ALGUNAS TÉCNICAS Y RECURSOS
Herminio C. Miranda |
Cada
manifestación es diferente. Nunca sabemos, con seguridad, las
intenciones del Espíritu que se aproxima, que problemas nos trae,
cuales son sus características, cual es la razón de su presencia
entre nosotros.
La
propia mediúmnidad no es un instrumento de precisión, como un
microscopio o un reloj, que funcione, repetidamente, de manera
previsible y controlable. El médium es un ser humano ultrasensible,
de psicología compleja, encargado en transmitir el pensamiento de un
desencarnado, pero esta muy lejos de ser mero aparato mecánico de
comunicación, como un teléfono o una radio, aunque no obstante se
hable en sintonía y en vibraciones, cuando a el nos referimos. Sus
facultades sufren influencias variadas, del ambiente, de su estado de
salud, de su problemática intima, de su fe o ausencia de ella, de su
interés en el trabajo, que puede fluctuar, de su capacidad de
concentración, de su confianza en los compañeros que le rodean y,
especialmente, en el dirigente del grupo y, obviamente, de los
Espíritus manifestantes. Y hasta estos, que son también seres
humanos - no nos olvidemos de esto - varían sus presentaciones, de
una para otra manifestación, según sus propias disposiciones.
Por
otro lado, es necesario considerar, también, que hay diferentes
formas de mediúmnidad: de incorporación, o psicofónica, de
videncia, clariaudiencia, psicografia, así como existen médium que
conservan su conciencia durante la manifestación, y médium que
pasan a lo que se convino llamar estado "inconsciente".
Es
inadecuada la expresión "mediúmnidad inconsciente". El
Espíritu del médium no esta en estado de inconsciencia, simplemente
se aparto de su cuerpo físico, para cederlo al manifestante. Lo
máximo que se puede decir es que la conciencia no esta presente en
el cuerpo físico, o mejor dicho, no se manifiesta a través del
cuerpo material, temporalmente ocupado o manipulado por una entidad
extraña a su economía. Si el médium se sumergiese, en Espíritu,
en el estado de inconsciencia, el manifestante asumiría posesión
total de su organismo y haría con el lo que le pareciese bien.
Existen
manifestaciones violentas, y muy libres, durante las cuales los
Espíritus incorporados mueven el instrumento mediúmnico
aparentemente a su voluntad, haciéndole gritar, dar puñetazos,
levantarse, derrumbar muebles, rasgar libros y cuadernos, y promover
disturbios semejantes.
La
mediúmnidad sonambulica se asemeja al estado de posesión; pero,
basta invocar esta, para sentir la diferencia entre una y otra
manifestación. El poseso es realmente un médium, pues ofrece
condiciones para que otro Espíritu se incorpore en el, pero el
médium no es un poseso, en el sentido de que el manifestante pueda
hacer, con el, todo cuanto le parezca, en cualquier momento y sin
limite de tiempo, o totalmente sin disciplina.
En
un grupo mediúmnico en que la supervisión espiritual sea firme y
segura, la mediúmnidad sonambulica puede y debe funcionar
perfectamente, pues muchos Espíritus necesitan estar unidos a tales
médium. Ellos provocaran disturbios y se agitaran bastante, según
los recursos y censuras que encontraran en sus médiums, pero no nos
olvidemos de que, los guías espirituales del grupo estarán atentos,
para que ellos no cometan desatinos, como el propio médium estará
presente y consciente, acompañando atentamente la manifestación, y
puede, con certeza, interferir, para que el Espíritu manifestante no
se exceda, aunque se le permita una considerable libertad. En casos
extremos los orientadores espirituales del grupo también adoptaran
medidas de excepción, para contener las manifestaciones mas
violentas. Ya tuvimos oportunidad de presenciar algunos de esos
casos, en que el Espíritu es virtualmente "maniatado", por
lazos fluidicos invisibles a nuestros ojos, pero de una realidad
indiscutible para el, porque lo inmoviliza instantáneamente.
El
grupo debe estar, así, perfectamente preparado para innumerables
formas de manifestación. Ellas son imprevisibles e inesperadas. El
adoctrinador experimentado sabrá identificar prontamente las
primeras señales de la incorporación, cuando el Espíritu comienza
a acomodarse a la organización mediúmnica. Es necesario recordar
que, frecuentemente, el Espíritu manifestante esta parcialmente
unido al médium, horas, y hasta días enteros, antes de la _ sesión.
