jueves, 3 de agosto de 2023

Cerrando ciclos

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- El motivo de la vida

2.- Origen y conocimiento de la Ley Natural

3.-El Periespíritu y su funcionalidad. Formas y apariencias (1ª)

4.- Cerrando ciclos

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                 EL  MOTIVO DE LA VIDA  

                                                   Reflexión


Siempre me he hecho muchas preguntas, preguntas muy profundas. Son preguntas de esas que se llaman existenciales. 
Siempre he querido saber el motivo de mi vida, de la vida de todos nosotros. 
¿Quién soy yo? ¿Por qué existo? ¿Por qué existen los demás? ¿Qué hacemos aquí? ¿Hemos venido hacer algo en particular? ¿Por qué nacemos, por qué nos morimos? ¿De dónde venimos, a donde vamos? ¿Hay algo después de la muerte? 
     Y ahí no acababa todo. Otras veces intentaba buscar la respuesta al gran número de injusticias que veo en el mundo. 
     ¿Por qué la vida es tan injusta? ¿Por qué hay niños que desde su nacimiento, que en su vida han hecho daño a nadie, sufren tan atrozmente, por hambre, guerra, miseria, enfermedad, abusos, malos tratos, porque no los quiere nadie, mientras otros nacen sanos, en un entorno feliz y son amados? 
     ¿Y por qué unas personas enferman y otras no? ¿Por qué unas personas viven mucho tiempo y otras mueren casi al nacer? ¿Por qué existe el sufrimiento, la maldad? ¿Por qué hay gente buena y gente mala, gente feliz y gente desgraciada? ¿Por qué he nacido en esta familia y no en otra? ¿Por qué me pasan estas desgracias a mí y no a otra persona? ¿Por qué le pasa tal otra desgracia a otra persona y no a mí? ¿De qué depende todo eso? 
     Otras veces eran preguntas respecto a los sentimientos. 
     ¿Por qué no soy feliz? ¿Por qué quiero ser feliz? ¿Cómo puedo ser feliz? ¿Encontraré un amor que me haga feliz? ¿Qué es el amor, qué son los sentimientos? ¿Qué es lo que yo siento? ¿Merece la pena amar? 
     ¿Sufrimos más cuando amamos o cuando no amamos? 
     Supongo que tú, en algún momento de tu vida, también te las habrás hecho o te las sigues haciendo de vez en cuando. Pero como estamos tan entretenidos en nuestro día a día cotidiano, son pocos los momentos en los que nos las planteamos conscientemente y poco el tiempo que dedicamos a intentar resolverlas. 
     Tenemos muchas obligaciones, tenemos muchas distracciones. Y como aparentemente no encontramos la respuesta y el buscarla nos hace sentirnos inquietos, preferimos dejarlas aparcadas en un rincón en nuestro interior, tal vez creyendo que así sufriremos menos. 
     ¿Existe una respuesta a cada una de estas preguntas? Pero no busco una respuesta cualquiera, sino una respuesta que sea verdadera. 
     ¿Existe una verdad? ¿Cuál es la verdad? ¿Dónde buscar la verdad? ¿Cómo reconocer la verdad? 
     He buscado durante mucho tiempo la respuesta en lo que se nos ha enseñado desde pequeños: las Religiones, la Filosofía, la Ciencia. Cada una tenía su cosmogonía particular, una forma de entender el mundo. 
     Pero siempre parecía haber un límite, tanto en las religiones como en la ciencia, para explicar la realidad tal y como yo la percibía. Siempre he encontrado respuestas incompletas, incoherentes unas con otras, alejadas de la realidad, que seguían sin responder satisfactoriamente a mis preguntas. 
     Por mucho que intentara profundizar, al final encontraba un muro infranqueable, la respuesta final que obstaculizaba mis deseos de indagar más y más. 
     La respuesta final que obtenía de la religión era, más o menos, esta: “Es la voluntad de Dios. Sólo él lo sabe. Nosotros no lo podemos comprender”. Es decir, que no podemos comprender por qué unos nacen en circunstancias más o menos favorables, por qué unos 
enferman y otros no, por qué unos mueren antes y otros después. No podemos comprender qué es lo que pasa después de la muerte, por qué te ha tocado vivir con esta familia y no en otra, por qué en este   mundo, por qué permite Dios que haya injusticias en el mundo etc., etc. etc.
     La respuesta final que obtenía de la ciencia era más o menos esta: hay una explicación física para todo, pero a nivel filosófico, las respuestas a casi todo son: “Es fruto de la casualidad” o “no puede demostrarse científicamente que tal o cual cosa exista o no”. Es decir, no hay una  razón por la cual existes, no hay un motivo particular por el que vivir. Si naces en las circunstancias en las que naces, más o menos favorables, es por azar. Si te toca estar enfermo o sano de nacimiento, nacer en una familia u otra, morirte antes o después, y no a otro, es por azar. No se puede demostrar científicamente que exista la vida antes del nacimiento, ni la vida después de la muerte. No se puede demostrar científicamente que exista Dios, etc. 
     La mayoría de gente se posiciona en esas respuestas aprendidas y cuando quieres hablar con alguien sobre estos temas, los que son creyentes de la religión te responden más o menos en estos términos: “Es la voluntad de Dios. Sólo él lo sabe. Nosotros no lo podemos comprender.” 
     Y los que se han posicionado como cientificistas o creyentes de la ciencia, que creen saber más que los del primer grupo, te dicen: “Es fruto de la casualidad” o “no puede demostrarse científicamente”. 
     Había otro tercer grupo de gente que me respondía: “Mira. No lo sé. No sé cuales son las respuestas a tus preguntas, pero no estoy interesado ni en preguntármelas ni en responderlas.” 
     Y cuando les respondo a todos: “Lo siento pero esas respuestas no me sirven. No me sirven porque no responden a mis preguntas”. 
     Los primeros me dicen: “Es por falta de fe. Cuando tengas fe no te hará falta saber más”. 
     Los segundos me dicen: “Es porque te falta instrucción. La Ciencia te dará la respuesta y verás que es la que yo te digo: “que está  demostrado científicamente que no se puede demostrar científicamente”. 
     Los terceros me dicen: “Tengo una hipoteca que pagar, una familia que mantener, un coche que pagar, un fin de semana para irme de viaje. No me calientes la cabeza con esos temas porque ya tengo algo en lo que ocuparme.” 
      La Doctrina espírita me dio todas las contestaciones razonadas y lógicas a mis innumerables preguntas. Cada cuál que saque sus conclusiones.

