¿Cómo es nuestro mundo, en donde se mezclan tantas alegrías y tantas penas; dónde hay tanto dolor y también tanto amor?
La Codificación Espírita nos aclara que vivimos
en un planeta de pruebas y expiaciones.
Según esta,y así lo admitimos los
mundos se dividen en cinco categorías y en los llamados mundos de
expiación y pruebas, como es la actual condición de la Tierra, el
mal predomina. Esa es la razón de por qué en este planeta el hombre
vive con tantas miserias.
En
la Tierra, según afirma San Agustín (Espíritu), los Espíritus en expiación
son, si así se puede decir, seres extranjeros, individuos que ya
vivieron en otros mundos. Sin embargo, no todos los Espíritus que se
encarnan en este planeta
vienen para él en expiación. Los llamados pueblos salvajes están formados por Espíritus que apenas salieron de la infancia espiritual
y en la Tierra se hallan, por así decir, como haciendo un curso de educación,
para desarrollarse con el contacto de Espíritus más adelantados.
Vienen
tras ellas las colectividades semi-civilizadas, constituidas de esos
mismos Espíritus ya en vías de progreso. Son esos pueblos y razas
indígenas de la Tierra, que aquí se elevaron poco a poco, en largos
periodos seculares.
El
destino futuro de la Tierra
La
felicidad no puede existir aún en la Tierra porque, en general, las criaturas humanas se encuentran endeudadas,
intoxicadas, no preparadas, y no saben contemplar la grandeza de los
paisajes que las cercan en el
planeta.
Pero es encarnándose aquí, en este globo, como la criatura edifica
las bases de su ventura real, por el trabajo y por el sacrificio, a
camino de las más sublimes adquisiciones para el mundo divino de su
conciencia.
Un
día la Tierra saldrá del estadio de expiación y pruebas y pasará a la condición de mundo de regeneración,( en este proceso
estamos ya inmersos ) por cuanto este globo está, como todo en la
Naturaleza, sometido a la ley del progreso. La
Tierra progresa, así, material como moralmente.
Materialmente
o físicamente, por la transformación de los elementos que la
componen. Moralmente, por la depuración de los Espíritus encarnados
y desencarnados que la pueblan. Esos progresos se realizan
paralelamente, ya que el mejoramiento de la morada guarda relación
con el perfeccionamiento del habitante.
Físicamente,
el globo terráqueo ha experimentado transformaciones que lo vienen
haciendo sucesivamente habitable por seres cada vez más
perfeccionados. Moralmente, la humanidad progresa por el desarrollo
de la inteligencia, del
sentido moral y del ablandamiento de las costumbres. Para que la
felicidad impere en la Tierra se hace preciso, pues, que solamente la
pueblen Espíritus buenos, que solamente al bien se dediquen.
La
generación futura
Cuando llega el tiempo, una gran migración se verifica entre los planetas.
Los que practican el mal por el mal, aún no tocados por el
sentimiento del bien, no siendo más dignos del planeta transformado,
son de él excluidos, porque su presencia constituiría obstáculo al
progreso. Tales Espíritus irán a expiar, de esa forma, por el
endurecimiento de sus corazones en mundos inferiores, o en razas
existentes en la Tierra
moralmente más atrasadas. Los sustituyen Espíritus mejores, que
formarán una sociedad en la que reinen en su seno la justicia, la paz y la fraternidad.
La
Tierra, en el decir de los Espíritus, no tendrá que transformarse
por medio de un cataclismo que aniquile de súbito una generación. La
actual generación desaparecerá gradualmente y la nueva le sucederá
de igual manera, sin que haya
cambio alguno en el orden natural de las cosas. En cada niño que
nace, en vez de un Espíritu atrasado e inclinado al mal, que antes
en ella encarnaría, vendrá un Espíritu más adelantado y propenso
al bien.
