La vida es una cajita de sorpresas, ella va ofreciéndonos momentos de felicidad y momentos de sufrimiento, según la sorpresa.
Muchos hermanos viven indecisos, unas veces creen en la doctrina espirita, y otras veces dudan, no se han reafirmado en el bien, y por eso cometen muchos errores, que después les pesan, pero ya no pueden dar la marcha atrás, lo hecho, hecho está, y pasan a sentir sus conciencias, amonestándoles por su poco cuidado, por su falta de preparación, para afrontar la vida como un hombre de bien.
En el Espiritismo la duda es considerada como condición necesaria para la búsqueda de la verdad. Kardec la aconseja como método de control de las manifestaciones mediúmnicas y del estudio de los principios doctrinarios. Habiendo demostrado que los Espíritus son seres humanos desencarnados, liberados del cuerpo material por la muerte, y que muchos de ellos se manifiestan sustentando opiniones erradas que compartieron en la Tierra, ello aconseja el análisis constante y el examen atento de las comunicaciones, que deben ser rechazadas cuando revelaren conceptos absurdos.
El empleo del buen sentido depende de la buena orientación del entendimiento. Kardec ofrece, en toda su obra, instrucciones y ejemplos para el uso del buen juicio y aconseja la consulta, en casos de dificultad, a personas reconocidamente capaces de resolver problemas con lucidez. No habiendo en el Espiritismo dogmas de fe, todo puede ser apreciado y discutido en términos de buen sentido o de buena razón.
La humanidad terrena ha logrado la madurez suficiente para liberarse del ciclo de las revelaciones personales y locales, ocurridas siempre de una manera mística, por medio de un maestro, profeta o Mesías.
La indolencia humana, la tendencia hacia lo cómodo, el apego a la vida como ella es, sólo pueden ser removidos por medios compulsivos. Los latigazos del templo tienen que ser aplicados contra los mercaderes que lo transforman en mercado, que no piensan en Dios, sino sólo en el dinero. Solo por el impacto del dolor el hombre se liberará de sus lacras para encontrar la vida en abundancia de que Jesús habló. Los años, los siglos, los milenios pasan rápidos en dirección hacia la eternidad sin límites. No podemos fermentar en la Tierra indefinidamente, como lo haríamos si las leyes divinas no nos forzasen a buscar con mayor rapidez los objetivos verdaderos de nuestra existencia.
Todas las religiones actuales están superadas por el avance general de la cultura terrena. Todas las estructuras sociales de nuestro mundo están perimidas. La misma cultura, que nos parece tan adelantada, se arrastra todavía amarrada a los conceptos de un pasado muerto. La mayoría de la población del planeta sufre el suplicio de Tántalo. La miseria y las enfermedades diezman a millones de personas, mientras grupos de privilegiados dilapidan fortunas colosales. Los gastos de armamentos succionan el sudor y la sangre de los pueblos. El egoísmo no fue erradicado de los corazones y el ejemplo de Cristo es encarado como una simple leyenda mitológica. La idea de Dios se apaga ante la enormidad de las amenazas y de las calamidades que azotan a las naciones, incluso a las más civilizadas. Sería absurdo pensar que esa situación infernal ha de proseguir indefinidamente. El principio de la tensión máxima está en función y hemos de ser forzados a avanzar hacia situaciones más dignas.
Kardec vió todo eso con una extrema lucidez, como podemos constatarlo mediante la lectura de sus obras. Por eso no convirtió al Espiritismo en una nueva religión estática, según el concepto de Bergson, sino que lo relacionó con todos los campos de la cultura para que pueda actuar como una religión dinámica, aquella religión en espíritu y verdad de la que Jesús habló a la mujer samaritana.
La superación de la duda en el Espiritismo no se produjo a través de los métodos subjetivos de la meditación religiosa o del éxtasis místico, sino por el método científico de investigación. Pacientes e incesantes investigaciones -y no revelaciones místicas- llevaron a Kardec al descubrimiento científico de la naturaleza espiritual del hombre. Y la prueba de esta afirmación fue ofrecida posteriormente por las investigaciones científicas desencadenadas en todo el mundo y hoy ratificadas, hasta por el mismo avance de las observaciones materiales, por científicos modernos que ensanchan los dominios de las ciencias. Es así como la duda sobre la continuidad de la vida después de la muerte fue vencida por la certeza en el campo de los estudios espíritas. Las religiones que ignoren ese hecho culminante de la evolución humana en la Tierra acabaran asfixiadas por la falta del oxigeno de la verdad, en sus círculos estrechos de fanatismo y exclusivismo.
Estudiemos que somos y lo que pretendemos ser, hagamos una relación de nuestra vida, y conforme vallan surgiendo las sorpresas, de la cajita que nos toco, en la gran tómbola de la vida, tratemos de encararla bajo un prisma, el del Cristiano “fiel servidor de la Doctrina de Cristo” y ninguna sorpresa conseguirá alterar nuestra firmeza en los objetivos de conseguir ser verdaderos hombres de bien.