  Ángeles C.M de su Libro: Somos seres espirituales,). 

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  ORIGEN  Y CONOCIMIENTO DE LA LEY


 NATURAL 

624. ¿Cuál es el carácter del verdadero profeta?

«El verdadero profeta es un hombre de bien inspirado por Dios. Puede conocérsele por sus palabras  y por sus hechos. Dios no puede servirse de los labios del mentiroso para enseñar la verdad».

625. ¿Cuál es el tipo más perfecto que Dios ha ofrecido al hombre, para que le sirviese de guía y modelo?                                                                                                                                                            
«Contemplad a Jesús».
 Jesús es para el hombre el tipo de la perfección moral a que puede aspirar la humanidad en la Tierra. Dios nos lo ofrece como el modelo más perfecto, y la doctrina que enseñó es la más pura expresión de su ley; porque estaba animado del espíritu divino y es el ser más puro que ha venido a la tierra.

 Si algunos de los que han pretendido instruir al hombre en la ley de Dios lo han extraviado a veces con principios falsos, es porque ellos mismos se han dejado dominar por sentimientos demasiado terrestres, y por haber confundido las leyes que rigen las condiciones de la vida del alma con las que rigen la vida del cuerpo. Muchos han dado como leyes divinas las que sólo eran leyes humanas, creadas para favorecer las pasiones y dominar a los hombres.