En estos casos, cuando se trata de un Espíritu desarmonizado, aunque
la manifestación no sea ostensiva, porque esto implicaría admitir
mediúmnidad totalmente descontrolada, el médium sufre inevitable
malestar físico, dolor de cabeza, presi6n sobre la nuca, sobre los
plexos, sensación de angustia indefinible y, hasta incluso, estado
febril, postración, irritabilidad, agresividad y varios otros
síntomas de desorganización psicosomática.
El
médium experimentado y responsable debe estar preparado para eso. No
se asuste, no se aterrorice, no tema y, sobre todo, no deje de
comparecer al trabajo, por causa de esas disonancias psicofísicas,
pues es eso mismo lo que desean los compañeros desequilibrados, es
decir, apartarlo del trabajo.
Ese
envolvimiento puede darse también con los demás participantes del
grupo que, aunque no estén dotados de mediúmnidad ostensiva, sufren
también terribles presiones de los hermanos perturbados. Uno de los
blancos predilectos de esas penosas aproximaciones es el
adoctrinador, tenga o no mediúmnidad ostensiva. El cerco en torno de
el es permanente, tenaz, implacable, impiadoso, porque los compañeros
desencarnados enfermos, creen que neutralizándolo, acaban con el
grupo, lo que muchas veces, infelizmente, es verdad.
Este
o no este el Espíritu unido al médium antes de la sesión, es
cierto que el planeamiento espiritual ya tiene las tareas de la noche
distribuidas por anticipación, y en la secuencia que creen mas
conveniente a la buena marcha de los trabajos. Generalmente, cada
médium tiene su propio "estilo", para indicar el inicio de
la comunicación: colocar las manos sobre la mesa, respirar con mayor
profundidad, dos o tres veces, agitar ligeramente la cabeza o el
cuerpo, gemir, levantar los brazos, en una somatología que el
adoctrinador, habituado a trabajar con el, sabrá identificar, a fin
de iniciar el tratamiento del hermano que se presenta.
A
veces, el Espíritu comienza luego a hablar, o a vociferar, pero,
usualmente, el necesita de algunos segundos ' para apoderarse de los
controles psíquicos del médium, y no consigue hablar sino después
de haberse acomodado bien a la organización de su instrumento. El
adoctrinador debe aprovechar esos momentos para dar una palabra de ,
bienvenida, saludándolo con atención, cariño y respeto. En algunos
casos el Espíritu solamente consigue expresarse con mucho trabajo,
en virtud de su estado de perturbación, de indignación, o por
estar con deformaciones periespirituales que se lo impiden. Otras
veces, valiéndose de astucia, o , preparando celadas, se mantiene en
silencio, para que el adoctrinador se canse, en la tentativa de
descubrir sus motivaciones, a fin de intentar ayudarlo, con lo que el
se divierte bastante.
En
ciertas ocasiones, el viene revestido de un manto de mansedumbre y
tranquila seguridad. Dice palabras dulces, nos asegura sus buenas
intenciones, nos da consejos. Uno de ellos, cierta vez, comenzó
serenamente, con un llamamiento "a los corazones bien formados",
en un lenguaje de pacificación y entendimiento. Le digo que estamos
dispuestos a la pacificación y al entendimiento, siempre que el
venga en nombre de Dios: pero, por mas que se esfuerce - cosa
extraña! - no consigue pronunciar el nombre de Dios, como yo le
pidiera. Por fin, explota en irritación y "abre el fuego",
gritando que acabo la farsa. Y derrama un arsenal de amenazas e
intimidaciones.
Existen
los que fingen dolores que no sienten, o mutilaciones que no poseen,
como ceguera o falta de la lengua. Miran, con esos artificios,
distraer nuestra atención del punto principal de su problemática, o
simplemente se entregan al placer irresponsable de engañar,
mistificar, defraudar, o también, como algunos me dicen, a veces, de
cansar al médium encargado de darles pases.