Si procuramos el bien, el bien nos abrirá la ventana al exterior, desde donde podremos ver el real sentido de la vida, sin miedos, porque la real concepción de Dios, nos hará sentir que espera de nosotros y cómo podemos servirle con amor y dedicación.
- Merchita -
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La Tragedia del Resentimiento
1 – Cuadro actual:
Ø Las presiones psicosociales, socioemocionales, económicas y de otros orígenes generan disturbios variados, en los cuales se sumerge un amplio sector de la sociedad.
Ø Las presiones provocan miedo, ansiedad, amargura, desorganizan el sistema nervioso de los seres humanos, conduciéndolos a neurosis profundas que, casi siempre somatizadas, son responsables por enfermedades alérgicas, digestivas, del metabolismo en general, facilitando el inicio de procesos degenerativos.
Ø Los hombres con temperamentos frágiles, bajo presión, buscan realizar mecanismos de fuga, cayendo en estados fóbicos y depresivos o recurren a la violencia como una forma de afirmarse y defender su personalidad.
2 – Causas del resentimiento:
Ø Personas más sensibles, que no consiguen soportar y superar las presiones, se refugian en resentimientos que las hacen infelices y las predisponen a reaccionar siempre, lanzando dardos venenosos contra quienes se les transforman en enemigos reales o imaginarios.
3 – Consecuencias del resentimiento:
Ø Algunas personas se intoxican de rencores y sucumben. Otras, inconscientemente, se convierten en víctimas de desdichas afectivas, financieras y sociales. Diversas fracasaron disminuyendo su autoestima, desvalorizándose y haciendo el juego de la autodestrucción.
Ø El resentimiento es una toxina que mata a quien lo lleva. Mientras vibra en la emoción, desorganiza los sistemas nerviosos más sutiles y produce arritmia, oscilación en la presión, disfunciones cardíacas, entre otros.
4 – Cómo diagnosticar el resentimiento:
Ø Casi nunca se manifiesta con formas definitivas, camuflándose como imágenes mentales fijas y, a veces, pasando desapercibido.
Ø Existen personas resentidas que no consiguen identificarlo.
Ø Un autoexamen enérgico, podrá ayudar a encontrarlo en los rincones del alma. Luego, prosiguiendo en su búsqueda y análisis, será posible descubrir sus raíces, cuándo tuvo inicio y por qué se instaló en el ser, pasando a perturbar.
Ø Sorprendido verificarás que eres responsable por darle guarida y vitalizarlo, permitiéndole que te consuma.
5 – Terapia:
Ø La gente que fue cruel contigo –familiares, conocidos, profesores, etc.– en la infancia y durante la vida, no tenían ni tienen la dimensión de lo que hicieron o de lo que están por hacer. Ni siquiera se dieron cuenta de sus daños e incoherencia de lo que te hicieron. En su momento, sufrirán las mismas agresiones, cuando sean niños, y probablemente reaccionarán de la misma forma con quienes se lo hagan.
Ø Tu primer paso será comprenderlos, considerándolos sin responsabilidad ni esclarecimiento, sin mala intención en relación contigo. De ese modo los comprenderás y los perdonarás, para más adelante liberarte.
Ø Una vez, retirada la causa injusta del resentimiento, despertarás inmediatamente en paisajes sin sombras, redescubriendo la vida desarmándote frente a las personas que te eran antipáticas y por quienes te mantenías en guardia.
Ø El mal que te hagan, solamente te perturbará si te permites acogerlo. De lo contrario volverá a su origen. Vive entonces, sin rencores. Depúrate. Resentimiento, nunca.
Página psicografiada por el médium Divaldo Pereira Franco, dictada por el Espíritu Joanna de Ângelis).
Extraída del libro «Momentos de Salud ».
Ø Las presiones psicosociales, socioemocionales, económicas y de otros orígenes generan disturbios variados, en los cuales se sumerge un amplio sector de la sociedad.
Ø Las presiones provocan miedo, ansiedad, amargura, desorganizan el sistema nervioso de los seres humanos, conduciéndolos a neurosis profundas que, casi siempre somatizadas, son responsables por enfermedades alérgicas, digestivas, del metabolismo en general, facilitando el inicio de procesos degenerativos.
Ø Los hombres con temperamentos frágiles, bajo presión, buscan realizar mecanismos de fuga, cayendo en estados fóbicos y depresivos o recurren a la violencia como una forma de afirmarse y defender su personalidad.
2 – Causas del resentimiento:
Ø Personas más sensibles, que no consiguen soportar y superar las presiones, se refugian en resentimientos que las hacen infelices y las predisponen a reaccionar siempre, lanzando dardos venenosos contra quienes se les transforman en enemigos reales o imaginarios.
3 – Consecuencias del resentimiento:
Ø Algunas personas se intoxican de rencores y sucumben. Otras, inconscientemente, se convierten en víctimas de desdichas afectivas, financieras y sociales. Diversas fracasaron disminuyendo su autoestima, desvalorizándose y haciendo el juego de la autodestrucción.
