domingo, 24 de abril de 2011

Masturbación: Mitos y consecuencias,según el Espiritismo



Muchas personas viven angustias profundas en torno a las directrices comportamentales en el área sexual y eso es  comprensible en nuestro actual estado de humanidad, Por eso, escribimos algunos argumentos sobre el tema, a fin de que podamos con la Doctrina Espírita aprender un poco más. El Espiritismo lo explica basado en el libre arbitrio, en base a las vidas anteriores y en la evolución moral de cada uno, que es como estos temas deben ser tratados. Recordando siempre que "cada caso es un caso muy particular".

      Una de esas ansiedades viene por la masturbación, que según Sigmund Freud, está envuelta en muchos preconceptos, gracias al dogmatismo religioso que estigmatiza la sexualidad. Queda lejos la época en la que se decretabs que la masturbación conducía a la locura y al infierno. Es normal en el adolescente que está descubriendo la sexualidad, frecuente en  los corazones solitarios, el problema es que favorece  la viciación, aguzando el psiquismo del indivíduo con sensualidad avivada. Por otro lado, es un obstáculo para la sublimación de las energías sexuales, cuando las circunstancias nos convocan a la castidad, incitándonos a canalizarlas para realizaciones más ennoblecedoras. Vale decir: hay una energía sexual que precisa ser controlada, no necesariamente a través de la práctica sexual, sino en dirección hacia otras actividades, incluida la práctica de la caridad.

     La consciencia nos susurra que la relación sexual presupone dos aspectos. El autoerotismo no deja de ser una busca de placer egoista, por lo que toda prudencia es imprescindible. En el área sexual urge una vigilancia permanente, pues la mayor parte de las veces , cuando se masturba, la criatura no está tan solitaria como se imagina. Espíritus de las sombras, viciados en el sexo, muchas veces estimulan ese vicio solitario,perjudicando a quien finalmente opta por masturbarse. Mientras tanto, es necesario considerar que cada caso es particular, sin desconsiderar jamás que el equilibrio y la disciplina mental precisan ser establecidos. Por eso el Espíritu Emmanuel, en el libro "El Consolador", cuestión 184, psicografiado por Chico Xavier, nos orienta que en vez de loa educación sexual para la satisfacción de los instintos, es imprescindible que los hombres eduquen su alma para la comprensión sagrada del sexo. El uso indebido de cualquier función sexual, produce disturbios, desajustes, carencias, que solamente la educación del hábito consigue armonizar, Finalmente el hombre no es solo un puñado de sensaciones, sino también de emociones, que pueden y deben ser dirigidas hacia objetivos que lo promuevan y  en  los que centralice sus intereses,  motivandolo a realizar esfuerzos que serán compensados por resultados benéficos.
  
       La vida saludable en la esfera del sexo, necesita de la disciplina, de la canalización correcta de las energías de acción física: por el trabajo, por los deportes, por las conversaciones edificantes que proporcionan resistencia contra el arrastre de la sensualidad, auxiliando al individuo en la conducta. Muchas personas consideran el placer, solamente como una expresión de la lascivia y se olvidan de aquello que sucede con los ideales conquistados, de la belleza que se expande en todas partes y puede ser contemplada, de las encantadoras alegrías del sentimiento afectivo, sin afectaciones, sin exigencias, sin el condicionamiento carnal. ¿ Será que debemos  aprender que el Espiritismo prohíbe toda actividad sexual ?. De modo alguno.
El Espiritismo nada prohíbe. Deja el libre albedrío la decisión consciente de cada  actitud  que se deberá tomar. Se limita a dar orientación y a demostrar que actitudes mal tomadas dan intranquilidad e insatisfacción, y nos coloca ante la realidad y circunstancias  de uso consciente en la vida. La Doctrina Espírita presenta la sexualidad despojada de connotaciones religiosas y dogmáticas que consagran al sexo como pecaminoso,sucio, prohibido y demoníaco.

      Todavía no es legítimo el encuadramiento de la sociedad actual, que consustanció al sexo como objeto de consumo corriente y trivial. La propuesta espiritista es la de la energía creadora que necesita estar sedimentada por la lógica y por el sentimiento, por el respeto y entendimiento, por la fidelidad y el amor, con el fin de propiciar la excelsitud y la paz, o sea, "Un sexo para la vida y no una vida para el sexo".  Para Emmanuel en el libro "Vida y sexo", ante las proposiciones al respecto del sexo, es justo sintetizar todas las disgresiones posibles con las siguientes normas: no prohibición sino educación; no abstinencia impuesta, sino empleo digno con el debido respeto a los demás y a sí mismo; no indisciplina sino control; no impulso libre sino más responsabilidad.  Fuera de esto, es teorizar simplemente, para después aprender o reaprender con la experiencia. Fuera de eso, será engañarnos, luchar sin provecho, sufrir y recomenzar la obra de sublimación personal, tantas veces cuantas fueran como fuesen necesarias, por los mecanismos de la reencarnación, porque la aplicación del sexo ante la luz del amor y de la vida, es asunto que pertenece a la consciencia de cada uno. Nadie se perfecciona de un día para otro. Conversiones religiosas exteriores no alteran de improviso los impulsos del corazón.Encontramos muy lejana la meta a alcanzar que es el proyecto de acrisolamiento sexual.

