martes, 30 de septiembre de 2014

Mediums: ¿ Nacen o se hacen ?


               ¿El médium, nace o se hace?.-

Se podría afirmar que lo uno y lo otro. Ambas cosas lo son indistintamente, porque existen mediums naturales que nacieron con su facultad ya desarrollada, y otros en la que esta se manifiesta y desarrolla a lo largo de su vida; en ambos casos, a todos les cabe la obligación de adquirir una formación adecuada para controlar y dirigir su facultad en vez de que esta les dificulte la vida a ellos mismos, evitando ser instrumento o juguete de los llamados “espíritus inferiores”.
Hay que tener en cuenta que las facultades de la mente humana, en particular las de su subconsciente, son mucho mayores de lo que la gente se imagina, y no se pueden explicar por el método científico ordinario. La facultad mediúmnica se relaciona con el organismo físico y es independiente del grado de moralidad del médium; sin embargo el uso que se le dé sí puede ser más o menos bueno, según sean las cualidades morales del médium.
La mediumnidad natural y espontánea se desarrolla normalmente sin riesgos, pero sin embargo,en el caso de los niños, si supone cierto riesgo esta activación , porque se puede sobreexcitar su imaginación infantil y debilitar su sistema nervioso en desarrollo, causándoles problemas psicológicos y mentales.
La facultad mediúmnica parece ser que tiene relación directa con el centro de energía vital situado en la base de la columna vertebral, que irradia con su potente fuerza magnética a los demás centros magnéticos o chacras, a los que vivifica y despierta.
La etapa de este despertar mediúmnico en niños y jóvenes, parece ser que se manifiesta sobre todo con mas intensidad y frecuencia, cada siete años, es decir, a los siete, a los catorce, y a los veintiuno respectivamente; a partir de ahí su aparición es menos frecuente. La manifestación de la facultad es delicada y peligrosa, sobre todo en las dos primeras edades citadas debido a la inmadurez psíquica en esas edades, por lo que el iniciado deberá aprender a desarrollar una fuerte voluntad y auto-control sobre las sensaciones e influencias psicológicas que percibe de modo cada vez más sensible cuanto más despierta está su mediumnidad. A pesar de las tres edades citadas en las que más casos aparecen, no significa esto que no aparezca también, a veces, en otros momentos intermedios de la vida ; esto depende de su desarrollo físico, psíquico y moral.
Es muy importante desde el principio del desarrollo y uso de su facultad , que el médium sepa diferenciar la clase de Espíritu que se le aproxima y que intenta influir y manifestarse a través de él, para poder rechazar aquellos que le puedan causar problemas de cualquier clase. El escudo más fuerte que tiene el médium para rechazar las malas influencias es su propio perfeccionamiento moral, porque manteniéndose en una elevada tónica espiritual, los Seres desencarnados que se le puedan aproximar, no lo harán si son de una más baja condición moral que el médium; es una simple cuestión de afinidad de sintonía vibratoria.
No olvidemos que en el universo tanto visible como invisible, existe una Ley llamada de Vibración y otra de Afinidad, de las que en su momento hablaremos, que no dejan de actuar, y por las que todo cuanto existe emite una vibración propia de sus energías; las semejantes se atraen y cuanto más diferentes son , más se repelen y más distantes están. A poco que nos fijemos, nos daremos cuenta de que esto sucede naturalmente entre las personas, en cuanto a sus relaciones humanas y sociales.
Para que el joven médium, en desarrollo sepa diferenciar entre esta clase de aproximaciones, es muy conveniente una adecuada formación espiritual y orientación que puede encontrar en los Centros Espíritas, con el asesoramiento de personas muy preparadas y formadas. Hasta tanto este proceso no se haya completado y el médium no haya madurado y se haya formado correcta y suficientemente, no es conveniente su participación en trabajos mediúmnicos. Una vez presentada la mediumnidad se la debe educar del mismo modo que se debe educar cualquier otra facultad de naturaleza intelectual o artística; la persona debe desarrollar adecuadamente esa aptitud para aprender a canalizar sus energías sacando los mejores resultados posibles. Esta educación debe ser permanente para ir ampliando cada vez más sus facultades psíquicas. Para educar la mediumnidad existen requisitos fundamentales, como lo son el estudiarla, conociendo sus posibilidades y conociendo el Espiritismo, que es la doctrina de los espíritus que explica el fenómeno de la mediúmnidad. Sin esto el médium difícilmente pasa a la superstición, con el gran escollo para la mediumnidad que es el estado de obsesión espiritual.
Aunque existen niños en los que su facultad mediumnica les acompaña desde su más tierna infancia, el ejercicio de la misma es desaconsejable debido a una doble problemática: física y mental. A esas tiernas edades las deficiencias en un sentido o en otro no son nada extrañas, por lo que un elemental sentido de la prudencia aconseja evitar compartir el trabajo mediúmnico junto a los niños en general. La imaginación infantil es especialmente excitable, debido a lo cual se pueden ocasionar consecuencias peligrosas en cuanto a su equilibrio y estabilidad espiritual. El niño, por naturaleza, vive en un mundo aparte, casi restringido a los juegos infantiles, lo que le supone mostrarse inerme ante ciertos espíritus perversos que podrían aprovechar su fragilidad e inocencia para ejercer un asedio psíquico y mental sobre el mismo.
Desarrollar una mediumnidad supone ponerse en estrecha relación magnética, mental y moral con los más diversos seres espirituales, y el frágil organismo infantil puede sufrir los efectos de una aproximación espiritual negativa.
Una forma muy eficaz de proteger a estos médiums incipientes, de los posibles riesgos que supone su ejercicio debido a la clase de seres espirituales con quienes se trata, es orando por ellos, dándoles la debida formación moral y mediúmnica, y ayudándolos mediante “pases magnéticos” aplicados por personas responsables y debidamente preparadas en cuanto a las nociones doctrinarias y filosóficas que el Espiritismo aporta para su comprensión.