De
cualquier forma que sea la apertura de la comunicación, el
adoctrinador debe esperar, con paciencia, después de recibir al
compañero con un saludo sinceramente cortes y respetuoso. Sea quien
fuere el que comparezca ante nosotros, es un Espíritu desajustado,
que necesita socorro. Algunos vienen mas desarmonizados que otros,
pero todos necesitados - y deseosos - de una palabra de comprensión
y cariño, por más que reaccionen a nuestra aproximación. Los
primeros momentos de un contacto mediúmnico son muy críticos. Aun
no sabemos a que viene el Espíritu, que angustias trae en el
corazón, que intenciones, que esperanzas y recursos, que
posibilidades y conocimientos. ¿Estará unido a alguien que estamos
intentando ayudar? ¿Tiene problemas personales con algún miembro
del grupo? ¿Lucha por una causa? ¿Ignora su estado, o tiene
conciencia de lo que pasa con el? ¿Es culto, inteligente, o se
presenta inexperto e incapaz de sostener un dialogo mas sofisticado?
Una
cosa es cierta: no debemos subestimarlo. Puede, al principio, revelar
una clamorosa ignorancia, y entrar, después, en la posesión de todo
el acervo cultural de que dispone. Difícilmente el Espíritu es
bastante primario para ser clasificado, sumariamente, como ignorante.
Nuestra experiencia acumulada es mucho más amplia de lo que
sospechamos.
Extraido del libro "Diálogo con las sombras" de Herminio C. Miranda
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Toda creencia es respetable.
Sin embargo, si has llegado a la Doctrina Espírita, trata de no negarle fidelidad.
Toda religión es sublime.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita es capaz de explicarte los fenómenos mediúmnicos en los que toda religión se afirma.
Toda religión es santa en las intenciones.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita puede guiarte en la solución de los problemas del dolor y del destino.
Toda religión auxilia.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita está en condiciones de liberarte del ilusorio temor al infierno, el cual existe solamente en las conciencias atormentadas por sus culpas.
Toda religión consuela ante la muerte.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita puede demostrarte la continuidad de la vida más allá del sepulcro.
Toda religión predica el bien a sus adeptos como medio de conquista del paraíso.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita establece la práctica incondicional de la caridad como simple deber.
Toda religión exorciza ante la influencia de Espíritus desdichados.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita te enseña a abrazarlos como enfermos, reconociendo en ellos a los mismos seres humanos desencarnados actuando en otros planos de evolución.
Toda religión educa siempre.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita es la que permite el libre examen, liberando el raciocinio de toda presión dogmática, para que la fe pueda mirar frente a frente a la razón.
Toda religión habla de penas y recompensas.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita nos patentiza que todos recogeremos en proporción a la siembra que hayamos realizado en la vida, sin ningún privilegio con la Justicia Divina.
Toda religión que se erige sobre principios nobles, ya sea de otros continentes y aunque las consideremos extrañas, guarda la esencia cristiana.
Sin embargo, sólo la Doctrina Espírita nos ofrece la clave precisa para la verdadera interpretación del Evangelio.
Por ser la Doctrina Espírita un foco de libertad para el entendimiento, hay quien considera que ella está obligada a mezclarse con todas las aventuras marginales y todos los exotismos, pues si no huiría a los mandatos de la fraternidad que postula.
Dignifica, pues, a la Doctrina Espírita que te consuela y libera, vigilando su pureza y su sencillez y para que no colabores, sin darte cuenta, con los vicios de la ignorancia y los crímenes del pensamiento.
Espírita debe ser tu carácter, aunque recién estés recuperado de la caída que has tenido.
Espírita debe ser tu conducta, aunque estés frente a duras pruebas.
Espírita debe ser el claro adjetivo de tu institución, aunque por tal motivo le falten a ella las pasajeras subvenciones y honores terrenos.
Espírita debe ser el nombre que te distinga, aunque tengas afligentes luchas contigo mismo.
Doctrina Espírita quiere decir Doctrina de Cristo.
Y la Doctrina de Cristo es la doctrina del perfeccionamiento moral en todos los mundos.
Guárdala, pues, en tu existencia, como siendo tu responsabilidad mayor, porque día vendrá en que serás convocado, naturalmente, a rendirle cuentas.
EMMANUEL
NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española.
Los viernes a las 23,00 horas se os invita a asistir a una conferencia en la misma sala.
Los domingos a las 21,30 horas tenemos la clase de Estudio del Espiritismo por el "Grupo espírita Sin Fronteras".dirigido por Carlos Campetti-
Y además recomiendo los Blogs:
El espirita albaceteño.- elespiritadealbacete.blogspot.com.es
Albacete espírita: espiritismoalbacete.blogspot.com.es
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