martes, 16 de enero de 2024

Comunicado mediúmnico del Emperador Julio César

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- La semilla de nuestros dolores

2.- ¿  Reencarnación o Resurección?

3.- Formas de aplicación del Magnetismo

4.- Comunicado mediúmnico del Emperador Julio César


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LA SEMILLA DE NUESTROS DOLORES

Muchos sectores de la ciencia médica de hoy, ya admiten que, una gran parte de las enfermedades vienen de dentro (alma) para fuera, de arriba (mente) para abajo. Hasta los médicos más clasicistas, reconocen ya que las perturbaciones mentales y emocionales alteran profundamente el funcionamiento del organismo. 

¡A cuántos el dolor libra de hundirse más y más en la vorágine de las pasiones, ambiciones, vicios y bestialidad! ¡Cuan ignorantes somos, al considerar el dolor como un mal, cuando en realidad debemos tomarlo como un aliado en nuestro progreso evolutivo, purificador del alma, actuando como catarsis del magnetismo deletéreo producido por nuestros errores en el pasado; a la vez que sensibiliza el alma y despierta el Espíritu adormecido por una mente turbada por el mundo material! 
     El dolor, esa sensación desagradable (por la actitud mental de rechazo) que nos resistimos a aceptar voluntariamente, es una ley de la Naturaleza, en lo biológico; y LEY DE EQUILIBRIO CÓSMICO EN LO MORAL. La función biológica del dolor, es la conservación de la especie. Toda lesión orgánica produce dolor en cualquier forma de vida animal, y ese dolor impele a liberarse de la causa que lo produce, contribuyendo a su conservación, prueba elocuente de que el dolor es un factor biológico evolutivo. 
     Así como el dislocamiento de un miembro o la alteración funcional de un órgano provocan invariablemente una sensación de dolor o malestar físico; así también, toda adulteración de la biología psíquica, como fenómeno concomitante, produce sufrimiento, un dolor moral en nuestra alma. Y debido a la estrecha unión entre cuerpo y alma, esa desarmonía psíquica concluye fatalmente por reflejarse, tarde o temprano, sobre los órganos más sensibles del cuerpo físico-orgánico. Conocido es ya, por la ciencia médica, el efecto de las preocupaciones, y de los estados afectivos y emocionales sobre el sistema nervioso y sobre las glándulas endocrinas. De lo que se desprende que, la salud de la mente y del alma, preludian la salud del cuerpo. 
El dolor y el sufrimiento, en sus diversos aspectos, son factores necesarios para el despertar de la conciencia individual, en el seno de la Conciencia Cósmica, que es DIOS. Pero el ser humano, desconociendo la función útil del dolor en la formación de su Conciencia, se rebela y resiste aceptar su verdadero significado. Y mientras el hombre sea lo que es, y no se esfuerce voluntariamente en superarse a sí mismo; mientras tenga como mira la complacencia de los sentidos y no trate de superar voluntariamente sus imperfecciones morales, el dolor será parte integrante de su vida. 
     La humanidad no ha comprendido aún la verdadera función del dolor en la evolución del psiquismo; y busca el alivio en la ciencia médica, que se ocupa de la eliminación de los síntomas aparentes, en tanto que el dolor responde a una amplia ley de consecuencias, por ser la reacción de la ley violada, que se hace sentir en su acción de reconstrucción del orden, ya biológico, ya psíquico; reacción que algunos, indebidamente, denominan castigo. No es que sea contrario a la Ley buscar alivio en los casos de dolencias físicas, ya que en la misma naturaleza encontramos sustancias químicas y vegetales, que alivian el dolor físico y sanan o hacen desaparecer los síntomas de la enfermedad; sino que, mientras la deuda contraída al quebrantar la Ley no sea soldada, mientras el orden violado no sea restablecido, el dolor purificador volverá a manifestarse temprano o tarde. Y lo que en estos casos conseguimos es posponer el pago de la deuda, obteniendo (aunque inconscientemente) un nuevo plazo; pero, la deuda ha de ser pagada: ya voluntariamente con amor en la práctica del bien, ya compulsoriamente por el dolor purificador. 
     Tengamos siempre presente esta ley de equilibrio: TODA VIOLACIÓN TRAE SU REACCIÓN. Aquél que a su paso por la vida siembra dolor y tragedia, ¿qué habrá de cosechar? Pues... eso mismo. De aquí que insistamos en la imperiosa necesidad de: NO PRACTICAR EL MAL, NI SIQUIERA EN PENSAMIENTO O DESEO, SEAN CUALES FUEREN LAS CIRCUNSTANCIAS. 

