y afirmar lo bueno. Tienes el poder de decidir cómo reaccionarás.
6- Ten cuidado con lo que dices. Tendrás que responder por cada palabra ociosa. Nunca digas "fracasaré, perderé mi trabajo, no puedo pagar el alquiler". El subconsciente no entiende un chiste. Hace que todas estas cosas sucedan.
7- Tu mente no está mal. Ninguna fuerza de la naturaleza es mala. Todo depende de cómo uses los poderes de la naturaleza. Usa tu mente para bendecir, sanar e inspirar a todas las personas, en todas partes.
8- Nunca digas "no puedo". Domina el miedo reemplazándolo con la siguiente declaración: "Puedo hacer cualquier cosa gracias al poder de mi mente subconsciente".
9- Eres el comandante de tu alma (la mente subconsciente) y dueño de tu destino. Recuerda, tienes la capacidad de elegir. ¡Elige la vida! ¡Elige salud! ¡Elige la felicidad!
- Trabajo anónimo encontrado en facebook ´
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Desastres colectivos; ¿Señal de los Tiempos o de Futuro incierto ?
Cuando miramos para el mundo a nuestro alrededor, nos parece que se multiplican las catástrofes, los desastres, los cataclismos. En un momento como ese, en que todas las atenciones están volcadas hacia el accidente del avión de la TAM, que salió de Porto Alegre-RS (vuelo JJ 3054) y se chocó contra el edificio de la propia empresa aérea, frente al aeropuerto de Congonhas, cuando intentaba aterrizar, provocando la muerte de más de 160 personas, entre pasajeros, tripulantes y funcionarios de la compañía aérea que trabajaban en el edificio alcanzado, la atención queda más despierta y las cuestiones son varias y envuelven hasta la Justicia (o para algunos, la injusticia) Divina.
El Espiritismo, en cuanto es una doctrina liberadora, progresista y evolutiva, por eso mismo considerada consoladora, busca ayudarnos a entender el por qué de los acontecimientos de nuestro día a día, inclusive de los más trágicos. Así, por la vía del entendimiento de la Ley Natural y de la Justicia Divina, se obtiene la consecuente aplicación de esos principios en lo cotidiano, favoreciendo su vivencia promoviendo la coherencia entre el creer y el obrar.
Frente a las situaciones como esa, vividas el día 17 de junio del 2007, algunas cuestiones son usuales, como, por ejemplo: ¿Por qué ocurre ese tipo de cosas? ¿Cuál es la finalidad de esos accidentes que causan la muerte conjunta de varias personas? ¿Cómo la Justicia Divina puede ser notada en esas situaciones? ¿Por qué algunas personas escapan?
Naturalmente, las respuestas exigen reflexión profunda, con base en principios fundamentales del Espiritismo como la multiplicación de las encarnaciones y la anterioridad del Espíritu. Esos puntos se suman al hecho de que nosotros, como Espíritus en proceso evolutivo, tenemos un pasado de falta de cumplimiento de la Ley Divina, que necesita tener su rumbo corregido no sólo para solucionar nuestros problemas de conciencia, sino también para armonizarnos con nuestros semejantes, afectados por nuestras acciones de desvirtuación de la Ley.
Al entender lo que la Doctrina Espírita tiene que decir sobre el asunto, comenzamos a percibir la profundidad de la reflexión, que debe ser adoptada por cada uno de nosotros, en nuestro día a día, y el papel a ser asumido de observadores de la Sociedad, en sustitución a la postura usual de críticos y cuestionadores.
Comenzamos, así, a conocer el camino para la aplicación dinámica y práctica en nuestro día a día de la Doctrina que abrazamos, por el análisis del mundo y su transformación, notando la profundidad de conceptos como fatalidad, rescate colectivo, regeneración del planeta, además de favorecer el entendimiento de enseñanzas de Jesús relacionadas aquello que algunos llaman señales de los tiempos.