       En  rigor, ninguno de nosotros consigue conocerse tan exactamente, hasta el punto de saber hoy, cual es el tamaño de la experiencia afectiva que nos aguarda en el futuro. No hay como penetrarnos en las conciencias ajenas y cada uno de nosotros, ante la Sabiduría Divina, es un caso particular, no  de  amor, reclamando comprensión. En vez de eso, muchos de nuestros errores imaginarios en la Tierra, son caminos ciertos para el bien , al paso que muchos de nuestros aciertos hipotéticos son siembras para el mal del que nos  libraremos algún día.  La energía sexual, como recurso de la ley de atracción en el Universo perpétuo, es inherente a la propia vida, generando cargas magnéticas en todos los seres, cara a las potencialidades creativas de que se revisten.

       A medida que la individualidad evoluciona, pasa a comprender que la energía sexual envuelve el impositivo de  discernimiento y a la  responsabilidad en su aplicación. Por eso mismo debe estar controlada por valores morales que le garantizan un empleo digno, sea en la creación de formas físicas, aseguradoras de la familia, o en la creación de obras benéficas de sensibilidad y cultura para la reproducción y extensión del progreso y de la experiencia, de la belleza y del amor, en la  depuración de la vida en el Planeta. En las ligaciones afectivas terrenas, encontramos grandes alegrías. No obstante y también dentro de ellas, somos habitualmente afrontados con las más duras pruebas.  Mientras no  lo percibamos de inmediato, recibimos casi siempre, un compañero o una compañera de la vida íntima, que son nuestros propios reflejos. Analicemos el matrimonio, por ejemplo, que puede perfectamente ser precedido de dulzura y esperanza, pero eso no impide que los días siguientes, en su marcha incesante, traigan los cónyuges  los resultados de sus propias creaciones que dejaron atrás.

     Esposo y esposa, en los compromisos del hogar, precisan reaprender en la escuela del amor, reconociendo que por encima de la conjunción corporal,fácil de concretar, es urgente que haya un casamiento en espíritu- siempre más importante día a día. Hasta que una vez se extinga la hoguera de la pasión en la retorta de la organización doméstica, permanece en combustión el oro vivo del amor puro, que se valoriza cada vez más, de alma a alma, habilitando el matrimonio para los más altos destinos de la Vida Superior, porque es el Espíritu quien ama y no el cuerpo, de suerte que, una vez disipada la ilusión material, el Espíritu ve la realidad que transciende a la vida física. Urge considerar que la Voluntad de Dios, en esencia, es el deber en su mas alta expresión, trazado para cada uno de nosotros, en el tiempo llamado "hoy". Y ese "hoy" ya viciado de complicaciones y problemas, al buscar el " a donde", depende de nosotros la armoníao el desequilibrio del  "mañana". El instinto sexual, exprimiendo amor en expansión incesante, nace en las profundidades de la vida, orientando los procesos de evolución. Importa considerar que ante el sexo, no nos hallamos en ningún modo, al frente de un despeñadero para las pruebas, sino ante la fuente viva de las energías en que la Sabiduría del Universo situó el laboratorio de las formas físicas en consonancia a los estímulos espirituales más intensos para la ejecución de las tareas de los esposos, en régimen de colaboración mutua, vigilando el rendimiento del progreso y del perfeccionamiento entre los hombres.


      Cada hombre y cada mujer que aún no se angelizaron o que no se encuentren en proceso de bloqueo de las posibilidades creativas, en el cuerpo o en el alma traen , evidentemente, mayor o menor porcentaje de ansias sexuales para expresarse con sede en el apoyo afectivo. Y claramente, en las labores de la experiencia, errando y acertando y volviendo a errar para acertar con mayor seguridad, que cada uno de nosotros- los hijos de Dios en evolución en la Tierra- conseguirá sublimar los sentimientos que nos son propios, de modo que nos erguiremos, en definitiva, para la conquista de la felicidad celeste y del Amor Universal.

Jorge Hessen


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