     El desconocimiento de sí mismo y de la causa que motiva el dolor, así como su función depuradora, hace que el individuo no acepte de buen grado el dolor, y en las más de las veces se rebela, impidiendo así su función purificadora, el proceso depurador. Actuamos como niños al pretender evadirlo en vez de superarlo. Preferimos los placeres, creando con ello nuevas causas de dolor. 

     Por vía de comparación, pongamos el siguiente ejemplo de fácil comprensión: Cuándo una madre retira al niño del juego para hacer sus tareas escolares, lo hace con ese amor materno, y con miras al porvenir del hijo. ¿No es así? Sin embargo, al niño le agrada más seguir jugando y, a veces, patalea, y casi siempre comienza su tarea con desagrado, mayor o menor según la educación del niño. Asimismo, nuestra Madre Cósmica -DIOS- a través de Sus leyes, nos priva de los placeres cuando llega la hora y nos sumerge en el dolor, para nuestro progreso espiritual, que es el objeto real de la vida. Pero, nosotros en nuestra ignorancia, porque estamos aún en nuestra infancia evolutiva, recibimos el dolor purificador con desagrado, como un mal y no como un bien. 
     No busquemos fuera de nosotros ni en los demás el origen de nuestro dolor, de nuestros males, porque está en nosotros mismos, y NO IRA MAS ALLÁ DE NUESTRAS FUERZAS PARA SOPORTARLO. DURARA SOLAMENTE HASTA QUE SE AGOTE LA CAUSA QUE LO ORIGINO. NO NOS REBELEMOS, NO MALDIGAMOS EL DOLOR. En el paroxismo del dolor, cuando la fortaleza parezca ceder, cuando el abatimiento parezca dominarnos, ELEVEMOS EL PENSAMIENTO AL ETERNO AMOR, PIDIENDO LUZ Y FUERZAS PARA SOPORTARLO. Abracemos el dolor y éste perderá su fuerza. 

Sebastián de Arauco


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              ¿ Reencarnación o Resurrección?

      Este aparente dilema ha sido un escollo insalvable entre diferentes religiones que por él se han dado la espalda mutuamente, sin embargo, nosotros solo vamos a hacer un somero análisis de los mismos para ver si vislumbramos la verdad de esta cuestión, que es lo que de verdad nos importa.      

      La Reencarnación es un fenómeno natural y cotidiano tanto como lo es también el fenómeno contrario: La desencarnación,.

      La reencarnación es  consecuente con la Ley de Evolución, por la cual los seres espirituales regresamos repetidas veces a la vida física, en nuevos cuerpos físicos y  bajo nuevas personalidades humanas, a fin de adquirir las necesarias experiencias que nos  permitan evolucionar en nuestra parte espiritual.

           La Resurrección, en lo que se refiere al cuerpo físico, es una  antigua  creencia judeo-cristiana  procedente   del primitivo pueblo  hebreo, que a la idea que hoy llamamos  reencarnación le llamaban  resurrección, como vuelta a la vida física de nuevo. Pero esto se tergiversó y se tradujo como la vuelta de nuevo a este mundo, pero con el mismo cuerpo que ya se tuvo y que murió; por tanto, para regresar a este mundo con el mismo cuerpo tendría necesariamente  que resucitar primero, volviendo a la vida en los despojos que formaron su cuerpo que tuvo antes de la muerte del mismo. Evidentemente, hay que señalar que  el concepto de la resurrección, tal y como lo admiten y enseñan las religiones cristianas, solamente supone  un mito  religioso y un disparate desde cualquier punto de vista,  porque  la realidad es que no puede existir como tal,  ya que una vez que se  consuma la muerte de la persona, y se cortan los lazos energéticos vitales que  mantenían unido al Espíritu  con su  cuerpo, el Ser se encuentra libre en un espacio no físico, o sea, en otra dimensión de su realidad, y el cuerpo carnal abandonado comienza inmediatamente su natural proceso de disgregación celular y de descomposición, para la reintegración de sus elementos a la tierra, de donde una vez salieron, porque en el cadáver ya no queda ningún  elemento de cohesión celular  pues ya  no hay ninguna energía vital;  por lo tanto el fenómeno de la muerte cuando es  real, una vez completado, ya  es absolutamente irreversible; de modo que así regresan  los elementos que  lo integraban, a la Naturaleza, pudiendo a su vez, con el tiempo, pasar a formar parte junto con  los elementos minerales que lo componen, de otros cuerpos vegetales, animales o humanos.