Comenzamos, así, a conocer el camino para la aplicación dinámica y práctica en nuestro día a día de la Doctrina que abrazamos, por el análisis del mundo y su transformación, notando la profundidad de conceptos como fatalidad, rescate colectivo, regeneración del planeta, además de favorecer el entendimiento de enseñanzas de Jesús relacionadas aquello que algunos llaman señales de los tiempos.
¿Fatalidad como causa?
Fatalidad, destino, azar son palabras siempre recordadas en situaciones como esa. ¿Pero qué conceptos están por detrás de esas palabras? En “El Libro de los Espíritus”,
las cuestiones 851 a 867 tratan de la fatalidad y, entre otras informaciones, se destaca el hecho de que “la fatalidad sólo existen en lo tocante a la elección hecha por el Espíritu, al desencarnar, de sufrir esta o aquella prueba; al escogerla él traza para sí mismo una especie de destino, que es la propia consecuencia de la posición en que se encuentra”. (LE 841)
Pero delante (LE 853), está dicho que “fatal, en el verdadero sentido de la palabra, sólo es el instante de la muerte. Llegado ese momento, de una forma o de otra, a él no podréis hurtaros”. La cuestión siguiente (LE 853ª) explica mejor ese punto, fijando que, cuando es llegado el momento de volver para el Plano Espiritual, nada “te librará” y frecuentemente el Espíritu también sabe el género de muerte de por qué partirá de allí, “pues eso fue revelado cuando hizo la elección de esta o de aquella existencia”. No olvidar jamás que “solamente los acontecimientos importantes y capaces de influir en tú evolución moral son previstos por Dios, porque son útiles a tú purificación y a tú instrucción” (LE 859ª)
Como vemos, la fatalidad sólo existe como algo temporal frente a nuestra condición de inmortales con la finalidad de realinear de rumbo. No obstante, esa situación no es férrea. Gracias a la Ley de Acción y Reacción y al Libre albedrío, el hombre puede evitar acontecimientos que deberían realizarse, como también permitir otros que no estaban previstos (LE 860).
Fatalidad, destino, azar son palabras que no concuerdan con la Doctrina Espírita, de la misma forma que la suerte de aquellos que escapan de ese tipo de situación – y en accidentes como ese del día 17 de junio del 2007, siempre están los relatos de aquellos que deseaban coger el avión y no lo consiguieron; de aquellos que estaban a la puerta del edificio alcanzando el avión y no sufrieron nada más allá que el susto; y tantos otros.
Entonces, para la Doctrina Espírita, ¿cómo se explican casos como ese? La respuesta está en el rescate colectivo, concepto que envuelve la corrección del rumbo de un grupo de Espíritus que en alguna otra encarnación cometió actos semejantes – y muchas veces en conjunto – de falta de cumplimiento de la Ley Divina y que, por tanto, para individualmente tener la conciencia tranquila, necesitan sanar el débito. Toda la problemática, en ese caso, está en el trabajo de los mentores en la reunión de esos Espíritus de modo que, juntos, puedan reajustarse frente a la Ley Divina.
Impulsar el progreso: la meta
El rescate de nuestras acciones contrarias a la Ley Divina, al Bien y al Amor puede ocurrir de varias formas, inclusive colectivamente. El objetivo, según LE 737, y “hacerlo avanzar más deprisa” y las calamidades “son frecuentemente necesarias para hacer que las cosas lleguen más prontamente a un orden mejor, realizándose en algunos años lo que necesitaría en muchos siglos”. Además de eso, “son pruebas que proporcionan al hombre la ocasión de ejercitar la inteligencia, de mostrar su paciencia y su resignación ante la voluntad de Dios, al mismo tiempo en que le permiten desenvolver los sentimientos de abnegación, de desinterés propio y de amor al prójimo”. (LE 740)
Y así, entendemos el sentimiento de solidaridad que esas calamidades despiertan, auxiliando a todos a desenvolver el amor. Lo importante para los más directamente envueltos, para que tengan el progreso debido, como está dicho en “El Evangelio según el Espiritismo”,
En esa frase seleccionada en el ESE hay una información de importancia cabal: indicio de perfeccionamiento del espíritu. ¿Y cuál sería el objetivo práctico de todo eso y cómo esos hechos actúan en nuestro progreso, con que finalidad?
