Psicografia de Francisco Cándido Xavier
¿Efectivamente, todos nos dirigimos para la suprema verdad que es luz viva, más, hasta allá, de cuantas lecciones careceremos para desprendernos de las sombras?
Y, al final aprenderemos que el camino cierto para las realidades eternas, solo el amor puede tutelarnos con seguridad.
Todos somos, en la Tierra – espíritus encarnados y desencarnados que aun nos vinculamos a ella – una familia solo, a camino de la inmortalidad. ¿Mientras tanto, en la larga excursión evolutiva, cuanto de nosotros habremos tenido necesidad o aun estamos necesitados de apoyo?
Este creyó que el afecto exigía violencia para confirmarse y cayó en la criminalidad, mutilándose al pretender mutilar.
Aquel se creyó suficientemente fuerte para oprimir los destinos ajenos y se excedió en el poder, descontrolando el cerebro y gastando basto tiempo en la molesta restauración.
Otro, asumió un debito enorme, esclavizándose a complejas situaciones, de las cuales dependerá laborioso esfuerzo para salir.
El otro, aún, se eludió con relación al reposo y alegría sin bases en la responsabilidad y perdió temporalmente la facultad de discernir, desviándose en laberintos de ceguera espiritual.
Realmente, todos esos hermanos deben ser reajustados y curados, con el fin de proseguir por encima de la jornada. Entre tanto, para eso, no bastaría sacudirlos con afirmativas condenatorias acerca de las ruinas y de las luchas en que se encuentran.
Urge administrarles cuidado, asistencia, remedio, comprensión.
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Nos asemejamos, de modo general, en el planeta terrestre, hasta ahora, a alumnos en el colegio o a enfermos en el sanatorio.
Sin que nos entendamos y nos auxiliemos mutuamente, nos será posiblemente imposible adquirir reajuste y esclarecimiento.
Con toda certeza brillaran mundos en la inmensidad cósmica, en los cuales las criaturas ya se transformaron en luz, confundiéndose con el esplendor de los soles en los que se conjugan excelsas realidades de la vida. Más en la tierra, sin embargo, y probablemente por muchos siglos aun – aunque nuestra obligación de rendir culto incesante a la Verdad – fuera del amor nuestro problema de equilibrio y de reequilibrio no tendrá solución.
Herculano Pires |
LA SOLUCIÓN DE LOS HOMBRES · J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
El mensaje que Chico Xavier nos ofrece en esas reflexiones de Emmanuel exige atención para ser realmente comprendida. No nos iludamos con su aparente simplicidad y claridad. Su tema central es la búsqueda de la verdad a la luz del amor. no basta buscar la verdad. Es preciso buscarla con amor, estableciendo el equilibrio entre raciocinio y afectividad.
Nuestra tendencia al análisis nos llevó hasta ahora a establecer arbitrarias divisiones en el proceso del conocimiento. Exigimos la frialdad del raciocinio en oposición al calor de la afectividad. Con eso conseguimos gran evolución científica y técnica. Más, por otro lado, vimos que las más legítimas aspiraciones del humanismo desaparecieron asfixiadas en el utilitarismo del siglo, y estamos amenazados por una catástrofe moral.
Las realidades eternas pueden ser percibidas por la mente, por el raciocinio, más solo pueden ser atendidas y vividas con el auxilio del amor. La pesquisa racional, por sí sola, es árida y fragmentaria. Quisimos escapar a las exageraciones del misticismo y caímos en el extremismo de la razón. La luz del Amor, que debía hacer de la tierra un paraíso, se convirtió en la sombra del sensorial, de la animalidad, del cual no conseguimos desprendernos.
Acordémonos del mito de la caverna en Platón. Nos transformamos en esclavos acorralados en la sombra, en el fondo oscuro de la caverna, viviendo de ilusiones. De ahí los equívocos a que se refiere la segunda parte del mensaje sembrando desequilibrios y conflictos aparentemente insanables, que exigen medidas de reajuste, y que reclaman remedio y comprensión.
La situación de los hombres en la Tierra se asemeja a la de los alumnos en la escuela, sometidos a exigencias didácticas, y a pruebas y exámenes exhaustivos. Más tal vez se asemeje aun más a los enfermos en el sanatorio, sometidos a tratamientos dolorosos, a choques eléctricos o a medicamentos. ¿Cómo saldremos de esa situación? ¿Cómo encontrar la solución de los hombres, equiparando todos esos conflictos para una operación eficiente?
La única salida es la del entendimiento y la del auxilio mutuo. No adelanta nada la lucha en términos de violencia, la condenación de los que consideramos errados, la crítica amarga y la argumentación contundente. El reajuste y el esclarecimiento solo vendrán cuando aprendamos a amar a nuestros semejantes, a encararlos con fraternal ternura y no con odio y repulsión.
La teoría de la pluralidad de los mundos habitados nos anima con la promesa de los mundos superiores, de las civilizaciones cósmicas donde las criaturas humanas se transformaran en luz, o sea, no están atrapadas en las sombras del fondo de la caverna, más si iluminadas por el esplendor solar. Más como aun estamos distantes de esos mundos superiores y como tendremos que avanzar para tornarnos dignos de ellos.
No hay duda de que debemos buscar la verdad con ahinco, evitando ilusiones y engaños. Más sin la luz del amor en las relaciones humanas y en la búsqueda de las ciencias no podremos encontrar la solución de los hombres, porque los hombres no son cosas – son espíritus, vectores psíquicos, estructuras harmoniosas de sentimiento y pensamientos. Solo comprendiendo eso y actuando de acuerdo con esa comprensión encontraremos la solución de los hombres.
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del jornal Diario de S. Paulo, en la década de 1970 ( Traducido por Merchita)
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"Añorar el pasado es correr tras el viento"
( Proverbio ruso )
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