        La  resurrección de la materia corporal, como tesis, plantea muchos problemas insolubles desde la razón y desde la lógica, Cuando muere un niño pequeño, ¿Qué méritos o deméritos podría tener para un premio o un castigo eternos? Estos son algunos de los enigmas sin respuesta bajo la admisión del concepto de la resurrección de la carne y de una única existencia.

   Sin embargo  si con la  palabra  resurrección   nos referimos  a que el Ser espiritual   tras la muerte del cuerpo resucita o despierta, ya fuera de su cuerpo material, en un plano de existencia espiritual  que llamamos “más allá”, va recobrando poco a poco sus  normales facultades como Espíritu libre que más tarde  tendrá que regresar  al mundo terrenal de nuevo para continuar experimentando, aprendiendo y evolucionando en otra nueva experiencia  humana.  Entonces el vocablo “Resurrección”  adquiere otro sentido muy distinto al del concepto que se le asignó.

  Además,  la acepción normal que se le atribuye, de “resurrección de la carne”,  o sea de la misma carne, resulta  totalmente absurdo y falso ante la razón y  ante la ciencia, además de que  ante un elemental sentido de la Justicia Divina, sería aberrante  la existencia de la  resurrección de los cadáveres, si existiese,  tal  y como se entiende. De ahí la tradición cristiana de enterrar suntuosamente los cadáveres, pensando que los mismos un día resucitarán, y no viendo con buenos ojos la cremación de los mismos, porque parece que es una dificultad añadida para que un día resuciten, cuando el paso de los años y los siglos les produce los mismos efectos que la cremación.

    En el ejemplo expuesto de la muerte de ese niño pequeño, sin embargo, también adquiere mayor sentido esa muerte prematura si consideramos que ha podido ser como prueba  para él mismo o para sus padres, a la que él mismo se sometió voluntariamente  desde antes de nacer en esta vida, o bien porque el poco tiempo que ha vivido en esta vida es el tiempo que le faltó en otra anterior en la que murió prematuramente, tal vez por   su decisión o su  irresponsabilidad.

- Jose Luis Martín-

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    “Jesús a Nicodemo: “ Os es necesario nacer de nuevo”
 -    Evangelio Juan 3-7   -

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    FORMAS DE APLICACIÓN DEL MAGNETISMO



Pases  (imposición de manos):

Es  una técnica conocida desde la más remota antigüedad . Fue practicada por Jesús para liberar a los poseídos y sanar a los enfermos. 

Mediante la imposición de manos se establece la relación magnética entre el pasista y el sujeto. Se pueden aplicar de  modo Simple o doble, según se empleen una o dos manos, colocadas sobre la cabeza del paciente. Así se concentra el magnetismo en la glándula Pinneal, el Centro Coronario, y se irradia para todo el organismo físico y periespiritual, vitalizándolos.

    Pase es una palabra de origen latino que significa "pasar", es decir, llevar de un lugar a otro. Es el procedimiento magnético más extendido y más eficaz, y se define, sencillamente, como una transfusión de flujo magnético, de un donante a un receptor; en esencia es un acto de amor, en el que se cede algo propio en beneficio de alguien que necesita auxilio.

De acuerdo con su origen, el pase puede ser:           

 - Magnético, que puede ser aplicado por cualquier persona, ofreciendo su magnetismo personal a un receptor.

- Mediúmnico , es el pase aplicado por un médium en trance. El magnetismo es del médium, pero la dirección del proceso es realizada por el Espíritu. El médium puede estar en trance consciente, semi-consciente o inconsciente.

- Espiritual,  cuando la aplicación del magnetismo es directamente por los Espíritus, sin intermediarios corporales, a una persona o a un grupo.   

   Según la dirección imprimida, pueden ser: Transversales , longitudinales, y circulares.