La respuesta está en la Ley del Progreso, que determina al hombre el progreso incesante, sin retroceso, en el campo intelectual y moral; cada uno a su tiempo, siguiendo su propio ritmo, siendo que “si un pueblo no avanza bastante rápido, Dios le provoca, de tiempo en tiempo, una conmoción física o moral que lo transforma” (LE 783).
Como vemos, el progreso se hace siempre, y cuando estemos obstaculizándolo, Dios, en su infinita bondad y justicia, utiliza instrumentos que nos impulsan a avanzar. El objetivo es llevarnos a cumplir la escala evolutiva, saliendo de nuestra condición de Espíritus imperfectos moralmente para la de espíritus regenerados, hasta alcanzar la condición de Espíritus puros.
Esa transposición de imperfecto moralmente para regenerado marca la actual fase de transición que vivimos, plena de flagelos destruidores, de calamidades, de accidentes con gran número de muertos.
En los evangelios según Mateo, Marcos y Juan, hay varias referencias a las señales precursoras de una transformación en el estado moral del planeta, caracterizada por el anuncio de calamidades diversas que alcanzaran la humanidad y diezmaran a un gran número de personas, para que, en la secuencia, se de el reinado del bien, sean instituidas la paz y la fraternidad universal, confirmando la predicación de que, después de los días de aflicción, vendrán los días de alegría.
Lo que es anunciado en esos pasajes evangélicos no es el fin del mundo de forma absoluta y real, sino el fin de este mundo que conocemos, en que el mal aparentemente se sobrepone al bien y, como afirma Allan Kardec en “La Génesis”,
capítulo 17, item 58, “el fin del viejo mundo, del mundo gobernado por la incredulidad, por la codicia y por todas las demás pasiones a que Cristo alude”.
Para que ese nuevo mundo se instale (GE, capítulo 18), es fundamental que la población sea preparada para habitarlo. Para tanto, tendremos, todos nosotros, que solucionar algunos problemas de nuestro pasado, construyendo nuestro progreso moral. No hay transformació n sin crisis, catástrofe y cataclismo son crisis que agitan la humanidad, despertándola para la solidaridad, la fraternidad, el bien.
Tenemos entonces, que ver a la humanidad como “un ser colectivo en el cual se operan las mismas revoluciones morales que en cada ser individual” (GE, capítulo 18 item 12).
En ese contexto, la fraternidad será la piedra angular del nuevo orden social, con el progreso moral, secundado por el progreso de la inteligencia asegurando la felicidad de los hombres sobre la Tierra.
Para que podamos habitar ese nuevo mundo, nos tenemos que renovar integralmente. Según Kardec (GE capítulo 18 item 33), “basta una modificación en las disposiciones morales” y, para eso, tenemos que solucionar débitos del pasado y de concienciarnos de nuestra condición de espíritus inmortales perfectibles, en base del desarrollo de nuestras potencialidades.
Como forma de acelerar ese proceso de modificación de la disposición moral, la presente base es marcada por la multitud de las causas de destrucción, hasta como forma de estimular en nosotros el desarrollo de nuestras potencialidades en el bien, pues “el mal de hoy ha de ser el bien de mañana. Solamente la educación del Espíritu podrá liberarlo del mal, dándole condiciones de alcanzar los más altos vuelos en el plano infinito de la vida. Lo importante en todo eso es mantener la serenidad, mirando para el frente, divisamos el futuro, pues, “la marcha del Espíritu es siempre creciente y ascendente. Es preciso descubrir cuanto bien se es capaz de hacer ahora para que el propio crecimiento no se detenga”.