 626. ¿Las leyes divinas y naturales sólo han sido reveladas a los hombres por Jesús, y antes de él no las conocieron más que por intuición?

«¿No hemos dicho que están escritas en todas partes?                                                                                                                                
    Los hombres que han meditado sobre la sabiduría han podido, pues, comprenderlas y enseñarlas desde los más remotos siglos, y con su enseñanza, aunque incompleta, han preparado el terreno para recibir la semilla. Estando escritas las leyes divinas en el libro de la naturaleza, el hombre ha podido conocerlas, cuando ha querido buscarlas, y por esto los preceptos que ella consagra han sido proclamados en todas las épocas por los hombres de bien, y por esto también se encuentran sus elementos en la doctrina moral de todos los pueblos que han salido de la barbarie, aunque incompletos o alterados por la ignorancia y la superstición».

627. Puesto que Jesús enseñó las verdaderas leyes de Dios, ¿ cuál es la utilidad de la enseñanza dada por los espíritus? ¿Tienen algo nuevo que enseñarnos?

«La palabra de Jesús era a veces alegórica y en forma de parábola; porque hablaba con arreglo a los tiempos y lugares. Hoy es preciso que la verdad sea inteligible para todos. Es necesario explicar y desarrollar esas leyes, puesto que hay pocas personas que las comprendan y menos aún que las practiquen. Nuestra miisión es la de impresionar los ojos y los oídos para confundir a los orgullosos y desenmascarar a los hipócritas, a los que practican las exterioridades de la virtud y de la religión para encubrir sus vicios. La enseñanza de los espíritus debe ser clara e inequívoca, a fin de que nadie pueda pretextar ignorancia y de que sea posible a cada uno juzgarla y apreciarla con su propia razón. Estamos encargados de preparar el reino del bien anunciado por Jesús, y por esto no ha de ser lícito que pueda cada cual interpretar la ley de Dios a gusto de sus pasiones, ni falsear el sentido de una ley que es toda amor y caridad».

628. ¿Por qué la verdad no ha sido puesta siempre al alcance dé todo el mundo?

«Es preciso que todo llegue a su tiempo. La verdad es como la luz, a la cual es necesario acostumbrarse poco a poco, pues de otra manera deslumbra».
«Nunca ha sucedido que Dios haya permitido al hombre recibir comunicaciones tan completas e instructivas como las que hoy recibe. Como sabéis, habla en los antiguos tiempos algunos individuos que poseían lo que consideraban como una ciencia sagrada, y de la cual hacían un misterio para los que reputaban profanos. Por lo que conocéis de las leyes que rigen esos fenómenos, debéis comprender que no recibían más que algunas verdades diseminadas en medio de un conjunto equívoco y emblemático la mayor parte de las veces. Sin embargo, para el hombre estudioso no hay ningún sistema filosófico antiguo, ninguna tradición, ni ninguna religión que deba despreciarse; porque todo contiene gérmenes de grandes verdades que, aunque parezcan contradictorias entre sí, aunque esparcidas en medio de infundados accesorios, son fáciles de coordinar, gracias a que el espiritismo os da la clave de una multitud de cosas que, hasta ahora, pudieron pareceros irracionales, y cuya realidad os es demostrada actualmente de un modo irrecusable. No dejéis, pues, de tomar en esos materiales asuntos de estudio, puesto que son muy abundantes y pueden contribuir notablemente a vuestra instrucción».

LIBRO TERCERO  LEYES MORALES CAPÍTULO I  LEY DIVINA O NATURAL 
 Libro de los Espíritus - Allan Kardec 

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EL PERIESPÍRITU Y SU FUNCIONALIDAD.

