martes, 7 de junio de 2011

Coraje



Coraje es definido como la osadía para intentar las cosas buenas más difíciles. Es la fuerza para no hacer simplemente lo que hacen los otros, más, al contrario, mantener su posición y hasta influenciar a los demás.
Es ser fiel a los propios ideales, seguir los buenos impulsos aun mismos que puedan parecer, para la gran mayoría, inconvenientes o vanos.Es, en fin, la audacia de ser amigo, demostrar sus sentimientos, ser expansivo.

Coraje es una cualidad de carácter y puede ser enseñada a nuestros hijos. Por definición, se sabe que el coraje es una cosa difícil.

Más como dijo una criatura a un grupo de colegas, cuando insistían con ella para que los siguiese en una perversidad: “es preciso mucho coraje para ser cobarde, esto es, cuando todos intentan obligarte a una cosa que usted sabe que no es cierta , y ellos lo llaman cobarde, es preciso mucho coraje para afirmar: si, yo soy cobarde”.

Es importante esclarecer a los hijos la diferencia entre coraje y fanfarronería.

Coraje silencioso es el que debemos procurar introducir en nuestros pequeños. Coraje de decir no al que se tiene la certeza ha errado. Coraje de aproximarse a una criatura sin amigos y decirle: ¿hola, como va? ¿Quiere brincar conmigo?”

Como padres debemos estar atentos a las tentativas que las criaturas realizan, para superar dificultades e incentivarlas.

Si una criatura pequeña está aprendiendo a andar en bicicleta, solamente el hecho de conseguir sentarse en ella, debe ser motivo de elogio. Lo importante es intentarlo, aun mismo que no tenga éxito. Todo intento debe ser incentivado, estimulándola para intentarlo otra vez y otra, y otra, mientras estamos intentando ratificar a el observaremos que ella lo hace cada vez mejor.

Cuando el bebe consigue llevar el alimento a boca con la cuchara, cuando sube al sofá, cuando se mantiene en pie, solito, por primera vez. Son todos momentos de suma importancia y que deben ser incentivados.

¿Cayó? Levante. Inténtelo otra vez. ¿No consiguió montar en la bicicleta? Vamos a intentarlo juntos, de nuevo.

Nuestros hijos tendrán coraje si los preparamos correctamente, si los enseñamos a pensar siempre antes de actuar, a decir, “n” con confianza y encorajándolos para practicar lo que les parezca más difícil.
No hay quien, frente algo nuevo, no sienta el corazón latir descompensado. Es bueno que nuestros hijos sepan que nosotros, adultos, también tenemos cosas difíciles a realizar y que exigen coraje de nosotros.

Incentivemos en ellos el coraje moral, aquel que se expresa en no ir tras de los demás colegas o amigos que están haciendo alguna cosa errada.

El coraje moral de decir la verdad cuando seria más bien oportuno decir una mentira.

Seamos para nuestros hijos un modelo de coraje, pues los críos aprenden aquello que viven.Y todos los días ellos nos observan, nos ven y nos imitan.

¿Sabe usted que una buena manera de ejercitar el coraje es incentivar a los niños a hablar, mirando en los ojos del otro?

¿Y qué ser corajoso significa también no tener que ocultar al otro?Cuando miramos unos a los ojos del otro es como si estuviésemos diciendo en alto y con buen sonido: “confió en usted y usted puede con fiar en mí.”

(Basado en el libro: Enseñando valores a sus hijos. cap. 2)

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