En todo ser humano, como resalta el Espíritu Clelie Duplantier, en “Obras Póstumas”:
“hay tres caracteres: el del individuo o del ente en sí mismo, el del miembro de la familia y el del ciudadano. Bajo cada una de esas tres fases, puede él ser criminal o virtuoso; esto es, puede ser virtuoso como padre de familia y criminal como ciudadano, y viceversa”.
Como forma de acelerar ese proceso de modificación de la disposición moral, la presente base es marcada por la multitud de las causas de destrucción, hasta como forma de estimular en nosotros el desarrollo de nuestras potencialidades en el bien, pues “el mal de hoy ha de ser el bien de mañana. Solamente la educación del Espíritu podrá liberarlo del mal, dándole condiciones de alcanzar los más altos vuelos en el plano infinito de la vida. Lo importante en todo eso es mantener la serenidad, mirando para el frente, divisamos el futuro, pues, “la marcha del Espíritu es siempre creciente y ascendente. Es preciso descubrir cuanto bien se es capaz de hacer ahora para que el propio crecimiento no se detenga”.
En todo ser humano, como resalta el Espíritu Clelie Duplantier, en “Obras Póstumas”:
Más allá de eso, se puede admitir, como regla general, que todos los que se ligan en una existencia por empeños comunes, ya vivieron juntos, trabajando para el mismo fin se encontraran en el futuro, hasta expiar el pasado, o cumplir la misión que aceptaron.
El papel de cada uno
Esas calamidades – si miramos para ellas bajo el punto de vista espiritual, fundamentando nuestra reflexión en los principios de la Doctrina Espírita – tiene, por tanto, objetivos saneadores que, conforme Joanna de Ângelis, remueven las pesadas cargas psíquicas existentes en la atmósfera y significan la realización de la justicia integral, pues la Justicia Divina, para nuestro reequilibrio, recurre a métodos purificadores y liberados, de lo que no nos podemos eximir.
Así, tocados por los dolores generales, nos ayudaremos y oraremos, formando la corriente de la fraternidad y estaremos construyendo la colectividad armónica, siempre recordando la advertencia de Hammed: “la función del dolor es ampliar horizontes para realmente vislumbrar los caminos concretos amorosos del equilibrio. Como el golpe al objeto puede ser modificado, repiensa y cambia también tus actuaciones, disminuyendo intensidades y frecuencias y recreando nuevas rutas en su existencia”. De ese modo, estaremos utilizando nuestros problemas como herramienta evolutiva, no perdiéndonos en murmuraciones, sino utilizando nuestro libre albedrío como patrimonio.
El progreso de todos los seres de la creación es el objetivo de todo lo que ocurre.
Tengamos la conciencia despierta y procuremos entender el mundo a nuestro alrededor, conscientes de que la solidaridad es el verdadero lazo social, no sólo para el presente, sino como está en “Obras Póstumas”, “extenderse al pasado y al futuro, pues los mismos individuos se encuentran y se encontraran para juntos seguir las vías del progreso, prestando un mutuo concurso. Es lo que hace comprender el Espiritismo por la equitativa ley de la reencarnación y de la continuidad de las relaciones entre los mismos seres”.
Y más: gracias al Espiritismo, se comprende hoy la justicia de las pruebas desde que las consideremos una amortización de débitos del pasado. Las faltas colectivas deben ser expiadas colectivamente por los que juntos las practicaron y los mentores están siempre trabajando, ayudando a todos nosotros, reuniéndonos en grupos de forma a favorecer la corrección de rumbo, amparándonos y fortaleciéndonos para darnos cuenta de aquello a que nos proponemos, además de equilibrarnos para poder auxiliar a otros con nuestros pensamientos positivos,
Nuestros mejores sentimientos y vibraciones.