         FORMAS Y APARIENCIAS

( Parte 1ª de dos partes)

                                 


El periespíritu es la envoltura fluídica del espíritu, de la que no se separa después de la muerte del cuerpo, formando una sola estructura, porque no puede concebirse al uno sin el otro. El periespíritu fue así denominado por Kardec, por considerarlo como un envoltorio alrededor del espíritu, aunque ya era conocido desde la antigüedad con otros nombres. Es el "Ka " de los egipcios; "el carro sutil del alma", según Pitágoras; el "cuerpo espiritual" de Pablo de Tarso; "astroide", para los neopitagóricos de Alejandría; el "cuerpo Aromal" de Fourier; el "cuerpo astral o doble etérico" de muchas escuelas ocultistas, o el "cuerpo bioplasmático", de investigadores modernos.
     Es el intermediario fluídico que sirve de lazo de unión entre el cuerpo y el espíritu, del que forma parte integral y del cual es el agente o instrumento de su acción. Durante la vida encarnada, el cuerpo recibe las impresiones externas y las transmite al espíritu por medio del periespíritu, sirviendo de vehículo natural que relaciona y sostiene en equilibrio constante los poderes inteligentes del espíritu con las funciones mecánicas del organismo. El periespíritu está formado por fluídos en diversos estados de condensación. Las áreas más densas están más cercanas al organismo físico y las más sutiles están próximas al espíritu. Está impregnado por el Fluído Vital, que es una de las expresiones del Fluído Cósmico Universal o energía básica, unitaria, que todo lo envuelve. Gracias al Fluído Vital el periespíritu cumple adecuadamente su función mediadora..
     Siendo el hombre la síntesis de dos principios distintos, uno de orden inteligente, el alma, y el otro de orden mecánico, el cuerpo, necesita indispensablemente un intermediario que una el sujeto que piensa con el objeto pensado, algo que sirva de sustrato fluídico a las abstractas percepciones de la entidad inteligente, en relación con las leyes fisiológicas del organismo.
     En la vida física cada uno de los sentidos tiene un órgano específico, a través del cual percibe un determinado orden de sensaciones. En la vida desencarnada, sin embargo, como los órganos físicos han desaparecido, la sensibilidad anímica se halla como condensada en un sentido único, por toda la estructura del periespíritu. Así como en la vida física hay un número de facultades diversas, en la vida psíquica hay una facultad  única, como una conciencia general de todas las potencias del espíritu. Ocurre en el ser encarnado, un proceso de análisis por el que toda la potencialidad se descompone en facultades diversas, mientras en el ser desencarnado se produce una síntesis, donde todas las facultades se condensan y unifican..
     Por sus características, propiedades y funciones, se establece que el periespíritu es fluídico, de materia sutil, invisible e inapreciable a nuestros sentidos corporales (aunque puede tornarse temporalmente visible y palpable), extensible (se puede proyectar fuera del cuerpo físico en los desdoblamientos), sensible a la acción magnética e hipnótica, dotado de gran plasticidad, pues se modifica en el proceso reencarnatorio o en las manifestaciones ectoplásmicas mediúmnicas, siguiendo la voluntad del espíritu, y de estructura en permanente e intensa vibración,
     El periespíritu no es el reflejo del cuerpo físico, sino que por el contrario, este se constituye sobre la base de aquel, como un molde en donde está contenida la forma que el ser conserva de su última encarnación y que plasma al nuevo individuo, dirigiendo el proceso ontogenético. El periespíritu siempre se mantiene unido al espíritu. En la dimensión espiritual donde ingresa el ser después de la desencarnación, el espíritu se descubre dotado de un cuerpo similar al que tuvo en su reciente experiencia terrena: es su cuerpo periespiritual.(2)
     Existe una relación directa entre la apariencia del espíritu y su grado de perfección moral. La naturaleza fluídica del periespíritu le hace susceptible a la influencia de la mente y sus vibraciones.
...//...