-Jose Luis Martín-
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Se la encuentra en los niños y en los viejos, en los hombres y en las mujeres, cualquiera que sea su temperamento,el estado de salud y el grado de desarrollo intelectual y moral”.

-El Libro de los Médiums
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VISIÓN CORRECTA DEL ESPIRITISMO
Por Nazareno Tourinho

Es innegable que el Espiritismo, esencialmente, como hecho natural, como ley de vida, es de todos los tiempos, se encuentra aunque de un modo difuso o velado en el aliciente de todas las creencias inmortales, razón por lo que debe ser concebido no como una secta particular y si como elementos capaz de fortalecer las diversas religiones y abrir camino para que ellas se encuentren con las variadas ciencias, llevando al hombre a cumplir de manera integral su destino en este mundo, a través del desenvolvimiento tanto de las potencialidades sentimentales como intelectivas. Siendo así, nada impide que un católico, un teósofo, un amante de la Umbanda o del esoterismo sea también espirita, cara al carácter universalista, cósmico, del Espiritismo, y quien quisiera defender esta posición ciertamente descubrirá algunas frases de Allan Kardec para apoyarse. Con todo, solamente será espirita en parte, y no de un modo completo, pues es igualmente indiscutible que la verdadera Doctrina Espirita está en la enseñanza que los Espíritus dieron (“El Libro de los Espíritus”, introducción, ítem XVIII), y tal enseñanza es suficientemente clara cuando establece los fundamentos de una filosofía racional (ídem, Prolegómenos) que incompatibiliza la teoría y práctica del Espiritismo con todo aquello que tiene sabor a místico y es destituido de contenido lógico. De ahí porque nadie puede ser fiel a la causa espirita si dejará de actuar con buen sentido.

