Sabemos que existen malos y buenos Espíritus y la idea común en los contradictores religiosos es que los malos se comunican con los hombres y que los buenos no pueden hacerlo.
¿Quién puede afirmar y confirmar que los buenos no pueden comunicarse; cuáles son los medios usados para validar ese parecer, y, de dónde nace esa idea? ¿Solamente los buenos Espíritus serían los que podrían revelar esa cuestión y si fueran los malos que lo dijeran, ¿cómo se les podría creer?
Si hay malos y buenos Espíritus, y los malos fuesen solamente los que se comunican, los buenos tienen, sin embargo, mayores poderes para hablar con los hombres. Si Dios concedió a los malos que se pudiesen comunicar, siendo los buenos más libres y su tarea más fructífera, puesto que comprenden cómo educar a los hombres; ¿ Por qué iban a tener vetado lo que los malos sí que pueden hacer con permiso de Dios?. ¡He ahí la mediúmnidad siempre renovada! Ella va atravesando los años con mayor vigor, llevando la luz para aquel que desea salir de las tinieblas.
Quienes combaten a la Doctrina de los Espíritus se olvidaron de razonar acerca de esas afirmaciones. ¿Qué poder tiene el hombre para deshacer cualquier ley o agregarle algo? ¡Qué abran los ojos los que niegan la verdad, pues el tiempo pasó y ellos aún duermen en el pasado!
Estamos en la época en la que, siguiendo la dirección del progreso, nuevos fenómenos agitan a la Humanidad y el alma pide nuevas explicaciones sobre los hechos.
Si todo se hace con el permiso de Dios, si Él permitió que hasta los mayores crímenes de la Historia, como las guerras y aun las catástrofes, ocurriesen; ¿qué mano los accionó? No fueron los hombres que hicieron los volcanes que causan gran destrucción con sus erupciones. ¿Y las calamidades, pestes y hambrunas?
Todo es un proceso del despertar espiritual, aquél, capaz de animar a las almas hacia el amor y al reconocimiento de la verdad. ¿Cuáles con las pruebas que puedan presentarse a favor de la imposibilidad de que los buenos Espíritus se comuniquen?
Sabemos que en todo existen dos lados; es suficiente que procuremos conocer el lado bueno de las comunicaciones. Los médiums pueden ser engañados por Espíritus traviesos, sin embargo, ni todos los Espíritus son traviesos, ni a todos los médiums se les puede engañar.
Los Espíritus comunicantes pueden ser reconocidos por sus palabras, por lo que enseñan, y por la forma de vida que ellos incentivan al médium a tener.
Es en este nivel de razonamiento que la Doctrina de los Espíritus induce a los espíritas, particularmente a los médiums, a estudiar, trabajando por el bien de todos, con la finalidad de formar, por su intermedio, un ambiente seguro para que Espíritus de luz puedan comunicarse, trayendo mensajes de comprensión espiritual, enseñando el amor y la caridad, estimulando el perdón para todas las ofensas.
El llamado Espíritu del mal, si pasa a enseñar el bien, ya no puede ser considerado como tal, puesto que no se puede agradar a dos señores a la vez, como dice el Evangelio.
Ciertas religiones crearon sus demonios. La mente es creadora, y los fieles de esas religiones son perseguidos por imágenes fluídicas con las que exteriorizan sus propios pensamientos.
A todos debemos aclararles acerca del Espíritu y de la vida espiritual. La Biblia es, verdaderamente, un libro sagrado, pero, en los días que corren, para que ella libere vidas, precisa nuevas interpretaciones.
El Evangelio de Jesús es nuestro mensaje de los Cielos para la Tierra, mas aun así, Jesús dijo que enviaría otro Consolador. Y es que Él bien sabía que el ser humano progresaría en su mente y espíritu, y que este progreso, es la madurez de las almas que requiere cosas nuevas, un alimento más renovado para su desarrollo y existencia.
Éste es el poder de la reencarnación que renueva a la Humanidad. Las ideas viejas pasan y llegan las nuevas a través del progreso espiritual. La vida continúa en cada latitud, renovando todo e imprimiéndole belleza a las cosas.
Vamos a olvidar a los malos Espíritus, poniendo un punto final a esas imaginaciones. Vamos a creer en nuestros hermanos que todavía no han crecido, Espíritus-niños que mañana se convertirán en adultos y recibirán la paz del corazón. Jesús mismo dijo que ninguna de sus ovejas se perderá.
Dios es el Padre de todos y de todo. Los propios “demonios” ( si existiesen como tales), también serían sus hijos del corazón que en el día de mañana, por el peso de la madurez, se tornarán en ángeles, brillando como constelaciones, circulando en el infinito.
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