  En el pase Transversal, se pasan  las manos y los brazos de forma cruzada. Las palmas de las manos se muestran hacia el sujeto y los dedos tienen una ligera inclinación hacia arriba; en esa actitud, la mano derecha vendrá a situarse frente al hombro izquierdo y la izquierda, en igual posición en el derecho. Colocados los brazos frente al receptor o paciente, de modo que estén cruzados por el antebrazo, se descruzan enérgicamente para volver a cruzarlos, y así se sigue procediendo durante el tiempo que se estime oportuno, que suele oscilar entre cinco y diez minutos. Este es un pase de dispersión que altera el campo magnético del sujeto, y tiene efectos de limpieza psíquica, pues remueve fluidos negativos adheridos y sirve para despejar y quitar influencias, dispersando los fluidos deletéreos que envuelven a la persona obsesa.

  En el Longitudinal se pasan las manos a lo largo del cuerpo del receptor. Es un pase de carga, de fortificación magnética, que se hace de arriba a abajo y teniendo al sujeto de frente. Estos pases se ejecutan imponiendo las manos sobre la cabeza con los dedos ligeramente separados unos de otros. Se descienden las manos, una por el lado derecho del sujeto, y otra por el lado izquierdo a lo largo del cuerpo, llegando hasta el

epigastrio o hasta la rodilla, si la persona está sentada, o hasta los pies, si está levantada o tendida en una cama o diván.

  Los movimientos de las manos y brazos deben ser lentos pero continuos y no debe emplear mayor fuerza muscular. Las manos estarán situadas a unos diez centímetros del cuerpo del paciente. Al final de cada pase, las manos pueden sacudirse y se vuelven a colocar sobre la cabeza para reiniciar la operación. Si se realiza a la inversa, de abajo hacia arriba, un efecto contrario de descarga.

  En el circular se mueve la mano en forma rotatoria siguiendo el movimiento de las agujas del reloj, en una zona determinada. Mediante este pase se concentra energía en una zona específica del cuerpo físico, relacionada con los centros energéticos.

El Soplo  :    Conocido también como "insuflación", es una manera de aplicar el magnetismo soplando aire por la boca, hacia las zonas afectadas y puede ser   Caliente o Frío.

  En el caliente se emite aire estomacal que, efectivamente, lleva un hálito cálido y es concentrador de fluidos

  Magnetización  de Agua .-  El agua es un excelente conductor y acumulador electro magnético. Después de fludificada actúa como un eficaz conductor de energías que restablecen la salud y la armonía orgánica. El procedimiento es simple: Se colocan las manos en torno a un recipiente de agua potable y se mueven lentamente a su alrededor, provocando cambios en la estructura y en las propiedades del agua, y a veces en su color, olor y sabor. El agua fluidificada o magnetizada, preferiblemente debe ser bebida para que  ejerza sus efectos medicamentosos a través de las vías internas del organismo, aunque también puede aplicarse externamente sobre alguna zona afectada del  cuerpo.

  Se ha comprobado la acción eficaz del agua magnetizada en la resolución de estados febriles  y trastornos estomacales o intestinales.

- Jon Aizpúrua- ( tomado de su obra " Tratado de Espiritismo")                                                                                                 

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COMUNICADO MEDIÚMNICO  DEL EMPERADOR  JULIO CÉSAR           

                                                                   

                                                               

        " Hasta el presente, no encarasteis las guerras sino bajo el punto de vista material: guerras intestinas, guerras de pueblos contra pueblos; no habéis visto allí más que conquistas. esclavitud, sangre, muerte y ruinas. Es ya tiempo de considerarla desde un punto de vista moralizador y progresivo. La guerra siembra a su paso la muerte y las ideas; las ideas germinan y crecen. El Espíritu después de fortalecerse  en la vida espírita, viene a hacerlas fructificar. Por lo tanto, no agobiéis con vuestras maldiciones al diplomático que preparó la lucha, ni al capitán que llevó a sus soldados a la victoria. Grandes luchas se preparan, luchas del bien contra el mal; de las tinieblas contra la luz; luchas del espíritu de progreso contra la ignorancia estacionaria.  Esperad con paciencia, porque ni vuestras maldiciones ni vuestros elogios podrán cambiar nada de  la  Voluntad de Dios.  Él siempre sabrá mantener o alejar sus instrumentos del teatro de los acontecimientos, según hayan cumplido su misión o abusado de la misma para servir sus puntos de vista personales, del poder que hubieran adquirido por sus éxitos.  Tenéis el ejemplo del Cesar moderno, o el mío. A través de diversas existencias miserables y oscuras he debido expiar mis faltas, y he vivido mi pasada existencia en la Tierra con el nombre de Luis IX."

- Julio César-

  (Texto obtenido de la Revista Espírita de 1859, de Allán Kardec)

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