sábado, 2 de abril de 2011

Intercambio espiritual


Divaldo

 Las sesiones mediumnicas de intercambio espiritual prestan el valioso servicio de posibilitar el equilibrio psicofísico de ciertas personas que debido a su facultad psíquica, sufren el asedio constante por parte de los espíritus desencarnados que desean comunicarse para expandir sus males o quejas, debiendo ser aclarados sobre sus dudas en la confusión en la que aun se encuentran. Esos espíritus desencarnados se encuentran en la misma situación que un individuo en la tierra, que fuese transferido rápidamente hacia un país extranjero, cuyos hábitos, idioma y ambiente, le resultan totalmente distintos de aquellos del lugar donde vivió durante toda su vida.


    Pese a no ser sordo ni ciego, ni mudo, no puede entender a nadie ni hacerse entender por persona alguna. Necesita, pues que alguien conocedor de su idioma y costumbres lo vaya instruyendo en el proceso de adaptación al nuevo ambiente.

   Cuando el objetivo moral en la reunión es esclarecer a los espíritus “que se encuentran perturbados” se hace oportuno recordar que, además de las sesiones espiritas programadas según días y horarios regulares, existe otra verdadera sesión espirita, de gran amplitud y mérito en sus objetivos redentores y que no debe relegarse al olvido.

   Esa reunión comienza al levantarse del lecho por la mañana y se cierra por la noche, cuando el hombre se retira a dormir el sueño reparador.

   Son los innumerables caminos que, durante el día, proporciona a los presidentes de las sesiones habituales, a los mediúms y a todos los adeptos debiendo adoctrinar y esclarecer a algunos de los hermanos “vivos” que surgen en el camino, perturbados por sus deficiencias, ignorancia o fallos deprimentes de su carácter.

   Aunque el intercambio mediúmnico en los centros y programados, es un elevado trabajo dentro del espiritismo, los hermanos encarnados merecen tanta asistencia doctrinaria como los que se encuentran sin cuerpo físico, en el plano invisible. Muchas veces un buen consejo en el momento oportuno puede hacer cambiar de actitud al hombre, y evitarle grandes desvíos que podrían afectarle toda una vida. La asistencia continua de los guías y protectores en el plano espiritual no está limitada solo a las sesiones programadas. Esas entidades se comunican con el hombre por vía inspirativa o intuitiva, en todas las ocasiones en que el hombre se dispone a ser útil a los demás. Además de los guías que asisten inspirando gestos de caridad, abnegación y sacrificio hay, innumerables espíritus benefactores que desempeñan funciones equivalentes a la de los guías. Ellos son los que tienen la misión de padres, profesores, patrones, científicas, sabios o filósofos que orientan en el mundo, trazando nuevos rumbos en el progreso y proporcionan salarios para la manutención de los hogares.

   Médicos, dentistas, abogados o ingenieros, restablecen la salud al hombre, defienden sus derechos y edifican moradas protectoras, otros benefician mediante su función, otros benefician mediante su función; sacerdotes, pastores evangélicos, o adoctrinadores espiritas, sin olvidar a aquellos asistentes meritorios que sin estar clasificados en elevado nivel social, merecen el “diploma” de misioneros, pues sirven a la colectividad enfrentando tareas que los intelectuales, los sabios los que atiende el trabajo pesado de abrir túneles, cavar minas, destapar cañerías, limpiar calles, y sin mascarás protectoras que deberían resguardarles los pulmones, recogen las basuras e inmundicias los descompuestos que cada día deposita el hombre para su eliminación.

¿Qué seria de la vida del hombre, sin el servicio constante de esas personas?

   Esos trabajadores también son “guías” pues trabajan para la sociedad ejerciendo una tarea al beneficio de todos, conjugando las ideas de unos contra los otros el trabajador en la mies del Señor, podrá ayudar a aquellos que estén perturbados, efectuando un intercambio de asistencia moral, idéntico al que se realiza en las sesiones mediumnicas.

   El buen médium no debe relegar al olvido o a un plano secundario el deber de dispensar asistencia activa a los espíritus “vivos” que aparezcan en su camino, dominados por disturbios psíquicos que los transforman en vagabundos, alcohólicos, bohemios, prostitutas, enfermos y trastornados que suplican ayuda. En las cárceles es fácil adoctrinar al malhechor, al ladrón, al asesino, todos ellos están faltos de orientación y ejemplos redentores. Esos hermanos, distanciados del Bien, son hermanos y necesitan ayuda para integrarse a la vida humana, en vez de estar separados de la colectividad, en la cual deberían educarse y aprender a respetar.

   Los delincuentes, por muy culpables que hayan sido, no pueden quedar exceptuados de ayuda y caridad, pues los guías y protectores espirituales también atienden al ser redimido que en otras existencias cometió grandes pecados y desatinos y que aun cometen en la existencia actual.

   El amor verdadero y desinteresado no requiere lugares ni horas especiales para practicarse a gusto, la tierra, con el sufrimiento de su humanidad torturada, es un vasto campo de servicio para el hombre que realmente desea hacer el bien a sus semejantes.

Trabajo aportado por Merchita

" Emmanuel siempre me enseñó :  Chico, si las críticas que se te dirigen son verdaderas no reclames; si no lo son no  les hagas  aprecio."
                                                               - Chico Xavier-

( Invito a visitar el blog:  elespiritadealbacete.blogspot.com )

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