Fuentes de consulta: (En portugués)ÂNGELIS, Joanna de. Após a tempestade, texto Calamidades, psicografia de Divaldo Pereira Franco. Alvorada
HAMMED. Renovando Atitudes, texto Crenças e carmas, psicografia de Francisco do Espírito Santo Neto. Boa Nova
KARDEC, Allan. Obras Póstumas, Primeira Parte, Questões e Problemas - Expiações coletivas. Lake
KARDEC, Allan. A Gênese, capítulos 17 e 18. Lake
KARDEC, Allan. O Evangelho Segundo do Espiritismo, capítulo 14, item 9. Lake
KARDEC, Allan. O Livro dos Espíritos – questões 100 a 113; 737 a 741; 776 a 802; 851 a 867. Lake
PORTÁSIO, Manuel. Fora da Educação não há salvação, capítulos: Educação pela dor; Educação para o bem e Educação e renovação. DPL
Artículo de Kátia Penteado (Es periodísta profesional, especializada en Periodismo Empresarial y Comunicación Corporativa; es expositora de la Doctrina Espírita)
- Fernando Pessoa -
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“CURANDEROS ENDIOSADOS Y CIRUJANOS DEL MÁS ALLÁ - BAJO LA DROGA DEL DINERO.
Después de la lectura intrigante de un reportaje en la Revista “VEJA”, deliberamos reproducir y contextualizar algunos trechos del material publicado. Titulada “La cara humana de los más endiosados médiums brasileños”(1), la “VEJA” destacó la capacidad del infame médium de atraer gente del mundo entero para un municipio próximo del Distrito Federal. Afirma el reportaje que el “santificado médium” convive cotidianamente bajo el manto de la contradicción entre el “espíritu y la carne”, la “cura y la dolencia”, el “desprendimiento y la vanidad”, los gestos de “generosidad, los arrobos de cólera” y los negocios terrenales (2) [es millonario], los amores [tiene once hijos con diez mujeres diferentes]. Cada dos años, el “cerrado curandero-endiosado” cambia la flota de coches de la familia.
Sabemos que la mediumnidad no guarda relación con el desenvolvimiento moral, su funcionamiento es independiente de las cualidades morales, así como el corazón late independientemente de los sentimientos buenos o malos que la persona alimente. El hecho es que tales médiums “cirujanos del más allá” siempre seducen a gran números de feligreses, estableciendo, no es raro, con la mediumnidad, un rentoso negocio, una popular fuente de captación de dólares y reales. Para comprobar, consideramos el hecho aquí comentado. Observemos lo siguiente: El PIB – Producto Interior Bruto del municipio donde el “cerrado médium-fetichero” comercializa disfrazada y generosamente la “cirugía transcendental” es de 15 millones de reales al año. En el mismo periodo, la institución dirigida por tal “dios de la mediumnidad de cura” facturó, al menos 7,2 millones de reales, tomándose en cuenta exclusivamente el comercio de la pasionaria, preparado a base de maracuyá, producido allí mismo, vendido a 50 reales el frasco y recetado a una media de 3000 visitantes semanales.” (4)
Por serias razones no apreciamos y ni siquiera indicamos ese tipo de mediumnidad, aunque, excepcionalmente, acatemos los efectos mediúmnicos efectuados por algunos médiums humildes y honestos. Infelizmente algunos “dioses del bisturí” que promueven cirugías con auxilio de supuestos médicos del más allá, consiguen robustecer sus cuentas bancarias. Hace algunas décadas Chico Xavier advirtió. “Creo que esto debe ser fruto de la educación de la persona ingenua, creer que, pagando bien, conseguirá curas espirituales. El verdadero Espiritismo no puede cobrar, ni aun mismo los remedios que receta a los enfermos. También estoy en contra de esa historia de meter instrumentos cortantes en el cuerpo de los otros, sin ser el clínico. El médico estudio bastante anatomía, patología y, por eso, está habilitado para hacer una cirugía. ¿Por qué, yo, siendo médium, ahora voy a tomar un cuchillo y abrir el cuerpo de un cristiano sin ser considerado un criminal? "(5)
El médium de Pedro Leopoldo dijo que fue operado por los médicos terrenos cinco veces, y varios médiums le ofrecieron sus servicios. “El Espíritu Emmanuel le reprendió: Usted debería tener vergüenza al pensar en recibir ese tipo de cura, porque todos los otros enfermos vierten sangre, usan éter, toman determinados remedios para mejorar. ¿Cómo usted pretende curarse en una mecedora? (6)