Ø El resentimiento es una toxina que mata a quien lo lleva. Mientras vibra en la emoción, desorganiza los sistemas nerviosos más sutiles y produce arritmia, oscilación en la presión, disfunciones cardíacas, entre otros.
4 – Cómo diagnosticar el resentimiento:
Ø Casi nunca se manifiesta con formas definitivas, camuflándose como imágenes mentales fijas y, a veces, pasando desapercibido.
Ø Existen personas resentidas que no consiguen identificarlo.
Ø Un autoexamen enérgico, podrá ayudar a encontrarlo en los rincones del alma. Luego, prosiguiendo en su búsqueda y análisis, será posible descubrir sus raíces, cuándo tuvo inicio y por qué se instaló en el ser, pasando a perturbar.
Ø Sorprendido verificarás que eres responsable por darle guarida y vitalizarlo, permitiéndole que te consuma.
5 – Terapia:
Ø La gente que fue cruel contigo –familiares, conocidos, profesores, etc.– en la infancia y durante la vida, no tenían ni tienen la dimensión de lo que hicieron o de lo que están por hacer. Ni siquiera se dieron cuenta de sus daños e incoherencia de lo que te hicieron. En su momento, sufrirán las mismas agresiones, cuando sean niños, y probablemente reaccionarán de la misma forma con quienes se lo hagan.
Ø Tu primer paso será comprenderlos, considerándolos sin responsabilidad ni esclarecimiento, sin mala intención en relación contigo. De ese modo los comprenderás y los perdonarás, para más adelante liberarte.
Ø Una vez, retirada la causa injusta del resentimiento, despertarás inmediatamente en paisajes sin sombras, redescubriendo la vida desarmándote frente a las personas que te eran antipáticas y por quienes te mantenías en guardia.
Ø El mal que te hagan, solamente te perturbará si te permites acogerlo. De lo contrario volverá a su origen. Vive entonces, sin rencores. Depúrate. Resentimiento, nunca.
Página psicografiada por el médium Divaldo Pereira Franco, dictada por el Espíritu Joanna de Ângelis).
Extraída del libro «Momentos de Salud ».
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678. En los mundos mas perfeccionados, el hombre es sometido a la misma necesidad de trabajo?
—La naturaleza del trabajo es relativa a la naturaleza de las necesidades; cuanto menos necesidades materiales, menos material es el trabajo. Pero no juzgueis, por eso, que el hombre permanece inactivo e inútil; la ociosidad seria un suplício, en vez de ser un benefício.
(El Libro de los Espíritos- Leyes Morales - Allan Kardec)
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Sobre todo dentro de las iglesias cristianas, se ha
llegado a admitir la mediumnidad, pero solamente como posible
manifestación diabólica, cerrando toda posibilidad de manifestación a los demás seres espirituales o Almas, ( aunque sean bondadosas),
a las que sitúa en unos lugares o estados definitivos sin
posibilidad de comunicación con los vivos, como son el Cielo y el
Infierno.
Han querido hacer creer que la muerte es la barrera
definitiva que separa implacablemente, sin posibilidad de
reencuentro a vivos y a muertos; así como han utilizado la figura
de los demonios, hoy ya muy anacrónica y fuera de lugar en las
conciencias y creencias de muchísima gente.
No entro aquí en intentar demostrar la inexistencia de
este célebre personaje de ficción que a tantos ha aterrorizado y
que a tantos ha convertido en agnósticos o ateos, pero sin
embargo, yo me pregunto: ¿Por qué Dios iba a dar permiso exclusivo
de manifestación humana a los espíritus malos o “demonios”, y
sin embargo a los buenos no?.
Sin embargo si he de señalar que a veces la iglesia
Católica ha tenido que reconocer la manifestación por vía
mediúmnica de otros Seres espirituales, que no han sido el demonio, pero que sin
embargo han tenido cierta notoriedad dentro de sus filas. ¿ Qué
han sido sino las apariciones Marianas y de Santos? .
No obstante la mediumnidad ha seguido manifestándose a
lo largo de la historia, y nunca ha dejado de ser esa prueba que en
el fondo todos hemos deseado alguna vez para que se nos haga
evidente y tangible la existencia del Más Allá que a todos nos
aguarda al final de esta vida..
- Jose Luis Martín -
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“Si
solo el demonio se comunica, puesto que es el enemigo de Dios y de
los hombres,¿Por qué recomienda orar a Dios, someterse a su
voluntad, sufrir sin murmurar las tribulaciones de la vida,no
ambicionar honores ni riquezas, practicar la caridad y todas las
máximas de Cristo, en una palabra, hacer todo lo posible por
destruir su imperio?.Si es el demonio quien dá tales consejos, es
preciso convenir
que tan
astuto como es, es bien poco diestro en suministrar armas contra sí
mismo.”
-
El Libro de los Mediums -
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