(2).- En lo referente a cualquier forma concreta y detallada, en especial en lo que se refiere a los "vestidos" y otros complementos con que se presentan los espíritus, es consecuencia de una creación fluídica del pensamiento o ideoplastia formada por el propio espíritu, consciente o inconscientemente (voluntaria o automática)- (Remitimos al Libro de los Médiums cáp, VIII. Laboratorio del Mundo Invisible- Trajes de los Espíritus)

( Continúa en la siguiente publicación)

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CERRANDO CICLOS

                                                                             


Siempre es preciso saber cuándo una etapa llega a su final. Si insistiéramos en permanecer en ella  más del tiempo necesario, perderíamos la alegría y el sentido de las otras etapas que precisamos vivir. Cerrando ciclos, cerrando puertas, terminando capítulos. No importa el nombre que demos, lo que importa es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya se acabaron.

¿Fue despedida del trabajo?

Terminó con una relación amorosa?

¿Dejo la casa de sus padres?

¿Partió  para vivir en otro país?

¿La amistad cultivada durante bastantes años se acabó?

Podemos pasar mucho tiempo preguntándonos por que ha pasado eso…

Podremos decir incluso para nosotros mismos  que no daremos un paso  mientras no entendamos  las razones que llevaron a que ocurriesen ciertas cosas,  que eran tan importantes en nuestras vidas, hayan sido convertidas en polvo. Mas tal actitud será un desgaste inmenso para todos: para sus padres, para sus amigos, sus hijos, sus hermanos, todos estarán cerrando capítulos, pasando la hoja, siguiendo adelante,  y todos sufrirán al ver  que usted está parado. Nadie puede estar  al mismo tiempo en el presente y en el pasado. Ni incluso aun cuando intentamos entender las cosas que nos acontecen.

Lo que pasó no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos que se sienten culpables o rencorosos con los padres, amantes que reviven noche y día  una relación que fue y que se fue y no tiene la menor intención de volver. Las cosas pasan, y lo mejor que podemos hacer  es dejar que ellas realmente  se puedan ir, aunque… Por eso es tan importante (por más doloroso que sea) destruir los recuerdos, cambiar de casa, dar muchas cosas para los orfanatos, vender o donar los libros que poseemos.

Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que está aconteciendo en nuestro corazón… y deshacerse de ciertos recuerdos significa también abrir espacio para que otros tomen su lugar. Dejar ir las cosas. Soltar lastre. Desprenderse. Nadie está jugando en esta vida con cartas marcadas, por tanto algunas veces ganamos y otras perdemos…

No esperes que te devuelvan algo, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor. Deja  de encender su televisión emocional y asistir siempre al mismo programa, que muestra como sufriste con determinada perdida: eso solo te estará  envenenando, y nada más.

No hay nada más peligroso que el rompimiento de las relaciones amorosas porque no son aceptadas, promesas de empleo que no tienen fecha marcada, decisiones que siempre son odiadas en nombre del “momento ideal”.

Antes de comenzar un capítulo nuevo, es preciso terminar el antiguo: ¡Dígase a sí mismo que lo que pasó, jamás volverá! Acuérdese de que hubo una época en la que podía vivir sin aquello, sin aquella persona – nada es insustituible, un hábito no es una necesidad. Puede parecer obvio, puede ser muy difícil, pero es muy importante.

Cerrando ciclos. No por causa del orgullo, por incapacidad, o por soberbia, sino porque simplemente aquello ya no encaja en nuestras vidas.

Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude la alfombra. Deja de ser quien eras, y transfórmate en quien eres. Tórnate una persona mejor y asegúrate de que sabes  muy bien quién eres tú mismo, antes de conocer a alguien y de esperar que el vea quien eres tú. Y acuérdate: “Todo lo que llega, llega siempre por alguna razón”.

(Fernando Pessoa) aportado por Marco Aurelio Rocha

Traducido por: M. C. R

 

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