De lo expuesto, indagamos lo siguiente. ¿Cómo enjuiciar actualmente esos “curanderos y cirujanos del más allá? Chico Xavier cuando estaba para someterse a una cirugía, en 1968, de un tumor en la próstata, Zé Arigo [que no era espirita], mando avisarle que estaba pronto para realizar la operación. Chico respondió: “¿cómo quedaría yo ante tanto sufridor que me busca y que va camino del bisturí, como el buey va para el matadero? y ¿yo, sabiendo eso, voy a querer facilidades? Yo me tengo que operar, [con médicos encarnados] como los demás, sufriendo como ellos! (7)Por eso, el Espíritu André Luíz advirtió para “aceptar el auxilio de los misioneros y obreros de la medicina terrena, no exigiendo protección y responsabilidad exclusivos de los médicos desencarnados”. (8)
Es deplorable que los médiums evoquen “Espíritus” para que les atiendan como “cirujanos del más allá”, con el fin de cortar y perforar cuerpos en nombre de “operaciones espirituales”, que prescriban placebos. Es lamentable esa tendencia de subestimar la contribución de la medicina humana, entregando nuestras enfermedades a los Espíritus “curanderos del Más Allá” (preferencialmente con nombre germánicos o hindú) para que “curen” dolencias. Precisamos 2aprovechar la molestia como un periodo de lecciones, sobretodo como tiempo de aplicación de valores sobre todo alusivos a la convicción religiosa. La enfermedad puede ser considerada por termómetro de la fe”. (9)
No desconocemos la plausible intervención de los desencarnados en los procesos terapéuticos en la Tierra, más no se debe dar preferencia a ese
tipo de trabajo, en la suposición de curas o en la pérfida idea de robustecimiento del espiritismo por esos medios. ¡Es urgente no echar mano de la precaución! Aun mismo que el exceso en todo sea perjudicial, con todo, Kardec endiosa nuestra actitud diciendo que “en semejante caso, vale más pecar por exceso de prudencia que pecar por exceso de confianza.
Creemos que las “terapias alternativas”, “curanderismos” y la fascinación en la práctica mediumnica, son factores que han desestabilizado el plano [de la unión] entre los espiritas de la unidad doctrinaria. (11) Es poco significativo que un “cirujano del más allá del túmulo” haga desaparecer anomalías inhibidoras de deformes del cuerpo. Hasta porque el periespiritu conservará la patología, que se va proyectar para reencarnaciones futuras, excepto que nos ajustemos con la ley de la justicia, cubriendo con amor la “multitud de pecados” que cargamos. Jamás olvidemos que la cirugía transcendente puede hasta aun mismo refrenar temporalmente las dolencias físicas, más el amor, operando en los tejidos sutiles del alma, cura, purifica, y redime para la eternidad.
Según Divaldo Pereira Franco “es un temeridad transformar el centro espirita en un pequeño hospital pata atendimiento de todas las enfermedades, eso es una locura. Es un desvío de la finalidad de la práctica del Espiritismo. Podemos, si, hacer una actividad de atendimiento a los enfermos que son portadores de problemas en el área de la salud espiritual. Podremos aplicarles pases, darles agua fluidificada, si fuera el caso, más la función principal del Centro espirita es iluminar las conciencias de aquellos que la buscan.”(12)
Resalta el tribuno bahiano que cierta vez el Espíritu del “Dr. Fritz” quiso operar a Chico Xavier, en 1965, a través del médium no espirita Zé Arigó: - “Yo te cuero ese ojo. ¡Te hago la cirugía ahora! Dijo Arigó y Chico Xavier le respondió:- “No eso es un Karma. Mas como Karma continuará, pues va a aparecer en su lugar otra enfermedad. Como yo ya estoy acostumbrado con ese, yo lo prefiero. ¿Para qué voy a querer una enfermedad nueva?” (13)
Los espíritus no están disposición para promover curas de patologías que no es raro representan providencias correctivas para nuestro crecimiento espiritual en el buril expiatorio.
