martes, 21 de junio de 2011

Niños Indigo.


En junio de 1975, el Centro Espírita Cairbar Schutel, bajo la dirección de Jose Herculano Pires, lanzó el periódico Mensaje, denunciando la adulteración del libro El Evangelio según Espiritismo, por un grupo de la Federación Espírita del Estado de São Paulo. Casi sin apoyo de otras direcciones del movimiento espírita, Herculano hizo frente a una lucha intensa para quitar de las librerías la traducción modificada del texto de Kardec.

Después de 30 años, el movimiento espírita brasileño hace frente a las crisis seria de identidad, dando cada vez más espacio al misticismo comercial, carente de compromiso alguno y anticientífico que llega a algunas editoras.

Alejados de los criterios científicos, buen sentido y desinterés, que Kardec consideraba para la búsqueda de la verdad, muchos espíritas se embarcan en novedades atrayentes, pero vacías de contenido moral y extrañas a los principios de de Kardec.

¡No presentamos aquí el espiritismo como sistema cerrado y dogmático – que está lejos de ser la propuesta de Kardec - pero reivindicamos un mínimo de criterio científico, de espíritu crítico y de seriedad!

Esta edición muestra que la idea de los niños índigos, que las instituciones y líderes del movimiento espírita están divulgando, no es más que un modismo comercial. Se vincula a una secta norteamericana que, por mencionar algo, ¡vende sesiones de energización para cambiar el ADN de las personas!.

¿Cómo es posible que no se tenga ningún respeto al buen sentido? Lo que demuestra lo que algunos espíritas se alejan del espíritu de Kardec, el investigador serio, juicioso, que profundizó a respecto del alma, investigando su naturaleza, con una ética impecable y una capacidad científica que hasta el día de hoy no ha podido ser desmentida.

Hace más de 30 años que, Herculano denunciaba estos desvíos. Ahora, del otro lado, con certeza, está viendo que algunas cosas están aún peor. Esperemos que las nuevas generaciones traten mejor el tesoro que recibimos, de modo que el espiritismo pueda dar su sólida contribución cultural al mundo contemporáneo y no se deje contaminar por la liviandad del mercado editorial(que no es realmente espírita), que sólo están interesados en vender.


Defendemos la doctrina o nos acomodamos en la falsa tolerancia

En la lucha contra los absurdos conceptos de los falsos profetas que insisten en distorsionar la Doctrina de los Espíritus, José Herculano Pires estableció una línea de conducta firme y esclarecida que marcó toda su vida. Un trecho bastante actual de la obra “El verbo y la Carne” revela la claridad de su visión:

“Infelizmente a la mayoría de las criaturas no les apetece reconocer sus límites. La vanidad y la ambición llevan a mucha gente a dar pasos más largos de los que sus piernas permiten. Es lo que vemos hoy, de manera espantosa, en nuestro medio espírita. Los casos de fascinación se multiplican a nuestro alrededor. Personas que podrían ser útiles se transforman en focos de confusión y de perturbación, obstaculizando la marcha del Espiritismo sustentando teorías absurdas que llevan la doctrina al ridículo.

En nuestro país (Brasil) estos casos se tornan más graves debido a la falta de cultura general. Las personas incultas e ingenuas se dejan llevar muy fácilmente por el fanatismo, ante el ficticio brillo de la gente inteligente y culta, pero dominada por las fascinaciones peligrosas.

La manía del cientificismo viene produciendo grandes estragos en nuestro movimiento espírita. Cualquiera con un diploma superior se cree capacitado para transformarse en científico de la noche a la mañana. Pronto forma un grupo de adeptos vanidosos, listos para seguir al iluminado que les presta un poco de su falso brillo. El deseo de creerse más que los demás, conociendo y sabiendo más que ellos, es prácticamente incontrolable en la mayoría de la gente. El resultado es lo que vemos. Hay más grano que trigo en nuestra siembra espírita.

La lucha contra esta situación es de las más arduas. Pero, ardua o no, tiene que ser enfrentada por aquellos que miran las cosas claramente. Tenemos que herir susceptibilidades, el amor propio de amigos y compañeros, levantar en el propio medio espírita enemigos gratuitos, provocar réplicas apasionadas. Pero, una de dos: estamos con la verdad o estamos con el error, defendemos la doctrina o nos acomodamos en la falsa tolerancia, clamando por la paz de un pantano, que no es más que la cobardía y la traición a la verdad. Allí están, delante de nuestros ojos, las fascinaciones de la vanidad paralizando los caminos de la evolución natural y necesaria de la doctrina. O luchamos contra ellas o estimulamos su propagación y proliferación”.


( Editado por la Federación Espírita Española )

(Ver blog   elespiritadealbacete.blogspot.com )

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