No basta obtener la tarjeta en el Club de la Pureza Doctrinaria para servir con eficiencia en el espiritismo. Lo importante es tener una visión correcta y el buen sentido indica que, para eso, el primer cuidado es no ser radicales. En la historia de todos los movimientos que han surgido para alargar los horizontes mentales del ser humano siempre fueron las concepciones extremistas las que estragaron todas… Son ellas las fuentes generadoras de la ortodoxia y toda ortodoxia es fechadura dogmatica atrancando las ventanas del libre análisis, sin el cual se torna imposible el progreso. Acontece que tanto hay una ortodoxia excesivamente conservadora, dedicada para sustentar el tradicionalismo, como hay una ortodoxia exageradamente renovadora, que nada respeta, ni aun mismo los valores fundamentales e imprescindibles para la identidad de un pensamiento filosófico. La primera produce la inmovilidad por la fe ciega y la segunda va tan lejos que destruye cualquier fe, aunque nazca del conocimiento bien construido. Es lamentable, más aun no aprendimos una gran lección de la Antigüedad clásica: la Virtud esta en el medio…

Con el debido aprecio a los que luchan por fijar el espiritismo únicamente en el plano científico o exclusivamente en la esfera religiosa, y aun con la justa consideración a aquellos que desean conservarlo en su rasgo primitivo o modernizarlo por completo, osamos afirmar que la providencia básica para tener una óptica sino perfecta, por lo menos razonable, del Espiritismo, consiste en abandonar la presunción de sabiduría infusa y estudiar con inteligente humildad la obra de Kardec, donde son límpidamente expuestos los principios incuestionables de nuestra Doctrina y los puntos sobre los cuales ella misma recomienda reflexión, pesquisa y debate para la madurez de las ideas.

Lo malo es que, en vez de examinar sin premeditación los libros del maestro lionés, recurrimos a ellos con el deliberado ánimo de captar escasos argumentos alimentadores de nuestras tendencias ideológicas, sin admitir que, como las demás personas, estamos sujetos a limitaciones perceptivas. Ora, como todos nos situamos en grados de evolución diferenciados, cada uno ve el Espiritismo de una forma distinta, resultando de ahí las insanas divergencias de opinión. Si sabemos administrarlas, cultivándolas con equilibrio y moderación, todavía podremos convivir en régimen de trabajo solidaridad y tolerancia, en consonancia a la divisa, o lema, de la Codificación. Si caemos en el radicalismo, terminamos siendo nocivos y no útiles al ideal común. Es lo que parece, salvo mejor juicio…


Fuente: Reformador nº 2000 de Noviembre de 1995

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     SOBRE FINADOS                     Francisco Cándido Xavier

“En una de nuestras reuniones públicas, fue comentada la cuestión  de nuestros homenajes a los hermanos desencarnados.  ¿Cómo se sienten ellos con nuestras conmemoraciones y recuerdos?
En torno a esa pregunta, fueron entretejidos numerosos comentarios. Y, al inicio de nuestras  tareas, el Libro de los espíritus  nos ofreció para estudio la cuestión nº 353, que se vincula al asunto, las explicaciones de los compañeros fueron de las más diversas.
Al término de la reunión, nuestro querido Emmanuel escribió la páginas que aquí se expone. Es una oración que nos sensibilizó y nos hizo recordar a todos el Día de los Difuntos.”
NOTA – El problema de las conmemoraciones del día de los Difuntos, también como el de los funerales   y de homenajes prestados a los muertos, mereció un tópico especial del capítulo VI de El Libro de los Espíritus. La posición doctrinaria, al contrario de lo que generalmente se piensa, es favorable  para esos homenajes,   desde que son sinceras y  no solo apenas convencionales.  Los Espíritus, respondiendo  a la pregunta de Allan Kardec al respecto,  mostraron que los lazos de amor existentes entre los que partieron y los que quedaron en la Tierra justifican esos actos. Y declararon que en el Día de los Difuntos los cementerios quedan repletos de espíritus que se alegran  por el recuerdo de los parientes y amigos.