En ese sentido, los dirigentes de los núcleos espiritas deberían promover bases de estudios y reflexiones sobre las propuestas filosóficas, científicas y religiosas del espiritismo en vez de aceptar trabajos espirituales para los inocuos “curanderismos”.
Jorge Hessen
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POTESTADES CELESTIALES
Según la Iglesia católica, los ángeles se dividen en tres grandes jerarquías. ¿Cuáles son éstas?
Los de la primera y más alta jerarquía son designados según las funciones que ejercen en el cielo: son los Serafines, Querubines y los Tronos.
Los ángeles de la segunda jerarquía reciben sus nombres en razón de las operaciones que se les atribuye en el gobierno general del Universo: son las Dominaciones, las Virtudes y las Potencias o Potestades.
Los de la tercera jerarquía tienen por misión la dirección de las sociedades y de las personas: son los Principados, los Arcángeles y los Ángeles de la Guarda. (El Cielo y el Infierno, Primera Parte, cap. VIII, ítem 2.)
¿El Espiritismo admite la existencia de los ángeles?
Sí. No hay duda de que existen seres dotados de todas las cualidades atribuidas a los ángeles. La doctrina espírita en este punto confirma la creencia de todos los pueblos, haciéndonos conocer al mismo tiempo el origen y naturaleza de tales seres.
Las almas o Espíritus son creados simples e ignorantes, es decir, sin conocimientos ni consciencia del bien y del mal, pero aptas para adquirir lo que les falta. El trabajo es el medio de adquisición, y el objetivo –que es la perfección – es el mismo para todas. Lo consiguen más o menos rápido en virtud de su libre albedrío y en razón directa de sus esfuerzos; todos tienen los mismos peldaños que ascender, o el mismo trabajo que cumplir.
Los ángeles son (según la doctrina espiritista), pues, las almas de los hombres llegados al grado de perfección que la criatura puede lograr y disfrutan en su plenitud la felicidad prometida. Pero antes de alcanzar el grado supremo, gozan de una felicidad relativa al su adelantamiento, felicidad que no consiste en la ociosidad, sino en las funciones que Dios tiene a bien confiarles. (Obra citada, Primera Parte, cap. VIII, ítems 3, 12 a 14.)
En el Espiritismo son designados algunas veces con el nombre de ángeles, arcángeles o serafines y pertenecen al primer orden de la escala espiritista.
Este orden stá constituido por los Espíritus Puros y sus características generales son: no sufren ninguna influencia de la materia y revelan superioridad intelectual y moral absoluta con relación a los Espíritus de los otros órdenes. Se compone de una única clase. Estos Espíritus han recorrido todos los grados de la escala y se han despojado de todas las impurezas de la materia. Habiendo alcanzado la suma de la perfección de la que es susceptible la criatura, no tienen que sufrir más pruebas ni expiaciones. Los hombres pueden entrar en comunicación con ellos, pero sería muy presuntuoso aquél que pretendiese tenerles constantemente a sus órdenes. (Kardec, en “La Génesis”, cap. XV, ítem 2, considera a Jesús como un Espíritu Puro, lo que confirman León Denis y Emmanuel en el Libro “A Camino de la Luz”, cap. 1.) (Cap. I, Escala Espírita, págs. 82 y 83.)
( Autoría desconocida)
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Grupo de Estudios Avanzados Espíritas


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