La
época actual es de transición; se confunden los elementos de las
dos generaciones. Colocados al punto intermedio, asistimos a la
partida de una y a la llegada de otra, ya señalándose cada una, en
el mundo, por los caracteres que les
son
peculiares. Cabiéndole fundar la era del progreso moral, la nueva
generación se distinguirá por la inteligencia y la razón
generalmente precoces, juntas al sentimiento innato del bien y a la
creencia espiritualista, lo que constituye señal indudablemente de
cierto grado de adelantamiento anterior.
El
destino inmediato de la Tierra, según el Espiritismo, es hacerse
mundo de regeneración. Continuando, sin embargo, en su progreso
ininterrumpido, ella ascenderá a planos cada vez más altos, hasta
llegar a la perfección a que todos nosotros estamos destinados.
¿Quiénes
son los habitantes del planeta Tierra?
Hay
en la Tierra, según San Agustín (Espíritu), tres grupos de
Espíritus: los que se encuentran en régimen de expiación, que ya
vivieron en otros mundos; los que llamamos salvajes, Espíritus que
sólo salieron de la infancia
espiritual
y que en la Tierra se hallan, por así decir, en curso de educación,
para desarrollarse por el contacto con Espíritus más adelantados,
y, por fin, los pueblos semi-civilizados,
constituidos
de esos mismos Espíritus en vías de progreso y que son, de cierto
modo, criaturas que viven hace mucho tiempo en la Tierra y que aquí
se elevaron poco a poco, en largos periodos seculares.
¿Qué
tipo de progreso experimentan los planetas?
Los
planetas progresan material y moralmente. Materialmente, por la
transformación de los elementos que los componen. Moralmente, por la
depuración de los Espíritus
encarnados
y desencarnados que los pueblan. Esos progresos se realizan
paralelamente, ya que el mejoramiento de la habitación guardia
relación con el perfeccionamiento del habitante.
¿Cuál
es el destino futuro de la Tierra?
La
Tierra saldrá, un día, del estadio de expiación y pruebas y pasará
para la condición de mundo de regeneración, por cuanto este globo
está, como todo en la Naturaleza, sometido a la ley del progreso (
en este punto estamos actualmente). Desde el punto de vista
material, el globo terráqueo ha experimentado transformaciones que
lo vienen haciendo sucesivamente habitable por ser cada vez más
perfeccionados, pero, para que la felicidad impere en la Tierra, se
hace preciso que solamente la pueblen Espíritus buenos, que
solamente al bien se dediquen.
¿De
qué modo se operará la transformación de nuestro planeta?
La
Tierra no tendrá que transformarse por medio de cataclismo que
aniquile de súbito una generación. La actual desaparecerá
gradualmente y la nueva le sucederá de igual manera,
sin
que haya cambio alguno en el orden natural de las cosas. En cada niño
que nace, en vez de un Espíritu atrasado e inclinado al mal, que
antes en ella encarnaría, vendrá un Espíritu más adelantado y
propenso al bien.
GRUPO ESDE
Bibliografia:
O Evangelho segundo o
Espiritismo, de Allan
Kardec, cap. 3, itens 4, 6, 13, 14 e 15.
A Gênese, de Allan Kardec, cap. IX, item 1; cap. XVIII, itens 2, 27 e 28.
O Consolador, de Emmanuel, psicografado por Chico Xavier, pergunta 240.
A Gênese, de Allan Kardec, cap. IX, item 1; cap. XVIII, itens 2, 27 e 28.
O Consolador, de Emmanuel, psicografado por Chico Xavier, pergunta 240.
Ver los Blog El espírita Albaceteño.-
elespiritadealbacete.blogspot.com
Marina Mies de Amor.-
marinamiesdeamor.blogspot.com
marinamiesdeamor.blogspot.com
www.boletin-nuevaesperanza.blogspot.com
www.espiritistas. es y
Grupo Espírita sin fronteras.- :
ceesinfronteras.es/eventos.htm
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