ORACIÓN POR LOS CASI MUERTOS        Emmanuel

¡Señor Jesús!...
Mientras que los hermanos de la Tierra el resto de nosotros – los compañeros desencarnados – en las fronteras de la cenizas, rogándote  amparo a nuestro favor,  también nosotros, de corazón reconocido, te suplicamos apoyo y auxilio para todos ellos,  principalmente considerando aquellos que  corren el riesgo de marginalizarse en las tinieblas!...
Por los que perdieron la fe, recusando  el sentido real de la vida, y yacen casi muertos  de desesperación; por los que desertaron de las responsabilidades propias, anestesiando transitoriamente el propio raciocinio, y surgen casi muertos de inanición espiritual; por los que se entregaron a la ambición desmesurada  y se rodearon  sin cualquier provecho de los recursos de la Tierra, y repuntan  de lo cotidiano casi muertos de penuria en el alma; por los que se hipertrofiaron  en su sepultura  de inteligencia , helando el corazón para el servicio de la solidaridad, y aparecen  casi muertos  al frio de la indiferencia; por los que acreditaron  en la fuerza ilusoria  de la violencia, lanzándose al fuego de la rebeldía,  y se destacan  casi muertos  de vacia angustia; por los que se perturbaron  por ausencia de esperanza, confiándose  al desequilibrio, y se revelan casi muertos de inútil aflicción;  por los que abrazaron  el desanimo por norma de acción, parando de trabajar, y reposan casi muertos de inercia; y por lo que se hirieron hiriendo a los otros, encarcelándose  en las cadenas de la culpa, y están casi muertos  de tardío arrepentimiento!...
¡Señor!...
Para todos nuestros hermanos que atraviesan la experiencia humana casi muertos de sufrimiento  y agravios, complicaciones y problemas creados por ellos mismos, nosotros te rogamos auxilio y bendición!...
Ayúdalos a  liberarse del visco de sombra en la que se enredaron  y tráelos de nuevo a la luz de la verdad y del amor, para que la luz del amor  y de la verdad les revitalice  la existencia, a fin de que puedan encontrar la felicidad real contigo, ahora y para siempre.

EL CREDIARIO DE LA MUERTE 
 J. Herculano Pires (Hermano Saulo)

La muerte solo existe para los que quieren morir. La necrofilia  o el amor a la muerte – en el sentido negativo de la palabra – es una dolencia mental y psíquica, una tendencia mórbida de ciertos temperamentos, hoy bien definidos en psicología. No se trata de la aberración sexual  a la que se aplicaba la palabra tiempos atrás, más si de aquella  “aberración de la inteligencia”, a la que se refería Allan Kardec, que lleva al individuo a negar su propia capacidad de vivir y de sentir la vida.
Todo aquel que le gusta destruir  y se destruye a sí mismo, aniquila sus propias fuerzas vitales y mata las esperanzas de vida  que los otros  alientan y defienden, es necrófilo. Sabemos que la muerte no existe, porque nada se acaba, todo se transforma. El aniquilamiento total del ser por el simple fenómeno de la muerte – un fenómeno biológico de mutación – no puede ser más admitido  por una persona ilustrada, pues el avance actual del conocimiento positivo supero mucho las ilusiones negativas del materialismo.
A pesar de esa nueva, innegable realidad, los necrófilos se apegan a la idea de la muerte  como total aniquilamiento del ser. Y por eso se desesperan, entregándose a la propia destrucción, apresando a la propia muerte “en el muérdago de sombra en la que se enredaron”, según la expresión de Emmanuel. Y entregándose al  escepticismo  auto destructor, compran la muerte  por anticipación, en el breviario  “del desespero  y de las aflicciones inútiles”. Son esos los “casi muertos” por los cuales los “muertos” en el día de Finados, oran del lado de allá de la vida.
La oración de Emmanuel por los “casi muertos” no es una oración de efecto religioso o literario. Es una señal de los tiempos, revelándonos que, al otro lado de la vida, aquellos  que en nuestra  ignorancia llamamos muertos velan por “los casi muertos” de la tierra y poden a Dios por ellos. El verdadero muerto no es el que dejó su cuerpo en el túmulo, más si el que se sirve del cuerpo para vivir en la tierra como un muerto ambulante. Que esa oración nos recuerde las palabras de Isaías: “Tus muertos vivirán”

Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970
                                                              
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¿Tienen los Espíritus otra cosa que hacer, fuera de adelantar personalmente? 
- Cooperan a la armonía del Universo al ejecutar las órdenes de Dios, cuyos ministros son. La vida espírita es una ocupación constante, pero que no tiene nada de penoso, como la de la Tierra, porque no hay en ella ni fatiga corporal ni las angustias de la necesidad. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS ALLAN KARDEC

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